Capítulo #4 Demostrándolo
Jhon.
Sólo fue el susto, sólo eso, creí que la había tapado completamente como para que no viera pero así fue, ¡lo vio todo! Ya me la imagino.
La observo parpadear y me aproximo un poco más de lo que estoy a su lado sobre la cama, entiendo que esté enojada o tal vez peor, ya que no es lindo que tu esposa vea como le disparas a tres hombres en media carretera.
Arruga sus cejas y se sienta de golpe para empezar a revisar me como si me hubieran apuñalado en cada esquina de mi cuerpo.
Al rato me mira, alza su mano y me da una bofetada — ¡Era nuestra noche imbécil!
Esperen Patricia Ferreira Guzmán no está enojada por lo sucedido frente a sus ojos. Siento su cuerpo pegarse al mío y sus brazos rodear mi cuello con fuerza, analizándolo bien ella confundió las cosas un poco pensó que me habían atacado y yo respondí, eso aclara porque se ve tan preocupada y bueno así debe permanecer.
—Dime que hago yo sin ti —Me susurra sin soltarme.
—No me lo quiero imaginar, preciosa mía.
Se aleja y me mira — Me queda claro dejad de decirlo, me lo dices hasta con la mirada.
—Pero...—arqueo una ceja.
—Me gusta —afirma sonriendo. La hago acostarse y la abrazo por la espalda dejando mi barbilla en su hombro.
Patricia
Bajo las escaleras, me dirijo hacia el comedor y veo a Jhon sentado charlando con los niños cosa que me da una alegría muy grande por lo cual sonrío como boba.
—Buenos días.
Los tres me sonríen pero fijo mi mirada en el hombre vestido de negro pero hoy no lleva corbata y su camisa tiene dos botones sueltos.
—¿Cómo es que Jhonny cumplirá 15 años?—me pregunta muy seriamente.
Suspiro y me siento a su lado.
—Ya estoy cansada de decirle que sólo tiene doce por ende le sigo el juego.
Jhon sonríe y mira a Jhonny divertido.
—¿Acaso hay alguna chica a la cual quieres impresionar?
Jhonny agacha la cabeza y juega con sus dedos, Ana lo mira y ríe con picardía.
—Es Elsa.
Jhonny mira a su hermana molesto y le jala una trenza del cabello.
—Era nuestro secreto boba.
—Pero sólo dije el nombre.
Los dos empiezan a pegarse panecillos mientras yo y Jhon nos reímos de ellos.
Miro a Jhon y le sonrío, él sabe porque, no dice nada tan sólo me besa.
—Mamá adivina quien cocinó —Nos interrumpe Ana.
—¿Quién?—emito su acto de emoción.
—¡Papá!
—Uyy que bien, veo que ya se acostumbran a la comida asiática —bromeo un poco.
—Papá preparó algo especial para ti —señala mi plato sonriendo.
Jhonny me mira. — Has bajado tarde madre, por ende no podemos acompañarte hasta que termines tu desayuno.
Le sonrío.
—No te preocupes amor.
Se para y su hermana lo imita.
—Estás hermosa madre —me sonríe —¿capitana?
Ana hace reverencia con la mano.
—A la orden capitán, vamos a matar bastardos —dice Ana saliendo del comedor y su hermano la sigue.
Yo me quedo boca abierta por el vocabulario de mi pequeña.
—¿Donde rayos aprendió ese vocabulario?
Jhon me mira tranquilo. — tranquila, solo juegan —Me aclara.
Giro y quedo sentada frente a él mirándolo a los ojos.
—¿Cómo lo hiciste?
Él vacila la cabeza un poco mientras mueve sus labios en forma de mueca.
—Conversación de padre e hijo además siempre hay un premio.
Sonrío y toco su mejilla. — No sabes lo feliz que estoy de verlos así.
—Lo sé, por cierto —Se acerca a mí oído —Me perdí observándote y olvide decirte que estás hermosa — Deposita un beso en él lóbulo de mi oreja.
—Gracias.
Se aleja y besa mis labios suavemente con lentitud que puedo recorrer cada parte de su boca sin rapidez, siento sus manos subir de mis muslos a mi entrepierna por lo cual las despego dándole libertad.
Deja mis labios y besa mi cuello mientras juguetea en mi entrepierna.
—Jhon no provoques para luego irte —reprocho en jadeo por el contacto.
Lo oigo reír entre suspiro — Lo siento pero es que te vez jodida mente sexy en un simple vestido.
—Ya —Lo alejo —Espera la noche, tal vez me ponga algo mucho mejor.
Él sonríe satisfecho y emocionado, se para y lo imito para acompañarlo.
—
Lo observo arropar la y luego depositar un beso en su frente.
—Buenas noches, papi _dice ella adormilada.
—Buenas noches, princesa.
Estoy apoyada a la puerta, llevo puesto una lencería negra y ando sin sostén, Jhonny sólo aceptó las buenas noches, no permitió que su padre lo cubriera ni le diera un beso ya que le parecía muy niña cosa que nos hizo reír.
—De vuelta a la tierra, Reina —Me dice Jhon haciendo gestos con la mano frente a mis ojos y reacciono.
—Sabes que un día ya no harás eso, serán jóvenes y también tendrán una familia...—Me interrumpe.
—Lo sé, pero también sé que eso no cambiará nada.
Salimos y él cierra la puerta para luego activar la alarma que está programada a lado de ella.
Gira y me mira, nisiquiera me deja hablar, tan sólo siento sus labios contra los míos y rondando entre besos llegamos a nuestra recámara.
—Nada mal para empezar — le digo al quedar sin aliento.
—Te lo prometí ¿no?
Jhon
Paso mi dedo índice por su rostro, me encanta estar así con ella de verdad me encantaría hacer lo que me pidiese pero no todo es tan fácil como creen.
Dejar el negocio tiene ventajas y desventajas, estaría dándole la bienvenida al peligro, las manos metidas nos son fáciles de quitar pero no me gusta pensar en eso.
Sus ojos se abren y sonríe al verme.
—Te encanta hacer eso ¿cierto?
Le sonrío con picardía, tocando su mejilla.
—Estaba recordando tus gemidos —bromeo.
— Ah ¿sí?
—Me encantan tus gemidos pero más los de anoche, sí..así —Antes de poder seguir ella me tapa la boca molesta.
—Cállate pervertido — advierte señalándome —. Por cierto imitas mi voz de manera horrible.
—Bueno hay una gran diferencia entre femenino y masculino —aclaro.
—Los hombres siempre gimen perversidades —dice bufando.
Apoyo una mano bajo mi cabeza para observarla mejor mientras elevo su barbilla con mi dedo.
—¿Cómo qué?
—Cómo...oh sí nena me gusta tu vagina —dice y no puedo evitar carcajear.
—Eres tan graciosa, mujer — digo riendo.
—Hablando enserio —Me tenso un poco —. Los niños estarán hartos.
Pienso un momento y sí, tiene toda la razón.
—Saldremos con ellos a divertirlos un poco — propongo.
—Me parece buena idea pero no quiero que falten tanto para que no les afecte.
—Eso no pasará —Alejo un mechón de su frente y acaricio con mi pulgar su oreja.
—Recuerda andar desarmado, vamos con los niños —Me advierte y luego se para de la cama.
Me acomodo y quedo sentado con los pies cruzados sobre la cama.
—Sabes el porque.
Ella gira y me mira muy seriamente.
—No quiero que se repita lo de nuestra cena, si a mí casi me das un infarto que será de ellos –exclama molesta y tiene razón.
—Cualquier cosa te avisaré y me encargaré de la discreción.
—Eso espero —Se da la vuelta y se mete al baño.
Procedo por levantar a los niños y darles la noticia de que saldremos, ellos brincan y gritan de felicidad, no los culpo estar en casa es aburrido aunque en mi caso estando al lado de mi mujer no es nada aburrido.
Mientras espero a Patricia, el sonido de mi celular me saca de mis pensamientos y contesto inmediatamente.
—¿Zack?
—Jhon cancela si vas a la oficina —Me informa en tono serio.
Coloco una mano sobre mi rodilla y suspiro.
—¿Qué pasa?
—Vamos para tú casa para hablar de negocios.
Me paro molesto y alboroto mi cabello.
—¡¿Porque demonios en mi casa?!, Patricia hoy me mata enserio, enserio me mata.
—Lo lamento Jhon, pero esto es importante.
—Está bien —Me siento frustrado y cuelgo, agacho la cabeza dejando mis dos manos en ella —. Me alegra haber disfrutado anoche, estoy listo para mi castigo — me digo a mí mismo.
Patricia.
Vestirme me toma un poco de tiempo pero no me molesta ya que los niños deben estar todavía preparándose, sólo Jhon estará esperando tanto tiempo.
Me recojo el pelo en una cola de caballo y termino colocándome mis tacones. Escucho el ruido de unas camionetas de alta velocidad por ende me dirijo hacia la ventana y veo solamente a hombres de negros con gafas negras, se ven muy peligrosos pero ¿qué rayos hacen aquí?
—¡Mami!—oigo la voz de Ana.
Salgo corriendo de la habitación para que no vea a esos tipos, la veo en las escaleras y rápidamente la tomo, antes de subir con ella miro a esos tipos que están entrando.
—Espera en la habitación, cariño —La dejo en su cama.
—¿Quiénes son, mamá?
Beso su frente y me alejo.
—Nadie importante, solo no salgas.
—¿Me traes algo de comer?
Asiento con la cabeza.
—Sí, nena.
Cierro la puerta con seguro y activo la alarma, bajo las escaleras haciendo resonar mis tacones por lo cual llamo la atención de todos pero ignoro prosiguiendo a ir a la cocina sin mirar a nadie. Como íbamos a salir elegí un vestido muy bonito, tiene una abierta hasta la cintura dejando ver mi espalda al descubierto y me queda sobre los muslos.
Abro la nevera y tomo frutas nisiquiera las pico, solamente hago dos platos y se los llevo a los niños, luego voy a mi recámara.
—Lupe siempre despierta temprano —Pienso y decido ir a ver que pasa pero en eso entra Jhon.
—¡¿Qué cárajos te pasa Jhon?!¿como se te ocurre traer a esos tipos aquí?!— exclamo molesta.
Él sólo suspira, veo que se lo esperaba.
—Puedes dejar que te explique.
—Se me agota la paciencia cuando se trata de los niños, Jhon, dejad de dar les motivos para que se tramen.
—Hablamos al rato —dice y antes de poder contestarle él baja.
Voy a la habitación de lupe y la encuentro acostada cosa que me parece muy extraño.
—Lupe ¿está todo bien?
Ella se remueve en la cama y me mira muy pálida.
—Las medicinas.
—¿Ya no hay?—Ella niega con la cabeza —. Iré por ellas.
Voy por mi cartera y bajo rápidamente, me dirijo hacia la puerta.
—¡Patricia!—escucho a Jhon llamarme una y otra vez.
Lo ignoro y tiro de la puerta para ir por las medicinas de lupe que no sé como pude descuidar eso/ digo siempre hay suficientes en casa.