Capítulo 4

-¿Esperabas flores y fiesta? Has estado fuera durante cuatro malditos años, Aidan. ¡Sepa que lo consideraba mi mejor amigo y no me molesté en escribir una sola carta!

-¿No escribí? No respondiste ninguna de las cartas que te envié. Durante todo el maldito mes esperé tus respuestas y aun cuando no llegó nada yo, como un tonto, seguí escribiendo.

-Nunca recibí ninguna carta y sinceramente ya no hace ninguna diferencia. Estás buscando novia, pronto te casarás y estoy seguro de que tu elegida aborrecerá cualquier mínimo acercamiento entre nosotros.

-Lotte, eres mi mejor amiga. No digas esas cosas.

-Ha estado fuera tanto tiempo que no tiene idea de lo que está pasando aquí. - Me río amargamente, una lágrima rebelde se escapa de mis ojos, pero me apresuro a detenerla en mi mejilla - Sería egoísta de mi parte continuar nuestra amistad y obstaculizar tus posibilidades de conseguir una buena esposa. Intenta descubrir las historias que hay y entenderás de qué te estoy protegiendo.

-Tú estas llorando.

-El llanto siempre pasa. - Monto Apocalipsis - No hay razón para no volver a pasar por esto.

Dejándolo atrás en el lago, regresé a la casa y fui directamente al invernadero. Allí pude llorar libremente sin miedo a que me pillaran y me interrogaran. Cielos, hay días que parecen más duros que otros.

AIDAN SCHACKLEFORD

-Y esto es lo que sucedió. - Mi madre termina de tomar su té.

-No entiendo, ¿cómo pudieron creer chismes tan raros? Es ridículo.

-Dijeron que Charlie arregló que Lord Tyrton la comprometiera y así se viera obligado a casarse con ella. - pone los ojos en blanco - Nunca había escuchado algo tan tonto en mi vida. Olivia me escribió una carta enorme contándome detalladamente lo sucedido. Pobre Charlie, me imagino cuánto sufrió con toda la difamación.

-¿Tyrton no regresó al país?

-No, pero te digo una cosa Aidan, si Tyrton regresa al país espero que el marqués lo encuentre y le haga pagar.

-Necesito hablarle. - En un instante estoy de pie, caminando hacia la salida.

-¡Dile a Olivia que tenemos que programar una fiesta de té!

-Si señora.

La Marquesa, la madre de Caterin, ha sido la mejor amiga de mi madre desde antes de que yo naciera. Mi madre está muy agradecida con Lady Olivia por todo su apoyo y el de su familia hacia nosotros. Los Lorex nos apoyaron cuando mi hermano mayor tuvo un accidente y murió, especialmente la marquesa fue como un hombro en el que apoyarse para mi madre.

La casa Lorex está bastante cerca de nuestra propiedad, a unos treinta o cuarenta minutos en carruaje, pero si vas a caballo y conoces los atajos adecuados, puedes llegar en quince o veinte minutos.

Cuando finalmente llegué a Bright Hall, el mayordomo me dio la bienvenida y - además de no poder ocultar su sorpresa al verme - me guió hasta el salón verde, donde se encuentra la marquesa. Seguramente el hombre notó mi prisa, conociendo a Caterin como yo la conozco, ella puede desaparecer durante días sin dejar rastro y regresar sólo cuando lo crea conveniente.

-Perdón por aparecer tan de repente, mi señora. - Hago una reverencia en cuanto el mayordomo nos deja en paz.

-¿Qué te pasó en el ojo? Perdóname por ser grosero, pero parece que necesitas un poco de hielo.

-Sólo un accidente durante una caminata, no hay nada de qué preocuparse.

-Me alegro que hayas regresado bien de tu viaje, Aidan. ¿Como lo pasaste? A pesar de los incidentes de paseo, por supuesto.

-Bueno, me estoy adaptando a estar de vuelta en casa, ha habido muchos cambios en mi ausencia.

-Supongo que sí. - Sonreí cortésmente - ¿Quieres un té?

-Se lo agradezco mi señora, pero estoy aquí para hablar con Caterin.

-Sospeché que tenía alguna influencia por la manera tormentosa con la que mi hija regresaba de su paseo. Ella está en el invernadero, pero si le preguntas, no te di la información, ¿entiendes?

-Si señora. Gracias. - Hice una nueva reverencia y ya me iba cuando lo recordé - Mi madre me pidió que la invitara a tomar el té.

-Dile a tu madre que venga mañana a las cuatro. Charlie y yo tomamos té a esta hora todos los días, los invitados siempre son bienvenidos y nos encantaría tener a tu madre con nosotros.

-Diré, gracias de nuevo.

Conociendo el diseño de la casa como la palma de mi mano, salí por una puerta lateral que conducía a un camino de grava hacia el invernadero. No hay señales de Apocalipsis, pero no dudo que Caterin esté adentro, es su lugar favorito para esconderse, después del lago.

Con mucho cuidado abrí la puerta de cristal y hierro, entré en silencio y caminé por el largo pasillo de plantas en dirección a los gruñidos que escucho.

-Es un gran imbécil. Estoy seguro de que me juzgarás como a todos los demás una vez que escuches las historias, un idiota. Que reciba a sus invitados y busque una chica que le guste, que criará a sus dos pequeños hijos para que adopten un animal exótico que conoció en uno de sus viajes. Obtuso, ¿cómo pudiste venir aquí y pensar que todo volvería a ser igual que antes? ¡Argh! Lo odio.