*CAPÍTULO 5*
Cruzo el umbral de la puerta principal, y sin mirar a ningún lado decido subir a mi habitación.
-¡Lucía!- la enojada voz de mi madre me hace detenerme al pie de la escalera. Ruedo los ojos. Me giro y me encuentro con sus ojos azules. Y no está ella sola, sino que también está él
-¿Qué?- le digo sin saludo, sin nada.
-Hasta que al fin llegas- me dice Rafael y lo miro con odio- es muy tarde para que andes sola.
-No tengo que darte explicaciones. No eres mi padre- le digo y él contrae los labios enojado.
-¡No seas grosera, Lucía!- me dice mi madre furiosa.
-No tengo tiempo para esto- les digo con voz fastidiada- ¿Qué quieren?
-Saber dónde estabas.
-Aunque no me siento en la necesidad de darte explicaciones madre, te lo diré. Estaba en el cine.
-¿No pudiste avisar?, la noche ya comienza a caer y me estaba muriendo de angustia.
-¡Tonterías!, ni que fuese yo, Lorena.
-¡Tu también eres mi hija!
-Te diré una cosa, Allison- me dirijo a mi madre, quién frunce los labios cada vez que la llamo por su nombre- tengo muy buen humor y no lo arruinarás, así que déjame en paz- y sin decir más me giro para subir a la habitación, ignorando sus gritos. Así que al llegar entro y le pongo seguro a la puerta.
Veinte minutos más tarde mi teléfono suena y es Becca. Sonrío porque seguramente no puede soportar las ansias de saber qué sucedió.
-Hola, Becc.
-¿Qué pasó?- pregunta con voz chillona-¿Te besó?
-Somos novios- le digo con una idiota sonrisa en el rostro.
-¡¿QUÉ?!- dice riendo- ¿es en serio?
-Así es.
-Bárbara, se morirá de envidia y furia, sabes que Gabbe le gusta.
-No me importa lo que le suceda a esa estúpida. Evidentemente Gabbe, no gusta de ella.
-¡Increíble!- se ríe- ¡qué alegría!. Sé cuánto te gusta Gabriel, así que me alegra que estén juntos. Pero. . . ¿Te besó?
-Si, me beso- admito.
-¿Cómo fue?- pregunta riendo.
-Un beso muy lindo. Ya déjame Becc, no seas chismosa- río- hasta mañana.
-No te atrevas a colgarme, Lu. . . - y así le cuelgo, sonriendo con malicia. Recuerdo después que debo hablar con mi padre. . . Espero que no se enoje.
Le marco al celular y al segundo repique me contesta.
-Princesa, amor de mi vida.
-Hola, príncipe de mi corazón- le digo bromeando y ambos reímos.
-¿Cómo estás?
-Muy bien, pa. Hoy fue un gran día.
-¿Ah sí?, ¿Y eso porqué?
-Pues. . . fui al cine.
-Me encanta que te diviertas, cariño.
-Sí. Oye pa, tengo algo que contarte, solo espero que no te enojes.
-Mmmmm. ¿Qué hiciste?
-Pues. . . un chico me besó- le suelto sin más.
-¡¿QUÉ?!- grita- tienes que estar bromeando.
-Pues no- le digo riendo- no estoy bromeando, pa. Hay un chico que me gusta, ya lo hemos hablado.
-Si, pero de gustarte a besarlo es mucha diferencia.
-¡Somos novios!- le suelto.
-¡Lucía Carter!- me dice y sé que está más que enojado, preocupado.
-Vamos Neithan, relájate. Queremos hablar contigo, que lo conozcas y él a ti. Sabes que eres demasiado importante para mí.
-Quiero que sepas que no me agrada la idea de compartirte con alguien. Eres el amor de mi vida, Lucía, no sé si pueda soportarlo.
-Tú sabes que te amo, pa. Jamás haría algo que te lastimara, pero este chico realmente me agrada, es lindo y me gusta.
-¡Lucía!- puedo imaginarme que está ruborizado.
-¡Eres mi padre!- gimo- tengo que contarte a ti, sino ¿a quién?
-Creo que tendré que tomarme una pastilla para el corazón.
-Que corazón más blandengue tiene, comandante.
-No juegues con tu suerte, Carter- me dice- ¿Ese novio tuyo sabe que tu padre es policía?
-Creo que no- le digo riendo.
-Me encargaré de dejárselo claro. Quiero verlos a ambos mañana después de clase, pasaré por ustedes e iremos a comer algo, mientras platicamos. Dile que se porte bien Lucía, llevaré mi armamento- bromea o al menos eso creo.
-Él también quiere conocerte. No te pongas muy intimidante, Carter.
-Solo lo necesario- me asegura- necesito su nombre y apellidos, buscaré sus antecedentes, investigaré a su familia, amigos y. . .
-Basta Neithan- le digo riendo- no seas exagerado, déjalo en paz.Te vigilaré- le digo bromeando.
-Y yo lo vigilaré a él- me asegura.
Lucía. . .
Mi sueño es liviano y hermosos, Gabbe me besa mientras caminamos por la playa tomados de la mano, yo sonrió feliz de poder estar con él, sin creerme que es mi novio, que estamos felices. Él, el chico que tanto me gusta, al que he querido en silencio. Sin duda alguna soy muy afortunada.
De pronto soy arrebatada del sueño y despierto sobresaltada escuchando los fuertes gemidos y gritos de la habitación de al lado.
Cierro los ojos con fuerza y me hago un ovillo en la cama, mientras intento tapar mis oídos, pero es inútil, sigo escuchando como la desvergonzada de mi madre se revuelca con ese hombre y es capaz de gritar y pedir más, me siento atormentada de tener que escuchar casi todas las noches como hacen el amor, la cabecera de su cama en ocasiones golpea contra la pared de mi habitación, los escucho gemir, gruñir, gritar de placer y hasta nombrar a Dios.
¿Cómo es posible nombrar a Dios en semejante acto?
No solo tengo que tolerar el hecho de haber presenciado besos entre Allison y Rafael, cuando aún mi padre y ella estaban casados, aún tengo recuerdos de cuando él iba a la casa cuando papá no estaba, sino que ahora que desde que vivo con ellos, tengo se soportar escuchar sus cochinadas. Es tan asqueroso y repugnante. Odio a Rafael Farrell, odio que ponga sus manos en mi madre, que la toque y que yo tenga que escucharlo, lo odio profundamente, odio no poder vivir con mi padre, odio que mi madre sea una mujerzuela, odio los hermanos que tengo y la vida que llevo. . . odio la vida en general.
Un grito ahogado de mi madre me hace querer desaparecer, luego la voz de Rafael, llega a mí, pero gracias a Dios no distingo lo que dice. Solo sé que esta será otra larga noche de insomnio, mientras que yo escucho lo que hacen.
Solo ruego porque acaben pronto y pueda volver a dormir un poco.
-¡Lucía, arriba cariño!- siento como Allison, me mese para que despierte.
-Quiero dormir- gruño y me aferro a las sábanas con fuerza.
-Es hora de que vayas al instituto.
-¡No pude dormir!- le grito con las ganas de gritarle
-Lo siento, cariño, pero no puedes faltar hoy.
-¿Es que nunca me dejarás en paz?
-¡Arriba!- vuelve a mecerme.
-¡Ojalá me muera, Allison Tylor!- le digo saliendo de mi escondite, lo digo con tanto odio que veo que sus ojos se cristalizan- ¡ojalá me muera para no tener que ver tu cara cada mañana!
-¡Lucía!- gime mientras me mira llorosa.
-¡No te soporto, ni a ti, ni a tu estúpida familia!- la reto con la mirada-¡Cuando me muera te librarás de mi y yo de ustedes!- me sorprendo cuando la bofetada me cruza la cara, golpeándome con fuerza en la mejilla derecha. Llevo mis manos a la cara, me arde y la miro con odio. -¡Es lo que te faltaba!, ¡golpearme!
-Te lo has buscado. Intenté ser amable, lo hago cada día pero sólo recibo tus desprecios.
-¡Es lo que te mereces!
-No comprendo tu actitud, Lucía- se pone en pie- me esfuerzo por darte cariño.
-¡No quiero tu cariño, no me hace falta!, ¡mejor guárdalos para tus hijo!
-¡Tú también eres mi hija!- gime frustrada-¡también te amo!
-Es una pena, porque yo te odio, Allison. Te odio por haber lastimado a papá, por haberme lastimado a mí.
-Lo de tu padre es cosa nuestra, solo de nosotros.
-Te equivocas, me afecta directamente, por lo tanto es mi problema. Odio a Rafael, él me quitó la familia que tenía, odio todo lo que tiene que ver con ustedes. Deseo vivir con Neithan, o morirme para que así tengas una vida donde yo no te estorbe.
-¡No me estorbas, Lucía, no lo haces!
-¡Lárgate de mi habitación!- grito furiosa- ¡Vete a hora!
La veo alejarse llorando y no me importa, lo único que me importa es el fuerte dolor de cabeza que tengo, el sueño que no me abandona nunca. . . pero debo ir al instituto, necesito ver a Gabbe y luego llevarlo a conocer a papá.