Capítulo 5
-No lo odies. - Charlie me mira fijamente y lo único que hago es sonreírle - Estás enojado por algo más y estás descargando tus frustraciones conmigo.
-Esta es una propiedad privada.
-Tengo permiso para estar aquí.
-Por supuesto que sí. - Pone los ojos en blanco y vuelve a concentrarse en la planta que estaba podando - ¿Por qué no regresas a tu casa y te preparas para recibir a tus invitados? Eso es lo que haría un lord, ¿no está de acuerdo, Lord Schackleford?
-Necesito hacer las cosas bien aquí y entender por qué mi mejor amiga cree que me odia.
-Tengo la libertad de odiar a quien quiera, eso es lo que suelen llamar libre albedrío. - Me vuelve a mirar, apoyando una mano en la mesa y la otra en su cintura, ignorando por completo que lleva pantalones y un delantal sucio. Hay manchas de suciedad incluso en tus mejillas - Lo digo en serio Aidan, deberías volver a tu casa y olvidarte de mi existencia. Que nuestras familias sean vecinas no es más que una coincidencia del destino.
-Soy lo suficientemente mayor para decidir a quién quiero cerca, Caterin. Esto es lo que llamas libre albedrío.
-Estúpido.
-Tenaz.
-No insistirás en tenerme cerca cuando escuches las historias sobre mí.
-Los escuché. - Mantengo mis brazos detrás de mi espalda mientras camino tranquilamente hacia ella - También escuché la versión real. Francamente, Lotte, decir que intentaste tender una trampa para conseguir un marido es la cosa más absurda que he oído en mi vida.
-¿Por qué?
-Eres un mercenario, un delincuente en potencia y un tremendo chantajista, pero no un estafador. Mira la familia que tienes, la forma en que te criaron. No necesitas eso.
-Ya no soy la chica de quince años que dejaste atrás, Aidan. Tus hermosos discursos ya no tienen el poder de protegerme ni de hacerme sentir mejor. - Sus ojos esmeralda se fijan en los míos como si estuviera observando mi alma - No soy tu hermana pequeña a quien cuidar y proteger. Soy una mujer difamada que intenta seguir adelante con su vida. Acabas de regresar al país, busca una buena esposa, encuentra el amor y vive la vida que puedas tener.
-Sé que evitas cualquier contacto masculino que no sea el de tu padre o tus hermanos, pero ¿retrocederás si te toco? - Ella solo me mira, no responde, así que tomo la iniciativa y la atraigo hacia mis brazos, abrazando su cuerpo al mío y manteniéndola ahí - Si no quiero buscar esposa ahora no lo haré . Estoy más preocupado por recuperar a mi amigo.
-No deberías hacer eso.
Me alejo lo suficiente para sostener su rostro entre mis manos, aprovechando la oportunidad para usar mis pulgares para limpiar sus mejillas sonrojadas, quitando las manchas de suciedad.
-Nos vemos mañana en el lago a las dos.
-Aidan...
-Carlota.
-¿En el lago? - Pregunta con un suspiro derrotado y yo sonrío abiertamente.
-Sí, a las dos.
-Voy a estar allí.
Caterin Lorex
Debía esperar la hora acordada para ir al lago, como haría una buena chica... Como haría una dama, pero no pude evitarlo. Ahora aquí estoy, cabalgando hacia el lugar acordado media hora antes de lo previsto. Allí me resultará más fácil esperar y calmarme.
Cuando entro al sendero con Apocalipsis y puedo escuchar el sonido del agua, lo cual es extraño ya que es un lago, gran cantidad de agua que normalmente está quieta. Lo primero que veo es el caballo de Aidan atado a la misma estructura a la que suelo atar las riendas de Apocalipsis, junto a él, en el pasto, hay una canasta considerablemente grande y un par de botas abandonadas junto con un par de botas.
Debo estar pagando por algún pecado.
Como optando por una entrada dramática, Aidan elige este momento para volver a la superficie y de espaldas a mí se pasa las manos por su cabello castaño. No debería estar pensando esto, pero Aidan regresó de su viaje aún más guapo de lo que salió de aquí, su cuerpo está más definido, sus ojos parecen más grises y se ve más... varonil, menos juvenil.
Diría que mi teoría queda más que confirmada al ver tus hombros, incluso de espaldas... Santo protector de las chicas corruptas, ayúdame. Aidan ha sido mi mejor amigo desde que tengo uso de razón, esto nunca podría pasar Caterin, ¡piensa con la cabeza, no con el cuerpo!
Sin embargo, si algo sucediera, nadie lo sabría y no haría ninguna diferencia, ya estoy arruinada, no tendré marido y nadie que responda por ello... ¡No! Caterin Anne, ¡dije que no! ¿Qué pensaría mamá? ¿Y papá? No, toda la confusión que hubo el año pasado es suficiente. No más daño, Charlie, no más daño.
Apocalipsis se tambalea hacia adelante, sacándome de las imágenes pervertidas en mi mente, y rápidamente agarro las riendas y guío mi caballo hasta donde está Aidan y lo aseguro. Es obvio que ya ha notado mi presencia y me mira fijamente desde el agua, pero permanece en silencio. Cuando me bajo de la silla, Aidan me sonríe y automáticamente me devuelve el gesto.
-¿He perdido la noción del tiempo? Pensé que ya había avanzado lo suficiente. - Empieza a dar movimientos largos hacia el borde.
-Es esta. - Sonrío torpemente - Estaba ansiosa y seguí adelante también, no esperaba encontrarlo aquí ahora.
-¿Estabas ansiosa o nerviosa?