Capítulo 15: ¿El bebé es tuyo?
Jenni reprimió el pánico en su interior, y bajó levemente los ojos con un poco de lágrimas.
—Está a tu lado todos los días. Si entra en la empresa para hacer de traductora, solo estará más cerca de ti. Me da miedo que sentiráis algo por el uno al otro con el paso del tiempo.
Como no podía ocultárselo, ella dejó de ocultarlo. Jenni lo reconoció con generosidad para disipar las sospechas de Alain. Haciéndole pensar que ella solo tenía miedo de perderlo.
Abrió sus grandes ojos llorosos.
—Me conoces desde hace mucho tiempo, ya sabes muy bien mis sentimientos por ti... —Jenni continuó conteniendo las lágrimas, —Tenía mucho miedo de perderte, por eso cuando la vi solicitar el trabajo en la empresa, tomé esa decisión por mi cuenta.
—Te dije que nos divorciaremos en un mes —Alain frunció el ceño, deciendo.
Jenni lo sabía. Si no supiera que Cynthia era la chica de esa noche, estaría dispuesta a esperar. Ya había esperado durante tantos años, no le importaba un mes más, pero ahora no podía esperar. ¡No iba a permitirla acercarse demasiado a Alain! ¡De ninguna manera!
—Cynthia, esto es de la mesa número dos, llévaselos.
Cynthia asintió. Sintió un leve dolor en la parte inferior del abdomen, se estaba preguntado si era porque no durmió bien anoche y estuvo de pie todo el rato cuando vino a trabajar hoy. Sostuvo la bandeja y caminó hacia la mesa número dos. Antes de llegar a la mesa, Cynthia vio a Jenni y a su enfrente estaba Alain. Sus pasos dudaron un segundo, pero solo un segundo. Este era su trabajo, de modo que era imposible evitarlo.
—Esta es la comida que ordenó —Cynthia dijo con una sonrisa estándar en su rostro.
Cynthia se inclinó y sacó los platos de la bandeja. Cuando puso el plato frente a Alain, su muñeca fue agarrada de repente.
—¿Qué estás haciendo? —Su voz era fría e inquisitiva.
Su mirada se posó en ella. Llevaba camisa blanca, chaleco negro y falda corta que solo podía envolver las caderas, dejando al descubierto un par de delgadas piernas rectas y bonitas.
Su mirada permaneció en las piernas durante unos segundos y su expresión se puso cada vez más sombría.
«¿Qué tipo de atuendo lleva? ¿A quién le está enseñando su piel? ¿No sabe que está casada? ¿Qué hace aquí?»
Cynthia mantuvo una sonrisa en su rostro.
—Estoy trabajando.
Alain frunció el ceño, estaba levemente irritado. «Ayer me pidió dinero por traducir los documento, y ahora encima está en este tipo de trabajo, ¿de verdad que la familia Flores estaba arruinada hasta ese punto?»
—Disculpa, por favor, ¿me puedes soltar?
Cynthia no pensaba que estaba haciendo nada vergonzoso porque ganaba dinero con su propio esfuerzo.
Jenni cogió la mano de Alain.
—Alain, la gente está mirando. Si tienes algo que decir, salgamos para hablarlo.
Nadie sabía sobre el matrimonio de Alain y Cynthia, y Jenni no quería que Alain hiciera que ese asunto saliera a la luz.
Alain miró fijamente a Cynthia durante mucho tiempo antes de reprimir la ira injustificable y soltarla.
—No quiero que trabajes aquí.
Cynthia solo sintió que el dolor en la parte baja del abdomen se volvía cada vez más intenso. Inconscientemente, su frente empezó a sudar frío. Quería explicarse, pero estaba un poco débil, por lo que tomó la bandeja y se fue sin decir nada. Dejó la bandeja y se dirigió al baño. Esa sensación la asustó, pero afortunadamente no había sangrado. Salió del baño y se paró junto al lavabo para lavarse las manos, bajó la cabeza y se tocó el abdomen.
—Sé obediente, bebé.
Ella necesitaba ganar dinero. Solo con dinero podía cuidar de su madre y del bebé que tenía en su vientre.
Justo cuando Jenni entró, escuchó sus palabras. Entonces sus ojos miraron fijamente su abdomen, y su rostro se puso pálido.
—No es de Alain. No necesitas poner esa cara —Cynthia explicó al verla palidecer.
Dicho eso, Cynthia se animó, pasó junto a ella y salió del baño.
—¿Tu embarazo ya tiene dos meses?
Jenni se dio la vuelta.
Cynthia detuvo sus pasos y se dio la vuelta.
—¿Cómo lo sabes?
—Lo supuse mirando tu barriga.
Jenni se obligó a mostrar calma.
«¿En verdad ella está embarazada? ¡¿De Alain?! ¡Yo tendría que acabar con esta mujer!» ¡En ese momento, Jenni quería desesperadamente deshacerse de esa mujer y hacerla desaparecer completamente en el mundo de Alain!
Cuando Cynthia salió del baño, Alain la agarró por la muñeca para salir del restaurante. Ya de sí ella no se encontraba bien, de modo que solo sintió que el dolor aliviado de antes volvió a ser más intenso por el arrastro con fuerza de Alain.
—¡Suéltame! —Quiso regañarle, pero como no tenía suficiente fuerza, perdió ímpetu.
Alain la arrastró hasta el costado de la carretera antes de soltarla, luego dijo con severidad:
—¡Si te falta dinero puedes decírmelo, no tienes que fingir ser lamentable delante de mí!
Él no creía que la familia Flores había llegado hasta ese punto. Ismael llevó a su esposa e hija a la tienda de lujo de compras hacía dos días. Ahora, ¿ella vino al restaurante para hacer de camarera?
Cynthia se apoyó en la valla publicitaria que había al costado de la carretera, porque de lo contrario no podrá estar de pie. Intentó calmarse.
—Aunque tú y yo somos marido y mujer, sabemos que lo nuestro no es más que un trato en el que cada uno sacamos nuestros intereses, ¿por qué tienes que enfadarte tanto por lo que estoy haciendo?
—¡Ya que eres mi esposa, si haces este tipo de trabajo solo estás poniéndome en vergüenza!
Alain estaba desconcertado por esa mujer, su comportamiento siempre le hacía extrañar.
Cynthia frunció los labios, soportando el dolor en silencio. Justo cuando no podía aguantarse más, Flavio corrió hacia allí rápidamente.
—Cynthia, vine aquí para buscarte, pero no esperaba encontrarte de verdad, ¿te encuentras mal?
Como psicólogo, Flavio observaba con mucha precisión los movimientos del cuerpo de las personas. Aunque Cynthia hizo todo lo posible por soportarlo, él se dio cuenta de su malestar.
Después de separarse de ella ese día, fue a su residencia a buscar a Isabel, y esta le contó todo lo que le pasó a Cynthia, incluido cómo quedó embarazada. No podía describir lo que sentía en su interior, de todos modos, no era nada agradable.
«¡¿Por qué no fue a buscarme estando en esas dificultades?!» Quería buscarla, pero no sabía dónde vivía, por lo que fue al lugar donde se vieron ayer para probar suerte, pero no esperaba encontrarla de verdad.
A Cynthia ya no le importaba nada, el dolor en la parte baja del abdomen la ponía nerviosa, agarró a Flavio del brazo y le dijo:
—Por favor, llévame al hospital.
Flavio miró su parte inferior de su abdomen y cuando se inclinó para abrazarla, una fuerza cayó de repente sobre sus hombros.
Volvió la cabeza.
Vio el rostro sombrío de Alain:
—Ella es mi esposa.
El tono no era ni ligero ni fuerte, ¡pero estaba lleno de ímpetu! Parecía ser una advertencia que le decía que esa era su esposa, ¡y otros no podían tocarla!
—¿Sois matrimonio? —Flavio sonrió burlonamente. Antes de que Alain pudiera responder, continuó, —No es más que un trato. No te casarás con una mujer ya embarazada de otro hombre.
Los ojos de Alain se entrecerraron y un aura peligrosa se apoderó de su rostro.
—¿El bebé es tuyo?