Capítulo 8: Tú no eres así...
Ya han pasado dos meses, debo reconocer que han sido los dos meses más aburridos de toda mi vida, mientras todo el mundo busca al omega, yo debo continuar investigando a Allan, quien claramente es muy difícil de investigar.
No puedo torturarlo para que me diga si está o no involucrado, sé que no me diría nada, además varias veces lo he visto entrar al bar de Lucy, bebe con ella, entran a lo que creo que es una oficina y luego de media hora se va. Creo que de verdad tienen sexo, lo comencé a sospechar con más intensidad cuando vi que Lucy se cambió de ropa luego de salir de allí.
Es obvio que no puedo saberlo a ciencia cierta, pero pienso que no son solo socios, puede que en realidad Allan sea su amante. Por supuesto que he hablado con Lucy, en cuanto Allan se marcha yo me acerco para extraer información, sin embargo, ella no me ha dicho nada que confirme mis sospechas, incluso cuando pregunté ella carcajeó tomándolo como una broma.
Ambos son complicados, aunque he logrado tener a muchos sospechosos que están conectados, incluso di con un bastardo que curiosamente logró escapar de mí, no sé quién es, mi reloj no encontró registros sobre aquel sujeto, por ello, sólo tenía una fotografía sobre cómo se ve físicamente, la cual tomó mi reloj aquella vez que nos vimos.
He estado investigándolo, quiero dar con aquel sujeto, pero no lo he conseguido, es muy difícil de encontrar a alguien que borra sus registros, incluso las cámaras son borradas cuando aquel bastardo está en el lugar.
Por otro lado, desde aquel "No me vuelvas a besar" no he tenido ese tipo de contacto con Allan, a veces pienso en ello, sobre todo cuando no me siento completamente satisfecho cuando tengo sexo, pero he cumplido, no lo he vuelto a besar para evitar que mi investigación se vea alterada, no quiero enfadarlo hasta el punto de que se retire de la investigación, por ende, me he comportado como un chico bueno y tampoco lo he molestado, más bien he sido muy profesional.
Es aburrido, sin duda los primeros días me divertía investigar sobre el omega justamente porque podía molestarlo y jugar, pero ahora debo ser más serio.
Hoy se supone que tendremos un encuentro con unos sujetos que son sospechoso, no puedo imitar lo mismo de la otra vez, así que me mantengo atrás y obedezco sus indicaciones mientras siento cierto hueco en el pecho cuando lo miro, es raro, cada que lo veía pensaba en molestarlo y fastidiarlo, era muy divertido, pero no puedo hacerlo ahora, así que es... raro.
También debo agregar lo de mi investigación, siento que no puedo confiar en él, entre más investigo, menos sé sobre él, hace cosas muy sospechosas, lo que lo vuelve difícil de lidiar. De cierta forma tampoco he peleado gracias a este punto, me preocupa darle a conocer mi modo de trabajar, él podría estar analizándome.
–Despeja ese sitio– me dijo casi en un susurro.
Yo miré el lugar a donde me enviaba, mi reloj me marcaba que había tres sujetos, por ende, me encaminé hacia ese lugar asegurándome de ser silencioso, tenía que encargarme de los tipos que estaban allí, pero no podía matarlos, más bien los hacía dormir dejándolos encerrados en una habitación.
Cuando lo despejé esperé pacientemente a que él llegara para investigar juntos el sitio, había varios sujetos tirados en el suelo, sin duda el número de sujetos que él durmió era mucho más grande que el mío. A simple vista conté quince, aunque en el segundo nivel había muchos más.
Lo bueno es que conseguimos información, aunque lo malo es que cuando planeábamos marcharnos, visualizamos a lo lejos unas camionetas de ventanas polarizadas. Sin duda debíamos actuar rápido, aunque no pensé que me obligaría a esconderme en un sitio oscuro en donde él quedó encima de mí.
No sé dónde nos metimos, parecía una caja grande, como un ataúd, aunque tenía unos agujeros por donde entraba aire y a su vez, por donde yo podía ver mientras él permanecía casi inmóvil sobre mi cuerpo.
–Avísame cuando entren...–susurró mientras yo trataba de ver cuantos eran.
–Unos se quedaron afuera...–informé buscando su mirada un instante.
Él parecía nervioso, sin duda era peligrosa la situación en la que nos encontrábamos, así que no me sorprendía que lo estuviese. Si no lo estuviese investigando, seguramente me habría aprovechado de la situación para molestarlo, pero... bueno, supongo que debo seguir en mi papel de "chico bueno"
No sé por qué me siento triste cuando pienso en ello, supongo que extraño molestarlo...
–Ethan...–me nombró manteniendo un tono de voz bajito.
–Aún no entran, aguanta un poco más...–le pedía mientras me sentía ansioso, esto era incómodo.
Entre los dos se formaba cierta tensión, sin duda me hacía sentir muy incómodo saber que mi presencia parecía fastidiarle, estábamos muy cerca, casi diría que sólo unos cuantos centímetros le impiden tocar mi rostro. Él dijo que no podía besarlo, supongo que le fastidia que estemos tan cerca, casi como si fuésemos a besarnos, aunque yo mantenía mis ojos en los agujeros de la caja en donde estábamos.
–Ethan– me volvió a nombrar.
–Espera un poco, a mí tampoco me gusta compartir mi aire contigo, pero..
Fui silenciado, cuando lo miré él me besó pillándome desprevenido ¿no se suponía que no debía? No entiendo ¿si le respondo el beso se enfadará? Joder, no sé cómo tomarme esta situación, estoy tan frustrado con toda esta investigación que no soy capaz de pensar con claridad.
¿Es correcto besarlo o es más correcto no besarlo? En cuanto a la investigación, me conviene, era más fácil allanar su casa cuando podía hacer este tipo de cosas con él, sin embargo, Allan dijo que no lo besara...
Cuando sentí su mano sosteniendo mi mejilla pensé que, si era correcto responder el beso, de hecho, trataba de hacerlo adecuadamente, quería entender toda esta situación, sin embargo, lo único que conseguí fue un beso tras otro.
Allan me estaba besando de muchas formas, todas se sentían igual de bien, incluso deseaba más y más hasta que nos vimos en la obligación de soltar los labios del otro casi jadeando. Los sujetos de antes fueron alertados, ellos entraron corriendo al lugar, supongo que vieron a uno de los sujetos tirados en el suelo, así que esa era nuestra oportunidad para salir corriendo y subirnos a su auto.
Lo bueno es que su caravana estaba cerca, aunque lo malo es que otra vez tendría que pasar la noche con él. Ag... no sé cómo actuar ahora, la última vez lo seduje, pero ¿ahora puedo hacer lo mismo?
Él me besó, no sé qué quiere de mí, solo me está confundiendo y ahora me siento tan extraño...
–¿Te bañarás primero? –me preguntó cortando el silencio.
–No, hazlo tú– respondí evitando su mirada.
Él no dijo nada, sé que pegó su vista en mi espalda, casi como si quisiera decirme algo, pero prefirió callarse y simplemente se bañó tardando lo menos posible para no dejarme sin agua caliente.
Mi traje estaba empolvado, como es de color negro se suele notar mucho más, así que luego de bañarme aproveché para lavarlo junto al suyo en una pequeña lavadora que había fuera, además como tenía la opción de secado sabíamos que al despertar mañana nuestra ropa estaría lista.
Lógicamente, esta vez también debía prestarme su ropa, aunque no me puse nada fuera de lo habitual, más bien permanecí callado y limpié mi arma sintiéndome un poco hambriento, pero Allan no tenía nada para comer en su despensa.
Cuando llegó el momento de meternos en la cama, me aseguré de darle la espalda y me acomodé deseando encontrar el punto en donde podría sentirme cómodo. La última vez no lo dije, pero solamente hay una almohada, además como aquel día estábamos durmiendo muy apegados, no vi la incomodidad de compartir la almohada.
Podía darle la opción de dejarla sólo para él, pero no puedo dormir si no recuesto mi cabeza en una almohada, es algo casi obligatorio para mí.
–Ethan– me nombró sacándome de mis pensamientos.
–¿Hm? –respondí manteniendo mis ojos cerrados, mi plan era dormir.
–¿Te ocurre algo? –preguntó– llevas varias semanas muy extraño.
–¿Extraño? –repetí sin siquiera molestarme en abrir los ojos.
–Ya sabes a qué me refiero, tú no eres así ¿Qué ha pasado? Has estado muy callado y quieto–me respondió.
–¿Antes te quejabas porque arriesgaba innecesariamente mi vida y ahora te quejas porque sigo tus órdenes? –pregunté e inmediatamente se levantó un poco quedando de lado para verme de este modo.
–¿Ves? Actúas diferente, tú jamás seguirías mis órdenes– me aseguraba– ¿Qué te pasa?
No podía decirle lo que realmente me estaba molestando, así que simplemente preferí girarme para así ver como sus ojos me buscaban con cierta preocupación, parecía que de verdad le preocupaba mi cambio de actitud.
Fui incapaz de contener cierta risita que se escapó de mis labios, no creí que él se preocuparía por mí, de hecho, tampoco creía que él se daría cuenta de que algo me ocurre, por ello, me causaba cierta diversión saber que mi compañero de competiciones se daría cuenta de algo tan absurdo.
–No me pasa nada– le aseguré acercando mi mano hasta su mejilla, acercándolo poco a poco, notando como sus ojos le jugaban en contra tras decirme a través de ellos que deseaba besarme–igualmente te podrías enfadar si yo hiciera lo que quiero– añadí, impacientándolo un poco.
Sus labios estaban casi rozando los míos, no era el momento más idóneo para entablar una conversación, mucho menos cuando sus ojos observaban mis labios casi seducidos por ellos.
–Si con eso dejarás de actuar raro, entonces haz lo que quieras– me pidió.
Mi sonrisa incrementó cuando oí eso, de hecho, incluso lo acerqué más a mis labios con tal de besarlo con un beso de aquellos que se podrían denominar "dulces" a pesar de que sabía a menta. No buscaba nada más que un beso, más bien mi propósito era ver si podría besarlo sin que se enfadara en el futuro.