4/ LA FIRMA DEL DOCUMENTO
No quedandome todavía conforme con todo lo que Mark Harris me dijo, hice otra pregunta que aún me preocupaba sin saber que el que iba a ser mi dueño cuando nos casaramos se iba a reir de mi
— Supongo que cuando me quede embarazada será por inseminación ¿no? — pregunte, viendo como Harris me miraba riendo
— No, ni lo pienses Sofia, creo que aun no lo tienes claro del todo, quiero tener sexo con mi esposa y en mi cama ¿entendido? — me dijo Harris
— Esta bien si lo quiere así me lo tendré que pensar muy bien entonces, pero dígame qué pasa con sus amantes, no consentire ninguna infidelidad por su parte y que me pueda producir alguna enfermedad en mi cuerpo, como ve yo tambien quiero ciertas condiciones — respondí
—- Y veo bien que ponga sus condiciones, pero si algun dia tengo un desliz con una de mis amantes, sere muy discreto y por supuesto soy muy precavido en cuestión de enfermedades de transmisión sexual Sofia, aqui no se cuestiona lo que yo pueda o no pueda hacer, se cuestiona lo que tu tienes que hacer y seras unicamente mia, fuera y dentro de mi cama, no te admito ningún desliz, no estoy dispuesto a que me humilles ante la prensa fuera de nuestro matrimonio — me respondió haciendo que me riera en su cara, viendo como ponía muy serio el semblante de su cara
De pronto todo el despacho se quedó en silencio mirándonos fijamente a los ojos Mark Harris y yo, viendo una sátira sonrisa en sus labios
— ¿Podemos firmar ya los documentos? como comprenderás tengo reuniones a las que asistir y trabajo que realizar Sofía — me dijo Harris
Después de firmar los dos aquellos documentos delante de sus abogados, nos levantamos de los sillones donde estábamos sentados, Harris puso su mano en mi espalda marchandonos de aquel despacho hacia donde se encontraban los ascensores. Bajamos hasta el parking donde lo estaba esperando el chofer con la puerta abierta de la limusina, cuando entramos dentro y nos sentamos, me puse lo más lejos que pude de Harris dándome cuenta de que me miraba de reojo teniendo una sonrisa en sus labios.
—- Perdone que le haga una sugerencia, pero quisiera poder ver a mis padres ya que usted me ha prohibido verlos cuando nos casemos — le dije
— No estoy de acuerdo como ya te he dicho, no quiero que tengas ningún contacto con ellos, pero te cedo unas horas, nomás — me respondió
Cuando el chofer paró en la misma puerta de la casa de mis padres y nos abrió la puerta, bajo primero Harris ofreciéndome su mano para que yo bajara, nos quedamos los dos mirandonos, ya que sabia que no seria su ultima palabra la que me dio dentro del vehículo
— Sofia mi asistente te llamara mas tarde, espero que contestes a su llamada y estés muy atenta a tu teléfono— me dijo, como ya me lo había imaginado
Gire mi cuerpo dándole la espalda y entre en la casa de mis padres, apoyando la espalda en la puerta ya que tenia muchisimas ganas de llorar, pero sabia que tenia que ser fuerte si no quería hundir a mi propia familia, por las declaraciones que daría Mark Harris a la prensa rosa, sabiendo que a mi tambien me salpicarian sus declaraciones y hundiría mi carrera como abogada.
— Hola Sofia cariño ¿te encuentras bien cariño? — me pregunto Nancy, nuestra sirvienta y mi nana cuando me vio apoyada en la puerta de mi casa
— Si Nanci estoy bien ¿sabes donde esta mi madre? — le pregunté
— Mi amor, se encuentra en su dormitorio, oye Sofía ¿pasa algo? tienes mala cara mi niña — me respondió
— No me pasa nada tranquila, voy a ver a mi madre, luego nos vemos — le respondí, marchandome hacia el dormitorio de mis padres
Al entrar en el dormitorio vi a mi madre, delante del tocador que tenía peinándose
— Hola mamá, necesito hablar contigo y con papá — le dije
— ¿Qué te pasa cariño? estás blanca cielo, como si hubieras visto a un fantasma hija — me respondió mi madre
— Más o menos mamá, he visto a mi hija y tiene casi todos mis rasgos — conteste, viendo cómo de pronto mi madre se levantó de la silla donde estaba sentada acercándose a donde yo me encontraba con el semblante de su cara muy serio
— Hija ¿cómo es posible? ¿Estás segura de que era ella, Sofía? — me pregunto mi madre sentandonos las dos en el sofa
— Si mamá, era mi hija, pero necesito hablar contigo y con papá ya que no se exactamente cuando podre volver a veros — le respondí
— ¿Es que te tienes que ir a algún sitio? no comprendo Sofia hija, dime que te pasa, me estas poniendo muy nerviosa — me respondió mi madre
— Hemos tenido una reunión con ese hombre del cual te hice varias preguntas el otro día, Mark Harris ¿te acuerdas? y hemos firmado unos documentos, mamá me voy a casar con él en dos días, pero su principal condición es…. que no puedo volver a veros a papá y a ti, no se que paso contigo y con su padre, pero se le nota el odio que ese hombre os tiene, además que es el padre de la bebe que yo tuve y quiere que viva con él y con mi hija Cintia en su casa, — le dije
—- No lo hagas hija, tu padre y yo pasaremos por encima de quien sea y defenderemos nuestro honor, pero tu no tienes que pagar por lo que hice yo tan mal — me dijo mi madre
—- Mama no se trata solo de ti, mi carrera estaria hundida y habre estudiado tanto mi carrera de abogada, para que venga un desconocido para mi y me hunda en un sucio charco — le comente
Dos horas después de que yo llegara a la casa de mis padres, llego mi padre muy contento, entró en el salón donde estábamos sentadas en el sofá mi madre y yo fijándose mi padre en que las dos estábamos muy serias, me dio un beso en la cabeza sentandose al lado nuestro en el sofa
— ¿Pasa algo cariño? parece por vuestros rostros que hayáis venido de un funeral — nos dijo mi padre
Como pude y aunque alguna lagrima broto de mis ojos, le conte a mi padre lo mismo que le dije a mi madre, solo que él, se levantó de pronto del sofá muy enfadado, se acercó al mueble bar poniendose en un vaso un poco de licor mientras miraba a mi madre.
— ¿Con qué derecho viene ahora ese payaso a decirle a mi pequeña lo que tiene que hacer?, además Sofía hija puedes tener más hijos, no tienes por que aguantar las amenazas de ese hombre — me dijo mi padre
— Papa no se trata de amenazas, se trata de que nos hundiría a vosotros y a mí misma, y eso no lo puedo consentir, por vosotros y por mi — le dije a mi padre
— Pero Sofía, casarse con un desconocido nunca trae nada bueno y menos con ese Harris, un mujeriego, un playboy que se ha acostado con más mujeres de las que se pueden contar con las dos manos, ¿crees que no te será infiel y te hará la vida imposible? piensalo hija por favor — me dijo mi padre, cuando segundos después escuchamos la melodía de mi móvil, me levanté del sofá, cogi mi bolso y saqué de él mi móvil viendo un número que no conocía. pero imaginandome de quien se trataba,
— ¿Sofia Lopez? — me preguntaron
— Si soy yo, ¿quien me llama? — pregunte
— Soy el asistente del señor Harris, quiere que se reúna con él para cenar, el chofer ya va a la casa de sus padres para recogerla, — me dijo aquel hombre, terminando la llamada los dos
— ¿Quién era hija? — preguntó mi madre, viendo como le caia una lagrima por sus mejillas
— Era el asistente de Mark Harris, lo siento pero tengo que marcharme, me esta esperando — les dije a mis padres
Abrace a mi madre que llorando me abrazo tan fuerte que pensaba que me iba a quedar sin aire en mis pulmones,y sin dejar de besarme, haciendo lo mismo mi padre aunque se le notaba lo enfadado que estaba, pero yo me tenía que marchar porque no quería que se hicieran efectivas las amenazas que me hizo Mark Harris, debía de procurar que nadie señalara a mis padres con el dedo y que la prensa rosa no les hiciera hundirse en la miseria. Me marché de la casa de mis padres siendo acompañada por ellos hasta la entrada, viendo fuera en la calle, el coche que Mark Harris mandó para ir a recogerme, después de abrazos y lágrimas de mis progenitores, me acerque hasta el vehículo abriendo la puerta el chofer, marchandonos de allí hacia donde me estaba esperando Harris. Cuando el chofer paró el vehículo me di cuenta de que estábamos en la entrada de un lujoso restaurante de la ciudad, el chofer abrió la puerta del vehículo para que yo bajara, Entre en aquel restaurante viendo a Mark Harris en la misma entrada sonriendo en cuanto nuestras miradas se cruzaron. Harris puso una mano en mi espalda rozandome solamente y conduciendome hacia el interior de aquel local acompañándonos el maitre del restaurante hasta un reservado en el fondo del local, donde podíamos estar en la intimidad sin que nadie nos molestara. Se acercó un camarero a nuestra mesa para que decidieramos la comanda, pero preferí que Mark pidiera por los dos ya que yo no conocía muy bien la comida de ese restaurante. En cuanto el camarero se marchó Mark puso el vino en las dos copas que había encima de la mesa
— Después de la conversación que mantuvimos en uno de mis despachos con mis abogados, ¿hay algo más que quieras saber de mi, Sofia? — me pregunto Harris
— Creo que ya está todo dicho, lo único que aun me sigo preguntando ¿porque yo?, se que me ha dicho que la pequeña Cintia es mi hija, pero ¿por qué no ha dejado las cosas como están? ¿porque se ha metido en mi vida, si yo no lo conozco de nada? — pregunte frunciendo mi ceño, ya que Harris no me lo puso nada fácil, pues era un hombre frío y distante o por lo menos eso es lo que parecía
— Tenemos que hablar tu y yo de ciertos asuntos referente a mi hija Cintia, esa pregunta que me acabas de hacer, carece ya de sentido puesto que has firmado los documentos y dentro de dos dias seras mia, mi esposa, ya te lo dije cuando te conoci, follarme a la hija de la mujer que destruyó a mi madre y a su matrimonio, será todo un placer para mi, pero te aseguro que no lo haré por amor, si no por venganza — me dijo muy serio, sintiendo que mi cuerpo temblaba como una hoja, preguntandome como seria de cruel la venganza que el hombre que tenía delante de mí, me haría pagar por el error que tuvo años atrás mi madre.
— Mi hija Cintia como ya te dije necesita a una madre y no quiero que sufra si tu y yo no nos llevamos muy bien, espero que cumplas tu condición de esposa y madre, aunque es muy pequeña se da cuenta de todo y no quiero que se sienta mal si llegamos tu y yo a divorciarnos ¿lo has entendido? —- me dijo
— Estoy de acuerdo con usted, pero ¿que espera si mi hija no me acepta? nunca he criado a ningún niño y no se si sabre hacerlo esta vez con mi propia hija —- respondí
— Por eso después de cenar, nos iremos a mi casa, seguramente Cintia ya esté durmiendo, pero quiero que mañana te dediques solamente a ella, tu y yo nos besaremos y haremos lo normal en una pareja, quiero ver como reacciona mi hija contigo — me dijo aquel hombre frío y calculador.
.
.