Venta
PDV Anna
―Dalia… Dalia ―la llame para sacarla de su trance en el cual estaba.
― ¿Qué? ¿Qué pasa? ―me pregunto mi amiga.
― ¿Por qué te perdiste hace un momento? ¿Qué estabas pensando? ―le pregunte.
―Nada, solo unas cosas.
― ¿Y que fueron esas “cosas” Dalia? Te conozco, ¿Qué llegaste a pensar para mí? ―le dije.
―Bueno… ahorita estas sin dinero ¿Cierto? ―me respondió.
Me daba varios sentimientos cuando me decía eso ultimo…
―Si… no me quedo nada, tengo apenas unos pocos dólares, pero no me van a servir mucho, si acaso puede que duren unos días… quería preguntarte también… si podías… ayudarme un poco también con eso… ¡Apenas consiga trabajo y me den el 1 sueldo te lo pagaría! ―le dije a Dalia.
Fue difícil decir cualquiera de esas palabras, pero de verdad necesitaba dinero, y necesitaba que alguien me prestara, de otro modo, no iba a durar mucho tiempo incluso con el techo que Dalia me dio.
Aun así quería que la tierra me tragara.
―No será necesario que te preste Anna… bueno, no al menos si lo que hacemos funciona ―me dijo Dalia.
― ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué tienes en mente para mí? ¿Hay otro lugar donde me puedan prestar? sabes que desconfió de los bancos… aunque ahora no tengo nada que puedan robarme…
―No, no, no, no se trata de pedirle un préstamo a 1 banco Anna, sácate eso de la mente.
― ¿Entonces qué es?
Al decir eso último, Dalia me miro unos momentos antes de irse a sentarse conmigo, se sentó justo a mi lado, parece que lo que iba a decir no era fácil.
―Bueno, escucha Anna… hay cierto sitio en internet… donde se hacen cierto tipo de “subastas” en línea ―me dijo Dalia.
…
― ¿Qué tipo de subastas?
Tenía un mal presentimiento.
Dalia tomo aire.
―Bueno, en ese sitio, tu puedes crear tu propio usuario, y luego de eso puedes anunciarte… puedes poner un precio inicial, y los posibles compradores van ofertando, unos ofrecen más que otros para poder ganarle a los demás… y así poder “comprar” lo que has ofrecido ―me dijo Dalia.
― ¿Pero qué es lo que voy a ofrecer Dalia? No tengo nada ahorita de valor, en serio, casi todo lo que tenia se quedó en el departamento de èl.
―Pues no, alli se subasta… las virginidades de las chicas Anna ―me dijo Dalia.
…
Mi mente se desconectó unos momentos cuando escuche a mi amiga decir eso último.
Fue después de 1 tiempo que pude volver a reaccionar de nuevo, cuando lo hice, Dalia tenía sus manos en mis hombros sacudiéndome para despertarme.
―Anna.
― ¿A qué te refieres con que se subastan las virginidades de las chicas Dalia? ―le pregunte.
―Pues a eso Anna, en el sitio online, te creas un usuario, y te ofreces a los posibles compradores, tendrás que publicar fotos tuyas un tanto… “sexys” y ellas empezaran a subastar por ti, el ganador, ganara 1 noche contigo para quitarte tu virginidad a cambio del dinero que te ofreció ―me dijo Dalia.
…
¡¿Qué?!
―Dalia ¡¿Crees que soy una prostituta?! ―le grite a mi amiga.
―No, no, no…. Esto no es prostitución, sácate eso de la mente Anna.
― ¿No es prostitución? ¿Entonces qué es? Me estás diciendo que me venda por dinero a un desconocido ―le dije.
―Sí, ya se lo que te estoy diciendo, pero esto no es prostitución ¿Okey? escucha, todo eso es muy seguro, tú te subastas tu virginidad, y por dársela al tipo que te compro, solo 1 vez nada más… puedes llegar a ganar decenas de miles de dólares al instante ―me dijo Dalia.
¡¿Qué?!
¿Decenas de miles de dólares?!
― ¿Hablas en serio? ―le pregunte.
―Sí, muy en serio, no solo decenas de miles de dólares, puede que puedas ganar incluso más dinero que ese, puede que incluso 100.000 dólares, y todo por 1 sola noche Anna ¿No es genial? ―me dijo.
100.000 dólares…
Eso era mucho dinero… mucho.
Era mucho más dinero del que hubiera ganado antes en todo 1 año, y lo ganaría por solo 1 noche nada más… solo eso…
Pero aun así… significaba venderse a 1 desconocido por dinero…
Si tan solo fuera otra cosa, podría hacerlo con gusto…
―Pero Dalia… no se…
― ¿Qué no sabes Anna? Escucha, te lo aseguro, de esa forma, puedes ganar mucho, mucho dinero y en solo 1 noche nada más, ganaras más que en 1 año de trabajo de 8 horas o incluso 2 años, ¿De qué hay que dudar? Necesitas dinero ahora, y mucho, y esta es la forma… si vendes tu virginidad donde te digo, podrás ganar miles y miles de dólares y tendrás dinero de sobra… ¿No es bueno eso? ―me pregunto.
―Pero implica verse con 1 desconocido Dalia… y dormir con el… ¿No es peligroso? ―le pregunte.
―No, para nada, escucha Anna, el sitio es muy seguro, los que lo administran se llevan el 30% de tus ganancias y cambio de eso, garantizan que todo el proceso se lleve a cabo con seguridad… después de la venta, tendrás que reunirte con el hombre que te compro 1 vez para poder hablar los detalles de cómo será todo y en qué lugar será… y tu puedes elegir el hotel donde te quitara la virginidad, de forma que puedas estar siempre segura sin importar nada.
…
―Sabes mucho de eso Dalia ―solté.
―Pues claro, yo vendí mi virginidad allí Anna ―me respondió.
― ¿Vendiste tu virginidad en ese sitio?
―Si.
― ¿Por qué?
―Necesitan el dinero Anna ¿Cómo piensas que pude sobrevivir sola en este confinamiento por la pandemia y alquilando 1 casa entera? Piensa Anna, piensa, hice lo que pude para llegar a fin de mes, pero al final toco, la vendí unos meses después de que iniciara el confinamiento ―me dijo Dalia.
…
―Entonces… ¿Hiciste todo eso que me acabas de decir?
―Sí, justo como lo oyes, me reuní con mi comprador, acordamos todo, y seleccione el hotel, y allí fue que me cogió y me quito eso, me pago esa misma noche y en efectivo ―me dijo Dalia.
…
―Por eso te digo que es totalmente seguro Anna, créeme, no perderás nada con esto, y ganaras mucho de esta forma.
― ¿Pero no te arrepientes?
― ¿Por qué me arrepentiría? ―me pregunto.
―Pues mi madre siempre dijo que la 1 vez debía ser con esa persona “especial”, donde nos sintiéramos cómodas y “amadas”.
―Ya despierta Anna y déjate de esas tonterías que nos dijeron nuestros papas, asi no funciona el mundo real.
…
―Anna, hay deudas que pagar, y además eso de la persona especial es una tontería, mírate a ti que tu noviecito te engaño a la menor oportunidad, le hubieras dado tu virginidad a el de a gratis, y entonces él se iría con otra y tú te quedarías de verdad si nada y sin poder ganar dinero por lo que tienes entre las piernas… ¿Piensas que eso es bueno?
…
―Si vas a perder eso, al menos procura que ganes algo por ello Anna, al menos gana dinero, ¿Okey? se lista, entonces dime ¿Lo vamos a hacer? Es tu decisión.
― ¿Podemos ver el sitio antes primero para poder ver cómo es?
―Claro, si eso te tranquiliza, ven te mostrare ―me dijo Dalia.
Me tomo de la mano y entonces me llevo hasta su laptop, la abrió, y después de teclear en ella unos momentos, pude poner a la vista el sitio al cual ella se refería en cuestión.
El sitio se veía muy bien, profesional, o al menos eso me parecía, estaba muy bien organizo, pero había un montón de
a ofertar también debían tener una cuenta registrada y verificada en la página de forma que no hubiera nada sospechoso, incluso tenían que mostrar su dirección, y negocios, y forma de ingresos para así no hubiera nada raro allí.
Únicamente los chicos verificados por la página podían ofertar… como Dalia dijo, la página se veía muy segura hasta los imágenes de chicas en ropa interior o lencería exponiéndose de esa forma ante todos los que visitaran esta página.
Me sorprendió eso cuando la vi, pero Dalia me dijo que era normal.
Había muchas chicas ofreciéndose aquí, pero los “millonarios” que las compraran, eran pocos, y con tanta oferta, las que chicas que se ofertaban debían buscar formas de poder llamar la atención de los visitantes para asi conseguir mas y “mejores ofertantes” para su anuncio.
A fin de cuentas, si solo personas normales entraban a su subasta y ofrecían poco dinero por ella, eso a ellas no les serviría, necesitaban que los chicos de dinero las vieran, y las desearan para poder así obtener más dinero.
Dalia me mostro la página y las chicas de allí, habían muchas que recurrieron a usar distintos trajes especiales o de fetiches para así verse más “únicas” frente a las demás que eran su competencia, algunas hasta se pusieron trajes de colegialas sexys para ello.
Dalia me mostro su usuario en esa página y con eso pude ver cosas más privadas, como la forma de anunciarme y eso.
Los millonarios que entraban momentos.
― ¿Y bien? ¿Te ofertamos Anna? ―me pregunto Dalia.
…
Volví a echarle un vistazo a la página de nuevo al escuchar eso último.
Suspire…
―Bien, hagámoslo.