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7

"Eres vergonzoso, ¿por qué? ¿No quieres enamorarte? Es bueno darle una oportunidad a alguien que no conoces".

Llegamos a la cabaña de Aoron y Mandy. Tocamos y nos abrieron. Estaban intactos, como si fueran al salón.

— ¿Cristián qué te pasó? —preguntó Mandy.

— Nada, solo es algo de resaca — dijo quitándose los lentes lentamente.

Rodé los ojos y luego sentí cómo vibraba de nuevo mi celular. Aoron se puso frente a mí y luego extendió la mano, indicio de que quería saber con quién hablaba.

— Sí Aoron, oblígalo a que te diga quién es esa chica con la que habla.

— ¡Dame! — dijo Aoron. Le di mi celular y notó que tenía un mensaje nuevo.

"Tengo miedo a enamorarme —  comenzó a decir Aoron—   la verdad es que he sufrido mucho por eso y sé que aunque los hombres no son iguales. A mí siempre me tocan los peores. Además de que... es un maldito mocoso."

— No sabes quién es la chica, ¿cierto? — preguntó. Mandy me miró con cierto tipo de desaprobación y yo solo sonreí.

— Es... una amiga — dije agachando la cabeza.

— Gabriel, sabes bien que eso puede ser algo peligroso, ¿verdad? — dijo Mandy.

— Sí, lo sé. Pero no hablamos sobre nada personal ni serio. Simplemente platicamos.

— Gabriel –dijo preocupada- No sé que tratas de hacer pero... Aoron — dijo llamándolo — Dale el celular, déjalo que se entretenga un rato, si esa "chica" hace que él se sienta mejor y relajado. Pues dejemos que hable con ella. Mientras no... — dijo señalándome con las manos. —No le digas nada que ponga en peligro la banda, ¿está bien?

— Sí — dije contento. Aoron me entregó el celular y yo comencé a teclear otro mensaje.

"No debes tener miedo de enamorarte. Sí, muchos hombres, como dijiste. Llegará el momento en que serás hermosa. Solo espera y será el único que se enamore de ti".

Vista de Anastasia

Mi papá, mis hermanos y yo decidimos bajarnos del Flow Rider (simulador de surf), que estaba a bordo pero en la parte de atrás. Hay una gran piscina y un restaurante. Decidimos desayunar allí.

— ¿Cómo se la están pasando? — preguntó mi papá, traía solo un short puesto. Gracias a Dios que él tenía un buen cuerpo y no me daba vergüenza estar cerca de él.

— Yo genial — dijo Luis — Conocí a una chica muy linda llamada Samuela.

— ¡Pórtate bien Luis! — dijo mi papá.

— He... tiene suficiente edad, déjalo — le dije y probé mi licuado de plátano. Mi papá comió sus chilaquiles y mi hermana estaba bebiendo su coco. Mi hermano decidió probar una piña colada sin alcohol porque era temprano.

— Buenos días — dijo Aoron detrás de nosotros. Venían los cuatro chicos y dos chicas detrás de él.

 

El asesino de cámaras no dejaba de mirarme.

— Buenos días — dijo mi papá.

— Es un placer conocerlo señor... — Él esperó para que mi papá completara.

— Brown — dijo serio.

— Mi nombre es... — comenzó a presentarse. Al final mi papá terminó riendo con Aoron y los otros chicos, hasta el asesino resultó ser muy amable.

— Hola chicas — nos saludó la que era novia de Aoron. Mandy.

— Hola — contestamos ambas.

— ¿Les gustaría ir a nadar un poco? — preguntó — Leroy y yo iremos un rato.

— Yo si quiero ir — dijo mi hermana encantada.

— Yo... no lo sé... soy muy penosa, no me gusta que los chicos me vean con traje de baño — dije apenada.

— Ellos no son nada juiciosos no te preocupes — me alentó Mandy. — La demás gente no te prestará atención — dijo despreocupada.

— De acuerdo — dije caminando con ellas hacia los vestidores. Entramos cada quien a su propio vestidor y luego noté que tenía un mensaje en el celular.

"Escucha estaré un poco ocupada así que probablemente no lea los mensajes. Adiós" — envié.

Me quité los shorts y la blusa y me envolví en la toalla roja y negra que tenía. Las mujeres ya se habían mirado en el espejo y ajustado sus trajes de baño. Mi hermana tiene un cuerpo hermoso. Siempre fue cuidadosa con su piel, no tenía ni rastro de estrías, varices, ni nada más, parecía Barbie. Pero no hay vacío. Leroy también tiene un buen cuerpo, muy bien arreglado, cabello castaño y un poco serio, realmente nunca me habló. Mandy es la más linda, te pregunta todo. Yo llevaba un bonito traje de baño azul turquesa, mi hermana era marrón y rosa, Leroy era verde y yo era un dos piezas negro y rojo, mi hermana los compró hace un año, pero nunca los usé.

- Eres muy hermosa —le dije a mi hermana, ella rápidamente se sonrojó y se envolvió en una toalla.

—Bueno, ahora que estamos listas salgamos a nadar — dijo Leroy con una sonrisa. Al parecer solo necesita tiempo para agarrar confianza.

Salimos corriendo y llegué a mi hermano, que estaba cerca del asesino. Cristian también está cerca de él.

— Pon la toalla en la banca — dije quitándomela del cuerpo. Michelline también se la dio. Cristián se sonrojó rápidamente y desvió la mirada.

— ¿Quieres nadar? — le pregunté a Cristián. Él me miró y rió nerviosamente, me dio un poco de pena su expresión.

— Yo... este... — vimos como Mandy jalaba a Aoron de la mano y se tiraban juntos a la piscina. Leroy se acercó a Andér sensualmente y le dio un beso en los labios. Él se levantó y la cargó tirándola en la piscina, nos salpicó un poco de agua. Andér reía y luego se tiró con ella.

— ¿Vienes o no? —pregunté un poco más desesperada.

— En un momento... pero Joll sí va — dijo empujándolo. Miré al asesino, me miró a los ojos y dibujó una pequeña, diminuta sonrisa que duró un poco más de lo que podía explicar.

Miró a Cristian y luego se levantó del sofá, lo separé y se quitó la remera que traía puesta, noté el hermoso cuerpazo que traía el niño. Está marcado, pero no lo suficientemente pesado como para ser visto.

Mi cabello y mis ojos me distrajeron más, ella era hermosa. Que no soné como un tonto que lo impresionó, vi a Aoron mirando constantemente a Mandy. Tocaron Oscar y Luis, Por supuesto que los dos estaban bien. Por un momento sentí la mano del hombre a mi lado alrededor de mi espalda baja, que yacía al frente.

— ¿Listo? — pregunté. Él me sonrió y asintió. Caminamos hacia la piscina y luego noté el perfecto abdomen que tenía. Lucía bastante atractivo bajé la cabeza apenada, pues no quería que él se diera cuenta de que lo observaba. Le sonreí y metí ligeramente un pie estaba tibia, el sol no me quemaba pero sí calentaba el agua.

— ¿Sabes nadar? — me preguntó. Yo lo miré extrañada, sus ojos cafés eran realmente imponentes, me dominaban.

— Sí — dije corto y Por supuesto. Él sonrió y luego se movió hacia mi lado.

— Entonces no habrá problemas si... — se agachó y me cargó en sus brazos. Yo me quedé totalmente congelada y lo miré a los ojos.

Él sonrió y luego saltó a la piscina.

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