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2

ISABELLA

—Cariño—Harry entró y detrás de él venía Álvaro, sentí una impotencia en cuanto él entró que me hizo soltar una taza—¿Pasa algo?—de inmediato Harry llegó y me tomó de los brazos.

—S...Si, cariño, estoy bien—mi mirada estaba puesta en Álvaro.

—Hola, Isabella,—levantó su mano para saludar—¿Cómo estas?—dio unos pasos hacia mí y tendió su mano, seguro con esas mismas manos estuvo haciendo las porquerías que escuché en el celular, no quería dársela, pero tampoco quería demostrarle muchas sospechas.

—Hola—también estreché su mano con mucho asco—Harry, subiré a la habitación, necesito hacer ciertas cosas, ¿no hay problema que te deje solo con Álvaro?

—No, para nada, cariño, ve tranquila que Álvaro y yo sólo íbamos a conversar un poco— justo lo que necesitaba, que el mismo pervertido venga a mi propia casa. Al llegar a la habitación comencé a buscar el spray de alcohol para desinfectar mis manos, luego busqué una crema corporal con olor a vainilla y la unté por todas mis manos al igual que mis brazos.

Aún seguía pensando en el momento que hice la llamada y el teléfono de Álvaro estaba sonando, hay algo dentro de mí que me alerta con ese sujeto, siento que él me ha estado siguiendo desde hace mucho tiempo, pero Harry ni siquiera sospecha de ayer, no sé que tendrá en la cabeza, pero de lo que estoy seguro es que yo misma voy a investigar qué trama ese sujeto.

Llamada entrante: Martha.

—Amiga, ¿cómo estás? te llamaba para preguntarte si hoy vas a estar libre.

—Pues la verdad creo que sí, hoy no pienso ir a la universidad y creo que tampoco tengo planes con Harry, ¿por qué?

—Es que hoy estamos cumpliendo un mes más Alberto y yo así que queríamos hacer algo, más que todo privado, sólo los amigos más allegados por lo cual quise que tú vinieras, si quieres puedes decirle también a Harry que venga, será a las siete de la noche.

—Está bien, ahí estaremos, un beso y un abrazo.

Bajé las escaleras para darle la noticia a Harry, creí que Álvaro ya se había ido, pero justamente cuando bajé los últimos escalones él estaba tan cómodo en el sillón de la sala, con su pierna cruzada y una cerveza en mano.

—Isa, has llegado justo a tiempo, Álvaro y yo estábamos platicando que hoy podríamos hacer una pequeña cena en nuestra casa, creo que nosotros aún no lo hemos invitado y pienso que sería bueno que te distraigas también— Harry estaba completamente loco, no sé cómo ha hecho este tipo para ganarse la confianza y cegarlo de esa forma.

—¿Podríamos hablar a solas, Harry?— Él y yo nos dirigimos a la cocina, tendría que hacerle ver lo mal que se estaba comportando y la demasiada confianza que le estaba dando a Álvaro.

—¿Qué pasa, Isabella? Te comportas un poco extraña cada vez que Álvaro está conmigo o viene a la casa, ¿hay algo que aún no lo sepa o me quieres comentar algo?

—No es nada, simplemente te quería informar que Martha hoy me llamó y me dijo que estábamos invitados a una cena que tenía en su casa, es en la noche y también pensé en ti, a mi me gustaría ir, pero necesitaba saber si tú querías acompañarme o te ibas a quedar en casa—nos tomamos de la mano como el gran equipo que somos.

—Cariño... Yo sé que tú tienes una gran amistad con esa chica y yo también la estimo desde el tiempo que trabajó para mí, pero también tenía un compromiso con Álvaro, tú sabes que él es un conocido y sería feo de mi parte dejarlo plantado, si quieres puedo irte a dejar y yo me regreso, cuando termine sólo me llamas y yo paso por ti, ¿te parece?—Me parecía increíble que mi propio novio prefiriera estar con un sujeto que ni siquiera conocía a estar conmigo, no sé dónde está el Harry que me cautivó, porque el que tenía en frente no era ni siquiera la sombra.

—Cómo quieras, en realidad creí que me ibas a acompañar, pero te daré un consejo abre muy bien los ojos con las personas que te rodean, no vaya ser que por medio de ellos pierdas en realidad a las personas que sí nos importas— le pasé a un lado, me sentía muy decepcionada por su actitud.

—Isabella, Isabella—intentó tomar mi brazo, pero era demasiado tarde ya había herido mi corazón y lo único que quería en este momento era estar muy lejos de acá.

Al llegar a la sala Álvaro me miró descaradamente de los pies a la cabeza, este tipo estaba empezando a cansarme tanto así que quería decirle unas cuantas verdades, pero no quería ser imprudente, necesitaba pruebas físicas para convencer a Harry del monstruo que tenía por amigo, quizás sólo así me crea porque por mi palabra no ha querido confiar.

—Isabella Fox...—me sonrío de forma sarcástica, tenía el comportamiento típico de un pervertido—¿cómo estuvo tu noche? Yo tuve cierto insomnio y tu ¿cómo le haces para conciliar el sueño?— empuñé mis manos en forma de descontento, tenía una rabia intensa dentro de mí al igual que una ira, quería romperle la cara a este sujeto.

—Quizás deberías de buscar una pareja, al menos eso podría funcionarte ¿no lo crees? Digo, todas las parejas cuando no tienen sueño hacen otras cosas, pero si estás solo creo que así vas a pasar por el resto de tu vida— le sonreí de la misma forma que lo hacía conmigo, si el quería jugar del acosador, pues conmigo se iba a joder, creo que mi paciencia había llegado a su límite y no estaba dispuesta a sentir temor por nadie.

6:30 de la noche, el reloj que estaba en el cuarto hacía ese pequeño Tic Tac, yo estaba aplicando labial, desgraciadamente Harry no reflexionó durante el día y prefirió quedarse con su amigo, no importa para el mismo así, lo único que está ganando es que yo me aleje poco a poco de él. O quizás no. Solo estoy hablando con enojo.

—¿Estás lista, cariño?—Había llegado al cuarto, yo llevaba vaqueros rasgados, zapatos blancos y una camisa a rayas de color negro y blanco, me gustaban los sencillo no como el señor Harry que prefería ir más decente.

—Sí, ya lo estoy— tomé el bolso pequeño que estaba encima de la cama, ni siquiera esperé que Harry tomara de mi mano para adentrarme en el coche, sólo quería salir de esta casa por un momento.

—Recuerda, me avisas por favor cuando quieras venirte, yo iré de inmediato a buscarte— Harry abrochaba el cinturón de seguridad, salimos de casa. Mientras el coche seguía avanzando nos acercamos un poco en donde se situaba la casa de Álvaro— Mira—señaló— es nuestro vecino—Era Álvaro, estaba afuera— compañero, dentro de poco regreso sólo iré a dejar a Isabella a casa de una amiga, mientras tanto puedes ir sacando las cosas que dejé en la nevera.

—Está bien, que te vaya muy bien, Isabella,—Me dijo adiós con su mano, no podía creer que este tipo tenía la libertad de entrar a casa, de inmediato me puse a pensar si él podría llegar al cuarto y tomar prendas mías. El coche siguió avanzando, volteé mi cabeza hacia atrás y el descaradamente me había lanzado un beso al aire guiñándome un ojo.

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