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Capitulo 5

Despierto y bostezo. Entonces miro a mi alrededor y recuerdo todo lo de anoche. No me arrepiento de haber besado al profesor Garex, de eso estoy más que segura. No se porque, pero simplemente no estoy arrepentida. Incluso podría ir en este momento y besarlo de nuevo.

Sus labios eran tan suaves, carnosos y con un delicioso sabor a cereza. Muerdo mi labio inferior y tomo un baño rápido. Me seco lo más rápido que pueda el cabello y me coloco la pijama de nuevo.

Enjuago mi boca con un enjuague que encontré encima del lavabo y bajo las escaleras. Entonces me encuentro al profesor Garex en bóxer, mis mejillas se sonrojan al verlo, entonces él se voltea y sonríe.

-Buenos días, bella durmiente.—Dice, yo simplemente río nerviosa.— ¿Te molesta que este así por mi casa?.—Pregunta y yo niego, muerdo mi mejilla interior y me siento en la barra de la cocina.

El señor Garex me sirve un huevo y dos pedazos de tocino y un pan tostado y me pone el bote con mantequilla de maní al lado.

Entonces veo que él se sirve tres huevos, cuatro tocinos y dos panes, río por lo bajo.

Entonces comienzo a comer con tranquilidad y podía ver como el señor Garex a veces me miraba. Mis mejillas se sonrojan y termino de comer un poco después que él.

Lo atrapo mirándome y me sonríe, le devuelvo la sonrisa, entonces él se levanta, se coloca entre mis piernas y me besa. Yo le devuelvo el beso, siento su mano acunar mi mejilla y la otra mi seno.

Gimo y paso mi mano por su pecho desnudo. Entonces me separo de él y comienzo a besar desde sus labios, hasta su cuello. Dejando unos húmedos y tiernos besos, y cuando llego a su pecho muerdo levemente, él gruñe y me toma de los muslos, enredando mis piernas en su cintura.

-Déjame verte en ropa interior antes de que te vayas.—Gime y yo suspiro al sentir su caliente aliento en mi cuello, asiento y de nuevo me lleva escaleras arriba hasta una nueva habitación más grande y más elegante.

Me recuesta delicadamente en la cama y se deshace de los bóxer y la camiseta.

Entonces me admira detalladamente, veo como relame sus labios y su bulto comenzaba a crecer.

Entonces comienza a besar desde mi vientre hasta mis senos donde, por encima de la tela, muerde mis pezones.

No me evito gemir

-Señor Garex.— Gimo y él se separa de mi.

- Yahír.— Dice y yo lo miro directamente.- Dime Yahír.— Murmura y yo sonrío.

Entonces comienza a besar mi cuello y a succionar un poco de este. Suspiro y jalo un poco sus rizos, él simplemente gime cada vez que lo hago, suelto un chillido cuando siento que muerde de mis senos y besa la parte desnuda de mi cuerpo.

-Lamento no poder darte más placer, Yahír.— Susurro y él sonríe.

-No te preocupes, sé que no tienes experiencia en esto, esta bien por mi.—Dice y yo sonrío avergonzada.— Pero tienes que prometerme que nadie sabrá de esto.— Murmura y yo asiento, entonces le muestro mi meñique y él lo corresponde.

-¿Qué va a pasar después de aquí señor Garex?.—Pregunto y él balbucea.

-Lo que quieras, pequeña.—Murmura y yo sonrío.

Entonces nos seguimos besando por un rato hasta que escuchamos un teléfono sonar.

- Deja que suene la contestadora.— Gruñe y yo niego. Nos separamos y Yahír contesta.— No....¿Es necesario?....¿Justo ahora?.... Mierda...Bien.— Gruñe y cuelga. Entonces se coloca encima de mi y vuelve a besarme.— ¿Te lastime?.— Pregunta y yo niego.

Entonces él simplemente acaricia mis senos y besa la parte desnuda de mi cuerpo.

-¿Qué paso?.— Pregunté y él niega.

-Tus labios son adictivos, ¿Sabias eso?.—Pregunta y yo río, entonces muerde mis labios, yo suspiro.— Podría besarte todo el día.— Susurra acariciando mi rostro, y siento mi corazón acelerarse.

-Creo que ya es hora de que vaya a casa, señ....Yahír.— Susurro y él simplemente me mira por unos cuantos segundos y después asiente.

Me levanto y veo como camina hacia un closet y se pone unos pantalones negros y una camisa blanca. Lo miro detenidamente. Sus cabello de oro caía por su rostro y se ve tan jodidamente caliente.

-¿Has terminado tu inspección? ¿Encontraste algo mal?.—Pregunta y yo trago saliva, niego.

Me levanto y camino buscando la habitación en donde dormí y cuando la encuentro simplemente me deshago de mis prendas hasta quedar en ropa interior y me coloco la falda y la chaqueta de ayer.

Tomo mis tacones, mi bolso y en cuanto me doy la vuelta veo al señor Garex recargado en el marco mirándome directamente. Trago saliva

—Ven.— Murmura y estira sus brazos hacia mi, camino lentamente hacia él y me introduzco en sus brazos, el simplemente me abraza. Recargo el lado izquierdo de mi rostro en su pecho y siento como besa mi cabello.

- Por favor, si te llegas a arrepentir de lo que paso, no vayas a mi oficina.—Susurra y mi cuerpo se tensa.

- Pero....

-Todo puede pasar, Isabella. Ni tu ni yo somos dueños de tus sentimientos, y yo no te forzare a hacer algo que no quieres.— Murmura, lo miro a los ojos y asiento.

-Pero no me arrepiento.— Susurro y me acerco a él para besarlo, pero él hace su rostro a un lado y el beso cae en su mejilla. El calor sube a mi rostro y la vergüenza en todo mi cuerpo. Él me abraza con más fuerza.

-Eres muy adictiva, Isabella.— Murmura en mi cabello.— No sé porque cojones, pero lo eres. Y estoy cayendo en tus encantos, lo admito.— Suspiro. Entonces él me olfatea.—Mierda hueles bien.— Gruñe, yo río.

-¿Nos vamos señor Garex?.— Pregunté inocentemente, él traga saliva y asiente.

Me voy enfrente de él y comienzo a mover mis caderas, exagerando el movimiento un poco. En cuanto llegamos al piso de abajo yo simplemente sigo al señor Garex y ambos nos subimos en su auto. El comienza a andar y yo reviso mi teléfono. Entonces sé que debo de ir a donde está Liz, porque mi familia se fue a visitar a mi abuela sin mi, ¡Genial!.

Llamo a Liz y se tarda unos cuantos minutos pero contesta.

Llamada Telefónica

- ¿Hola?.

- ¿Dónde estas?, Necesito ir contigo, mi familia salió.— Digo y ella gruñe.

-En casa de Luke, quédate en tu casa.— Dice y yo bufo.

- Pero es que no tengo llave de mi casa.— Digo obvia y el silencio se hace presente.

-No me digas que dormiste en la casa de un chico, Isabella.— Dice y yo ruedo los ojos.— ¡Ya no eres virgen!.— Exclama y yo abro mis ojos como platos.

-Mira, solamente dame la dirección de la casa de Luke, por favor.—Pido y ella gustosa me lo dicta, bufo.—Te veo en un rato.— Y cuelgo antes de que pudiera gritar otra cosa.

Fin Llamada Telefónica

Le digo al señor Garex donde necesito ir y él asiente. Recargo mi cabeza en la ventana y de un segundo para otro siento la mano del señor Garex en mi pierna

- No me arrepiento, señor Garex, sé que usted si, pero mi respuesta es no.— Digo y él ríe.

-No es eso.— Dice y yo lo miro.—Yo no, yo no me arrepiento tampoco.— Relamo mis labios.— Pero, te quiero decir, que por favor pienses en todo lo que paso y el lunes me digas si la dejamos hasta aquí, o si quieres seguir.— Murmura y yo ladeo mi cabeza, él suspira.— Si decides dejarla hasta aquí, ambos olvidamos lo que paso y seguimos siendo simplemente maestro y alumna. Si decides seguir, creo poder ayudarte con tus dudas.— Susurra y yo trago saliva.

-¿Qué dudas?.— Pregunto y él para el auto. Se acerca a mi y me besa.

-Hasta el lunes, señorita Beckett.— Dice y veo que ya habíamos llegado a mi destino.

- Yahír, ¿Qué dudas?.— Pregunto y él simplemente me ignora.

Me bajo del auto y en cuanto toco el timbre escucho:

-La espero el lunes en mi oficina.— Dice Yahír y simplemente se va. Entonces la puerta se abre y Liz brinca emocionada.

-Cuéntame todo.— Exclama, sacudo mi cabeza. Sonrío y niego.

Me introduzco en la casa y me siento en el sillón. Entonces recuerdo al señor Garex en bóxer, sus rojizos labios besar mi cuello y sus manos acariciando mis senos. Mierda, por más que intente no podré arrepentirme. Entonces Liz abre sus ojos como platos al verme, sacudo mi cabeza.

-¡Tienes un jodido chupete en el cuello y debajo de tus senos!.— Exclama emocionada, abro mis ojos como platos y miro hacia bajo para encontrarme con un hematoma recién formado, trago saliva.— ¡Ahora si no tienes escape, señorita! Cuéntame todo.— Chilla y Luke se nos une, sentándose al lado de Liz.

-Huele raro aquí.— Digo y ellos ríen, frunzo el ceño.— No tengo nada que contarte, no hicimos nada.— Digo y ella alza sus cejas.— Simplemente no te encontré y me había aburrido así que un chico muy caballeroso se ofreció a llevarme a mi casa pero le dije que no tenía a donde ir, así que me ofreció su casa. Acepté. Y me dio pena dejarlo sin nada así que nos besamos, el se emocionó un poco y me dejo esos hematomas.— Miento y me encojo en hombros.— Pero no paso nada más, ni siquiera le deje quitarme la falda.—Liz bufa. Luke comienza a besar su cuello.— ¿Tienes la copia de las llaves que te di de mi casa?.— Le pregunto a Liz y ella piensa por unos segundos y asiente.

-Están en mi bolso.

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