Capítulo 4
-No, gracias, ¡estoy bien así!- Sonreí mientras mis ojos recorrieron su rostro.
-¿Estás notando mi cambio?-
-En realidad Tim, estaba tratando de averiguar cuál es tu nuevo trabajo...-
-¿Me estás diciendo que Charlene no te lo dijo?-
"¿Por qué Charlene me diría algo sobre ti?" Fingí no entender de qué estaba hablando.
Se rió: -Debería haberlo adivinado... ¿qué crees que fue lo primero que me pregunté cuando Charlene apareció en mi puerta, me dio explicaciones y me ofreció su ayuda?-
-No lo sé. ¿Qué pensaste?-
-Pensé en quién podría afectar mi futuro lo suficiente como para movilizar a uno de los miembros más importantes del mundo sobrenatural... ¡y llegué a la conclusión de que fue obra tuya, Riley!-
-¿Por qué yo?-
-Realmente no fue tan difícil de entender, las únicas personas que pudieron serlo fueron Kora, Madeleine quienes nos salvaron a ti ya mí. Sabía que Madeleine era curandera y por lo tanto para ella un herido era como otro, así que tal vez ni siquiera se acordaba de mí; Kora se había convertido en la compañera del Alfa; luego estabas tú, escapado de FILOPUDA.-
Asintiendo, lo invité a continuar.
-¡Entonces recordé lo que hiciste para salvarme, aunque no me conocías en absoluto y me di cuenta de que nadie más podría haber sido tan considerado como tú!-
-Bueno, tengo que admitir que tienes razón, ¡pero no me llames más cariñoso o podría ofenderme!- bromeé.
Me devolvió una sonrisa que me hizo sentir orgullosa por una vez de mis acciones. Antes de irme, haberle pedido a Charlene que cuidara no solo de Kora, sino también de Tim, definitivamente había sido la mejor elección que pude haber hecho.
-¿Cómo está tu madre?-
-Bueno, ahora está en casa de una amiga, ¡debería estar de regreso en un par de horas! – su expresión se tornó seria – ¿Qué te pasa Riley, por qué estás aquí?-
Era hora de pedirle un favor.
-Necesito una mano con un asunto, pero necesito que me prometas el máximo secreto. Nadie, y digo nadie, debe llegar a saber lo que voy a contarte...-
-Los Verdes no cuentan con mi lealtad, no me hubieran salvado la vida si tú – me señaló con el dedo – no les hubieras gritado. ¡Mi única lealtad te la debo, así que puedes hablar con calma!-
Sonreí frente a esas palabras que sabía que eran sinceras: -Está bien, entonces ve a buscar papel y lápiz - me miró tratando de entender lo que quería decir - todavía eres bueno dibujando, ¿verdad Tim?-
Se rió, se puso de pie y comenzó a alejarse cuando pareció recordar algo y volvió: -Entonces, ¿cuál es mi trabajo?-
-Trabajas en la policía – le guiñé un ojo – eres detective, ¿verdad?- Asintió.
Un poco más tarde regresó. -¿Qué quieres que dibuje?-
-Un hombre me estaba siguiendo hoy, necesito que me tomes un retrato...-
-Te tiene...-
-No te preocupes... - Lo interrumpí antes de que pudiera terminar - ¡Lo perdí antes de venir aquí!- No tenía la intención de poner en peligro a Tim también.
Lo vi dar un suspiro de alivio. No tenía dudas de que si era necesario sería capaz de defenderse, pero, a pesar de sus músculos, seguía siendo el mismo chico con un corazón de oro que había conocido hace un año.
-¿Seguro que lo viste bien?-
-¡No te preocupes Tim, mi descripción será lo suficientemente precisa!-
Los siguientes veinte minutos pasaron rápidamente; ambos estábamos ocupados creando una cara lo más parecida posible a la que me estaba siguiendo.
-¿Está bien?-
-¡Él es exactamente la persona que vi! ¡Buen trabajo!- Tim había logrado captar la esencia de aquel hombre: los rasgos de su rostro eran cuadrados y angulosos como los del extraño; la nariz era recta y los labios tan delgados y apretados como cualquiera que hubiera visto. Sus ojos, fríos y azules como los que me habían estado mirando toda la mañana.
-¿Quién es este hombre?-
-No tengo idea.- Traté de encontrar la respuesta a mis preguntas en los ojos de ese simple dibujo. -Solo se que no pertenece a ninguna manada, ni Verdes ni Negras...-
Vi su expresión oscurecerse: -¿Qué pasa Tim?-
Recogió otros dibujos, todos con rostros: -Jay me encargó estos dibujos... son todas personas que ha visto y que parecen estar -sin rebaño-. -
Hojeé los seis dibujos, todos acompañados de una fecha que muy probablemente indicaba el período en que fueron realizados: uno al mes
-¿Dónde fueron vistos?-
-Jay no era muy hablador... pero creo- dijo golpeando repetidamente su pie en el suelo- que los conoció durante las tardes en el Divine Club... ese es el ambiente en el que se mueve principalmente.-
Me mordí el labio: -Recapitulando: en los últimos seis meses ha habido avistamientos de -sin rebaño- deambulando por el Club...-
-Exactamente... pero este mes aún no ha llegado... y si nuestro razonamiento es correcto, ¡el hombre que me describirá será el mismo que el tuyo!-
Su argumento fue impecable. Lo único que no cuadraba era la presencia de tantos -sin rebaño- . Fue bastante difícil encontrar uno, incluso seis, fue extraño.
Así que si no eran dioses -sin manada-, pero tampoco tenían tatuaje, ¿qué eran?
-Gracias Tim por la ayuda y por tu secretismo. Ahora me tengo que ir - me levante y me dirigí a la salida - un último favor... ¿puedes pasarme y enviarme las imágenes de las cámaras de vigilancia de anoche, afuera del Divine Club?-
-Sí, no debería tener problemas para recuperarlos...-
Sonrisas sinceras. Sabía que podía confiar en él y, aunque no tenía la intención de contarle todo, tal vez podría compartir parte de la investigación con él.
*