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Me mareé un poco y sentí los brazos de Peter sostenerme, estaba viendo una parte humana llena de sangre; hasta hace poco había visto un dedo y ahora la cabeza. Era el señor que me vendió la casa, tenía entendido que él vivía lejos de aquí, entonces ¿qué hace aquí? ¿y quién le hizo ésto?
Los gritos de los presentes no se hicieron esperar, la música dejó de sonar y todos empezaron a salir desesperados.
ㅡ¿Lo conoces? ㅡme preguntó Peter.
No contesté, estaba muy shockeada por semejante imagen. Algo malo pasa aquí, puedo sentirlo.
ㅡHannah, tenemos que irnos. ㅡPeter me tomó del brazo y me encaminó a la salida. El ruido de la policía no se hizo esperar, alguien la había llamado.
Anna venía detrás de nosotros.
ㅡProfesor, ¿puede llevar a Hannah a casa? Lo que pasa es que no me puedo ver involucrada en todo ésto. ㅡescuché decir a Anna.
Salimos afuera.
ㅡNo hay problema. Nos vemos. ㅡle respondió Peter.
ㅡLo siento. ㅡme dijo ella antes de correr hacia su auto, como todos.
La luna había salido. Las estrellas hicieron su aparición. El caos alrededor y los gritos eran... fuertes. Peter abrió la puerta del co-piloto de su auto y me adentró, la cerró y luego él se subió al asiento conductor, arrancando después.
Nos alejamos de los demás, los ruidos de las sirenas ya no se escuchaban.
ㅡ¿Te sientes bien? ㅡcuestionó a lo bajo.
Estaba seria, apoyando mi cabeza en la ventanilla, con la mirada perdida, ni siquiera me salían las palabras para responder. A este paso, voy a terminar loca.
ㅡHannah, no entiendo qué es lo que pasa.
Ni yo tampoco.
ㅡNo es momento. ㅡlogré decir.
ㅡ¿Porqué no? Me puedes contar lo que sea, yo puedo ayudarte.
¿Cómo decirle que todas las cosas que dicen sobre mi casa son verdad? ¿que Ryan habla conmigo? ¿que hasta hace poco El de las tinieblas me visitó? Me creerá psicótica. Ni siquiera sé qué le ocurrió a ese señor ni quién le hizo eso.
ㅡNo puedes. ㅡmurmuré.
Solo sentí que me miró. El resto del camino la pasamos en silencio, momentos después Peter ya estaba entrando al camino de mi casa, a esa escalofriante casa llena de espíritus malignos. Pero donde también vive Ryan. Una víctima más.
Peter detuvo el auto frente a la casa.
No quiero entrar.
ㅡ¿Quieres que te acompañe?
Respiré profundo y dejé salir el aire de forma lenta. Abrí mi puerta y, antes de poner un pié afuera, me volteé a él.
ㅡGracias por traerme. ㅡmedio sonreí.
ㅡNo tienes que agradecerlo, cuenta conmigo para lo que sea.
Asentí y me bajé. Subí los escalones de la casa, abrí la puerta y cerré. Segundos después se escuchó el auto de Peter alejarse. La oscuridad de la casa me dio miedo, había silencio como siempre. Si podían hacerle eso a ese señor, no quiero ni imaginar lo que me pueden hacer a mí.
Dejé las llaves en la mesa y me dispuse a subir las escaleras.
¿Dónde estará Ryan?
Llegué al segundo piso y me dirigí a mi habitación, abrí la puerta y su olor me invadió.
ㅡ¿Ryan? ㅡlo llamé a lo bajoㅡ ¿Estás aquí?
Aproveché para quitarme mis zapatos, dejando mis pies solo en calcetines. Un aire frío en mi nuca hizo que me girara, pegando un pequeño brinco al ver a Ryan ahí de pié.
ㅡ¿Asustada, Hannah? ㅡinquirió.
ㅡNo, qué va. ㅡdije con sarcasmo. Sonrió de lado y en ese momento me inundó un poco de pazㅡ Pasó algo horrible.
Bajó la mirada como dando a entender que ya sabía.
ㅡLo sabes, ¿verdad? ㅡme alejé un poco y me senté en el borde de la cama.
ㅡMe enteré hace poco, el de las tinieblas quiso deshacerse de él, al parecer ya no le servía de mucho, así que lo eliminó y decidió asustarte un poco en el proceso.
ㅡY lo logró. ㅡmurmuré.
Ryan caminó y se sentó a mi lado.
ㅡEscucha, vamos a salir juntos de ésto, ¿vale? Tú te iras de aquí viva. ㅡpuso su mano en mi hombro. ㅡY yo... Quizás haya esperanza para mí.
Lo miré. Sus ojos negros y profundos pedían a gritos que todo ésto que está pasando solo sea una pesadilla. Pero no lo es. Yo también quisiera que así fuera.
ㅡLo siento, Ryan. ㅡmusité.
ㅡNo hay problema. ㅡse encogió de hombros. ㅡYa no tengo a nadie por quién quedarme en la tierra.
No sé pero sentí una punzada en el corazón al escucharlo decir eso.
ㅡTienes razón. ㅡasentí.
ㅡMañana mismo comenzaremos a planear la huida, averiguaré todo lo necesario sobre una alma condenada, tenemos que liberar a toda alma buena que quedó atrapada aquí.
Fruncí el ceño.
ㅡAlgo así como ¿la rebelión de las almas? ㅡinquirí alzando una ceja.
ㅡAsí es. ㅡrespondió no tan seguro. ㅡDescanza, tu actúa normal y deja el miedo atrás.
Le medio sonreí, por lo menos alguien estaba conmigo y me ayudaría. Eso me tranquiliza un poco.
***
ㅡ¡No, Hannah, eso no va ahí!
A la mañana siguiente estábamos en el garage, nunca había entrado aquí pero Ryan me convenció, tenía que buscar una extraña caja en donde se supone va la llave que me encontré ayer. Quizás pueda servir de algo. Pero el garage está super desarreglado y lleno de polvo que no sé bien por donde buscar.
ㅡ¿De qué tamaño es? ㅡcuestioné desde arriba de las escaleras. Estaba buscando en una agujero que había en el cielo raso en donde, según Ryan, se guardaban las cosas valiosas.
ㅡEs mediana con la cerradura de oro.
ㅡEso es un cofre, ¿no? ㅡseguí apartando cosas, pero nada.
ㅡAlgo así.
Mientras yo me llenaba de polvo, él estaba demasido tranquilo sentado en una silla dando órdenes.
ㅡ¿Porqué no me ayudas?
ㅡ¿Será porque soy un fantasma?
Rodé los ojos ante su pregunta. Hasta que al final miré algo brillante, era un cofre con la cerradura de oro. Estiré más la mano y, cuando iba a alcanzarla, empezaron a salir ratas del fondo. ¡Qué asco!
ㅡ¡Ahhh! ㅡchillé mientras me alejaba de ellas, pero eso hizo que perdiera el equilibrio y cayera de espladas.
Mierda.
ㅡ¡Tranquila, yo te... ㅡempezó a decir Ryan, pero al sentir que mi espalda no chocó con el suelo sino con otra cosa sus palabras se interrumpieron. ㅡ... Tengo!
ㅡLo siento. ㅡme removí para verlo, lo cuál fue un error porque su rostro estaba muy cerca y ahora nuestras narices se estaban rozando. Mis mejillas se calentaron y solo me limité ver sus ojos, los cuáles me parecieron que estaban llenos de... ¿lujuria?
Ésto será interesante.