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*CAPÍTULO 7*

Mi padre nos espera recargado en su auto, al verme me regala una sonrisa, luego se endereza quedando muy recto.

-¡Pa!- digo feliz y corro hasta guindarme de su cuello. Él me besa feliz y me estrecha con fuerza.

-Que bueno verte, muñeca.

-Igualmente, Pa- le beso en la mejilla y él besa la punta de mi nariz.

-Hola, Becca- le dice y Becca suspira, la muy descarada parece que va a desmayarse. Está loca si cree que mi padre se meterá con ella, antes le quito en pellejo de la cara.

-Está más guapo que nunca, señor Neithan- le dice y mi padre ríe.

-Muchachita descarada- le dice.

-Sincera- responde ella guiñándole un ojo.

-Y tú debes ser el. . . el novio de Lucía- le dice frunciendo el ceño.

-Así es, señor- avanza hasta él y le estira la mano- soy Gabriel.

-Tienes muchos tatuajes- le dice tomando su mano y estrechándola.

-Si señor, son muy significativos para mi. No crea que por eso soy un mal muchacho, lo cierto es que adoro a Lucía y estoy feliz de que ella me haya aceptado.

-Falta ver si yo te acepto- dice mi padre muy serio- ya hablaremos de lo mucho que adoras a mi pequeña hija.

-Te lo dije, Gabbe- dice Becca- el poli, es rudo.

-Vayamos a comer algo- dice mi padre.

-Bueno, yo los dejo- interviene Becca.

-Ven con nosotros- le pido- ¿no hay problemas, verdad pa?

-Por supuesto que no. Becca siempre es bienvenida- le sonríe y ella se ruboriza- ahora todos a la camioneta jovencitos. 

    

El restaurante, es cómodo y muy bonito, pedimos mesa para los cuatro y nos encargamos de pedir nuestras comidas. Comemos entre risas y amenazas, ya que Becca no deja de coquetear con mi padre, así que le advierto que la dejaré sin cabello, mi padre solo ríe por lo "cómica" que le resulta Rebecca, luego de eso pedimos el postre y lo disfrutamos mientras reímos. Me siento tan feliz y relajada, es tan diferente a cuando estoy en casa de Rafael, allá me siento cohibida y hasta vigilada. Una vez, salí de la ducha del pasillo, porque la de mi habitación se había averiado, venía solo con una toalla y el cabello húmedo cayendo sobre mis hombros. Me dio escalofríos cuando me tope con Rafael, quien me recorrió con la mirada y me aseguró lo idéntica que soy a mi madre, eso no hizo más que incrementar mi sensación de incomodidad cuando lo tengo cerca.

Pero siempre que estoy con mi papá es diferente, me siento protegida, cuidada y sobretodo amada. Puede que sea muy dura con Allison, pero siento que su traición hacia mi padre, no hizo más que acabar con mi mundo de felicidad, donde los tenía a ambos y éramos una buena familia. Odio cuando la confronto y me da la misma estúpida excusa "tu padre me abandonaba muchas noches y hasta días enteros Lucía, necesitaba sentirme querida", para mí esa no era justificación alguna porque mi padre estaba trabajando para darnos una vida digna, además tenía un trabajo muy bueno; mi padre atrapa a los malos, ella debía sentirse orgullosa, pero no, prefirió engañarlo y traicionarlo en su propia casa, antes de decirle que ya no lo amaba. Su traición no tiene perdón. . . al menos no para mí.

-Bien- mi padre interrumpe mis pensamientos- es hora de conversar- mira muy fijamente a Gabbe, sé que intenta intimidarlo con su pose de policía malo, así que contengo una risa.

-Usted diga lo que quiera saber, señor.

-¿Qué edad tienes?

-Diecisiete.- responde tranquilamente.

-¡Eres mayor que mi hija!- le dice.

-¡Solo un año, pa, no exageres!- digo rodando los ojos y Becca se ríe divertida.

-¿Vives con tus padres?

-Así es. Mi madre es maestra y mi padre bombero.

-Interesantes profesiones- le dice- ¿desde cuándo son novios?

-Desde ayer- le dice sonriendo- la verdad es que Lucía, me gusta desde hace mucho, pero no me había animado a decírselo, así que ayer me di ánimos y obtuve buenos resultados.

-Soy policía- le dice serio y yo casi dejo ir la carcajada. Gabbe sonríe.

-Ya lo sé señor, comprendo que esté preocupado por su hija pero. . .

-Mi única hija- le interrumpe- mi princesa, la adoración de mis ojos. No soportaría verla llorar o sufrir, no sé si estés consiente de dónde te estás metiendo.

-¡Pa!- le riño, pero ni me mira.

-Lo comprendo perfectamente, señor.- le dice Gabbe, parece bastante tranquilo.

-Mi hija es virgen y debe serlo por mucho tiempo- lo mira amenazante. Ahora si que se ha pasado.

-¡Suficiente Neithan!- espeto furiosa y muy enojada ante la risa de Becca.

Gabbe y yo tenemos la cara muy roja, ¿cómo se le ocurre decir algo así?

-Solo le advierto- me dice.

-Creo que es suficiente por ahora, has comprobado que es un buen chico, me quiere y yo. . . yo también lo quiero pa.

-Solo quiero asegurarme de que todo se lleve en orden. Si este jovencito se pasa de listo tendrá a un comandante muy furioso detrás de él.

-No sucederá tal cosa, señor. Lo prometo.

-Encárgate de cumplir tu palabra- le dice- tengo tres pistolas conmigo.

-¡Eres insoportable!- gimo avergonzada.

Paga la cuenta y deja una propina después de pelear con Gabbe, quien aseguraba que podría pagar, pero mi padre le aseguró que no era necesario, que guardara el dinero para llevarme al cine.

Sonrío porque lo ha aceptado, aunque no lo ha dicho. Nos ponemos en pie y los cuatro salimos al estacionamiento, cuando llegamos a su camioneta se gira hacia nosotros y mira muy seriamente a Gabbe.

-Es un placer conocerte hijo- le extiende la mano y contengo un grito de felicidad. Gabbe, la toma y luego se abrazan- es mi tesoro, no me decepciones.

-No lo haré, señor- le asegura sonriendo y me guiña un ojo.

Lucía, despertó como siempre agotada y cansada. Después de permanecer muda durante todo el desayuno, se levantó de la mesa para afrontar otro día de clases. Nada más llegar a la parada se encontró con Gabbe.

-Hola- le dijo sonriendo.

-Hola- contestó él- acercándose y estrechándola, para después besarla con ternura, sin importar las personas que estaban presentes, esperando el transporte.

-No pensé, ni en mil años verte aquí- le dijo con una enorme sonrisa pintada en el rostro.

-Pues, digamos que me levanté muy temprano.

-Vamos Gabbe- le sonrió más ampliamente- vives al otro extremo de la ciudad. ¿Qué haces aquí?

-Vine por ti- le acarició la mejilla- tenía muchas ganas de verte, además de llegar contigo al instituto- le tocó la punta de la nariz- ¿eres siempre tan hermosa en las mañanas?

Lucía, estalló en carcajadas y lo abrazó. Lo quería tanto que aún no podía creerse que fuese su novia, y que lo tuviese allí, con ella.

-Me encantas - le sonrió ruborizada.

-Y tú a mi, Lucía Carter. . . tú a mi- le dijo antes de volver a besarla.

Al llegar al instituto, Gabe la dejó cerca del pasillo principal para ir al cafetín por algo de comer, ya que aseguró que no había tenido tiempo de desayunar. Ella lo besó y le prometió esperarlo allí.

Un par de minutos después aparecía Becca.

-Hey guapa- la saludó- buen día.

-Buen día, Becc- le sonrió y la abrazó.

-¡Cuanta felicidad!, ¡qué envidia!- Lucia, comenzó a reír y se ajustó la mochila en la espalda.

-¡Tonta!

-Vamos al aula Lu, estoy que me caigo de sueño.- le pidió.

-Esperemos un momento, Gabbe fue al cafetín- su teléfono comenzó a timbrar y se apresuró a buscarlo. Era Neithan.

-Hola, Pa.

-Hola princesa hermosa, que ahora tiene novio- Lucía comenzó a reír.

-Vamos Neithan Carter, supéralo- le dijo en medio de risas.

-Es difícil superarlo ¿sabes?, mi nena tiene novio.

-Como cualquier adolescente- le dijo sonriendo- tener novio es muy normal pa.

-Pero yo no tengo- dijo Becca, en un tono elevado asegurándose que Neithan escuchara- Quizás lo que necesite sea un policía- terminó suspirando.

-Esa chiquilla no baja los brazos- dijo Neithan riendo- dile que la detendré por acoso.

-Papá te arrestará por acoso- le dijo con una sonrisa burlona a su amiga.

-La única condición que pido es que sea en una celda junto a su oficina, por mi no hay problema- Becca comenzó a reír con ambas manos en el aire en señal de rendición. Lucía, escuchó a su padre reír, entonces rodó los ojos.

-¿Qué tal tu guardia?- le preguntó.

-Bastante tranquila, nena. Ahora estoy en casa descansando, me toca guardia esta noche.

-¿Otra vez?- le dijo suspirando.

-Ya sabes como es mi trabajo.

-Pensé que hoy me podía quedar contigo- le dijo en tono de frustración.

-Lo lamento, Chiquita- respiró con pesar- quizás podamos pasar el día de mañana juntos.

-Pero mañana estarás cansado por no haber dormido durante la noche.

-No te preocupes por eso, cariño. Tengo años trabajando de policía, no dormir ya no es un problema para mi.

-Lo sé pa, mejor nos vemos cuando tengas guardia matutina.

-Eso será en dos días- le dijo.

-¿Podrás sobrevivir hasta entonces sin mi?- le preguntó en tono burlón.

-No lo sé, Lucía Carter- dijo como dudando- ya sabes como soy. No soporto tenerte lejos.

-Será difícil, lo sé, pero tienes que intentarlo, Neithan. No puedes ser tan dependiente de mi- y dicho aquello ambos comenzaron a reír- vamos, ve y descansa, te llamo por la noche.

-No lo olvides. Si no me llamas te colgaré, Lucía Carter.

-Nada de eso, Poli. Te llamo.

-Bien. Que tengas buen día mi amor, te amo.

-Y yo a ti pa, te amo con todo mi corazón- después de lanzarle un beso, cortó la comunicación, justo en el momento en el que Gabbe, llegaba y saludaba con un beso en la mejilla a Becca y luego le entregaba a ella una bolsa de papel con un emparedado y una lata de gaseosa.

-¿Listas para ir a clases?- pregunta Gabbe.

-Lo más lista que puedo estar- se quejó Becca- estoy cayéndome del sueño, casi literal.

-Exagerada- dijo Lucía, rodando los ojos.

Las clases se llevaron a cabo con normalidad. Bárbara, no había ido a clases, en consecuencia Miriam, había estado muy tranquila, casi imperceptible, lo que no hacia más que evidenciar que ella sin Bárbara, quien la instigaba constantemente a ser como ella, no era más que una chica normal y corriente.

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