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5/ EN LA CASA DE MI FUTURO ESPOSO

La cena ya me estaba siendo algo incómoda, por pensar que después tendría que acompañar a Mark en su coche hasta su casa,y tener que dormir en un dormitorio que no era mío en una casa que aunque cuando nos casaramos seria tambien mia, por ahora solamente era de Mark Harris y sobre todo, tener que ponerme la misma ropa al dia siguiente, ya que con los nervios no me acordé de coger mi ropa de la casa de mis padres, pero Harris se quedó mirándome con una media sonrisa en sus rojos y carnosos labios, como si estuviera adivinando lo que yo estaba pensando en ese mismo momento.

— Sofía mañana, tendremos que tutearnos delante de mi hija, te tendré que abrazar y besar, espero que no vaya a ser ningún inconveniente para ti ya que como sabes en dos dias seras mi esposa y eso es lo natural en un matrimonio — me dijo

— Esta bien Mark, veo que no quieres sorpresas pero si incomodarme a mi — respondí

Mark soltó una fuerte carcajada mientras ponía un poco más de vino en nuestras copas

— No quiero incomodarte, pero quiero ver como reacciona mi hija al saber que va a tener una madre, despues de que las dos esteis juntas, yo me marchare a mi despacho ya que la reunion que hemos tenido hoy, me ha retrasado algo el trabajo que tengo

Mark sacó una tarjeta de crédito de su cartera para pagar la cena, viniendo a nuestra mesa el camarero para cogerla. Una vez que el camarero volvió a la mesa y se la devolvió a Mark, nos levantamos los dos de las sillas, Harris puso su mano en mi espalda como cuando entramos al restaurante, indicando la puerta de salida del restaurante viendo cuando ya salimos de aquel local, que el coche de Mark Harris ya estaba en la entrada, donde el chofer ya nos esperaba con la puerta del vehículo para que entraramos en el y nos sentaramos, cerrando seguidamente el chofer la puerta, marchandonos de aquel lugar. Cuando ya el chofer paró el coche y nos abrió la puerta, Mark fue el primero en bajar, me ofreció la mano para ayudarme a salir del vehículo, pero al sentir la mano cálida de Mark, nos quedamos mirándonos a los ojos, notando en su mirada su deseo de estirar de mi mano para que yo cayera en sus brazos viendo como se mojaba sus labios con la lengua, haciendo que me diera cuenta del deseo que tenía por juntar sus labios con mis labios,  pero enseguida le retire mi mano, entrando los dos seguidamente en aquella preciosa casa por lo que me pareció ver cuando entramos. Mark Harris me dejo caminar delante de el, fijandome en el amplio hall que habia, viendo una amplia escalera de color blanco que llevaba hacia la planta superior. Una vez arriba vi una gran puerta de cristal, donde se podía apreciar dentro una bonita chimenea y dos grandes sofás teniendo al fondo una gran mesa rodeada de sillas de última moda. Mark me hizo seguirle hasta un precioso dormitorio, donde todo estaba en conjunto, cortinas, edredón, cojines y hasta la tela del gran sofa que habia adentro.

— Este será tu dormitorio hasta que nos casemos, luego dormirás en mi dormitorio y en mi cama conmigo — me dijo Harris-

— Perdone pero no tengo ropa con que dormir y mañana me tendré que poner el mismo vestido que esta noche llevo, no me ha dejado tiempo para poder hacer mi equipaje — le dije

— No te preocupes por eso, Adela mi sirvienta te ha dejado encima de la cama un camisón,y te puedo asegurar que ninguna de mis conquista se lo ha puesto, puedes estar tranquila, mañana cuando despiertes tendrás mi armario lleno de ropa, ya he dado la orden de que a primera hora de la mañana este tu ropa en mi casa — me dijo

— Lo tiene todo bien planeado ¿verdad? — pregunte

— Buenas noches Sofia, espero que descanses, mañana será seguramente un día largo para los dos — me dijo Harris marchandose de pronto de aquel dormitorio.

A la mañana siguiente, me desperté algo sobresaltada al escuchar gritos y risas de Mark y de la pequeña Cintia en el pasillo, me levanté entonces de la cama, entre en el cuarto de baño que había en el mismo dormitorio, me quité la ropa y entré en la ducha, una vez que ya termine, tape mi cuerpo con una de las toallas que dentro había volviendo al dormitorio, me senté en la cama para secarme cuando de pronto escuche como tocaban a la puerta. Me levanté para abrir y ver quien era, pero no me dio tiempo a llegar a ella, viendo entrar a una mujer no muy mayor, con el pelo castaño.

— Buenos días señora, me llamo Adela y sirvo al señor Harris, aqui le traigo parte de su ropa, el señor me ha pedido que se la dejara encima del sofá, pero veo que ya se ha levantado, si necesita algo más por favor pídemelo — me dijo la mujer dandome la ropa que llevaba en sus manos

— Muchas gracias Adela, yo me llamo Sofía y le agradezco que me traiga mi ropa, ya que solamente tenía el vestido que anoche traje — le dije

— Me marcho para dejar que se arregle, si necesita algo, no dude en decirmelo — me dijo marchandose del dormitorio seguidamente

Una vez que me puse la lencería, cogi el vestido que Adela me trajo para ponermelo, cuando de pronto volvieron a tocar la puerta del dormitorio, me puse enseguida el vestido y me acerque hasta la puerta para abrirla viendo al otro lado a Mark Harris.

— Buenos dias Sofia, espero que haya descansado esta noche — me dijo

— He descansado bastante bien, gracias, ahora me puede decir qué hacemos ¿dónde está la pequeña Cintia? — le pregunté

— Vamos acompáñame, mi hija está jugando con sus juguetes en el salón — me dijo Harris, ofreciéndome su mano para irnos los dos hacia donde estaba la pequeña

Ver a Harris vestido de informal, con unos pantalones vaqueros ajustados marcando lo que un dia seria para mi y un polo marcando su duro abdomen, me hizo tragar saliva por un momento, ya que con ese polo ceñido a su cuerpo marcando la musculatura de ese hombre, sus fuertes hombros marcando sus duros músculos, me hizo pensar que, como me dijo, cuando quisiera que fuera su mujer en su cama, con esa musculatura podría obligarme si quisiera ya que yo era más bien pequeña y mis músculos eran blandos, sabía perfectamente que yo no tendría escapatoria con un hombre así

Ver así de vestido a Mark Harris, me dio la impresión de que ya estaba atada a un hombre que no conocía absolutamente nada pero tenía muy claro lo que quería, aunque que simplemente estábamos ya unidos por un contrato matrimonial, pero intente no pensar en eso, lo único que ahora estaba deseando era estar con mi hija, jugar con ella, que me conociera y conocerla yo, ya que cuando nació no me dejaron ni verla, llevandosela enseguida la matrona que me asistió en el parto, por orden de mis padres. Cuando entramos en el salon donde estaba mi hija, pude darme cuenta de cómo Mark tenía una media sonrisa en sus bonitos labios mirando a su hija, fijandome seguidamente en los peluches que había encima de la alfombra donde estaba mi pequeña, sin poder quitar mi mirada, notando como unas pequeñas lagrimas caían por mis mejillas

— Cintia cariño, ¿te acuerdas de Sofía? — le pregunto Mark a su hija

Pero la pequeña estaba entretenida con sus peluches

— ¿No vas a decirle nada? ella está aquí para jugar contigo — le dijo su padre

La pequeña levantó su carita, se puso de pie y corrió con sus cortas piernas hasta donde estaba su padre, rodeando el cuello con sus bracitos cuando Mark la cogió en brazos mientras la pequeña escondía su carita en el cuello de su padre, como si sintiera vergüenza

— Cintia cariño ayer te gustaba Sofia,--- dijo Mark

— Si y es muy guapa y simpática papa — le dijo a media lengua la pequeña a su padre

— Cintia mi amor, ¿quieres jugar conmigo?, he venido a verte,y a jugar contigo, sabes que  eres muy guapa ¿lo sabías? — le dije intentando tener una pequeña relacion con mi pequeña

— ¿Teres jugar conmigo hay? — me pregunto la pequeña, señalando con su dedito la alfombra

—- Claro que si preciosa ¿a qué quieres que juguemos? — le pregunté

— Vamos a cambiar a mis ositos, tenen hambre — me dijo,

La pequeña Cintia, levantó sus pequeños brazos, animándome a mi a cogerla de los brazos de su padre, sentandonos las dos en la gran alfombra donde tenía todos sus juguetes. Cintia empezó a sonreír y darme algunos de sus muñecos, así como las pequeñas tazas y pañales que había haciéndome sentir la emoción por ver aquella niña tan dulce y tierna ensimismada en sus juguetes, ofreciendo algunos de ellos, haciéndome sentir, que aunque la di en adopción cuando nació, yo quería y sentía que debía estar en la vida de mi hija, ya que la empezaba a notar como lo que era, absolutamente mía. Mire a Harris viendo en sus ojos lo enamorado que estaba de su pequeña hija, se acercó hasta donde yo estaba cogiendo con delicadeza mi barbilla para que lo mirara dándome un pequeño beso en mis labios. Me levanté de la alfombra sorprendida por el gesto de Harris, sintiendo luego sus manos en mi cintura y luego en mis brazos apretando mi cuerpo contra su pecho, dándome varios y dulces besos en mis labios, cosa de la  que no pude negarme ya que el calor que sentía de Harris, me decía que ese hombre tenía mucho amor que dar.Harris siguió besando mis labios con un cálido afecto y comprensión, aunque la intensidad de nuestros besos poco a poco iba creciendo, retirandome de su cuerpo de pronto, sintiendo como me quemaban las mejillas por la vergüenza que acababa de pasar

— Fosia mi osito tene hambre, ¿me ayudas a darle de comer? — me preguntó Cintia, haciendo reír a su padre ya mi.

— Cariño ¿quieres que le enseñemos a Sofia tu dormitorio? — le preguntó Harris, 

Cintia movió la cabecita para decir que sí, se levantó de la alfombra, le cogió la mano de su padre para guiarnos a Harris y a mi, Nos marchamos de aquel confortable salón hasta una de las puertas que habían cerradas en el pasillo. Mark abrió esa puerta, emocionándome cuando entramos y la vi. TenÍa varias fotos de mi hija y garabatos que había hecho la pequeña colgados en la pared, muñecos encima de su cama, encima de estanterías y sillones, muebles de estilo demasiado moderno para una niña tan pequeña, estrellas y luces que me dijo Harris que por la noche y con las luces apagadas brillaban en el techo, estanterías llenas de cuentos infantiles. y toda clase de accesorios para una niña tan pequeña como era la pequeña Cintia. De pronto y sin esperarlo ni su padre ni yo, Cintia se soltó de la mano de Mark y corriendo por el pasillo entró en un dormitorio que yo no habia visto aun, Mark y yo corrimos detrás de la pequeña,y entramos en ese dormitorio fijándonos como la pequeña intentaba subir a la cama que había, haciendo que sonriera más por ver el esfuerzo tan grande que estaba haciendo, hasta que su padre la cogio dejandola encima de aquella inmensa cama.

— Tosia, aquí erme mi papa — me dijo, haciendo que me sonrojara

Cintia se puso en pie encima de la cama para dar saltos, pero su padre enseguida la cogió en brazos, viendo la carita de la pequeña como ponía morritos de enfado

— Cintia, eso no lo puedes hacer, te puedes caer al suelo y hacerte mucho daño mi amor — le dijo Mark, con voz dulce

Mark dejó en el suelo a la pequeña, fijándome en como ella cogia una foto de encima de una de las mesitas, enseñandomela, me senté con la pequeña en la cama, cogi la foto viendo a un Mark Harris sonriente y en sus brazos a una preciosa bebe.

— ¿Esta eres tú? — pregunté, señalando a aquella bebe con mi dedo, mientras la pequeña con el dedo en su boca me decía que si con su preciosa cabecita, lo que me produjo en ese momento un sentimiento que creía que nunca iba a tener ya que le acaricie una de sus mejillas, dándole un suave beso después.

Ese día estaba realmente siendo muy especial para, estaba con mi verdadera hija, Mark Harris un hombre increíblemente atractivo me beso y me abrazo como si en verdad fueramos una pareja, pude ver fotos increibles de mi pequeña y aun no había terminado ese delicioso e increíble dia.

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