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*CAPÍTULO 3 TE AMO A GRITOS*

Casley salió agotada de la universidad, se despidió de las chicas y emprendió el camino a casa. Pasaba media tarde cuando llegó.

—¿Cómo te fue, cariño?

—Bien, madre —le dijo y le besó la mejilla— agotador pero bien.

Comenzaba a caer la noche cuando llegó su amiga Katherine, quién era muy cercana desde la infancia, y más que amigas se habían convertido en hermanas de distintas madres.

Katherine saludó a Clara con besos en la mejilla y entró a la habitación y la encontró sobre la cama con los cuadernos y libros esparcidos.

—¿Exámen?— le preguntó, Casley elevó la vista y la miró con una sonrisa.

—Hola Kath, Si, la verdad está muy fácil, no es nada del otro mundo — decía mientras recogía y apilaba los libros para darle espacio a su amiga.

—He venido porque una ingrata lleva más de tres días sin escribir— se dejó caer sobre la cama abrazando una mullida almohada— desde que tienes novio, te has olvidado de mi.

—¡No digas tonterías! — la golpeó suavemente con otra almohada, y se acostó junto a ella.

—Es un reclamo a media, la verdad estoy muy contenta de que estés feliz y por fin te hayas animado con Enrique.

—No es fácil.

—Lo sé, pero eres muy joven, a ver, ni tienes veinte años, era obvio que debías volver a enamorarte. Michaell, es cosa del pasado, Cas.

—Lo sé, y siempre lamentaré, que todo haya salido tan mal.

—Yo siempre lamentaré, no haberlo abofeteado. Debiste dejarme ponerlo en su lugar.

—No era necesario, Kath, lo digo en serio, es mejor dejarlo pasar.

—El muy idiota jugo con tus sentimientos— dijo enojada.

—Si, pero ahora tengo a Enrique. Es una gran hombre Katherine, realmente me siento muy bien con el, me gusta todo, absolutamente todo de él.

—Solo espero que se porte bien. ¿Cómo te fue en su casa?

—Mucho mejor de lo que esperaba, la verdad. Su madre es muy dulce y cariñosa, ya hasta me llama, hija. Amé inmediatamente a su pequeña sobrina, es una cosita preciosa de ocho años, con unos enormes y preciosos ojos, tiene la carita más bonita que haya visto y. . .

—Alli va de nuevo tu corazón de madre.

—No puedo evitarlo Kath, es una niña preciosa, me lleno de mucha ternura, es bellísima, muy hermosa.

—A ti todos los niños te parecen preciosos y tiernos— le dijo en tono burlón.

—Ya lo sé, pero ella es especial, su nombre es Laura, ya verás cuando la conozcas, te enamorarás de ella de inmediato. Deberías acompañarme a visitarla algún día, te aseguro que te encantará.

Casley fijo la vista en su amiga. Katherine era preciosa, un cabello rizado, con enormes ondas castañas que caen hasta media espalda, tiene un cabello precioso y muy bien cuidado, una cara hermosa, con profundos ojos verdes oscuros, un verde aceituna. Un cuerpo que no es esbelto, pues está lleno de curvas, con el que Katherine está más que satisfecha, asegura que es esa exhuberancia la que la hace “irresistible”

—Te prometo que te acompañaré.

—No te arrepentirás. Hay algo que si me pareció muy extraño, no sé si Enrique tenga buena relación con su hermano, se supone que ellos son tres, conocí a Omar quien es el mayor de todos, el caso es que se estaba portando muy dulce y cariñoso, o sea, me refiero a que era agradable, Enrique me tomo de la mano entrelazando nuestros dedos, quizás sean locuras mías, pero se sintió como si estuviese marcando territorio. Fue realmente extraño.

—Quizás sintió que su hermano te miraba mucho— dijo con una enorme sonrisa.

—Tonterías, solo estaba siendo amable.

El teléfono de Casley sonó, indicando un mensaje de texto:

Ella sonrió como tonta.

—Es Enrique, me está invitando a comer.

—Acepta — le dijo emocionada — en todo caso yo no podré quedarme mucho tiempo, así que, dile que si y vayan a comer a un lindo lugar.

Katherine se marchó dejándola para que se alistará para su cita, Casley le informo a su madre que saldría con Enrique y que no cenaría en casa.

—De acuerdo, cariño. Tengan mucho cuidado, ya sabes que las motocicletas me ponen los nervios de punta.

—Lo prometo.

Quince minutos más tarde, ella salía para recibirlo, lo encontró recargado en su motocicleta, con una chaqueta de cuero y pantalones oscuros, una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Él abrió sus brazos para recibirla y ella se refugio feliz en ellos, para luego elevar su rostro hacia el ofreciendo su boca como tributo de amor.

Enrique la besó con amor y necesidad como queriendo alimentarse de ella.

—Te extrañe— le dijo en cuanto se separaron.

—Yo también te extrañé, preciosa.

—Por favor cuídense mucho, hijo maneja con cuidado— decía Clara, quién aparecía en el umbral de la puerta.

—Por supuesto que sí, suegra— Enrique se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo. Casley se sintió feliz, le agradaba que las familias se llevarán tan bien. Sobretodo porque siempre rogó para que su madre quisiera al hombre que ella escogiera, así como que su suegra la quisiera como una hija, y ver aquello cumplido era hermoso.

Enrique aún debía conocer a su hermano Jhon, quién tenía un carácter muy fuerte y podía ser intimidante, pero estaba seguro de que se llevarían bien.

Durante el trayecto se abrazaba con fuerza a él.

—¿Estás bien? — le preguntó por segunda vez, el aire que los golpeaba y los cascos impedían que se comunicaran bien, sin embargo él siempre se aseguraba de que ella estuviese bien y a gusto.

—Estoy bien, mi amor— dijo antes de abrazarlo más fuerte.

Casley sonrió cuando entraron al restaurante, era sencillo pero muy cómodo, ellos se ubicaron en la terraza, estaba feliz allí bajo el cielo nocturno, mientras tenía sentado frente a ella al hombre que amaba, quién la sostenía de las manos con cariño, transmitiendole seguridad.

—¿Cómo estuvieron tus clases hoy?

—Bien, fue un día tranquilo, pero se acercan los finales, así que estaré ahogada en exámenes, pero intento relajarme, mi amor.

—Es solo un escalón más, nada con lo que no puedas preciosa— le besa las manos y ella se sonroja levemente.

—¿Cómo estuvo tu día en el trabajo?

—Muy bien, hubo buen trabajo hoy, así que mi padre está feliz — sonrió él— Aunque no está muy feliz por lo que le he dicho.

—¿Sucede algo?— preguntó preocupada.

—No es nada malo, he decidido retomar los estudios.

—¡Eso es maravilloso, felicidades mi amor, bien sabes que estoy para apoyarte, puedo ayudarte con las actividades, las investigaciones, lo que necesites!

—¡Muchas gracias! — Sonrió— mi padre no está muy feliz ya que no podré estar tanto tiempo en el taller, pero quiero estudiar y tú me has inspirado. Quiero que en el futuro, nuestros hijos tengan dos padres profesionales, tú te has esforzado mucho, mi amor. Mereces a alguien que se esfuerce igual— Casley estaba realmente conmovida por sus hermosas palabras, inspirarlo a retomar sus estudios, a mejorar, sobretodo escucharlo hablar de un futuro juntos, de hijos. . . era hermoso.

—Ellos tendran un padre Administrador de Aduanas— volvió a sonreír— Casley comovida se levantó de su asiento y sin pensarlo se sentó sobre las rodillas de él y lo besó con lágrimas en los ojos— Me gusta esa reacción.

—Gracias por tus palabras, estaba asustada de enamorarme de nuevo.

—Lo sé — limpio con dulzura las lágrimas en sus mejillas — lo veía en tus ojos cada vez que me rechazabas, cada vez que esquivabas mis palabras. Sabía que alguien te había lastimado y tenías miedo de amar nuevamente, pero también pude ver en tus ojos que valía todo el esfuerzo luchar por ti. ¡TE AMO! — elevó su rostro y gritó, ella lo miró con ojos enormes.

—Detente, no hagas eso — le dijo mientras intentaba levantarse de sus rodillas, pero él se lo impedía— todos están mirando.

—Que todos se enteren de lo que siento. ¡TE AMO CASLEY, TE AMO! — ella se sintió tan feliz, se inclinó sobre él tomándolo de ambas mejillas, mientras él rodeaba su cintura y comenzó a besarla nuevamente.

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