Capítulo 5
- ¿No dijiste que la dejaste en la habitación? - le pregunto a sabrina
- Déjala ahí, que descanse, yo no la encerré.
Voy al patio trasero y gruño haciendo que todos me presten atención.
- ¿Qué son estos gritos en mi casa? - digo mirando a todos
- Este perrito tuyo sólo está causando problemas a la manada, reduciendo nuestra reputación. ¡No debería estar aquí! ELLA ME ROMPIÓ LA MANO CON SÓLO TOCARLA. - Dice un guardia de la casa.
- Soy yo quien decide quién debe estar dónde. ¿Y por qué hiciste eso Alexandra? - Se lo digo en serio.
Y pensé que estaría tranquilo por el resto de la tarde.
- No me gusta que la gente me toque, especialmente las pulgas que se creen la autoridad del lugar. - Dice claramente irritada con sus ojos lobunos mirando a uno de los guardias de seguridad de la casa.
- Señor, estaba haciendo mi trabajo, usted le ordenó que no saliera de casa y ella se iba al bosque. - Gime de dolor sosteniendo su mano - ¡Esta chica es inadaptada y salvaje, NO DEBE ESTAR EN LA CIVILIZACIÓN!
- Deja de ser melodramático, es sólo un hueso fuera de lugar, vuelve a colocarlo en su lugar. Débil: Alexandra dice que es indiferente a su dolor.
- Perra. Debería estar encadenada como un buen perro salvaje.
Todo pasó tan rápido que solo pude taparme la boca con la mano sorprendida y pensando "mierda". Alexandra corrió hacia él y tiró de su brazo con tanta brutalidad que se desprendió de su cuerpo.
- Si tanto te molesta el dolor en tu mano, eso es todo, sin tu brazo no sentirás el dolor en tu mano. - Dice viéndolo caer al suelo de dolor.
-Alexandra. - digo enojada, incorporando ya mi enojo animal y ella gira hacia mí con sus ojos de lobo. Había guardias alrededor del lugar - Arréstenla - digo y la veo enojarse más y ponerse en posición de ataque.
- Vaya, espectáculo en el patio trasero - dice Sabrina detrás de mí y pronto comienza una pelea.
Cuando empezó a pelear me sorprendió incluso su capacidad de combate, era ágil y fuerte, y contenía la ira. Estaba listo para interceder cuando ella dejó de pelear cuando accidentalmente le dio un codazo en la cara a una mujer. Ella era una mujer joven que vino aquí en un grupo de intercambio, un medio para intercambiar experiencias entre manadas aliadas. Su distracción ayudó a los demás a sujetar a Alexandra y esposarla.
Aunque Alexandra estaba esposada, siguió luchando por ser liberada, me acerqué y la abracé.
- Si no puedes ser civilizado y amigable con los demás, todo lo que tienes que hacer es quedarte en tu celda. - digo tomándole los brazos por detrás.
Su rostro se volvió hacia mí.
- Al diablo donde me voy a quedar. Es sólo una habitación con cuatro paredes. - Dice y echa un último vistazo a la chica a la que acababa de golpear.
- Vamos.
- Te quedarás aquí hasta nuevo aviso, que llegará cuando aprendas buenos modales. - Dice Patricio con rudeza, llevándome a una celda más alejada que las demás.
Estaba luchando contra mí mismo para mantenerme cuerdo. No quería perderme como muchas madres estaban en su mente, no quería darles ese gusto. Necesitaba moverme, actuar, no podía quedarme quieta en un lugar con sólo la mente para hablar.
Ella no era buena, eso lo había visto.
- Intenta algo y no dudaré en romperte el brazo - Dice inmovilizándome contra la pared de espaldas a él.
Sentí su aliento cerca de mi nuca, a pesar de que algo de cabello la cubría, mientras sus manos trabajaban para liberar mis manos de las esposas. Me moví incómodamente con los brazos atrapados detrás de mi cuerpo.
- Quédate quieto, por la Diosa.
- ¿No vas a aprender? No me gobiernas, nunca lo harás. - digo y mis brazos caen hacia adelante cuando finalmente quedan libres.
Amenazo con darme la vuelta, pero él me agarra de los brazos y me inmoviliza contra la pared nuevamente mientras me sostiene.
- No te dije que te dieras la vuelta. - Dice cerca de mi oído y lucho por liberarme - Debes aprender a obedecer reglas y órdenes, claro, si quieres seguir con vida.
" Aprenderás a obedecer y seguir órdenes, por las buenas o por las malas. Nosotros mandamos, tú obedeces"
- No seguiré órdenes, especialmente de personas que sienten que tienen autoridad sobre el lugar, de hombres. Si esperas que me sienta como un buen perrito y ahorras esfuerzos, no te seguiré. - Le digo con rudeza mientras me gira brutalmente.
- ¿Qué diablos estás buscando entonces? ¿Que quieres? - Dice ligeramente irritado.
Yo no sabía. Ni siquiera sabía quién era.
" - No cargues con el peso del mundo sobre tus hombros, no te sacrifiques por ello. Siente y vive, ya no necesitas ser la Séptima - dijo Betina con los ojos más oscuros de lo normal
- ¿Quién sería yo? Soy sólo la séptima chica en ser la reina del Sr. Corfin.
- Puedes ser lo que quieras ser, busca tu esencia y sélo.
- Soy Sétima, la trigésima... - Me interrumpen.
- No lo que eres, sino quién eres. Nuevo mundo, nueva vida. Nueva vida, nuevo nombre. ¿No? - Ella me consoló con una dulce sonrisa.
- ¿Quién sería yo? ¿Cuál sería mi esencia?
-Alexandra.
- ¿Cuál es el punto de esto? ¿Que significa?
- El objetivo que debes buscar eres tú.
- ¿Cuál es el significado?
- De noble cuna y especie ."
Ya no era Alexandra , hace mucho tiempo . Ya no era la niña que recogía flores y corría por el alto bosque, no lo era ni lo fui nunca por nacimiento y, sobre todo, de especie noble. El mundo era diferente pero la vida era la misma, en manos de un hombre que quería mandarme en medio de la muerte.
- Sólo quiero ser libre. - digo bajo
Tener un espíritu libre, un cuerpo libre, estar libre de este angustioso sentimiento de incapacidad. Ten paz interior.
- Estoy intentando hacer esto pero no lo pones fácil. Eres impulsivo y agresivo, no podrás obtener redención y bendición para moverte libremente en una sociedad así.
Me estaba difamando e insultando, ¿quieres que lo ignore y le deje actuar y pensar como si fueras superior a mí? Porque no, no dejaré que nadie me supere. - Le digo que se aleja y se apoya con los brazos cruzados en la puerta.
- No soy tan estúpido como para no saber que debes haber pasado por grandes cosas para sobrevivir y llegar hasta aquí, no es de extrañar saber que un omega fue discriminado o maltratado por su puesto. Pero yo te pregunto ¿de verdad quieres que se demuestre lo que piensan de ti? ¿Que se cumpla la imagen que tienen de ti, e incluso de otros omegas? - Dice con una ceja levantada - Mientras demuestres que eres impulsivo, agresivo y que causas muertes, seguirán sintiendo repulsión y odiándote. Nadie quiere una amenaza inestable cerca.
- ¿Por qué dejarme aquí entonces? Sé que será otro alfa quien me juzgará, no hay necesidad de actuar amigablemente o como un buen y un mal investigador. - digo abrazando mi cuerpo y caminando hacia una cama que estaba en la celda. escuché tu suspiro