4/ HABLANDO CON EL DOCTOR DE JULIE
Desayunamos las dos esperando a Carla nuestra vecina, quien era la que la iba a acompañar al hospital, cuando ya llego, cogi mi bolso, abrace a mi hermana y a Carla marchandome a la calle, donde Sandra ya me esperaba dentro de su coche
— Cuando lleguemos voy a hablar con el jefe, necesito estar con mi hermana hoy — le dije
— Sabes que se lo cobrará ¿no? — me dijo Sandra
— Ya lo sé, pero es mi hermana, me da lo mismo lo que haga ese baboso conmigo, pero no dejaré que mi hermana se muera — respondí
Nada más aparcar Sandra el coche en el parking, bajamos viendo a Mario en la puerta de los ascensores, Sandra y yo nos acercamos hasta donde él estaba sonriendonos.
— Buenos días señoritas, Sofia te estaba esperando, el sábado fui al club donde vais siempre y no te vi, ¿estabas enferma? — me preguntó
— No Mario, gracias por preguntar, pero no estaba con ánimo de salir — le dije
— ¿Vas mucho tu por ese club? — preguntó mi amiga
— No, pero llevo dos sábados llevando a un amigo mío a ese club y os vi entrar una vez, por eso supuse que vais los sábados — respondió Mario
Subimos los tres en el ascensor, bajando yo en la planta donde estaba el despacho de mi jefe mirándome Mario extrañado cuando me marché del ascensor. Me acerque hasta la puerta de mi jefe, toque a la puerta y cuando me dio el pase, entre dirigiendome hacia donde estaba
— ¿Es que quieres que te folle el doble hoy muñeca? — preguntó
— No he venido por eso, necesito que hoy me de el dia libre,--- le dije
— Eso no va a poder ser Sofía ¿para que lo necesitas? — me preguntó
— Asuntos personales — le dije
— Ya tienen que ser muy personales para que vengas a mi despacho a primera hora de la mañana ¿estás dispuesta? — me preguntó
— Dispuesta ¿para qué? — pregunté
— Hace falta que te lo diga tontina — me dijo acercándose a mí, rozando mi mejilla con sus dedos
— Esta bien, hare lo que me pida, pero esta noche por favor, ahora necesito marcharme — le dije
— Ya veo que lo que tengas que hacer es muy urgente, deja que me corra en tu preciosa boquita y te puedes marchar ahora, pero eso si, me debes la noche que me acabas de decir, y ahora empieza bajándome la cremallera de mis pantalones, tu misma te puedes servir, y no te asustes porque ya la tenga bastante gorda — me dijo
Después de hacerle a mi jefe lo que me pidio, llorando abri la puerta de su despacho marchandome de allí hacia el exterior de la calle, tropezandome con Mario, cogiendo este mis hombros, mirándome.
— Para un momento Sofía, ¿qué te ha pasado, porque estás llorando? — me preguntó
— Dejame por favor Mario, necesito marcharme urgente —- le contesté
— No te voy a dejar marchar Sofía, dime ¿qué te pasa primero? — preguntó Mario
— Mario no me pasa nada, te lo prometo, ahora deja que me marche por favor — le dije
— Esta bien te dejo, pero esta conversación no ha terminado hasta que me digas por que estas llorando — me respondio Mario, soltando mis hombros
Me marché del hotel, parando el primer taxi que vi, diciéndole al conductor que me llevara al hospital donde ya me supuse que había llegado mi hermana, cuando llegué, me acerqué a la recepcionista del hospital para preguntarle donde estaba Julie, a mi hermana, diciendome la enfermera hacía que pasillo y planta debía ir. Al llegar a la sala donde estaba, entre viendo a mi hermana tumbada en una cama y con una especie de gotero enganchado ya en su brazo y a Claudia a su lado, levantandose ella en cuanto me vio entrar
— ¿Te han dejado venir cariño? — me dijo Claudia
— Si el jefe me ha dejado, pero tengo que hacer doble turno — le respondí
— Sofia ¿eres tú, cómo es posible que estés aquí? ¿Y tu trabajo? — me dijo mi hermana
— No te preocupes Julie, he pedido permiso en el trabajo y aquí estoy a tu lado siempre, como cuando éramos pequeñas, tranquila que la quimio es bueno para ti, verás como dentro de poco nos iremos las dos de vacaciones a donde tu quieras — le dije
— Me gustaría ir a Hawaii, tengo mucha ilusión por ver sus playas y bailar el hula hula — me dijo haciendo que las tres nos sonrieramos
Una vez que Claudia y yo nos dimos cuenta de que mi hermana se había quedado dormida, nos marchamos de la sala para poder hablar ella y yo con el médico que la estaba atendiendo ya que nos fijamos que estaba en la puerta mirándonos muy serio
— Buenos días doctor ¿cree que mejorará con la quimio que le están poniendo ahora? — pregunté
— En eso estamos, pero sin un donante que sea compatible con ella, no le puedo dar muchas esperanzas — me dijo,
— Pero aparte de un trasplante de médula ósea, ¿hay algún otro tipo de trasplante para salvarle la vida? estamos las dos solas y nos necesitamos mucho, por favor digame que puedo hacer para poder curar a mi hermana, ya que yo no soy compatible con ella — le dije
— Esta la radioterapia, la sangre de un cordón umbilical y la terapia biológica, más no podemos hacer por Julie, lo siento
— Me quiere decir entonces que si yo tengo un bebe, el cordón umbilical de mi hijo ¿puede salvarle la vida a mi hermana? — pregunté
— Es una posibilidad, pero siempre que sea directo, o sea que usted dé a luz y trasplantarle enseguida a su hermana la sangre de ese cordón umbilical, pero eso aquí vale mucho dinero — me dijo– pero primero veamos como responde a la quimio esta vez, aunque la otra vez que se la pusimos no reacciono muy bien — nos dijo el doctor
— Gracias doctor, esperemos que mejore aunque sea un poquito, no quiero perder también a mi hermana — le respondí, cayendo alguna lágrima por mis mejillas
— Sofía ¿en qué estás pensando ahora? ¿no serás capaz verdad? — me pregunto Claudia cuando el doctor se marchó de nuestro lado
— Claudia si asi le salvó la vida a mi hermana, por ella soy capaz de hacer cualquier cosa y tu lo sabes — le respondí
— Ya lo se mi amor, pero un niño, seria mas dinero, mas trabajo, mas responsabilidad y mas gastos y ya estás haciendo tu bastante —- me dijo Claudia
Nos quedamos Claudia y yo sentadas dentro de la sala poniendo mi silla al lado de la cama donde estaba mi hermana tumbada esperando las dos a que terminaran de ponerle la quimio a mi hermana, cuando Claudia recibió una llamada teniendo que marcharse del hospital. Ya estaba casi todo oscuro, cuando una ambulancia mandada por el doctor que atendió a mi hermana, nos llevó a nuestra casa, nada más llegar, entre en la cocina para hacer algo de comer, pero escuchar los vómitos que mi hermana tenía a causa de la quimio que le pusieron, hicieron que desistiera de hacer de comer para las dos. Me pasé toda la noche sin dormir, sentada en una silla al lado de su cama, despertandome el timbre de mi casa, cuando abri la puerta vi a Claudia detrás de la puerta de pie sonriendo.
— ¿Cómo está Julie? — preguntó
— Ahora está dormida, yo me voy a dar una ducha y me marcho al trabajo, no he dormido casi nada — le dije
— Mientras Julie tenga quimio, dile a tu jefe que te de las vacaciones que no has disfrutado aún, Sandra cariño no puedes seguir así — me dijo
— Tranquila, soy joven y puedo aguantar, ¿quieres un café? yo me voy a tomar uno si no, en el trabajo me voy a quedar dormida — le dije
— Ves a ducharte Sofía que, yo te preparo el desayuno — me dijo
Una vez que me duche y me vestí, me acerque a la cocina donde estaba Claudia dándome mi taza de café cuando entre en la cocina, pero de pronto volvió a sonar el timbre, deje la taza en la mesa acercandome a la puerta para abrir, viendo a mi amiga Sandra al otro lado.
— Buenos días, no pensarias que porque ayer te marchastes del trabajo sin despedirte de mí hoy no vendría a recogerte a tu casa hoy, para irnos las dos juntas al trabajo — me dijo
— Buenos días Sandra ¿quieres una taza de café? — le preguntó Claudia
— No gracias, si no me voy a poner como una moto en el trabajo, por cierto ¿como esta Julie? — preguntó Sandra
— Ayer tuvo quimio, así que imaginate como esta hoy, — le dijo Claudia a mi amiga
— Si rechaza todos los trasplantes, tiene que haber otras maneras ¿no? — dijo mi amiga
— Si, con la sangre de un cordón umbilical — contesté yo
— No serás capaz Sofía, mira que te veo venir con eso — me dijo mi amiga, riendo Claudia por la cara que le vio poner a Sandra
— Capaz es Sandra y ayer me confirmó que lo está pensando — le respondió Claudia
— Anda vámonos a trabajar, ya sabes lo que pasa si llegamos tarde — le dije
— Si que se la tienes tú, que chupar al asqueroso baboso de nuestro jefe — dijo Sandra.
Nos marchamos Sandra y yo de mi casa acercandonos hasta su coche, subiendo las dos marchandonos hacia el hotel donde trabajamos. Nada más llegar y aparco el auto, bajamos de él acercandonos hacia donde estaban los ascensores de servicio para subir a la planta donde estaba el cuarto de las limpiadoras. Salimos del ascensor pero antes de entrar en el cuarto, alguien me cogió del brazo apartandome de mi amiga, fijándome que era Mario.
— Quiero que hablemos — me dijo Mario
— Lo siento pero ahora no puedo, cuando salga de trabajar hablamos si quieres, pero ahora tengo que trabajar — le dije
— Te tomo la palabra ragazza — me dijo tocando la punta de mi nariz con su dedo
Entre en el cuarto de la limpieza para cambiarme viendo a mi amiga con los brazos en jarra mirándome fijamente
— ¿Que rollo teneis ese italiano y tú? soy tu mejor amiga y me lo tienes que contar todo — me dijo mi amiga
—No tenemos ningún rollo, anda no imagines cosas — respondí
— Ya y yo soy la reina de inglaterra, no te has dado cuenta como te mira y como te habla, ese quiere algo contigo Sofía — me dijo mi amiga, haciendome reir
Cada una cogimos nuestros carros de la limpieza subiendo a nuestras plantas, abri la puerta de la primera habitación, y dejándola abierta entre dentro, entrando en el cuarto de baño primero para limpiarlo.
— Sofia, ¿estás aquí? — escuche la voz de mi jefe gritando mi nombre
— Si John, ¿qué quieres? — pregunté, marchandome del cuarto de baño acercandome a donde estaba mi jefe
— Venía a recordarte lo de la cena de esta noche, no quiero posponerlo mucho tiempo — me dijo
— Le dije una noche noche sí, pero no hoy mismo, no puedo lo siento — le dije
Mi jefe se acercó tanto a donde yo estaba, que podía oler su aliento a Whisky, cogiendo él mis pómulos apretandolos hasta hacerme suplicar para que me soltara, mientras su otra mano la ponía en mi culo para acercar mi cuerpo todo lo que pudo a su cuerpo
— No juegues conmigo, no creo que ahora están en situación de perder el empleo ¿verdad? — me pregunto mordiendo con sus dientes mi labio inferior llevándoselo a su boca
— De acuerdo, dime a qué hora y dónde y allí estaré — le respondí
— ¿Qué pasa aquí? ¿Sofia estás bien? — escuche la voz de Mario preguntando
— La señorita está muy bien señor Angeletti, anda ya hablaremos tu y yo, me marcho — me dijo mi jefe
Mario se acercó hasta donde yo estaba, puso sus dedos en mi barbilla, para que lo mirara
— ¿Qué te ha hecho ese imbécil? — me dijo Mario
— Nada no te preocupes, ahora tengo que seguir trabajando — le dije
— No quiero que trabajes hoy, vamonos de aqui, te invito a comer — me dijo
— No puedo Mario de verdad, necesito este empleo y no quiero que por comer con un cliente me despidan, siento decirtelo, pero te agradeceria que te fueras y me dejaras seguir con mi trabajo — le dije
Cuando Mario se marchó de aquella habitación, cerré enseguida la puerta aun sabiendo que mi jefe tenia una llave maestra que abría todas las puertas del hotel, hice todo lo deprisa que pude aquella habitación, bajando después al cuarto de la limpieza para llamar a Claudia y preguntarle cómo se encontraba mi hermana