Carta 3:
No sé como recordar ese día; era el día en que mis sueños más locos se cumplían. Algo desesperado, impulsivo; muy típico de Biel .
Corríamos de tienda en tienda buscando un vestido blanco; uno cualquiera, pero bonito como para recordar con ilusión.
En mi pueblo las tiendas eran escasas; el primero que encontráramos sería el indicado pues no había mucho de donde elegir.
Al fin encontramos lo que necesitábamos y corrimos a casa de los Kantor; metiéndonos en una habitación, colocándonos los vestidos. Teníamos las maletas listas, solo faltaba una cosa, nuestras visas americanas. De aquello a que recurriéramos a una medida tan desesperada.
A las 3 p.m., corrimos piso abajo, justo a la terraza del jardín. En medio de la improvisada decoración, estaban ellos, vestidos apenas tocando lo serio de la situación.
Sentía que el corazón se me saldría de la boca; sabía que Kaimy sufría del mismo síntoma, pero con su embarazo de escasas tres semanas.
Caminé hasta Biel , tomándolo de la mano; el abogado y su secretaria estaban detrás de una mesa. Esperando por empezar el cierre de aquel contrato; el contrato más importante de mi vida, por el que tanto había soñado toda mi adolescencia.
Teylor y Kaimy serían nuestros testigos; Biel y yo seriamos los de ellos. El abogado nos explicó lo necesario, indicándonos donde firmar y escribir. Mi mano temblaba al tomar la pluma fuente color negra, firmar aquel papel seria renunciar a mi vida, comprometerme de por vida con Biel, dejar a mi madre, quien detestaba aquella idea, olvidarme de mi país y todo lo que tenía en él.
Mi mente decía: “Valdrá la pena”.
Suspiré y lo firmé, para luego mirarlo con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba hecho. Biel firmó más rápido de lo que pensé y me besó con emoción. Era la señora de Kantor, ¡era la señora de Kantor! No podía creerlo.
Kaimy y Teylor pasaron detrás de nosotros; ellos fueron aun más rápidos. Al final, se besaron tal y como Biel y yo lo habíamos hecho. Ambas nos miramos y nos abrazamos; saltando con felicidad. En aquel momento no imaginamos nunca lo que vendría después, con los años.
Aproximadamente un mes después estábamos en Hawai; esta vez, solo Kaimy y Teylor contraerían matrimonio, oficialmente a los ojos de los familiares de los hermanos y del mundo.
Era muy lógico que para estas alturas no tuviéramos a nadie a quien invitar o que asistiera a nuestra boda. Iba en contra de lo que nuestra familia; padres, hermanos y tíos querían.
Con dos meses de embarazo aun no era suficiente como para que se notara su pancita. Lució preciosa el día de su boda; con aquel vestido blanco y su tan soñado buqué de rosas negras.
Miré a Biel al lado de Teylor quien me guiñó el ojo derecho; yo reí calladamente, sonrojándome. ¡Como lo amaba en esos días! Era mi amado esposo.
Biel y yo habíamos optado por algo menos tradicional al casarnos en los Estados unidos; ambos éramos locos e impulsivos por lo que no tardamos en terminar en las vegas. No me da vergüenza decirlo, ¡Elvis me casó! Reí al recordar nuestra loca y divertida noche de bodas, escapados.
Aun no habíamos hecho una aparición pública para las fans; simplemente nos veían como unas chicas comunes que casualmente se cruzaron con ellos. Ni se imaginaban lo que había detrás de ello.
Todos aplaudimos ante la finalización con él beso de broche. Los novios caminaron por el pasillo entre las sillas posadas en la arena; detrás de ellos, nosotros, Biel y yo.
Las cámaras se alocaron; mañana tendrían esa noticia dándole vuelta al mundo, la histeria se apoderaría de todos y cada uno de los sentidos de las fans. Odiaba aquello, me querrían matar a partir de mañana. No podría dar mi cara al mundo como una persona normal, el poco de libertad que tenía, se acabaría; pero todo valdría la pena por estar a su lado. O al menos, eso pensábamos.
Esa misma tarde, luego de la ceremonia de bodas oficial de Teylor y Kaimy; nos hallábamos tomando una taza de café y algún refrigerio de media tarde en la pequeña terraza del apartamento que habíamos alquilado para esos días y posterior luna de miel. De pronto, Teylor se puso de pie y sacó su celular; era la primera vez que lo veía haciendo un video, siempre era Biel.
Por la manera en que hablaba, sabía que le hablaba a las fans; el pastel que me estaba comiendo se me quiso salir de la boca. Nosotras estábamos a la vista del video, significaba que saldríamos en el.
Teylor dio una rápida explicación de donde estaban y el porqué; Lear, el bajista de su banda, no duró en aparecer desde dentro del apartamento y colarse en el video. Llevándole la contraria a Teylor; al final, Lear terminó haciendo de camarógrafo y Teylor se reincorporó al lado de Kaimy.
Oficialmente nos presentaron a su fanaticada; me hallaba congelada, ¿Qué se suponía que debía decir?
Teylor empezó a hacerme preguntas y yo a responderlas; Kaimy guardó el silencio. Biel, como siempre, habló interminablemente, tomando el mando de la conversación.
Las reacciones no se hicieron esperar tan pronto Teylor subió el video a su aplicación de Instagram; antes de que me lo preguntaran, les dejé claro que no quería saber de los mensajes respondiendo al video. Prefería vivir escondida toda mi vida a ser acechada por las fans.