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amo a mi marido

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Déesse
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Sinopsis

Estoy en un dilema, el jefe de mi marido me amenaza: o me acuesto con él o mi marido va a prisión. Que debo hacer ? Amo a mi marido, no quiero que vaya a la cárcel, pero no puedo ni quiero engañarlo. Estoy perdida.

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Cena

Cena

lucía

Me apresuro a vestirme, mi marido me pidió por primera vez desde nuestro matrimonio, es decir tres años, que lo acompañara a una fiesta organizada por su jefe.

- Joder, Lucía, puedes apurarte un poco, no quiero llegar tarde.

- Ya voy, ya terminé, entonces ¿cómo te gusto?

apenas me mira

- Muy bien, ¿no crees que este vestido es demasiado revelador? No me gusta que todos miren a mi esposa.

- No exageres, vámonos.

Pasa delante de mí, lo sigo. Desde hace varios meses lo siento lejos de mí, le pregunto qué le pasa, pero me dice que todo está bien, que su trabajo es estresante estos días.

Nos subimos a su coche, un viejo todoterreno, que se niega a cambiar.

Llegamos frente a un edificio, subimos al décimo piso, se nos abre la puerta. Entramos, la casa está llena de gente. Ven, mi jefe me está esperando. Lo sigo hasta una mesa donde hay un hombre sentado con una mujer sobre sus muslos y le acaricio los muslos expuestos. Cuando nos acercamos, ella se levantó para dejarlo en paz.

- Buenas noches señor, le presento a mi esposa Lucía, como usted lo pidió, vine acompañada.

- Siéntese.

Nos sentamos. extiende su mano para saludarme.

- buenas noches señora, es usted muy hermosa

- Gracias Señor

Mi mano es demasiado dura en la suya.

Nos reuniremos de nuevo

lucía

Mi mano es demasiado dura en la suya.

-¿Cuántos años tienes Lucía?

- Tengo 24 años señor.

- Eres muy joven. ¿Cuánto tiempo has estado casado?

- Tres años, señor.

- Deje de llamarme señor, me hace sentir viejo, aunque solo tengo 35 años y vamos a dejar de insultarnos, usted es la esposa de mi contador.

- OK señor

- Llámame Sergio.

- Está bien Sergio.

Mi marido regresa con las bebidas.

No bebo, porque supongo que no alcohol, así que me trae un cóctel.

- ¿Hiciste los cambios que te dije? Pregúntale a su jefe.

- Sí señor, todo está listo.

- Muy bien, tengo un viaje esta semana.

En Berlín quiero que me acompañes con tu mujer porque estoy seguro de que la tienes encerrada en tu casa.

- Muy bien señor, será como usted desee.

La chica que estaba sentada en los pies de Sergio, volvió y quiso sentarse en su regazo pero él la hizo sentarse a su lado.

Su conversación me aburre, me levanto para ir a estirar las piernas.

- Disculpe, me voy a empolvar la nariz.

- Te acompaño ? me pregunta mi marido.

- No, no es necesario. No tardaré.

Me dirijo hacia las escaleras, le pido a una camarera que me muestre los baños.

Llego allí y voy a echar un vistazo rápido a los baños, salgo y me lavo las manos antes de salir, camino un poco para visitar la casa, es un panthouse, realmente magnífico.

Vuelvo sobre mis pasos, vuelvo a nuestra mesa y me siento.

- Te traje otra bebida.

- Muchas gracias mi amor

- De nada mi querida.

Veo que los ojos del jefe cambian, pero no se nota nada más, tengo la impresión de que está enojado, pero ¿por qué?

Después de una hora pedimos salir. Sergio toma mis dos manos y me dice:

- Nos vemos pronto, porque nos volveremos a encontrar, buenas noches.

- Gracias Sergio.