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Carta 2:

Recuerdo lo mucho que me sorprendí al mirar esa foto. Era lo menos que esperaba ver al abrir mi facebook. Solo entré un momento al servicio sanitario de aquel restaurante; tomé mi celular y ahí estaba.

Con el título: “No es broma”, la descripción era clara, Teylor describía a como Biel había conocido a una chica en la playa. Finalizando con: “Esta vez es enserio; mi hermanito menor está enamorado. Tal vez hasta yo lo esté”.

Bastaba decir que me congelé al mirar la fotografía. ¿En qué momento la había tomado? Con el celaje frente a nosotros a contra luz; era el preciso momento en que Biel me había abrazado. ¡¿Cómo se había atrevido a subirla a Internet?!

Me tomó un momento reaccionar antes de salir del baño. Caminé hasta la mesa para incorporarme a ella. Estiré mi mano pasándole mi celular a Kaimy; ella abrió los ojos como platos al ver aquello.

Teylor y Biel no tardaron en preguntar que era por lo que tanto intercambiábamos miradas; yo opté por pasarles mi teléfono. Ellos lo miraron e intercambiaron gestos de complicidad.

Biel me preguntó si quería mirar las respuestas que habían recibido hasta ahora. Sinceramente, lo menos que querría ver era como me despedazarían. Teylor enseguida miró a Kaimy; aclarándole el “tal vez”. Ella solo rió, estaba más que feliz que se refiriera a ella.

¿Por qué se suponía que hacían esto? ¡Se olvidarían de nosotras mañana! ¿Acaso solo era un truco de publicidad? Tomé mi teléfono; fue inevitable leer algunos de los comentarios junto a la fotografía. La mayoría estaban eufóricas preguntándose: ¿quién era ella? A algunas las conocía. Esperaba que mis amigas jamás se dieran cuenta de que era yo. No querría que nadie jamás lo supiera; lo menos que quería era su odio, o la prensa tras de mí.

Biel tomó cubrió mi mano sobre la mesa con la suya disculpándose conmigo por si aquello me había molestado. No estaba molesta, pero si incomoda. Dijo que fue la única manera que se le ocurrió para decirme que no me quería lejos de su lado.

¡Me acababa de conocer! Necesitaría mucho más que eso para convencerme. No sería una chica tonta que se dejaría llevar por su amor platónico. ¡No sería su conquista de una noche!

Si enserio me quería; lo tendría que demostrar con el tiempo.

Sabía que Kaimy no pensaba lo mismo con respecto a Teylor; esa misma noche terminaría rindiéndose a sus pies. Sentía algo de temor por ello, y, ¿si pasaba algo malo? ¿Cómo aceptaría cuando la noche terminara y Teylor la olvidara como una más de todas las chicas que habían pasado por sus manos?

Es mi hermana, quiero lo mejor para ella. Pero tampoco podría detenerla, era su decisión.

El próximo mes fue impredecible, nos encontrábamos con los Kantor cada tanto y nos manteníamos comunicados con ellos casi las 24 horas del día, si, 24. Me preguntaba mucho: ¿por qué después de un mes ellos seguían aquí?

No tardé mucho en darme cuenta de los cambios hormonales de Kaimy; sus constantes nauseas y muchos antojos. Sabía que Teylor tenía que ver en eso, pero no me metería. Ellos sabrían que hacer con su pequeña situación. Me parecía algo ridículo y predecible; como todas las fics que había leído. Con solo un encuentro sexual era suficiente para quedar embarazada; al parecer, no estaba tan fuera de la realidad. Sabía que Kaimy era muy fértil, no tardaría en quedar embarazada y, al lado de Teylor, era de esperarse.

Yo en cambio era casi, por no asegurarlo, estéril. Además, no había dejado que Biel me tocara más de lo que debía. No quería ser ese tipo de chica que se acuesta con su “ídolo” por mera obsesión para que luego él saliera de mi vida y se olvidara de mi... ¡No señor!

Debería demostrarme que tan serio quería llevar nuestra relación; no lo aceptaría hasta no estar 100% segura de que no soy una broma, una chica que dejara en el ayer.

Llegué a aquella casa en la que ellos habían estado viviendo este último mes; se encontraba en medio de una montaña era complicado llegar hasta ella... tal vez no tanto; después de todo, aquí nadie los reconocía: solo era un absurdo pueblo costero en medio de un país poco informado.

Subí las escaleras hasta el tercer piso; esta era una especie de terraza abierta que daba una excelente vista de la piscina. Tiré mi bolsa en la mesa del bar y caminé hasta la baranda.

Desde ahí pude ver a Teylor y Kaimy hablando, parados al lado de la pileta. La cara de Kaimy estaba pálida y Teylor le rogaba por algo. ¿Qué pasaba?

Intenté leer los labios de Teylor; pero una mano no tardó en distraerme.

Biel puso su mano en mi cintura, deslizándola por mi vientre; soplando el cálido aire de su aliento en mi nuca. Pude sentir una correntada subir por mi espalda, haciendo titilar mis rodillas. Elevé mi mano llevándola hasta su cuello, acariciándolo.

Él me susurró al oído: “¿Sabes de lo que hablan?”, en ingles.

Yo negué con mi cabeza y me volteé para mirarlo de frente. No dudé dos veces en preguntarle el por qué debería saberlo.

Recuerdo las siguientes palabras que salieron de su boca como un frío cubo de hielo en mi corazón; pensé que moriría, un ataque cardiaco, la impresión terminaría por matarme. Esa frase: “Queremos que vengan con nosotros, a L.A”.

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