*CAPÍTULO 6*
Después de alistarme, bajo al desayunador, todos están sentados comiendo en silencio, mi madre me mira y sirve mi desayuno sin decir nada.
Como en silencio sin siquiera mirar a nadie, luego respiro y decido intentarlo de nuevo.
-¿Podría cambiar de habitación con Lucas?
-¡Me gusta mi habitación!!- gime Lucas y yo aprieto los dientes.
-¿Otra vez con lo mismo, Lucía?- la voz de Rafael me revuelve el estómago.
-No quiero estar más en esa habitación.
-¿No te gusta tu cuarto, Lu?- me pregunta Lorena y no le respondo, es una niña tan dulce, no me gusta darle comentario mordaces.
-Solo quiero otra habitación- digo.
-Pero no hay otra, Lucía quizás. . .
-No puedo dormir allí.
-¿Por qué?- demanda Rafael y lo miro con desprecio.
-Solo denme otra estúpida habitación, ¡es todo!- gimo frustrada.
-No has dado un motivo razonable para semejante capricho. Lucas, no quiere cambiar de habitación- dice Rafael.
-¡Es cierto Luci, no quiero!- dice el niño lloroso- ¡me gusta mi habitación!
-Lucía. . . – comienza mi madre y la miro fijamente- si hubiese otra habitación con gusto podrías cambiarte, pero solo hay cuatro y todas están ocupadas.
-¡Pero no quiero esa habitación, lo he dicho siempre!- gimo.
-¡BASTA!- dice Rafael, golpeando la mesa- es suficiente de caprichos, Lucía.
-Claro como no soy tu hija- lo miro con odio-¡a nadie le importa lo que yo quiera!, ¡quiero vivir con mi padre, él si es un buen hombre!- sin decir más me levanto abruptamente de al mesa y me marcho, ignorando los sollozos de mi madre.
Llego al instituto y todavía es temprano para la clase, así que me quedo en las áreas verdes, haciendo anotaciones en mi libreta, completamente sumergida en mis pensamiento.
-¿Cómo está la novia del chico más guapo de todos?- levanto la vista y me encuentro con Becca.
-¡Tonta!
-Envidiosa, diría yo. . . ¡por Dios Luci, qué envidia!- estallo en carcajada-¡Gabbe es guapísimo!
-Y es mío- le recuerdo burlona.
-Claro que si, amiga- me responde Becca riendo- ahora levántate, vayamos al aula, esperemos por tu príncipe.
-No seas ridícula, Gabbe no es un príncipe, pero necesitará de mucho encanto para ganarse a papá- le digo con ojos enormes- Neithan, ha dicho que quiere vernos a ambos hoy.
-El poli, se puso serio- me dice seria.
-Así es- le digo- quiere conocerlo.
-¡Tu padre necesita una novia!- me dice-¡dile que estoy disponible!
-Pervertida- le digo rodando los ojos.
-Vamos Lucia, sería lindo que me pidieras la bendición- me mira muy inocentemente y ambas estallamos en carcajadas.
Caminamos al aula, mientras conversamos un poco, le cuento que tuve otra noche horrible, que casi no pude descansar y ella responde con lo mismo de siempre; que lo hable con Allison, o que le explique la situación a Neithan, pero yo como siempre me niego aunque tenga que seguir soportando las olimpiadas sexuales, entre esos dos, es humillante decirles eso.
Cuando vamos llegando a la entrada nos encontramos a un sonriente Gabbe.
-¡Gabee!- le digo con ojos brillantes.
-Hola chicas- nos saluda y luego se acerca a mi- con tu permiso, Becca- y dicho aquello me besa en los labios, coloco mis manos en su pecho, siento que me he sonrojado pero no me importa, le permito besarme.
-Quiero que alguien me de así los buenos días- dice Becca y nos separamos sonriendo.
-Hablé con papá.
-¿Qué dijo?- me pregunta sonriente.
-Quiere vernos al salir de clases, vendrá por nosotros.
-Eso es maravilloso- dice pasando un brazo por mis hombros.
-Maravillosa será la paliza que te dará Neithan Carter, si te pasas de listo. . . Es policía- le dice Becca.
-No puede ser tan malo- él se encoje de hombros- soy un buen chico y no tengo record policial- sonríe de manera encantadora y pienso que es muy hermoso.
-Más te vale, hoy en la noche, ya sabrá tu árbol genealógico y hasta cuantas veces vas al baño.- Rebecca ríe.
-¡Exagerada!- le digo, rodando los ojos.
Llegamos al aula y dentro ya están algunos chicos, y como no pueden faltar Bárbara y Miriam, quienes nos miran con ceño fruncido, ya que Gabriel sigue rodeando mis hombros.
-¡Vaya, la mojigata de Lucía Carter!
-Déjame en paz Babas- le digo- no tengo humor para tolerar tus tonterías hoy.
-Gabbe- le dice- ¿qué tal si vamos de fiesta hoy?- lo mira y se muerde el labio inferior, contraigo mis propios labios queriendo decirle una barbaridad.
-Lo siento Bárbara, tengo una cita con mi novia.
-¿Tienes novia?- le pregunta enarcando una ceja y luego me mira dedicándome una sonrisa que no llega a sus ojos.
-Sí, saldré con Lucía y su padre- sonrío con malicia y ella me mira con odio.
-¿Intentas decirme que prefieres irte con esta insulsa?, ¡ni siquiera es bonita!
-Lucía, no es ninguna insulsa- me defiende- así que ya deberías dejarla en paz, y es muy hermosa. ¿no te das cuenta de lo tonta que te ves siempre molestando a los demás?- sus ojos azules se abren de sorpresa y lo mira con desprecio.
-¡Idiota!- le dice con los dientes apretados- ¡Esta humillación me la pagarás!
-¡Buen día clase, a sus asientos!- llega el profesor de Literatura, evitando la tercera guerra mundial, Bárbara nos mira con profundo odio, bate su espesa y rubia cabellera, y va a tomar asiento.
Es bueno que alguien la haya puesto en su lugar, la muy tonta pasa todo el día molestando a los demás, los profesores suelen tomarla como el peor ejemplo de la clase, pero parece no importarle.
-¡Hoy hablaremos de Shakespeare!- dice el profesor y Bárbara bufa.
-¿Sucede algo?- le pregunta.
-Shakespeare, me aburre, ya sé todo sobre él.- le dice altivamente.
-¡Oh, qué bien!- le dice sonriendo- quiere decir que usted será de mucha ayuda en la clase de hoy. Shakespeare, como la señorita sabe fue un Poeta, dramaturgo y actor inglés.
-Así es- dice ella cruzándose de brazos- Shakespeare es considerado el escritor más importante y uno de los más célebres de la literatura universal.
-Muy bien- le contesta el profesor- además tuvo un apodo muy conocido por todos, ¿puede decirnos cual es?- Barbará se remueve inquieta, es evidente que no conoce la respuesta. Levanto la mano y el profesor me da la palabra.
-Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon, o simplemente el Bardo, así solían llamarle dado el lugar de su nacimiento. Aseguran que, Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande e importante de los escritores de todos los tiempos, nreconocido también como una figura única en la literatura. La fama de otros poetas, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare.
-Muy bien señorita, Lucía- Bárbara me mira fulminándome y yo me encojo de hombros- Señorita Bárbara, ¿Cuál fue el nombre de la esposa de Shakespeare?
-Anne- responde ella segura.
-¿Y su apellido?- indaga.
-No lo recuerdo- se encoje de hombros. Nuevamente intervengo con la respuesta.
-Gracias, señorita Lucía. ¿conoce usted los nombres de los hijos de este importante personaje?
-La boda se llevó apresuradamente, quizás porque Anne, estaba embarazada de tres meses, llevaba en el vientre a Sussana, la primogénita de la pareja, Un hijo, y otra hija, Judith, nacidos mellizos. Hamnet, murió cuando tenía once años, y solamente sus hijas llegaron a ser adultas.
-Excelente, señorita Lucía. ¿Alguien sabe de qué murió el dramaturgo?
-Algunos argumentan que fue de cáncer- dice Gabbe.
-Así es- afirma el profesor- algo muy interesante es el epitafio que él mismo escribió para su lápida. Señorita Bárbara, ya que sabe usted tanto de semejante personaje, ¿podría decirnos qué decía el epitafio?
-Algo sobre no mover sus huesos- dice haciendo un gesto con la mano, restándole importancia, yo ruedo los ojos porque no soporto sus aires de diva.
-"Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras, y maldito el que remueva mis huesos". Eso es lo que decía, profesor. Muchos aseguran que sus obras inéditas están en la sepultura, pero nadie se ha atrevido a verificarlo, quizás sea por miedo a la maldición, una maldición que no queda clara, fue algo muy parco como para imaginar el castigo que se llevaría una persona tan osada como para abrir su tumba.
-Muy bien, Carter- me alaba, y es que conozco mucho de Shakespeare, la verdad me encanta leer sus sonetos, Romeo y Julieta, Hamlet, así como muchas de sus obras, me parece un hombre con una escritura magnífica - es evidente que no todos saben lo que aseguran saber- dice mirando a Bárbara, quien repentinamente se ha puesto muy roja, no sé si de vergüenza o enojo- así que para conocer un poco más de Shakespeare, se agruparan en parejas, no quiero peticiones de grupos, se hará en parejas. Evidentemente trataremos obras de Shakespeare, las cuales serán- se dedica a dar una larga lista de obras del dramaturgo- suficiente para todos. Así que para la semana próxima deben traer el trabajo, que evidentemente constará de una defensa. Señorita Bárbara, quizás quiera trabajar con Lucía, eso le ayudaría mucho. . . a usted, claro está- ella se pone más roja aún y mira al profesor con desprecio mal disimulado.
-Gracias, pero no me hace falta.
El resto de las clases pasan con normalidad, bueno si a normalidad puede llamarse el que Bárbara y Miriam, estén haciendo comentarios estúpidos sobre mi y me miren con odio.
¡No sé qué rayos les pasa a esas chicas!
Luego de culminar las actividades del día Gabbe, Becca y yo, salimos al cafetín por algo de beber, antes de que mi padre llegue por nosotros.
Compramos gaseosas y conversamos un poco. Mi teléfono vibra con un mensaje.
"Ya llegué princesa, les espero en la entrada"
-Neithan llegó- anunció y los chicos me miran.
-Bien- dice Gabbe, poniéndose en pie- vamos con él, ansío conocerlo.
-Yo también iré- dice Becca elevando las cejas- no me privaré de ese banquete visual.
-Compórtate, no seas descarada- le digo- mi padre podría ser el tuyo.
-Pero no lo es cariño, no lo es- dice en tono cantarín y vamos hacia la salida.