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Capitulo 2

El día se me ha pasado lento, tengo que admitirlo. Todas las clases han estado de lo más aburridas, más la del profesor Payne. No sé porque pero hoy lo atrapé viéndome las piernas y cuando se dio cuenta simplemente se aclaro la garganta y siguió dando su clase como lo normal. No lo entiendo.

—Pueden salir a su descanso.— El señor Payne dice, miro mi teléfono, faltan diez minutos para el receso, frunzo el ceño. En cuanto trato de salir el profesor Payne me detiene

- Señorita Beckett, por favor baje más su falda y siéntese correctamente.—Murmura y yo trago saliva y asiento. Pero lo ignoro.

Camino hasta la mesa donde típicamente me sentaba con Liz y veo una figura masculina sentada ahi, frunzo el ceño.

—¡Oh, Isabella! El es Luke, el nuevo chico .—Dice, entonces lo miro y sonrío. Lo saludo y él me devuelve el gesto. Miro a Liz, suspiro. Ya se lo cogió.—Viene de Australia y se quedará aquí hasta terminar preparatoria.—Comenta Liz y se acurruca, Luke simplemente acaricia su cabello.

Sonrío y comienzo a comer mi típica fruta. En cuanto la campana suena entro al aula rápidamente y las clases comienzan a pasarse rápido, y en menos de lo que esperaba ya me encontraba en la sala de espera para entrar en la oficina del señor Garex.

-Señorita Beckett pase por favor.—El señor Garex habla, me levanto con mis cosas y paso. Me siento rápidamente y el señor Garex relame sus labios.— ¿Cómo esta el día de hoy?.—Pregunta amablemente, asiento.— ¿Sabe? Me quedé pensando en las preguntas que me hizo ayer y pude darme cuenta que, se quedo con muchas dudas.—Dice y yo asiento.—Bien, puede aprovechar esta hora para que yo le responda sus dudas.—Comenta, relamo mis labios.

—No recuerdo mis dudas, ¿Podría darme el papel de nuevo.—Pregunto y él traga saliva.

-Lo siento, una vez entregado no puedo devolverlo.—Dice y yo asiento.— Pero lo que recuerde puedo responderle.- comenta, asiento y comienzo a pensar.

-Mi tipo de relaciones, antes de que yo lo interrumpiera iba a decir algo.—Susurro y él asiente.

-Bien, señorita.

- Dígame Isabella por favor.—Digo y el asiente.

—Bien, Isabella. En realidad existen varios tipos de relaciones.—Dice y yo asiento.—Relación normal: Chico se enamora de chica. Chico sale con chica. Después de un tiempo, chico y chica viven juntos, lo normal.—Dice, asiento.—Relación de sólo sexo: Donde todo es sexo, sexo y sexo. Cero, sentimientos, cero amor, cero nada.

-Sólo sexo.—Digo y él asiente.

—Luego, esta la relación a distancia: Donde pues la pareja esta separada por kilómetros.—Dice, relamo mis labios y asiento.— Está la relación masoquista: Donde se hacen daño, pero lo niegan.

—¿Qué tipo de daño?.—Pregunto y él balbucea.

-De cualquier tipo en realidad.—Dice y yo asiento.— Luego esta la relación sadomasoquista: Donde se hacen daño, pero en realidad les gusta. La mayoría de las veces se hace daño en una manera sexual, donde se busca placer.—Dice y siento que mis mejillas comienzan a sonrojarse, el profesor Garex sonríe.—Otro ejemplo podría ser el incesto.

—Iugh.—Digo y él ríe con ternura.

- También esta las relaciones BDSM.—Dice y yo sacudo mi cabeza.

-¿Qué es eso?.—Pregunto y él relame sus labios.

-Es una variedad de practicas y fantasías eróticas.—Responde.—En realidad son siglas, que están conformadas por Vendaje; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y por último Masoquismo.— Dice, trago saliva.

—Sigo sin saber que es eso.— Él ríe.

-Un ejemplo podría ser el DD/LG.—Dice, frunzo el ceño, en pocas palabras: Daddy kink.—Murmura y yo trago saliva.—Es donde un hombre, domina la relación y tiene que ser llamado papi por su "Babygirl", ah la cual mima de todas las maneras posibles y sólo se busca la satisfacción de ambos, ya sea desde sexual hasta emocionalmente. Aunque existe una diferencia de edad.—Murmura y puedo escuchar como su voz baja de tono y se enronquece más. Mi respiración comenzaba a acelerarse un poco.

—¿Me lo podría explicar más?.—Pregunto y él sonríe.

-Creo que no es lo correcto.—Susurra y yo trago saliva de nuevo.

-¿Usted alguna vez ha practicado DD)LG?.—Pregunto y él ríe.

—¿Alguna otra pregunta sobre el cuestionario?.—Pregunta y yo jadeo.

-¿La edad de los chicos con los que salgo o... con los que tengo relaciones sexuales, afecta en mi tipo de relación?.— Pregunto y él se encoge en hombros.

-La mayoría del tiempo si .—Responde

— la mayoría de las veces que las chicas más pequeñas tienen relación con uno más viejo, suele ser sólo sexo, por dinero o un tipo de BDSM.—Responde, trago saliva.

- ¿Usted a experimentado con una persona mayor que usted?.—Pregunto y él ríe.

-Señorita, creo que eso es personal.

—Pero usted me ha preguntado lo mismo en su hoja.—Digo y él traga saliva.—Es injusto que usted sepa cosas tan personales de mi y yo no de usted, ¿Sabe?.—Pregunto y él suspira.

-¿Alguna otra pregunta sobre la hoja?.

-¿Cuál es su preferencia de edad, señor Garex?.—Pregunto y él relame sus labios.

—Bien, proseguiremos entonces.—Dice.—Y yo bufo.— Mire, Isabella. Como psicólogo de la escuela me comprometo a no decir nada de lo que usted me diga, pero usted también tiene que prometer no decir nada de lo que hablemos aquí.—Murmura y yo asiento.—Por el bien de ambos.—Dice y yo alzo mis cejas. Saca un documento y me entrega una pluma.

Comienzo a leerlo.

En pocas palabras dice que todo lo que diga será confidencial y en caso de que el señor Garex lo divulgara cuento con todo el derecho de demandarlo.

Pero que si es necesario divulgarlo, por ejemplo, si se me acusa de algo ilegal, y él sabe la verdad tendrá que divulgarlo y está en todo su derecho. Y que yo tengo que también prometer no decir lo que pase en la sesión porque las personas a mi alrededor pueden afectar mi procedimiento al saber que es lo que sucede.

Tomo la pluma y firmo, el señor Garex hace lo mismo y guarda la hoja en un folder.

-Entonces a partir de aquí, puede considerarme su confidente.— Murmura y yo balbuceo.

—Sigue sin parecerme justo el hecho de que usted tenga que saber todo de mi y yo nada de usted.—Digo y él suspira me recargo en el escritorio.—Hagamos esto trabajar, señor Garex.—Susurro y levanto mi meñique hacia él.—Prometo decirle todo lo que pasa en mi vida, desde lo más normal hasta lo más asqueroso.—Digo y él me mira directamente.—Si usted hace lo mismo.—Murmuro y él mira mi meñique.—Usted será mi confidente. Yo la de usted .—Me encojo en hombros.

Él se recarga en su silla y me mira directamente. Comienza a analizar cada facción y expresión de mi rostro y mi meñique.

—¿Cómo se que puedo confiar en usted?.

-Esto es como una ruleta rusa, señor Garex.—Digo y él ladea su cabeza.—Si usted sabe si podré guardar sus secretos, ni yo sé si usted hará lo mismo.—Digo. Mi meñique estuvo en la misma posición todo el rato. Estuvimos así alrededor de diez minutos. Mi meñique comenzaba a doler.— ¿Tiene problemas de confianza, señor Garex?.—Pregunto y él ríe.

-Eres insistente.—Ríe y yo me encojo en hombros, él recarga sus codos en el escritorio y me mira directamente a los ojos.—Antes que nada, ¿Qué esta haciendo con su meñique?.—Pregunta y yo río.

-Pinky Promise.—Digo y entrelazo mis dos meñiques, y él alza sus cejas confundido.—Es como una promesa, que nunca debes de romper, es como un pecado romper una pinky promise.—Digo y él ríe

-¿Qué pasa si rompes una pinky promise?.—Pregunta y yo hago cara de indignada.

-Nunca se rompe una pinky promise.—Exclamo y él ríe.—Pero me imagino que arde en el infierno y pierde la confianza.—Me encojo en hombros y él asiente.

Entonces entrelaza su meñique con el mío.

-Acepto su propuesta, Isabella.—Dice mirándome a los ojos, sonrío.—Seremos confidentes, nada saldrá de aquí. No podrá decirle nada a nadie, ni siquiera a su madre- dice y seguimos sin soltar nuestros meñiques.—Y recuerde las reglas: el único motivo por el cual podría divulgar nuestros secretos es.....

-Por asunto legales, lo entendí.—Digo y él asiente. Suelto su meñique y sonrío .—Entonces... ¿Ha experimentado con una persona mayor, señor Garex?.—Pregunto y él ríe.

—Empiezas pronto, Isabella .—Dice y me encojo en hombros.— Si he tenido relaciones con chicas mayores que yo.—Dice y yo trago saliva.

-¿Qué tan mayores?.—Pregunto y él balbucea.

—No lo sé, ¿Veinte años?.—Dice inseguro y yo abro mis ojos como platos.

-Eso es demasiado.—Digo y él sonríe con la cabeza baja.

-Ahora es mi turno, dígame señorita, ¿Se siente atraída por el tema del daddy kink?.—Pregunta y yo trago saliva.

-Bueno... En realidad... No lo sé .—Susurro y él me mira directamente.— Simplemente que no se mucho sobre... eso, y me parece interesante.—Me encojo en hombros.

-Con “Eso”, ¿Se refiere al daddy kink o al sexo?.—Pregunta y yo balbuceo.

-Ambos.—Murmuro y él asiente.

-¿Le gustaría experimentar alguna relación que no sea simplemente normal o a distancia?.—Pregunta y yo trago saliva, entonces pienso.

-A lo mejor.—Susurro y el ambiente se coloca más tenso.—¿Cuál es su preferencia de edad, señor Garex?.

—No tengo.— Responde y yo ladeo mi cabeza.—La edad es sólo un número, ¿Sabe? Para mi, si dos personas se aman, así sean uno, dos o hasta veinte años de diferencia, la relación no tiene porque ser diferente.—Responde y yo asiento. Suspiro.—La veo mañana

señorita Isabella.—Dice y yo asiento.

Tomo mis cosas y salgo de su cubículo.

No sé que cojones acabo de hacer, pero espero que salga bien.

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