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Su pecho lleno de vello atrapó la vista ante el espejo y pasó una mano por él pensando en eliminarlo. Descendió por el camino oscuro, pasando por el torso y rozando el borde de su pantalón. Esa chica lo ponía ardiente, solo con pensar en ella. Si así era con solo imaginarla, que sentiría al tenerla.
Zoe hizo una mueca. ¿Me habré equivocado de número? Se preguntó confundida.
Enseguida recibió un mensaje de su amiga Ester.
Recordó que estaba en el otro chat con él.
Dejó a Ester y respondió el mensaje de su nuevo amigo.
No tardó en recibir respuesta. Sonrió divertida al ver que Chris traía puesta una bata similar a la suya.
Zoe se mordió los labios. La adrenalina corrió por su cuerpo.
Chris sonrió. Vió la foto de Zoe aún metida en su bata, mostrándole el logo y un poco de su preciosa piel.
Zoe frunció el ceño. ¿Por qué la llamaba así?
Chris escuchó los golpes en su puerta y supo que tenía que actuar.
La chica creyó que querría verla. ¡Que tonta! ¿Para qué un hombre como él querría verla?
Chris ya no respondió. Entonces, Zoe vió el mensaje de Ester.
Zoe recordó a la influencer. Buscó en la red el nombre de Chris y encontró lo que buscaba.
Una fotografía tras otra aparecieron. Era evidente que no ocultaba sus aventuras amorosas. Hizo una mueca dejando de sentirse especial. Chris solo había sido amable, nada más.
Aaron Ríos se levantó de su asiento para recibirlo con un fuerte abrazo y Chris no pudo más que corresponderle con la misma alegría.
—Tío ¡qué gusto verte! —dijo Aaron, un atractivo hombre de cuarenta y seis años, tan alto como él, de ojos verdes, piel clara y cabello totalmente cano.
—Te digo lo mismo —respondió Chris, que al igual que Aaron llevaba puesto un traje oscuro, aunque menos formal por la ausencia de corbata.
—Hace tiempo que te ví en Londres y dijiste que no pensabas volver.
Se sentaron en una salita apartada del escritorio de la oficina.
—Hasta anoche, mientras bajaba del avión pensaba lo igual.
Aaron cruzó la pierna recárgandose en el asiento de piel.
—¿Y qué pasó?
—Todo obra de mi querido primo David.
—Llegué a mi departamento y ¡Oh sopresa! Estaba mi asistente con una fiesta de bienvenida —. Aaron abrió la boca sorprendido
—¿Una fiesta después de viajar desde Italia hasta acá? —se empezó a reír —. ¡Cabrón! No puedo creer que te haya preparado éso... una fiesta.
—Justo así ocurrió —confirmó Chris —. Vaya que aún me guarda rencor. Por suerte sólo los aguanté un par de horas —. Aaron le ofreció una bebida con un gesto y Chris negó con una mano —. Mi asistente me hizo el favor de echarlos y lo bueno de todo es que gracias a esa fiesta me encontré a la criatura más linda que te puedas imaginar.
—Eso te hizo cambiar de opinión en cuanto al viaje.
—Es que debiste haberla visto. Es una chica tan hermosa, tan espontánea con un cuerpo maravilloso.
—¡Y vaya que tú sabes de cuerpos, perro asqueroso!
Chris se acomodó con orgullo en el sillón.
—Ehh ..ni es culpa mía.
—Pues, te acostaste con ella —continuó Aaron y Chris sonrió.
—Me hubiera encantado, pero ¿qué crees? —inquirió para alargar el suspenso—. Estaba acompañada.
—¡Llegó con el novio!
—Peor aún.
—¿Estaba con el esposo? —quiso adivinar Aaron sin éxito — ¿Y luego...?
—Su hermano la acompañaba —dijo al fin y Aaron se soltó riendo—. Y aunque hubiera ido sola, se ve que no es del tipo que se acuesta con desconocidos.
—Entonces es hermanita de un empleado tuyo.
—Yehh.. si, por eso sé que quizás la volveré a ver. —Levantó su ceja izquierda—Ya sabes cómo es mi vida.
—De posibles candidatas a convertirse en la futura señora del Capitan america.
Chris se repegó en el asiento.
—¡Porsupuesto que no! La mujer que está conmigo tiene muy claro que no vamos a llegar más allá de unos momentos de placer.
—Pues si esta chica es diferente como aparentó.
—Tío, a tus años no has aprendido que todas las chicas en el fondo no son tan santas como quisiéramos creer.
—Es posible que no la vuelvas a ver.¿Y si apareciera nuevamente? Con la experiencia que tú tienes ¿crees que se prestaría a tu juego?
—Es mucha provocación para mi. Sabes que no me resisto a los encantos femeninos.
—Ni ellas a los tuyos, pero al parecer ésta ya lo hizo.
—Lo que ella no sabe es que ya me sé todas las dulces artimañas femeninas.
—Eres un imbésil.
—Lo que sí te puedo asegurar es que si me volviera a encontrar con esa chica tan... tan...
—¡Tan tan! —tocó la puerta de Aaron mientras su voz anunciaba que entraría sin avisar.
Aaron se levantó.
—¡Ya llegó mi fotógrafa estrella!
Chris siguió sentado un segundo más.
Al ver a la chica de pantalón de mezclilla verde marino y blusa blanca de manga larga con zapatos de piso descubiertos, Chris se quedó pasmado. Esa cara le resultó familiar aunque lucía un poco diferente... ¿Acaso era la misma que conoció en la fiesta?
—Aaron dime por favor que ahora sí me vas a mandar con un reportero de verdad, porque me urge trabajar... Anoche mi audífono... —Zoe notó la presencia del jefe de Joshuah y enmudeció.
—Zoe... —Aaron aprovechó para presentarlos —, te presento a mi gran amigo Chris Downey.
Chris se les acercó. Zoe nuevamente sintió su gran magnetismo.
¿Has olvidado en tan pocas horas lo increíblemente guapo que era? ¡Nop! Es que a la luz del día era aún más seductor. ¿Era eso posible?
¡Qué loca, estupida, que no lo estas viendo! Luego recordó algo muy importante que esa mañana cuando Ester le mandó un vídeo de Instagram. No debía poner sus ojos en él.
—Ya nos conocíamos —dijo él —aunque anoche —señaló su cabello algo rebelde.
—Anoche me alisó una amiga —le explicó Zoe tocándose la melena recogida a los lados con unos broches —y me maquilló — agregó —¿no me diga que no me reconoció?
—No, no es eso.
—¿Me veo muy mal? —inquirió tocándose las mejillas libres de maquillaje.
—Chris —lo miró Aaron —no me digas que ella es la chica
—Si, la hermana de Joshuah —asintió Chris y sonrió muy leve —ahora entiendo porque la ve como niña —comentó observándola de arriba hacia abajo
—Tu cabello es precioso amorcito —dijo Aaron besándole la cabeza, lo cual extrañó a Chris, porque Zoe lo aceptó con un abrazo.
— Te ves más joven así —volvió a señalar su cabellera, lo cual empezó a incomodar a Zoe.
Chris se acercó a observarla.
—No ha cambiado tanto.
—Aaron es mi padrino y para desgracia suya le ha tocado ocupar muy en serio ese papel.
Chris los miró.
—Muy en serio —dijo Aaron abrazando a Zoe —y en más de una ocasión he ayudado a espantar pretendientes mal intencionados —aseguró recordando la plática pasada —. Esta chica tiene un hermano y un padrino muy muy celosos.
—Pues así nunca me voy a casar —dijo Zoe causando estragos en Chris.
Esa era una palabra casi ofensiva para él. Su teléfono sonó alejándolo del incómodo momento.
—Disculpen un momento — contestó en un idioma desconocido, luego prefirió salir de la oficina.
—¿Qué idioma es ese? —preguntó la rubia con curiosidad.
—Filipino —respondió Aaron.
—¡Wow! Qué interesante —musitó Zoe recibiendo una segunda mirada —no te preocupes no me gusta tu amigo..
—¿En serio?
—No. Un hombre así seguramente debe tener montones de mujeres tras él —que le arman escándalos en Instagram, agregó recordando la vergonzosa publicación de la influencer donde lloraba por él y le pedía perdón por destrozar su departamento —además ¿viste cómo me miró raro por el cabello? Debe ser de gustos muy exquisitos ya sabes, modelos,actrices...
—Zoe,tú eres muy hermosa. No tienes nada que envidiar.
Zoe agradeció con una sonrisa.
—Creo que lo conoces mejor, porque dices que es tu amigo.
—Sí, también fui amigo de sus padres.—Aaron dejó la sonrisa y la miró en serio—Murieron hace mucho cuando, Chris tenía diez años.
—Oh... —murmuró Zoe con pena.
—Pero sus tíos lo adoptaron y lo criaron. Creció como un Renner más hasta que él y David tuvieron un desencuentro.
—Parece que se odian ¿no?
—David lo odia, Chris ha podido superarlo.
—David debe ser más sensible...
—Tú lo conoces mejor que yo —repitió sus palabras con cierta ironía.
—Quisiera... pero no hablemos de él por ahora. Quiero que me asignes un trabajo en serio y no solo bautizos locales.
—Zoe soy el director del periódico, no por eso voy a pasar por encima de periodistas y fotógrafos con mayor carrera que tú.
—Déjame probarte que puedo ser buena en esto.
Aaron meneó la cabeza.
—Tu padre era fotoperiodista, cariño. Estudió periodismo y al igual que tú amaba la fotografía —Zoe se sintió frustrada. Odiaba ser tan mediocre —. Primero deberías terminar el bachillerato como te sugerí —Zoe reacomodó el cabello. No le gustaba mucho descubrir las orejas.