Capítulo 4
No hay nada más incómodo que estar en un lugar en el que no eres bienvenida.
—No Tamara, escúchame... Me tendiste una trampa... Yo accedí a ayudarte a ti, no a una desconocida... ¡¿La están persiguiendo?!... Te lo advierto Tamara, si algo me sucede por tu culpa yo...
Esa es Wendy hablando por teléfono. Apenas me dejo entrar a su departamento, me dijo que me sentara en el sofá de la sala y se encerró en su habitación para llamar a Tamara, supongo que para tener privacidad. Creo que no es consciente de que las paredes son demasiado finas y puedo escucharlo todo.
—Toma, Tamara quiere hablar contigo— dice Wendy cuando sale del cuarto, ofreciéndome el teléfono inalámbrico.
Se lo recibo y ella, con una cara roja de enojo, da un portazo al entrar al baño.
—¿Aló?
—¡Ellie!— me saluda Tamara —¿Llegaste bien?
—¿Que si llegué bien?— repito con sarcasmo —Eres una desgraciada, Tamara. Me hiciste parecer ridícula.
Entiendo el enojo de Wendy cuando escucho a mi amiga carcajear al otro lado de la línea.
—¡No tenía otra opción!— se excusa —No te enojes, ya Wendy te dejó quedar.
—Sólo por esta noche. Mañana, me pondrá de patitas en la calle.
—La estirada de Wendy jamás haría eso. Puede ser todo, menos una mala persona. Tranquila, ya hablé con ella, dejará que te quedes— suelto un suspiro de alivio —. Le conté todo por lo que estás pasando y se compadeció.
—¡¿Qué?!
Es increíble la habilidad que tiene Tamara para hacer que pase de amarla a odiarla en menos de un segundo. ¿Cómo se atrevió a contarle a su prima que estoy escapando de un mafioso que cree que le robé?
Dios, que vergüenza.
—Relájate. Solo le conté por encima, y cambiando un poco los hechos.
—¿Qué le dijiste exactamente?
—Que huyes de tu novio abusador y que no vas con tu familia porque peleaste con ella por irte con él. Tengo mucha imaginación, ¿verdad?
—Mhm— digo no muy convencida —. ¿Cómo ves la cosas por allá?
—No lo sé, apenas me estoy alistando para ir al club. Estaba pensándolo y, ¿no sería bueno que yo hablara con Viktor y le explique todo, es decir, como en realidad sucedieron las cosas?
Ruedo los ojos.
—¿Eres estúpida?— le pregunto. Ella me devuelve el insulto —Si haces eso por supuesto que no te va a creer, Tamara. Además, no es como si yo fuera completamente inocente tampoco. Recuerda que ayudé a Alec a entrar a su oficina aún sabiendo su intención de robarle.
—Cierto, no pensé en eso. ¿Sabes? No entiendo por qué coño lo hiciste.
—Me ofreció dinero. Pero ya no hablemos de eso, que siento vergüenza hasta conmigo misma.
—Está bien. Bueno, te llamo luego. Tengo que irme.
—De acuerdo— me despido y cuelgo.
Me levanto de sofá para poner el teléfono inalámbrico en su base. En ese mismo momento Wendy sale del baño con una bata de baño y su cabello goteando.
—Dormirás en aquella habitación— me dice, apuntando con la barbilla la puerta detrás de mí.
Este es un departamento muy sencillo, pero organizado. El recibidor, la sala y la cocina son un área común y desde él se pueden ver tres puertas que son: el cuarto de baño, la habitación principal y la de huéspedes, respectivamente, donde yo dormiré.
—Está ordenada y te agradecería que la mantuvieses así— continúa.
—Entendido— respondo, aunque internamente ruedo los ojos —. ¿Puedo usar el baño?
—Claro, pero no hagas desorden.
Wendy entra en su habitación y yo agarro mi maleta para entrar a la -temporalmente- mía y acomodar mis cosas. Cuando lo hago no sé si reír o llorar.
¡Esto parece un armario de limpieza en vez de un dormitorio!
No es que haya estado esperando más, ni que yo sea demasiado exigente, no. ¡Pero la alacena debajo de las escaleras que fue la habitación de Harry Potter es una suite comparada con esta!
Puedo recorrerla toda dando tres pasos y las paredes no están pintadas, son color cemento. Hay una cama individual, una diminuta mesa de noche colocada a su lado y un gavetero. Todo el inmueble mencionado anteriormente está hecho de madera aparentemente de roble que, junto a la decoración -demasiado- minimalista, le da un toque más... interesante a la habitación.
Me pregunto como habrán hecho para meter todo eso aquí.
En fin, es esto o la calle.