5
Rems lanzó un hechizo hacia Martin, de su mochila salió un muñeco de trapo. El cuerpo de Martin se introdujo en el muñeco de una forma increíble.
—¿Qué has hecho con el?—intenté atacarlo con mucha ira.
—Te dije que esto sería mi asunto—intervino, le lanzó fuego nuevamente en su cara, pero al parecer fue en vano. Ni siquiera le había hecho un rasguño.
—Eres débil justiciero, tu hechizo no sirve—Rems asfixiaba a Ali poniéndolo contra la pared—si realmente eres un justiciero ¿por qué no peleas de verdad y dejas de jugar? Crei que ustedes eran de un rango más alto, pero me equivoqué. —seguía apretando su cuello aún más fuerte de manera que Ali jadeaba.—de todos modos moriras, hagas lo que hagas al final moriras como una sanguijuela.
Salté hacia Rems, colocando mi puño en su cara, la estremecí haciendo soltar a Ali.
—Vaya, hasta que por fin te has callado maldito miserable, me tenías harto de tantas estupideces que hablabas. Yo sí te mataré al instante.—lo fulminé con la mirada.
—Solo fue un golpe de suerte—sacudía su rostro—¿crees que podrías golpearme nuevamente? Eso pasó porque estuve distraído.—nuevamente lo golpeé impactando su frente lanzándolo hacia atrás varios metros
—¿No que no te volvería a golpear? ¿ahora qué excusa pondrás?—sonreí mientras tenía mi mano empuñada.
ALI
Lo veo y no lo creo, Kane volvió a golpear a este monstruo aun sin su transformación, solo con la fuerza de su voluntad enfrenta a este demonio cuyo poder no puede imaginar. Es como si no sintiera miedo en lo absoluto o ha pasado por alto que no se ha transformado.
•
—Maldito sea—Rems se alzó hacia el cielo, elevándose varios metros utilizando sus alas—veamos si puedes golpearme ahora, niño insignificante, mi velocidad será tan rápida que no tendrás idea de donde proviene el ataque.
—Kane, no te quedes ahí, ¡Muévete!—le grité a Kane, la oscuridad volvía a aumentar—¡está en el aire encima de ti! Hazte a un lado antes de que te golpee.
—¿Donde está que no puedo verlo?—Rems lo embistió desde arriba cayendo en picada.
—Te dije que te hicieras a un lado, Kane,—utilizaba mis katanas detendiendo el ataque de Rems—si no ha sido por mí te hubiera hecho trizas.
—¿Crees que le tengo miedo a ese espíritu?—tomó su espada, pero aún no utilizaba su transformación.
—Los puedo atacar de tantas formas, de tantas direcciones, desde acá se ven tan vulnerables, me iré en picada para partirles justo a la mitad sus cabezas y luego me alimentaré de sus almas—sobrevolaba encima de nosotros planeando su próximo ataque.
—Ali, solo ayúdame a localizarlo—desenvainaba su espada, pero al parecer Kane no tenía visibilidad por la oscuridad que nos rodeaba.
—Si eso quieres esta bien. Está delante de nosotros, vamos, dale su merecido a ese maldito—lanzándole un ataque con su espada, infringió un daño terrible a su armadura.
—¿Cómo es posible?—Cayendo boca abajo Kane, creo que lo había derrotado.
—Este es tu final—me acerqué para terminar con el trabajo de Kane.
Rems se burlaba una y otra vez en el suelo.
—¿De qué te ríes, maldito?
—Justiciero ignorante, ¿en serio crees que esos ataques tan miserables iban a destruir mi cuerpo? con razón siempre terminan vencidos por nosotros los espíritus malignos del inframundo—encima de nosotros se nos abalanzaron una especie de mosquitos que absorbían nuestras almas—parece que los papeles se han invertido ustedes los justicieros siempre creen vencernos con facilidad, no nos toman enserio por eso terminan de esta forma, vencidos como cucarachas.—se seguía burlando—¿me pregunto a cuál de los dos devoraré primero? Creo que comeré el alma del chico que me hizo esto—deslizaba su mano en la herida que le había propinado la espada de Kane.
Kane se reveló con gran poder destruyendo los mosquitos que nos rodeaban.
—¿Qué está pasando? Es el chico más estupido que he conocido—Rems se sorprendía—¿aun crees vencerme con ese nivel de poder tan bajo que tienes?
Kane lanzó un golpe con gran fuerza hacia su dirección estremeciendo las paredes, tanto así que vi como ciertos escombros caían al suelo.
—Diablos, por un momento y casi me da—Rems lo habia esquivado.
—Kane, no sigas, en la oscuridad no puedes pelear contra el, déjame a mi—Me levanté del suelo detruyendo sus mosquitos.
—Kane, tengo un plan. ¿crees poder distraer un poco a Rems?—ideaba algo.
—Lo puedo hacer, pero no sé cuánto tiempo podría durar, ya que no lo puedo ver y no sé por qué mi transformación aún no la puedo hacer aparecer. Espero que tú plan no tenga fallas.
—Descuida, combinar tu fuerza bruta con mi habilidad es lo mejor que podemos hacer—se posicionó en forma de ataque.
—Debes de ser muy listo porque este plan lo veo muy descabellado—me coloqué en marcha para atacar.
—Déjame a mí pensar por los dos ¿ok?—me concentré.
—¡Vamos, ataca!—ordenó mientras él se desvaneció apareciendo en frente de Rems.
KANE
Ali se elevó lo más que pudo en una dirección cuando de pronto vi como algo se acercaba hacia su cuerpo, no logró impactarlo.
—Eres un estupido al buscarme en mi propia zona—de Rems salían más mosquitos con una especie de líquido viscoso adhiriéndose en la piel de Ali cayendo en picada.
—Te tengo—sali corriendo para atraparlo.—creo que estuvo cerca que murieses en ese ataque.
—Al parecer el plan no funcionó, es un maldito—sacudió su cuerpo.—gracias por rescatarme, diablos ¿que es lo que traigo pegado? El líquido viscoso se había adherido bien a la piel de Ali.
—Haz lo que quieras, por más que intentes quitártelo no podrás y no solo están adheridas a tu piel, yo puedo ordenar cada vez que muerdan tu alma debilitándote.
¡No! El líquido empezaba a hacer efecto debilitando a Ali cada vez más.
—¡Oh no, Ali!—intenté protegerlo.
—No me digan que eso es todo lo que tienen. Si apenas estoy calentando—se burlaba.
—¿Cómo demonios hizo eso?—Ali se reincorporaba.
—Todavía no lo entiendes, son moscas diabólicas, ellas tienen la capacidad de producir saliva que se adhiere a tu piel y con el crujir de mis dedos ellas absorben el alma de tu amigo—carcajeaba.—¿quieres más, estupido? Pero primero tengo algo aquí a mi lado que tal vez quieras ver—mostrándome el muñeco de Martin.
—El muñeco. Ahí es donde reposa el espíritu de Martin, tomándolo como reen—estaba plagado de saliva de moscas.
—Ambos tendrán que seguir mis instrucciones o la vida de tu querido amigo acabará cuando yo lo desee, hay suficiente saliva como para chasquear mis dedos y devorar su alma en tan solo unos segundos. El chico se queda quieto mientras yo peleo con el justiciero, tengo ganas de matar primeramente a un justiciero asqueroso como tu.
—¡Claro que no!—puse mi espada al frente.—eso jamás pasará.
—Haz lo que dice, Kane, no pienses por ni un segundo que Rems no hará estallar a tu amigo, al menos la batalla que tenga conmigo lo alejara de acá y tú estarás a salvo junto con el.
—¿Y tu que haras? Te ves bastante herido—me preocupé—¿crees poder lograrlo?
—No te preocupes, puedo cuidarme solo—palmeó mi hombro—ademas te hice una promesa que no perdería.
—Buena suerte—asentí—sus cuerpos se desvanecían entrando a otra dimensión.
La cantidad de mosquitos detrás de Ali era inmensa, eran tanto que por donde pasaban oscurecían el medio ambiente.
—Voy a disfrutar del alma de tu amigo—fue lo ultimo que escuché de ese terrible monstruo antes de desvanecerse por completo.
•
ALI
Los mosquitos se me aproximaban intentando cubrirme con su saliva espesa, trataba de esquivar lo más que podía sus ataques, pero era imposible esquivarlos a tantos. Ya tenía impregnado más de su saliva, mis poderes se debilitaban más y más. Mi visión era borrosa.
—Vaya vaya, te ves bastante agotado, justiciero, en esta dimensión parece que eres más débil, vamos déjame divertirme más contigo.—me seguía lanzando más moscas.
Me detuve en seco.
—¿Qué? ¿Ya te cansaste de seguir corriendo? No creí que te rindieras tan fácilmente, vamos corre un poco más. No todos los días puedo devorar el alma de un justiciero, la estaba pasando tan bien, pero creo que ya le pondré fin a todo este circo.
—No me he rendido, maldito demonio—estaba dándole la espalda—lo qué pasa es que no necesito seguir huyendo de ti, tan solo eres basura.
—¿Qué estas diciendo?
—Me trajiste a esta dimensión para pelear contigo ¿no? Como sea, estás apunto de morir en mis manos—me giré sobre mis rodillas alzando mis katanas—¿habías querido luchar conmigo? pues acá voy.
—Espera un momento—Kane llegaba transformado en samurai poniéndole un pie encima del cuerpo a Rems botándolo a lo inmediato.
—Justo a tiempo, porque pensaba destruirlo.
KANE
—Se notaba que lo destruirías, te dejo un momento y ya ibas a romper tu promesa.
—Qué conmovedor, al parecer otro imbecil se ha aparecido a ofrecer su alma— se reincorporó—a todo esto ¿quien diablos eres tu?
—Soy Kane Marshall, conocido como el elegido y te patearé el trasero de inmediato—coloqué mi espada al hombro fulminándolo con la mirada.
—Así que tú eras el elegido y no me percaté, vaya, el chico que todos comentan en el inframundo, será perfecto para nuestro señor, así ya me has ahorrado el tiempo para buscarte.—sacó más de sus moscas cubriéndonos alrededor con un círculo de ellas lanzando su saliva venenosa.
Desenvainé mi espada dándole mi primer ataque, pero no pude darle.
—Al parecer eres un poco lento, elegido, pero mis pequeñas harán el trabajo por mi—seguía lanzando más de sus moscas
Entre más lanzaba, así mismo las cortaba en dos en el aire, pero cuando las cortaba de ellas salían más de manera que el número iba incrementando.
—Al parecer no lo haces muy mal que digamos, pero has olvidado algo, la saliva de mis moscas absorberán tu alma.
Enseguida me observé y tenía en mis brazos de la misma manera que Ali yo también me estaba debilitando.
—Toma eso, chico elegido—carcajeaba.—no eres nada para mi.
Elevé mi poder a un nivel superior haciendo que mi espada destellara una luz blanca, Rems lanzó un hechizo sobre mi, explosiones salían de mi cuerpo, pero llegué a córtarlo.
—Al parecer tuviste suerte en poder herirme, pero ha llegado tu final—me lanzó una nube de moscas.
—¡Maldito, me tienes cansado!—por una extraña razón me desvanecí apareciendo en frente de el, utilicé mi espada cortándole sus manos—ahora si no podrás utilizar tu patético poder, ¿Qué sucede? ¿ya no puedes utilizar a tus asquerosas moscas?
—¡Eres un Maldito!—se quedaba del dolor desangrándose.
Tomé mi espada, me posicioné y ataqué de frente, podía escuchar como el filo de ella rompía el mismísimo viento cortándolo a la mitad. A medida que iba haciendo el corte también de su cuerpo destellaba una luz muy oscura. Inmediatamente se abrió un portal enorme en el cielo, de el salían unas enormes manos llevándose el Alma de Rems.
—¿Qué diablos es eso?—estaba sorprendido.
—No te asustes, es tan solo el recolector de almas del inframundo, cada vez que una alma sucia muere el colector se encarga de llevar su alma y sellarla para que jamás pueda reencarnar en alguien más.
•
—Por cierto ¿Qué hiciste con el muñeco de Martin?
—Lo traje conmigo—lo saqué de mi bolsa dándoselo a Ali—¿Qué pasa?—observé.
—Temo que no hay nada que hacer por tu amigo, el muñeco está bien sellado, pensé que al destruir a Rems saldría del hechizo, pero no fue así.
—¿Cómo que no hay nada que hacer?—fruncí el ceño.
—Así es, Kane, creo que Martin no volverá a ver la luz del día.—negó con su cabeza, triste.
Me coloqué en frente del muñeco, abrí mis pies al ancho de mis hombros, levanté mi espada. Estaba seguro que tendría que funcionar.
—Espera... no harás...—dijo Ali asustado.
—Sí, lo haré—agité mi espada de arriba hacia abajo partiendo a la mitad el muñeco, de él salía el cuerpo de Martin envuelto en un capullo bañado en un líquido viscoso semejante al que tenían las moscas. Con mi espada hice una abertura sacándolo de ahí. Era totalmente asqueroso. ¿Qué sugieres, Ali? Su cuerpo está en mal estado.
—Tenemos que llevarlo a la dimensión de los humanos, si pasa mucho tiempo acá lo más seguro es que morirá.—inspeccionó el cuerpo de Martin para luego teletransportarnos de ahí.