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ISABELLA
En la cena estaba sumida en mis pensamientos, la había pasado bien con Alberto y Martha, me divertí mucho pero seguía pensando en Harry y en que Álvaro estaba en mi casa. No podía estar tranquila sabiendo eso. Quizás hasta se robe algunas cosas mías. Digo, los pervertidos son así.
—Gracias por invitarme —me despedí— Estuvo muy rico todo.
—Gracias por venir —Martha me acompañó afuera— Luego te veo, en la universidad.
—Sí, está bien.
Jared estaba esperándome. Me acerqué a él y me adentré en los asientos traseros.
—Vamos a casa, Jared.
Necesitaba llegar lo más antes posible.
•
Al llegar Jared se estacionó. Pero Harry y Alvaro estaban sentados afuera, en unas sillas. Tenían cervezas y cosas de comer. Creo que platicaban de algo. Harry se dio cuenta de que habíamos llegado así que se puso de pie para venir por mi.
—Volviste —me dijo cuando salí del auto— ¿La pasaste bien con Martha?
—Sí, muy bien —respondí seca— Estoy cansada, iré a la cama.
—¿No quieres quedarte con nosotros? Álvaro casi se va.
—No, estoy bien así.
Avancé hacia la puerta y me adentré a mi casa. Me fijé por todos lados para ver si faltaba algo, pero era mejor cerciorarse en el cuarto. Subí las escaleras y llegué a la habitación. Lo primero que hice fue revisar mis cajones en donde se encontraba la ropa interior. Tenía muchas bragas y brazieres, ni como darse cuenta de qué me faltaba. Me llevé una mano a la sien y cerré los cajones. Creo que me estaba volviendo demasiado loca. Me dejé caer en la cama, llevándome una mano al vientre. No debo de estresarme así, esto no le hace bien al bebé.
—Isa —Harry apareció por la puerta. Ni siquiera lo miré—Álvaro se acaba de ir.
—¿Y?
—Que no estás bien, siento no haber ido contigo a la cena con Martha —se sentó en el borde de la cama.
—Como sea, lo hecho ya está hecho.
—¿Qué hacías? —miró para los cajones, estaban un poco desordenados.
—Nada —respondí seca.
—¿Buscas algo?
—Me cercioraba que mi ropa interior estuviera completa —respondí mirando el techo.
—¿Y por qué no habría de estarlo? —sentí que se puso de pie y se dirigió a ellos—No entiendo.
—No vaya a ser y Álvaro se me haya llevado alguna braga.
—¿Qué? —se rió— Eso es absurdo, por favor.
Sabía que no me creería.
—Como sea, Harry, me bañaré —tomé la ropa de baño y me adentré, dejando solo a Harry en la habitación.
ÁLVARO
HORAS ANTES.
—Isabella no vendrá?
—No, ella tiene una cena con una amiga —Harry tomó un pequeño termo y lo llenó de hielo.
—Entiendo —me fijé en cada esquina de su casa, tenía que cerciorarme bien de donde pondré esa pequeña cámara. Aunque sería mejor ponerla en la habitación... o en el baño. Sí, ahí sería perfecta.
—¿Puedo usar tu baño? —quise saber, haciéndeme el inocente. Harry echó latas de cerveza en la heladera.
—Claro, hay uno abajo y uno arriba. Usa el que quieras. Mientras llamaré a Louis a ver si se apunta.
—Está bien. Ya vuelvo. —me giré sobre mis talones para subir las escaleras. Habían algunos cuadros con fotos de ellos, estaba tan emocionado por lo que iba a hacer. Las llamadas a media noche no estaban funcionando. Isabella tenía algo que me llamaba la atención, algo que me atraía como loco, desde el primer momento en que la vi me quedé deseoso por tenerla. Pero vi que tenía novio y que incluso está embarazada. Abrí la primera puerta... era la habitación de ellos. Era grande, espaciosa, había ropa de Isabella en la cama, era la que usaba para dormir.
Revisé los cajones en busca de algo que me recordara a ella. Pero estaba todo ordenado y se daría cuenta que le falta algo. No podía arriesgarme. Cerré el cajón, cuidando de no hacer ruido. Ahora me dirigí al baño... estaba su cepillo de dientes, cremas para la cara, mascarillas, lociones y todos esos artefactos de baño que usan las mujeres. En la regadera había la ropa que recién se había quitado, cuando vine hace unas horas pude verla. Seguro se le había olvidado llevarla a la ropa sucia. La tomé, era la pijama pero también había una braguita muy pequeña. Me la imaginaba con esto pues... admito que esto es muy provocador. Me la llevé a mis fosas nasales y la olí.
Esto es increíble.
Guardé la braga en la bolsa de mi pantalón y dejé la ropa en su lugar. Busqué un lugar oculto en donde pudiera meter la cámara. Dentro de la ducha encontré un lugar, cerca de donde ponían el shampoo y todo eso. La acomodé bien y luego la cubrí un poco para que no se viera. Creo que ahí está perfecto y está grabando desde ahora. Salí de inmediato del baño y de la habitación. No vaya a ser y Harry se de cuenta.
•
A las horas después Isabella aparece con el chofer, necesitaba volver a casa lo antes posible. Harry la fue a encontrar pero parecía que Isabella estaba enojada con el. Perfecto, eso era lo que más quería: que se pelearan. Ella se bajó del coche y pasó directo a la casa. Ni siquiera me volteó a ver.
—Discúlpala —me dice Harry— Está un poco enojada porque no la acompañé.
—No hay problema... qué mal que Louis no pudo venir, quería conocerlo.
—Ya lo conocerás... ¿en qué estábamos?
—De hecho me tengo que ir —fingí mirar el reloj— Es tarde y tenía unas cosas que hacer de mi trabajo.
—Claro, de todas formas tengo que hablar con Isabella.
Me puse de pie y recogí algunas cosas.
—Me iré por aquí —señalé la parte trasera—Hay un camino que llega a mi casa.
Harry solo asintió para después seguir recogiendo las latas y eso. Caminé por la parte trasera de la casa hasta llegar a casa. Me dirigí directo a mi habitación a buscar la computadora. Ya había dejado vinculada la cámara que puse en la ducha de Isabella.
La encendí y de inmediato me metí al live. Ella justo entró y se empezó a quitar la ropa. Se miraba todo. Esta definitivamente será una buena noche. Isabella quedó completamente desnuda frente a mi. Podía ver todo su cuerpo. Sentía cómo mi maldita pupila se estaba dilatando.
Isabella tenía que ser mía lo más antes posible.