Capítulo 3
- A la mierda tus defectos, eres jodidamente grosero. - Me asusta el grito que sale de tu boca, levanto las cejas, ni siquiera mi padre me grita.
- No puedo juzgarte, lo descubrí de la misma manera. - Olivia se cruza de brazos y mira a su primo, ignorando por completo el susto que acaba de tener.
- Di mi palabra, no se lo diré a nadie. - Insisto y una sonrisa se forma en la boca de la chica.
- Nuestra familia no confía en las palabras, Elena. - explica Olivia. - ¿Me vas a matar si te doy una pequeña idea? - Levanta las cejas, como si fuera a decir algo brillante. - Elena, ¿estás soltera?
- Lo soy... - Respondo con miedo a lo que vendría.
- Casarse, sencillo. - Olivia se encoge de hombros y no puedo evitar reírme. - Lo digo en serio, te acabas de graduar. - Lee mi broche de "graduación". - Un matrimonio con un Leblanc le daría un buen trabajo y su nombre en el mercado. - añade Olivia, emocionada.
- No me voy a casar con este chico sólo porque un adolescente al azar me lo dijo. - Veo una sonrisa formarse en los labios de Felix y la boca de Olivia se abre.
- Preferiría quedarme sordo al escuchar ese tipo de barbaridades salir de tu boca, prima. - Responde el pendejo y veo que la cara de la chica se pone roja.
- Ustedes son tan raros. - Respondo. - Disculpa, ni siquiera tengo ganas de participar en esta película que es tu vida, déjame pasar o gritaré. - Se alejan de la puerta y sonrío burlonamente.
- Toma mi tarjeta, si cambias de opinión puedes llamarme. - Olivia me entrega un pequeño trozo de cartón. Me pregunto por qué un niño tenía una tarjeta.
- Deja de actuar como si fueran tus decisiones Olivia. - Escucho quejarse al hombre pero no le presto atención, simplemente salgo dando un portazo.
Felix LEBLANC
Mi casa estaba hecha un desastre por la fiesta. Mi madrastra insistió en que mi mansión era la mejor opción para graduarme y no tuve más remedio que estar de acuerdo con ella.
Tomo un sorbo de mi whisky, hacía días que no dormía, mi mente no había descansado, lo único en lo que podía pensar era en la maldita boda.
Estaba listo para dirigir Leblanc Arquitectura pero no quería casarme, mi vida cambiaría del agua al vino en cuestión de segundos si eso sucediera.
Me sorprendo cuando mi hermano abre la puerta de mi oficina y entra. - ¿Has olvidado cómo golpear? - Lo regaño y Luca resopla, ignorando por completo mi queja.
- Definitivamente he terminado. - Mi hermano menor se tira en una de las sillas que tenía en mi oficina.
- Afortunadamente no tengo nada que ver con eso. - Luca pone los ojos en blanco ante mi respuesta. - ¿Qué haces aquí tan temprano? - Miro el reloj que marcaba un poco más de:.
- Decidí dormir aquí después de la fiesta y ¿cómo estás? - Luca se cruza de brazos tatuados. - No has salido de esta oficina desde ayer, me preocupo por mi hermano pequeño. - Tu voz burlona me da asco. Luca me irrita.
Sin lugar a dudas, uno de los mayores objetivos de mi padre era poner a Luca en su lugar antes de morir, lamentablemente no logró hacerlo, pero todavía me siento obligado a hacerlo por él.
- A diferencia de ti, tengo mucho que hacer. - Miento, mi mente estaba demasiado ocupada para poder trabajar o estudiar.
- Iris envió un mensaje diciendo que nos extraña... No lo puedo creer. - Siento que el odio comienza a extenderse por mi cuerpo cuando veo a Luca sacando un paquete de cigarrillos de su bolsillo.
- No creas que te voy a dejar fumar dentro de mi limpia oficina. - Me mira como a un perro abandonado y vuelve a guardar la mochila en su bolsillo. - Dices que no crees en las palabras de Iris pero eres el primero al que se le cae la baba por su huevo cuando estás en la ciudad. - Luca pone los ojos en blanco en cuanto le respondo.
- De hecho, soy el único que intenta ser un buen hermano. - Dice suavemente y me río.
- Eres tan dramático que me cansa. - Me cruzo de brazos y él me analiza con los ojos cerrados.
Escucho dos golpes en la puerta y eso seguramente significaba Olivia Leblanc, Luca se queja y yo sonrío, tenía cosas más importantes de qué hablar con mi prima.
No tenía ganas de discutir con Luca cómo debería tratar a mis hermanos.
- Buenos días, cada vez te pareces más a un cómic. - Mi prima envuelve a mi hermano en un abrazo, Luca sonríe falsamente. - Qué ignorante eres, Luca. - Ella lo empuja haciéndolo sentarse nuevamente.
- Buenos días Liv, ¿necesitas algo? - Le devuelvo el abrazo que ella me da.
Olivia era sumamente cariñosa, la única de la familia que daba abrazos a cambio de nada. Me gustaba la forma dulce de mi prima, de alguna manera alegraba mis días.
- Necesito hablar contigo a solas, Tay. - Mira a Luca para que entienda que tiene que irse.
- Os odio. - Luca se levanta y camina hacia la puerta de mi oficina, cuando nos damos cuenta que ya está lo suficientemente lejos, mi prima se sienta.
- Estuve investigando la vida de la rubia de ayer. - Frunzo el ceño, no quería continuar con este asunto.
- Te digo tranquilamente que no quiero saberlo. - Respondo y Olivia pone los ojos en blanco.
Ella se aclara la garganta. - Lo diré de la misma manera. Perdió a su novio en un accidente automovilístico, Elena quedó embarazada y sufrió un aborto espontáneo debido al estrés que le provocó el suceso. - Presto atención a cada detalle, no entendía por qué Olivia hacía eso.
- Ella sería la mujer perfecta para ti, todavía quiere ser madre, sería un lindo intercambio de favores. - Me río y Liv se sonroja, se estaba estresando.
- Triste historia. - Me acomodo en la silla y me aclaro la garganta. - Estaba claro lo mucho que mi persona molestaba a Elena, y además, no podemos simplemente ofrecerle matrimonio a alguien de la nada. - Olivia respira profundamente mientras hablo.
- A diferencia de ti, estoy extremadamente desesperado. Mi puto sueño está en juego, a diferencia de ti, yo quiero continuar con el legado familiar. - Mi prima se desahoga y no me deja responder, como una niña malcriada que da un portazo en la oficina.
- Olivia Leblanc vuelve aquí ahora. - No dudo en correr tras Liv. - ¿De dónde sacaste tanta información sobre esta mujer? - Pregunto, intentando con todas mis fuerzas no gritar.
- Tengo mis contactos. - Finalmente deja de caminar por el pasillo. Niña extraña.
- ¡Lo digo en serio, mierda! - Me cruzo de brazos y ella hace lo mismo con expresión burlona.
- Le pregunté a mi madre por su expediente universitario, busqué su nombre en Google y había muchos artículos sobre el accidente y tengo algunos amigos que la conocen. - Siempre es difícil entender cuando habla extremadamente rápido para irritarme.
- ¿Cómo se llama el extraño?
-Elena Castro. - Analizo el rostro de mi prima por un rato pero poco después camino a mi oficina, todo en completo silencio.
Antes de abrir mi cuaderno pienso dos veces si realmente debería investigar a la rubia.
"Una joven, Elena Castro, está de luto por la muerte de su novio. El estudiante Liam Michael fue encontrado muerto en Los Ángeles, la causa de la muerte fue una hemorragia cerebral provocada por un accidente de motocicleta. Los dos esperaban un hijo, en el que el sexo Aún no se había revelado, Elena lamentablemente perdió al bebé durante el funeral.
- Liam siempre tendrá su lugar en mi corazón, será muy difícil vivir sin él. - Dice entre lágrimas el joven estudiante de arquitectura en una de las universidades más importantes de Nueva York."