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4 Mi culpa.

El doctor de la familia ingreso junto al duque a la habitación de la joven señorita, mientras los jóvenes White, esperaban fuera, el interés de estar allí no era solo por saber de la salud de Eleonor, mas bien se debía a que ellos habían escuchado con atención y claridad la confesión de Iris, la dama que debía servir a su falsa hermana realmente había atentado contra su bienestar y, aunque para ellos solo era una farsante que estaba usurpando el lugar de Felicia, no podían pasar por alto que la sirvienta había maltratado a un miembro de la familia.

— ¿Crees que Eleonor cumplirá con lo pactado? — para Cameron, el hecho de que Eleonor fuera tan noble como para encubrir el actuar e Iris no era posible, pues en la mente del menor de los White, Eleonor no tenia palabra, mucho menos honor.

— No lo sé, si debo ser honesto… cada vez entiendo menos. — Emir en cambio, estaba siendo objeto de un sinfín de emociones, entre las cuales predominaba la culpa, no solo por conocer el relato de como Eleonor había llegado a ellos, también era más consiente que su hermano de todas las humillaciones que la joven había sufrido en su propio hogar, bajo sus narices, ¿Cómo se supondría que ayudaría al rey a impartir justicia? Cuando en su propio hogar sucedían ataques de los cuales desconocían, o, pero aun, quizás y los suponía, pero su resentimiento hacia la pelinegra era tan grande que no lo permitió ver lo que sucedía.

— Puedo decir con seguridad que la energía vital de la señorita Eleonor, es estable, pero no mucho mejor de lo que estaba días atrás, su resfriado a desaparecido, pero ella está muy débil. — el informe médico era conciso, la humana estaba débil.

— ¿Qué deberia hacer para que mi hija mejore? — fue la pregunta que lanzo el duque sin demora y Eleonor comenzaba a pensar que el mayor nunca la desprecio, aunque no fuera de demostrar sentimientos, ella no lo podía negar, pues la trataba tan fríamente como lo hacía con sus verdaderos hijos, tal vez al duque solo se le dificultaba mostrar afecto, pero eso no quitaba el hecho de que los cuidaba y procuraba, solo hasta ahora Eleonor lo veía, el duque no hacia diferencias, pero ¿de qué le valía aquello? Si cuando su verdadera hija llegara, ella dejaría de interesarle.

— Nada de emociones fuertes, creo que la señorita tiene mucho estrés, no podria asegurarlo, ya que al ser humana su cuerpo no reacciona como el nuestro, pero por lo que he visto estos años, los humanos se debilitan ante el estrés, mientras nosotros… enloquecemos. — Eleonor poco comprendió aquello y se sintió aun peor, alguna vez en los primeros años como la joven White se propuso saber todo de los lobos, pero luego, ante cada desplante de los que la rodeaban, su interés disminuyo, hasta ahora, que se permutaba a que se refería el medico con que los lobos enloquecen por estrés. — Si tan solo el rey permitirá a brujos sanadores mostrarse, serian de gran ayuda, para todos, en especial para ayudar en la recuperación de la joven White. — se lamentó el medio en un susurro y Elías lo vio con interés.

— ¿Brujos sanadores? Creí que eran un mito. — Eleonor mordió su lengua, y se trago el suspiro que casi libero, mientras que Iris continuaba cepillando su cabello, no pensaba regresar a la cama por más que el médico lo ordenara, queria aire puro en sus pulmones, deseaba dar un paseo por el rosal, su lugar favorito.

— No, no lo son, algunos años atrás tuve la suerte de encontrarme con uno de ellos, me asombro que pudieran medir y estabilizar la fuerza vital de cada ser, es algo realmente mágico, pero… bueno, el duque sabe mejor que nadie que ningún brujo es bienvenido por estos lugares. — a Eleonor no le costo nada darse cuenta que ese medico estaba tratando de manipular a su padre, quien era uno de los más cercanos al rey, al menos fue su gran general y quien obtuvo la victoria en el reino de los humanos y luego con los brujos, ahora sin embargo, había prescindido de su compañía y había optado por marchar con el príncipe heredero al reino vampiro, logrado con ello ganar la guerra de los reinos, pero eso no quitaba que el rey escucharía cualquier pedido que el duque hiciera.

— Entonces, ¿si usted tuviera un brujo sanador a su lado… mi hija mejoraría más rápido? — Eleonor lo escuchaba y no lo creía, hasta ese momento ella estaba segura de que el duque odiaba a los brujos, como todos los lobos lo hacían.

— Muy seguro. — afirmo el doctor y Eleonor se puso de pie, ella era una bruja y el hecho de que el rey aceptara que al menos los brujos sanadores se dejaran ver, eso no garantizaba que algo cambiara en el futuro para la poca gente del reino Kael que aun pudiera quedar, mucho menos dejaría que manipularan al hombre que aunque no era muy afectuoso, la había alimentado y cuidado por 10 años.

— No es necesario padre, se que pronto estar bien, gracias doctor por su preocupación… — con elegancia y un poco de audacia, la joven se acerco más de lo debido al doctor, invadiendo su espacio personal bajo el asombro de este y la sorpresa de su padre. — Y le recomiendo que no involucre a mi padre en sus planes para obtener el favor del rey, los White no somos personas manipulables, no lo olvide. — no se notaba débil, mucho menos cuando se enojaba y Eleonor definitivamente estaba molesta.

Fuera de la recamara, Cameron y Emir cruzaban miradas, si bien n podían ver lo que sucedía dentro, lo estaban escuchando con claridad y la abrasión que le tenían a Eleonor les sirvió para llegar a la misma conclusión que la joven había hecho, el doctor queria manipular al duque.

— Ella no es una estúpida al completo. — era el mejor cumplido que Cameron pudiera hacer hacia la pelinegra.

— Eleonor puede ser muchas cosas, menos tonta o incauta, si no fuera porque es humana, juraría que alguna vez perteneció a la nobleza. — claro que Emir llegaría a esa conclusión, si desde que su padre la había llevado a su mansión, Eleonor nunca se comporto como una plebeya, había modales, y normas con las que ella se sentía muy a gusto, como si hubiera nacido en un hogar noble.

En silencio vieron partir al pobre doctor que por un segundo pensó que usar al duque para su beneficio era buena idea, pues su rostro pálido les dejo en claro que su padre le había mostrado el rostro de su lobo, aun así, permanecieron en el pasillo, casi sin respirar con tal de no perderse ni una palabra de lo que sucedía dentro.

— Hija, sé que te estas recuperando, pero me gustaría saber… que fue lo que sucedió, ¿por qué tu cama estaba mojada?, ¿por qué el agua de la vasija estaba sucia?, ¿por qué estabas discutiendo con Iris aquella mañana? — definitivamente Elías no pensaba ver a otro lado, buscaba justicia para su hija, la queria claro que lo hacía, aunque su corazón siempre lloraría por Felicia y su suerte, si al menos tuviera la certeza de que estaba muerta sería un descanso para su alma, pues al menos estaría seguro que ya no estaba sufriendo, o pasando penurias, tantos escenarios, tanta maldad en el mundo, que el duque solo no podía dejar de sufrir, no podía continuar con su vida, sin saber o así sea tener un lugar donde llorar a su verdadera hija.

— Eso… — Eleonor irguió su espalda, levantó su rostro y entrelazo sus manos, justo antes de dejarse caer de rodillas, viendo el rostro de preocupación de su padre. — Perdón padre, por favor, perdona a esta hija ingrata que has acogido en tu hogar, fue todo mi culpa, queria probar una nueva técnica de rejuvenecimiento facial, y por ello coloque lodo en la vasija, cuando Iris vio que había ensuciado el agua con la que debía asearme me regaño, advirtiéndome que podria contraer alguna enfermedad si colocaba esa mezcla en mi rostro, pero no la quise escuchar… la insulte. — aseguro bajando su rostro, porque, aunque estaba haciendo aquello para salvar a Iris y su familia, le dolía como el rostro de su padre la veía con decepción. — Luego, cuando el joven Cameron apareció…

— Tu hermano, Cameron. — corrigió con enojo el duque, creyendo que Eleonor nunca terminaría de adaptarse a su familia, sin saber que, si ella lo llamaba así, era por pedido del propio Cameron.

— Sí, tienes razón, hermano Cameron me regaño por ser tan fastidiosa y mal agradecida, entonces cuando quede sola… — era lo mejor se dijo una vez más Eleonor, de todas formas, ella no importaba. — Arroje el balde de agua que Iris había traído para asear mi cuarto, no fue mi intención arruinar la cama, pero fue allí donde cayó y como soy tan tonta, me arroje a llorar, sin importar que pudiera enfermar, creo que no lo pensé bien, lo lamento padre…

— No digas más. — de niña había conocido brujos de hielo, pero ni ellos poseían la capacidad de enfriar una habitación con solo unas palabras, como el duque lo estaba haciendo en ese momento. — Ya estoy cansando de tu comportamiento, de haber sabido lo problemático que sería traerte conmigo, hubiera dejado que te llevaran con tu madre. — Eleonor apretó la falda de su vestido, reteniendo las lágrimas que pedían salir de sus ojos.

— Padre…

— Ordenare que comiencen con los preparativos para tu debut en sociedad, con suerte conseguiré un buen esposo para ti, quizás si te alejas de nosotros, tu forma de ser mejore.

— Lo comprendo y acepo lo que padre disponga.

Elías salió de aquella habitación, sin siquiera molestarse en ver a sus hijos, los cuales estaban con la boca abierta de la misma impresión ante las duras palabras del duque, lo que ninguno de ellos sabia, era que Elías sentía su corazón ser rasgado, cada palabra dicha, cada mirada fría, todo lo que hizo y dijo, y aun así Eleonor se inculpo, por un lado estaba orgulloso de que su hija se mantuviera firme en su mentira, pero por otra parte, ¿Qué clase de futuro le esperaba si estaba dispuesta a acabar con su vida por proteger a otros? Más cuando estos la han dañado y aunque en ese momento de enojo, pensó que lo mejor sería desposar a la joven y así quizás teniendo a un hombre a su lado que pudiera protegerla del desprecio de los demás su vida mejoraría, rápidamente se arrepintió, pues no pensaba perder otra hija, muchos menos, viviría preguntándose si estaría bien o no, Eleonor no dejaría la mansión White, mientras el viviera.

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