2. Volví a casa por dos razones.
— Señor Kiran…— se impresionó Anand, uno de los gemelos, al llegar a la casa y encontrándose al padre de su difunto cuñado sentado en el sofá de la sala.
Pero ese hombre era mucho más que un simple familiar lejano, o el abuelo de la sobrina que cuidaron desde el incidente. Ese hombre era el lobo más importante que conocía, descendiente directo del gran lobo y transmisor de un secreto que pasaba generación tras generación, aquello era algo sagrado, esa magia mística que, en el pasado, había sido imprescindible en las antiguas luchas de clanes por el territorio.
El otro gemelo, más purista, por su parte, estaba más bien molesto de verlo allí, ese hombre había compartido su magia con los humanos, algo que había sido entregado únicamente a su clan en el principio de los tiempos.
— Vaya, creí que no volvería a posar las pezuñas en estas tierras — dijo Jaidev, ese era el nombre del otro hermano.
No tardó en ganarse una mirada reprobatoria del abuelo por esa referencia, nadie debía conocer su secreto ni siquiera Aarón, al menos no por el momento.
En esos momentos Aaron sentía que estaba perdiéndose de algo, era una sensación extraña que no podía eliminar. Pero lo que más le molestaba al joven que acompañaba a Kiran era no poder dejar de querer observar a la joven nieta de este.
Pese al desagrado que sentía al ver su rostro, su mirada y atención se encontraba en ella. En la joven que en esos momentos salía con una bandeja llena de tazas hechas de barro llenas de café.
El cabello de la joven cubría la mitad de su rostro dejando solo al descubierto la otra mitad de este, pese a querer mantenerse en su lugar, Aaron no pudo evitar moverse de manera inconsciente hacia donde se encontraba la chica para ayudarla con la bandeja.
—Deja que te ayude…
Eso era lo que iba a decirle cuando uno de los hombres que había llegado le cortó el paso.
—Ni se te ocurra acercarte a ella…
—¡Jaidev! Será mejor que te comportes…
Kiran no podía dejar que Jaidev lastimara al nieto de su difunta esposa, por lo que con solo decir su nombre pareció pararle los pies al hombre.
— Hermano, vino con el abuelo, es de fiar, no le hará nada a nuestra querida sobrina — Dijo Anand calmando a su gemelo y este dejó salir un leve gruñido para sentarse algo alejado, en una mesa que estaba en un rincón, pero sin dejar de observar lo que sucedía.
— Debes perdonarlos Aarón, ellos han cuidado de mi nieta desde que ella quedó huérfana — empezó a explicar el abuelo — la última vez que pisé estas tierras fue cuando mi hijo murió y quise llevarme a Alisha a vivir conmigo, pero…
En realidad el espíritu del gran lobo se le apareció aquella vez y le dijo que todavía no era tiempo, que ella debía permanecer allí unos años más, pero Kiran tenía claro que esa explicación no podía dársela a Aaron, así que por primera vez agradeció la desconfianza de Jaidev quién lo salvó sin proponérselo al interrumpirlo.
—Esta es su casa y nosotros su familia, yo no dejaría nunca que te la lleves.
Aunque estaba agradecido con los dos gemelos por haber cuidado de su nieta, el plan de los ancestros era otro y él lo cumpliría.
—No tienes que explicarme nada, ni disculparte, abuelo— respondió de inmediato Aaron quien no pudo evitar lanzarle una mirada adusta al tal Jaidev, la forma en que impidió que él se acercara a la joven le había molestado de un modo que no podía explicar.
Pero debía tranquilizarse, no era más que un invitado de Kiran, su abuelo, como había dicho el otro hombre.
— Volví a casa por dos razones — explicó Kiran ignorando al gemelo malhumorado — la primera transmitir mi conocimiento a la siguiente generación.
— ¡No!— exclamó Alisha de repente interrumpiendo— Todavía es muy pronto, aún no es momento — sabía que ella era la única descendiente directa viva que quedaba y que algún día tendría que tomar el relevo, pero no podía permitir que eso sucediera todavía.
Al escuchar Aaron lo dicho por Kiran al igual que Alisha se sorprendió, porque si bien sabía que él no era nieto directo de Kiran, esta siempre le había hecho ver o entender que le quería de esa manera y en más de una ocasión le hizo creer que él sería su heredero.
Sin embargo, en ese momento se daba cuanta que solo habían sido conjeturas suyas,
— Mi pequeña niña — dijo él tomando la mano de su nieta, he venido a morir aquí, a que me entierren al lugar al que pertenezco y por supuesto voy a entregarte a ti mi legado, es el momento que tomes el relevo.
En ese momento Aaron no pudo seguir manteniéndose al margen, por lo que se acercó tanto a Kiran, su abuelo como a la joven, preguntando en voz baja, aun así lo suficientemente audible para que tanto el anciano y la joven pudieran escucharlo.
—¿Qué es lo que estás tratando de decir con morir y entregar tu legado?
— Eso mismo mi querido nieto, te dije que no me marcharía sin entregarte el secreto por el que nuestra industria cafetera es la más popular del mundo entero.
El café de industrias …. Era no solo el mejor, sino que se decía de él que tenía propiedades curativas y revitalizantes que no estaban presentes en absolutamente ningún otro café, por lo que sin ese secreto, se convertirían solo en una marca más, pero no en la mejor y posiblemente su empresa se hundirá.
— Me muero… — dijo el anciano sin titubear mientras tomaba las manos de los dos jóvenes y las unía — Ustedes dos deben casarse, Tú Aarón heredarás la cafetera que ya pertenecía a tu abuela cuando la conocí y yo ayude a convertirla en lo que es hoy en día, pero solo puedo transmitir ese secreto a mi nieta.
Alisha se quedó estática y bajó la mirada en el instante en que su mano y la del chico se tocaron, su corazón latía tan fuerte que estaba segura de que todos podrían oírla, al fin y al cabo eran lobos, pero por suerte el humano no estaría consciente de esa alteración.
Aun así. ¿Casarse con él? Era demasiado, casi no lo conocía.
Aaron se quedó completamente en blanco al escuchar la convicción de Kiran sobre su muerte. Pero eso no fue lo que hizo que por un momento no supiera qué decir.
Fue el toque de la mano de la joven el que hizo que se quedara completamente en blanco, Sobre todo al sentir como su piel pareció arder cuando sus manos fueron tomadas por las manos del anciano.
De inmediato sintió como algo dentro de él despertó; sin embargo, él no podía aceptar tan fácilmente el casarse con la joven.
— Pero abuelo ni siquiera nos conocemos y…
— Los ancestros me lo revelaron y así debe ser hoy es luna llena, tú y yo saldremos esta noche y mi legado te será transmitido.
Alisha no necesitaba mayor confirmación que esa para estar convencida de que ese hombre era su Luna, ella lo había sentido, pero ahora no solo lo sentía, su abuelo confirmaba que los ancestros estaban de acuerdo con esa unión.
—¿Ancestros?— preguntó Aaron— no sé dé que es lo que estás hablando abuelo, pero tú no puedes…