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3

Lucas

Mierda, es la segunda vez que la golpeo y eso está muy mal, pero no pude evitarlo, si no hubiera corrido hasta aquí habría hecho alguna locura, y ese sería el final.

Tengo que alejarme de ella, estas cosas que estoy sintiendo no son naturales, es extraño y feo.

Ha pasado una semana y al parecer todo está bien, voy a trabajar, vuelvo, comencé la universidad y todo va muy bien, recién llegué, almorcé y estoy en mi habitación sin nada que hacer, lo sé. , voy a llamar a Sara .

La llamo y hablo del viaje y la adaptación, dice que la extraña y yo también, le digo que es difícil estar lejos de ella y que yo también la amo, de repente la puerta se abre de golpe.

- ¿Con quien estás hablando? - pregunta mi hermana con el ceño fruncido.

“Con Sara mi novia”, respondo.

- ¿Tienes novia? - pregunta con cara de tristeza.

Escucho gritos al otro lado del teléfono, y le digo que se calme, solo era mi hermanita Bia. Miro a Bia y ella tiene una mirada de odio, Sara se alivia se despide y cuelga.

"¡Ella te tiró un beso!" - Le digo a Bea.

"No quiero un beso de ella", dice mirando mi boca, ella me deja desconcertada.

- Y tu ? no tienes novio? - Pregunto.

- ¡No! - responde secamente.

"¡Extraño, todo hermoso así!" - Parece contenta con lo que digo, ¿es eso lo que estoy pensando? No, no puede ser.

"¿De verdad crees que soy bonita?" - pregunta.Recorro con la mirada su cuerpo de arriba a abajo, parece dibujada a mano, cintura muy delgada, culo gigante, y piernas super gordas y torneadas, pechos redondos y grandes, super apetecibles, hasta salivaba mirando. Es así para ella, y una vez más mi pene cobra vida.

— Eres muy simpática… digo… ¡hermosa! - respondí mirando sus hermosos ojos azules, su rostro parece de muñeca, Bia es la perfección en persona.

"¿Qué pasa con esa novia de allí?" - pregunta toda roja y cambiando de tema, tal vez la miré demasiado, y ahora me da vergüenza.

— ¿Ah, Sara? ¡Hemos estado saliendo durante un año! - respondo torpemente.

- ¡Mucho tiempo! - Discurso reflexivo.

- ¡Verdad! -yo digo.

— Oye, te traje un brigadier, ¿aceptas? - dice mostrándome una sartén.

- ¡Aceptado!

Se sienta en mi cama sin que yo se lo pida, esta chica me pone las cosas difíciles, se acuesta y sigue tomando brigadeiro con el dedo y metiéndoselo en la boca, yo empiezo a comer también, sin querer derramo un poco en mi abdomen, se apura y lame se pone duro así, su lengua está caliente y la lame lentamente, sube con la lengua y me mira.

"Chica, ¿te estás burlando de mí?" - pregunto emocionada.

"¡Solo te estoy ayudando con esto!" ¿Quieres que te ayude en algo más? - Responde con una expresión inocente que solo me pone más dura.

"¡Sí, sal de mi habitación!" - digo tratando de contenerme.No podré contenerme si ella sigue aquí, ni siquiera está usando pantalones cortos, está usando un vestido que se sube todo el tiempo, ahora mismo está mostrando sus bragas que están a la mitad de su culo, estoy aguantando sacarlos con la boca.

- ¿Por qué? - pregunta ella, fingiendo estar desilusionada.

"¡Porque de lo contrario no responderé por mí mismo!" - digo cerrando los ojos, si sigo mirando tus bragas solo empeorará todo.

"¡No estoy haciendo mucho!" - Dice moviéndose un poco más y el vestido le sube hasta la cintura volviéndome loca.

- ¡Vamos! - Me levanto rápidamente y tiro de su brazo y la saco de la habitación, no podré soportarlo si se queda aquí.

Suelta mi mano y va directamente a mi armario y empieza a tirar toda mi ropa al suelo, como ni siquiera lo hacía cuando éramos más jóvenes.

"¿Sigues disfrutando esto?" - pregunta burlonamente.

- ¡Basta, pensé que habías dejado de ser molesto pero sigues siendo el mismo de niño! - respondo molesto.

"¡Solo estoy redecorando!"

Enfurezco y agarro su brazo con fuerza, la aprieto y ella llora y se ablanda, está cayendo al suelo cuando la atrapo, mierda, se siente como si puse demasiada fuerza.

"Lo siento, no fue mi intención, no era mi intención, ¿de acuerdo?" - estoy arrepentido.

La llevo a la cama y empiezo a secarle las lágrimas, su cara está muy cerca de la mía, carajo es difícil, muy difícil controlarme.

- ¿Por qué usted me odia? - preguntó llorando.

- ¡Yo no te odio! - Contesto.- ¡Sí! ¡Tu odias! - insiste, haciendo pucheros y mordiéndose el carnoso y atractivo labio.

— NO ODIO - me está volviendo loco.

- ¡SÍ! ¡ME ODÍAS!

Dilo con tu boca muy cerca de la mía, y no puedo más, estoy loco, le agarro el pelo con fuerza y la acerco a mis labios, la beso fuerte y con muchas ganas, como si hace tiempo que tengo sed y veo un vaso de agua, la acuesto en la cama y empiezo a frotarme contra ella, mi lengua baila en su boca, eso es muy bueno, no puedo parar, estoy duro como una piedra, quiero meterle la polla. Ella gime en mi boca y sigue frotándose, hombre, está tan caliente.

Me doy la vuelta y estoy de espaldas a la cama y ella se sube encima de mí, siento mi mano en su gran culo y sigo frotando contra mi polla, que está a punto de explotar y...

- ¡Niños! ¡Llegué! - escuchamos la voz de Marcela abajo.

Me asusto y me levanto, la agarro y la tiro fuera de mi cuarto, y cierro la puerta.

¡Mierda! ¿Qué fue lo que hice? ¡Semen! ¡Soy un verdadero loco!

¡Pero fue muy bueno! ¡Estoy tan jodidamente emocionado! Nunca he estado tan cachondo con ninguna chica, maldita sea, mi polla está tan dura.

Comienzo a pensar en Bia sentándose muy bien conmigo, traté de pensar en Sara pero no funcionó.

Me vine fuerte por Bia.

¡Mierda! ¡Me voy a ir al infierno!

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