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Unos suaves labios rozaban la piel de mi cuello estremeciéndome por completo ante el deseo, su mano acariciaba la silueta de mi cintura acelerando mi respiración, me voltee lentamente buscando su rostro y envolví mis brazos alrededor de su cuello para acercarlo más a mi cuerpo, aceptando que siguiera tocándome, el cabello de Evans era suave entre mis dedos, su piel era cálida contra la mía. Mis manos descendieron por sus hombros y acariciaron una extraña superficie que parecía adherida a la piel de su espalda, me eché hacia atrás cuando él comenzó a cernirse sobre mí, y de repente unas enormes alas negras se extendieron desde su espalda...
Eres perfecta Eclipse.
Abrí los ojos sintiendo mi corazón acelerado, me senté en la cama y pasé una mano por mi frente, tenía una ligera capa de sudor, miré a mí alrededor, estaba sola en mi habitación. ¿Qué mierdas pasaba conmigo? ¿En serio había tenido un sueño húmedo con Evans? ¿Y qué rayos con las alas? Esto era el colmo, mi propia mente me traicionaba.
Tú eres perfecta Eclipse.
Joder, apenas tenía 14 años y ya andaba de calenturienta.
Sentía mi garganta reseca, tenía demasiada sed y estaba extrañamente molesta probablemente porque me desperté en la mejor parte del sueño. Solté un suspiro y bajé las escaleras media adormilada por algo de agua. Todas las luces estaban apagadas, quería decir que ya Hura se había acostado a dormir, cuando miré la hora en el microondas me di cuenta que eran las 10 pm, mi madre no llegaba hasta las once.
Tomé un poco de agua y miré a través de la ventana de la cocina la camioneta negra que suponía era de Evans todavía estacionada afuera de la casa, ¿acaso se había quedado a dormir? ¿Seguía en la casa?
— ¿No puedes dormir?
Esa voz me sobresaltó y el vaso de vidrio cayó de mis manos rompiéndose en miles de pedazos contra el suelo, cerré los ojos y aspiré profundo, sobraba decir que yo era un desastre.
—Mierda —susurré volteándome, observé a Evans apoyado descuidadamente de la encimera, mis ojos bajaron a su torso desnudo donde mantenía sus musculosos brazos cruzados sobre su pecho.
¡¿Por qué coños no tenía camisa?! ¡¿Quería darme un infarto?!
Sentí acalorarme y mis mejillas cosquillear, lo que usualmente me ocurría cuando me sonrojaba, reaccioné obligándome a quitar la mirada de su escultural cuerpo de dios griego y me agaché rápidamente a comenzar a recoger los pedazos de vidrio, mi madre iba a matarme por romper sus costosos vasos de estampado de animales.
—No, no pude dormir —murmuré sin atreverme a mirarlo sintiéndome de repente nerviosa—. No sabía que ibas a quedarte a dormir aquí...
Relájate, Eclipse, joder.
—Hura me estaba ayudando a sacar unas cuentas del bar y terminamos muy tarde, no veo muy bien de noche, así que preferí quedarme.
¿Uh? ¿Tanta confianza tenía con mi hermano? Si hubiera sabido que se iba a quedar me hubiera puesto un pijama decente y no solo el enorme camisón de Peppa que tenía puesto en este momento.
Boté los trozos de vidrio en la papelera y un pedazo se me incrustó en mi pulgar, ahogué un gemido y lo saqué rápidamente observando una gota de sangre comenzar a escurrirse de mi piel.
—Cálmate, ¿te pongo nerviosa? —dijo Evans comenzando a caminar hacia mí, yo intenté actuar normal pero sentía que mi corazón estaba frenético y mis movimientos se volvían aún más torpes.
Caminé hacia el fregadero y dejé el agua correr sobre mi mano evitando su mirada.
— ¿Tú ponerme nerviosa? —Dije soltando una ridícula risa floja— considerando que te eché la comida encima, creo que me atemoriza tu rara calma.
Escuché una leve risa detrás de mí que me estremeció la espalda, a pesar de que no me tocaba, sentía que estaba demasiado cerca y la respiración comenzó a fallarme.
Me iba a dar un infarto.
—Ni siquiera te atreves a mirarme —dijo—, tus manos están temblando.
Vaya, que engreído.
Cerré el grifo, tomé el trapo de la cocina y me sequé las manos para disimular mi estúpida tembladera, me voltee observando que él estaba justo detrás de mí y quedamos frente a frente, demasiado cerca para mi salud mental.
Mi pecho sintió una extraña sensación y creí que me iba a desmayar, odiaba que él fuera mi crush, odiaba que me pusiera así.
Maldición, era tan hermoso.
—Estoy temblando porque tuve una pesadilla —dije por fin, forzando cada parte de mi cuerpo a controlarse.
Muy bien Eclipse, contrólate.
—¿Una pesadilla? ¿De qué? —indagó, su mirada en la tenue luz era completamente envolvente, sus ojos parecían sobresaltar como una serpiente hipnotizando a su víctima.
Eres perfecta.
Mi corazón traicionero comenzó a acelerarse y mis manos comenzaron a temblar más aún pero lo disimulé todavía con el trapo secando mis manos.
No pienses en él besando tu cuello.
Joder, ahora estaba pensando en él sobre mí besando mi cuello.
—Yo, uhm... algo —dije, aclaré mi garganta y decidí subir de vuelta a mi habitación para acabar con mi tortura, pero él me tomó de la muñeca y me detuvo, casi me desmayé.
Lo miré expectante, él parecía extrañamente interesado en mí, un momento... ¿Qué hacía él a esta hora en la cocina?
— ¿Qué soñaste? —Instó. Mi mirada cayó en sus labios que se estiraban lentamente en una ligera sonrisa.
Contigo sobre mí.
¿Por qué esto se sentía como si estuviera coqueteándome?
¿Evans Damon estaba coqueteándome?
No... ¿Sí? ¿Era posible?
Aclaré mi garganta y me encogí de hombros intentando restarle importancia.
—Eso no te importa —dije evitando mirarlo a la cara pero sintiendo un fuerte sonrojo llenar mi rostro.
— ¿Qué? —Dijo curioso—, ¿acaso soñaste conmigo?
— ¿Cómo supiste? —Las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas así que agregué rápidamente: — Es decir, no, no soñé que me besabas.
Me forcé a cerrar la boca y apreté los labios.
¿Qué coños pasa contigo Estúpida?
¡Ya nos expusiste!
Evans ladeó la cabeza a un lado y su sonrisa se anchó haciéndolo lucir condenadamente guapo, en la oscuridad sus ojos brillaban pareciendo dos esmeraldas que podían traspasar mis pensamientos.
Joder, ¿Por qué tienes que ser tan hermoso?
—¿Entonces tuviste un sueño húmedo conmigo? —Soltó una ligera carcajada—, ¿Quieres que lo hagamos realidad?
Espera...
¡¿Qué?!
Apreté los labios y sentí todo mi cuerpo llenarse de calor, necesitaba gritar, lanzar fuego artificiales o simplemente soltar unos gritos desquiciados mientras saltaba como toda una niña porque me estaba proponiendo esto.
Pero mi cuerpo reaccionó diferente.
Mis pies comenzaron a huir de la cocina, Evans me volvió a agarrar el brazo y me volteó bruscamente pegándome contra su torso, ahogué una exclamación y me quedé sin aire cuando noté lo cerca que estábamos.
Mierda.
¡MIERDA!
Evans colocó una mano en mi cintura y me pegó contra él, metió su otra mano dentro de mi cabello para mantener mi cabeza fija y alzada hacia él, creo que nunca había estado tan cerca de ningún chico antes, olía a jabón y su piel estaba fría, al parecer se había bañado antes de dormir.
En este punto estaba embobada.
—Dime que pare y lo haré —sugirió, su voz había bajado una octava pareciendo más profunda y seductora.
Debes decirle que pare.
Debes detenerlo Eclipse.
Recuerda que Emma dijo que debes valorarte, ten dignidad...
Abrí la boca para decírselo, pero todo mi cuerpo reaccionó de manera diferente, le gustaba lo que ocurría, quería que me besara ahora. Evans inclinó la cabeza y su nariz rozó la mía, mi corazón latía aceleradamente, y mis labios humedecidos temblaban ante la anticipación, respirábamos casi el mismo aire y entonces...
