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Daddy

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Franchesca Welsch
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Sinopsis

El sube sus labios hasta mi mandíbula, aprieta más mis senos y acaricia mi mejilla, lo único que yo logro hacer es soltar un leve gemido - Me vuelves loco .—Entonces succiona desde mi mandíbula a mi clavícula, siento como me recuesta poco a poco, y da pequeños besos húmedos por todo mi cuerpo. Aún traía puesta mi ropa interior, pero cada vez me sentía más caliente, sentía mi entrepierna humedecerse cada vez más. - ¡Papi!..—Suspiro y el succiona en mi vientre. El comienza a deshacerse de mis bragas poco a poco. - No quiero verte llorar por una estupidez como la de hoy .— Susurra y mis bragas quedan pérdidas en la habitación.—No quiero que vuelvas a dejarte llevar por lo que diga la gente .—Entonces sus dedos de su mano izquierda se colocan en mi entrada, mientras su mano derecha se dirige a mi sostén .—Tienes que entender que nosotros somos responsable de lo que nosotros hagamos, y a nadie le importa nuestros asuntos. - Pero papi.... - ¡Isabella Beckett!.— Dice, y se que su paciencia se estaba agotando. Tragué saliva, el se coloca encima de mi, y se introduce dentro mío sin avisarme, gemí y arqueo mi espalda. Coloca su rostro en el hueco de mi cuello, y me comienza a besar cariñosamente. - Prométeme que no te volverás nunca más a dejarte llevar por lo que las demás personas te digan, ni lo que escuches de las demás personas, sobre nosotros.—Dice y me mira a los ojos, esos ojos color miel penetrantes que podrían matar de solo verlo. Sonrío y lo beso, el sonríe entre el beso, y yo comienzo a reír. - Lo prometo papi...— Reí y el vuelve a besarme. - Hazlo oficial .— Dice y yo sonrío Entonces levanto mi dedo meñique y el me corresponde con su dedo meñique . Ahora si voy a follarte hasta que pensemos que has quedado invalida.

RománticoMulti-MillonarioUna noche de pasiónSEXODramaCEODominantePosesivoEmpresario

Capitulo 1

-Gracias, Jake.—Digo antes de salir del auto.

Mi hermanastro levanta la mano en forma de despedida y yo sonrío levemente. Bajo un poco más mi falda ya que noto la mirada de algunos chicos en mis piernas. Mis mejillas se sonrojan y yo camino a un paso más rápido hasta llegar a mi aula.

-A la otra puedes avisarme con anticipación que Jake te va a traer, y así puedo irme contigo y coquetear con el.—Dice Liz, río y ruedo mis ojos.—¿Sabes? He estado pensando seriamente en eso y llegue a la conclusión de que tu hermanastro y yo haríamos muy buena pareja.

–Eres demasiado buena para él.— Río y ella hace un puchero.—Seamos sinceras, Jake es un patán.—Río y ella bufa.

-¡Pero es tan sexy!.—Exclama en un susurro, ruedo los ojos.—Y dicen que es muy bueno en la cama.— Alza sus cejas, frunzo el ceño.

-Pues me imagino, cada que una chica va a la casa sale como pingüino.— Río y Liz muerde su labio.

- ¡Iugh!. – Ella comienza a reír conmigo y el profesor entra al aula, me siento adecuadamente y saco mi cuaderno azul de matemáticas.

Él nos comparte el tema de hoy y yo tomo notas de lo que creo más importante. Odio las funciones.

Cuando la campana timbra saco ahora mi cuaderno rosado, mi favorito. Entonces el profesor Payne entra, y algunas susurran entre si.

El profesor Payne entro el año pasado y ha estado matando a las chicas desde entonces, sonrío por lo bajo.

-Buenos días clase.—Él dice en voz alta, y remanga su camisa.

—Buenos días profesor Payne.—Todos responden.

Parecíamos niños de primaria, lo sé, pero es lo que al profesor Payne le gustaba. Él sonríe y escribe una pequeña frase de un famoso griego, como siempre. Y mientras explica, muchas chicas simplemente se le quedaban viendo, otras hacían apuntes como yo.

Liz, miraba su trasero a la vez que mordía su labio. Río por lo bajo y niego.

-Señorita Beckett ¿Me podría contar el chiste?.—Pregunta el profesor Payne, trago saliva.

-Es que recordé algo, profesor.

-¿Está segura?.—Pregunta y me voltea a ver de reojo, asiento.— Por favor quédese al final de la clase.— Termina diciendo y yo suspiro y asiento.

Los minutos comenzaban a ser eternos, y cuando la campana suena, suspiro y hecho todas mis cosas a mi mochila. Todos salen y el profesor Payne me espera detrás de su escritorio. Me siento en mi correspondiente escritorio y espero a que hable.

—Ahora si, ¿Me podría decir cual era el chiste?.— Pregunta y yo bajo la mirada.

-Una compañera se le quedaba viendo directamente al trasero, no se, me pareció gracioso.—Susurro y él alza sus cejas.

-¿Quién fue?.— Pregunta y yo niego.— Isabella, dime ahora.

—No puedo, señor.— Murmuro.

No iba a echar de cabeza a Liz. Él cierra su libro con dureza y saca una libretita, maldigo por lo bajo. Él me voltea a ver y niega, mientras yo suspiro.

-Bien, entonces te esperan dos semanas de tutoría con el consejero.—Dice y sonríe, frunzo el ceño. Me entrega el papel y yo lo leo, me encojo en hombros y trato de salir de la sala.—¿Acaso le dije que saliera?.—Pregunta y yo me disculpo y vuelvo a entrar.—dame ese papel.— Dice, suspiro y se lo entrego.—Ahora si, hasta mañana señorita.—Dice y me entrega el papel.

Lo tomo y salgo del salón de clases.

Miro el papel:

5 semanas de tutoría diaria, empezando hoy a las 3:00pm.

Abro mi boca sorprendida. Corro hacia Liz y ella me mira confusa.

-¡El jodido profesor me puso 5 semanas de tutoría con el consejero!.— Exclame entonces frunzo el ceño.

- ¿Consejero?.—Pregunta y yo asiento. —Oh si, Miss Patty renunció.—Murmura, arrugo mi nariz.— Dicen que el nuevo consejero que la cubrió es joven, es todo lo que he escuchado hasta ahora, ¡Ah! Y casi olvido, también escuché que es muy bueno.—Dice y relamo mis labios.

—Yo solía tener sesiones con Patty todas las tardes, a veces en su casa, a veces en la mía.— Digo y ella hace una mueca de lado.—Ella me hizo así.— Susurro casi inaudible y Liz voltea a ver a todos los lados. Entonces sonríe.

-Ese chico, esta en nuestra clase de arte, es australiano.—Susurra y yo volteo a ver sin disimular.

Un chico alto, y guapo con un piercing en su labio comienza a caminar por todo el comedor.

— Acaba de llegar, casi no tiene amigos.

-Corre.— Murmuro y ella sonríe.

-¿Debería..?

-Oh, por supuesto que si.— Digo y ella se levanta, comienza a caminar hacia él con paso apresurado, río y comienzo a comer una fruta picada que había traído.

Siento una mirada sobre mi, pero decido no voltear. La campana suena unos quince minutos después y yo tomo mis cosas para caminar hacia mi aula. Entonces el señor Payne entra, frunzo el ceño.

-Bien clase, hay unos cambios. Como sabrán, la señora Patty ya no se encuentra en nuestra institución.—Dice el profesor .— Y es por eso que ahora el profesor Garex les compartirá la clase de Ética.—Dice y todo mundo comienza a murmurar.

La maestra Patty era como mi mamá. Era la psicóloga de la escuela y sabía todo sobre mi, era como mi segunda mejor amiga. Bufo, y entonces el silencio se hace presente.

-Buenos días .—Una voz ronca suena, todos responden con un:

-Buenos días, señor Garex.— Entonces el señor Garex ríe. Bajo la mirada.

-Veo que falta alguien.—Dice, frunzo el ceño y volteo. Liz, mierda.

-Es Liz, tuvo una emergencia y tuvo que ir corriendo al baño.—Digo y volteo a verlo. Ojos mieles, Mandíbula bien marcada, cabello como oro y una figura asombrosa. Relamo mis labios.

—Está bien, sólo esperemos que llegue a la clase.— El dice y yo asiento.

Miro a todas las chicas y se notaba a metros que se lo estaban desnudando con la mirada

- Bien, creo que al ser un maestro nuevo tendrán preguntas sobre mi, ¿Cierto?.—Dice y todas las chicas levantan su mano, él sonríe.

-¿Cuántos años tiene? .—Pregunta Marlene.

- 25 años.—Responde y la gran mayoría suspiran, y no de encanto.

—¿Está casado?.— Preguntan y él niega.

-Soy soltero.—Se encoge en hombros.

—¿Tiene hijos?.—El niega de nuevo.

-Todo a su tiempo.

-¿Es gay?.—Un chico pregunta y todos ríen, inclusive el señor Garex.

-No.— Ríe.—Me gustan las chicas.— Responde con una sonrisa en su rostro.—Bien, basta. Ahora es mi turno de conocerlos a ustedes.—Dice y apunta hacia la primera chica de la fila contraria a la mía.

Entonces todos comienzan a presentarse, y por el orden en el que va, sé que seré la última.

-Robert Wilson, diecisiete años, nací aquí en Londres y me gusta el Basketball.—Dice el compañero detrás de mi y se sienta. Suspiro y me levanto.

-Yo soy Isabella Beckett, tengo diecisiete años, me gusta cantar y bailar.—Me encojo en hombros y me siento.

El señor Garex se me queda viendo unos segundos más y asiente. Entonces la campana suena y todos comienzan a guardar sus cosas.

-Que tengan una excelente tarde.—El señor Garex dice y se retira.

Tomo mis cosas y comienzo a caminar hasta la sala de maestros, entonces me siento en la sala de espera hasta que la recepcionista me habla.

-¿El señor Payne de nuevo?.

-Si, me sigue odiando.—Río y Luisa ríe conmigo.

-El señor Garex te espera en su oficina – dice y yo agradezco. Busco la puerta con el nombre y toco tres veces hasta que la puerta se abre y el señor Garex sonríe.

-Señorita Beckett, pase.—Dice alegre, sonrío y me siento en las sillas enfrente de su escritorio. Lo miro y veo como cerraba la puerta con seguro, frunzo el ceño.—Dime, ¿Porqué estás aquí?.—Pregunta y yo suspiro.

—Porque me reí en la clase, y el profesor pensó que me reía de él.—Murmuré sin mirarlo y él ríe por lo bajo.

- ¿Y por qué te reías?.—Pregunta y yo balbuceo.

-Una chica babeaba al ver su trasero y me pareció gracioso.—Murmuro y él asiente levemente.—Y bien, ¿Cuál será mi trabajo por estas cinco semanas de sesión?.—Pregunto y él frunce el ceño.

-Oh no, señorita Beckett.—Murmura.—En realidad ya hable con el director para decirle mi manera de trabajar. Lo que busco en esta sesión es...Mejorar su conducta y con trabajos no lo lograré. Así que tome esta sesión como una... manera de conocernos mejor.— Susurra y yo ladeo mi cabeza confundida.

-No entiendo.

-Mire, me gustaría conocerla más, para poder ayudarla mejor. Me gustaría saber que le gusta y que no, su rutina diaria, entre otras cosas.—Dice y yo asiento, entonces saca unas hojas y me las entrega.—Por favor responda esto, y después de responderlo puede retirarse.—Sonríe y yo asiento.

Entonces comienzo a leerlo.

Nombre completo: Isabella Marie Beckett

Edad: 17 años.

Fecha de nacimiento: 22/07. -Suspiro.

-¿Le molesta si subo mis pies al sillón?.—Pregunto y él sacude su cabeza.

-Para nada, por favor, siéntase cómoda.—Dice y yo agradezco en voz baja.

Me acomodo lateralmente y subo mis piernas en el sillón. Muerdo mi labio y sigo leyendo. Las preguntas eran básicas. Mi domicilio, el número de mis padres, etc. en cuanto termino la primera hoja le doy vuelta y leo.

Esto ya era un poco más personal. Me preguntaba sobre mis sueños, mis viajes, mis pensamientos, etc. Cosas básicas.

Entonces le doy vuelta y me encuentro con la tercera hoja. Toda esta hoja se trataba sobre mis relaciones y...

- Disculpe.—Interrumpo al señor Garex y él me mira.— ¿Ah qué se refiere con el tipo de relaciones que me gustan?.— Pregunto ladeando mi cabeza y él relame sus labios.

-Me refiero a amorosa, sólo sexo, incluso...

-Ok, ya entendí.— Río y él asiente Suspiro, pues el único tipo te relaciones que he experimentado ha sido amoroso, relamo mis labios.— ¿Y si no estoy segura?.—Pregunto y él sonríe.

-Entonces ponga la opción.—Susurra y no deja de sonreír, me encojo en hombros y miro la opción:

•No estoy segura(o).

Ruedo los ojos y río de mi misma. Miro las siguiente preguntas:

¿Cuál es tu preferencia sexual?: Heterosexual.

¿Cuál es tu preferencia de edad?.

-Disculpe.—Susurro y el señor Garex me pone atención.— ¿Ah que se refiere con mi preferencia de edad?.

—La edad que te gusta que tengan tus parejas.— Responde y yo asiento.

Entonces respondo:

Mi misma edad o unos cuantos años mayor.

Sigo contestando algunas preguntas hasta llegar a las últimas.

¿Qué tan frecuente tiene relaciones sexuales?

Siento mis mejillas sonrojarse. Entonces escojo la primera opción:

nunca he tenido relaciones sexuales.

—Esto no lo va a ver nadie, ¿cierto?.—Pregunto y él niega.

-Este es un examen que solía poner, en la escuela anterior a la que enseñaba, a todos mis alumnos.—Responde y yo asiento.

-¿Y por que ahora no nos lo puso a todos?.—Pregunto y él sonríe.

-En realidad se los pondré en la próxima clase.— Responde y yo ladeo mi cabeza.

—¿Y por qué me lo pone a mi hoy?.—Pegunto y él relame sus labios.

-Porque a ti te tengo que conocerte más que a los demás-responde.—Ah ti te veré todos los días por casi un mes. A los demás los veré dos veces a la semana.—Asiento y bajo la mirada.

¿Se referiría a usted mismo(a) como un sadomasoquista?

Estas pregunta son jodidamente extrañas. Tomo mi teléfono y busco la definición de sadomasoquista, trago saliva al leer. Pero en realidad tenía la duda. Sexualmente no tengo una respuesta, nunca he experimentado nada de eso.

Miro las opciones:

Suspiro, dudo por unos segundos y entonces decido escribir

“No lo sé, nunca he experimentado nada como eso”

Me encojo en hombros y sigo leyendo:

¿Nunca he cometido incesto?: No

Me pregunto que hace el señor Garex con esta información. Digo, ¿Con esto, que puede diagnosticar?

¿Ninfomanía?

Quizás.

Sigo leyendo:

¿Que tan seguido se masturba?

Dios mío, siento mis mejillas arder como nunca. Odio hablar de sexo, se que es algo natural pero, ¡Por Dios! para mi es un taboo.

“Nunca he masturbado”

Entonces contesto la última pregunta:

¿He tenido sexo con alguien (+8 años) mayor que yo o he tenido una relación con él?: “Nunca”

-Terminé .—Digo feliz y él sonríe.

-Hasta mañana, señorita Beckett.— Dice. Tomo mis cosas y salgo casi corriendo.

Fue un cuestionario extraño. Pero tengo que admitir que me dejo con muchas dudas.