Librería
Español
Capítulos
Ajuste

5. UN AMOR DEL PASADO REGRESA

— Starling acompañó a Siena al médico y le dijo que le hiciera un recetario; yo me encargaría de sus seguros y medicamentos si los necesitaba —Siena y los demás estaban atentos a las palabras de su jefe.

— No, no es necesario, señor. Ya me siento recuperada —replicó Siena, tratando de evitar la mirada de Asher sobre ella.

— Solo dile que irás, créeme, no querrás verlo enojado tan temprano —Starling se acercó a Siena para hablarle cerca de su nuca.

— Está bien, iré —respondió de forma seca antes de que Asher pudiera decir una palabra más. Los demás, al ver que tanto Starling como Siena se apresuraban en salir de la oficina de Asher, hicieron lo mismo. Nadie quería quedarse allí delante de su jefe un segundo más. Sabían que tenía un mal genio y nadie quería estar cerca del temido y autoritario Asher Crosetti. Mientras Siena y el gerente de Cielo Digital estaban en el hospital para realizar un chequeo, Kent estaba en el edificio donde vive Siena. Haciéndose pasar por cartero, Kent tenía la excelente excusa de averiguar sobre los nuevos inquilinos. Selim, ajena a que un intruso estaba averiguando por ellos, estaba acunando en sus brazos al pequeño Dylan. Ninguna de las dos mujeres tenía en mente que alguien estaba rondando ese edificio para descubrir sus secretos.

— Doctor, ¿puedo pedirle un gran favor? Como verá, estoy atravesando una situación un tanto compleja. ¿Habría una posibilidad de que me otorgara un reposo por unos días? —Starling, quien tenía la obligación de estar pendiente de lo que decía el médico, no tenía idea de lo que Siena estaba pidiendo al profesional.

— Doctor Valladar, ¿cómo está la paciente? —Starling preguntó, mientras que Siena se encontraba encima de aquella camilla del sanitario.

— La señorita se encuentra con un estrés, supongo que es por el trabajo como también se puede sumar a esto al cambio de la ciudad. Sugiero que ella tenga un reposo un par de días— El Doctor Ciro estaba dando una oportunidad a la bella joven asistente, algo en ella le daba una cierta seguridad, como también la había convencido para acceder aquel pedido.

Starling ya tenía en su mano el recetario como el reposo que debía tener la mujer, algo en Starling llamaba su atención, y es que, no sabía a qué estrés estaría expuesta, ya que acaba de tomar el cargo de asistente de su jefe.

Después de haber acudido al hospital, Siena decide ir a su casa, en el momento en que ella estaba entrando al edificio donde vive, Kent, también estaba cruzando al costado de ella, Siena, ajena al verdadero peligro que estaba corriendo, decide ir a tocar el timbre, y así esperar que Selim le abriera la puerta. La curiosidad de Kent estaba al punto máximo, de manera cauto decide seguir a la bella joven de la fotografía que tenía en el celular, al constatar que se trataba de la misma persona, no duda en seguirla.

— Selim... ¿Dónde van? —preguntó curiosa Siena mientras que extiende las manos para tomar en brazos a su hijo.

— Pensaba en ir a dar una vuelta con mi adorado sobrino ¿No es así mi pequeño tesoro? —Selim responde mientras que con sus dedos juguetea en las mejillas del bebe.

— Vaya, entonces llegue justo a tiempo para ir de paseo con mi adorado príncipe, tesoro de mama —Siena llena de besos a su hijo, mientras que Selim cerraba las puertas de su apartamento. Kent, por otro lado, al escuchar las palabras de las dos mujeres y ser testigo del amor de una madre hacia un hijo, decide violar la privacidad de su víctima.

Con ayuda de un fino metal, estaba forzando la cerradura de la puerta para que finalmente abriera, esto sin romperla. Una vez dentro, Kent caminaba por el interior de aquel apartamento, prestando atención a cada detalle. Un audífono estaba colocado en uno de sus oídos, vinculado a su móvil. Kent decidió llamar a su amigo. Le pareció importante informar de lo que se había enterado, sintiendo que lo que le dijera a su jefe determinaría su posición en el departamento de las dos mujeres.

— ¿Qué sucede, Kent? — indagó Asher desde el otro lado de la línea.

— Señor, estoy en el departamento de las dos mujeres, una de ellas tiene un hijo... Señor, sentí que debía informarle de esto — Las palabras de Kent captaron toda la atención del joven empresario.

— ¿Podría ser su hermana la otra mujer? — se atrevió a preguntar Asher. Mientras escuchaba a su jefe y su amigo de tantos años, Kent ya se encontraba en el interior de la habitación de aquel apartamento.

— Señor, lo único que sé es que la mujer de la fotografía es la madre del bebé, pero por lo que pude ver, parece estar sola criando a su hijo — Todo en ese momento cobraba sentido para el joven CEO, finalmente entendía las verdaderas razones que llevaban a su asistente a actuar de manera extraña.

— Kent... Busca alguna fotografía en la que aparezca con el padre de su hijo. Algo me dice que esa fotografía será útil para mis planes — expuso con autoridad Asher, ya seguro de cómo presionarla aún más. El capricho de aquel joven ya estaba arraigado en el corazón del joven CEO.

Después de haber observado minuciosamente el lugar, Kent no encontró nada que pudiera vincularla con algún hombre. Solo tomó una pequeña fotografía donde aparecía Siena con su bebé. Esa foto llegaría muy pronto a manos de su jefe. Por otra parte, Asher se encontraba en su oficina. Por segunda vez, estaba revisando el registro de Siena, pero no había ninguna mención sobre un hijo. En ese momento, Starling interrumpió aquel pensamiento lleno de dudas, preguntas y curiosidad por conocer la historia detrás de la misteriosa vida que llevaba su asistente.

— Señor Crosetti, le traje el certificado de la señorita Brabery — dijo Starling, dejando el papel sobre la mesa de su jefe antes de retirarse. Asher tomó el certificado y lo leyó; una leve sonrisa se formó en la comisura de sus labios, para luego arrugar el papel con las manos. Era evidente que el certificado estaba poniendo a prueba la entereza de aquel arrogante empresario.

Mientras Asher Crosetti estaba centrado en descubrir la vida pasada de su asistente, en la casa de Omar Crosetti, su padre, se estaban instalando. De alguna manera, Katherine había convencido a su tío de dejarlos vivir un tiempo bajo el mismo techo. Samuel, aunque no toleraba la presencia de Asher, prefirió omitir aquel detalle para complacer a su esposa y al padre de Asher. Para él era sumamente importante tener a ambos de su lado. Nada de lo que dijera su enemigo en negocios lo afectaría; poco a poco, se estaba introduciendo en el núcleo de aquella familia. Su único objetivo era tomar el puesto de vicedirector en la empresa Cielo Digital. Era solo un capricho de un CEO contra otro; Crawford no soportaba la idea de que otro hombre fuera tan exitoso como él. Desde el enfrentamiento entre ambos, Crawford había jurado que no descansaría hasta cumplir su objetivo.

Los días pasaron y Asher, junto a Starling, viajó a Londres. Kent, por otra parte, estaba a cargo de la empresa de Crosetti. Siena, por su parte, disfrutaba de sus días libres para enfocarse en sus verdaderos problemas. A pesar de que el departamento fue comprado por Samuel, los gastos que ella debía pagar nunca fueron buscados por él. Samuel nunca había buscado a la que una vez fue su esposa, ajeno al hecho de que tenía un hijo con Siena, esperando el momento en que naciera su hijo con Katherine.

Había momentos en los que los recuerdos de Siena llegaban a su mente, torturándolo nuevamente; el rechazo y el olvido que debió mostrar a su primera mujer le remordían la conciencia. Cada recuerdo que tenía en su mente le causaba una profunda tristeza. Lo cierto es que para Samuel Crawford fue una decisión dolorosa. Dejar libre a su primer amor por el negocio de su vida fue quizás la peor cosa que tuvo que hacer. Katherine, junto a Omar, se habían asegurado de que Samuel tomara la mejor decisión, casarse con Katherine Crosetti.

Samuel no busco el verdadero paradero de aquel quien alguna vez fue su esposa, sentía que si la volviera a tener en frente de él, no sabría qué haría con ella, aún la amaba, aún podía recordar cada parte de su cuerpo, cada lunar en su piel, aquella suave piel fresca que le encantaba recorrer, los labios generosos de Siena que hacía que su piel se erizará al punto de perderse en la pasión desenfrenados que sentía.

Cada vez que la recordaba, sentía los latidos de su corazón palpitar con más fuerza. A pesar de tener a Katherine, nunca experimentaba esas emociones. Sin embargo, debía enfocarse en su nueva vida y su nueva familia.

Pronto se convertiría en padre, eso era lo único que le importaba. Aunque en realidad no amara a Katherine, haría lo que fuera necesario para mantenerla a su lado, al menos eso creía él. Desde su posición, notaba lo sencillo que era lograr que sus objetivos se cumplieran.

Después de cinco días, Asher ya había llegado a Bucarest, Italia, tras un viaje de negocios productivo. Ansiaba llegar a su residencia para descansar.

Tomó su equipaje para entregárselo al mayordomo. No tenía intenciones de arrastrarlo hasta llegar a su habitación mientras subía las escaleras.

— Andreu deja allí ya mañana se ocuparán de vaciarlo, tomaré una ducha para luego bajar a cenar — expresa mientras desabrochaba su camisa y quitárselo.

Andreu solo asiente para luego salir de su habitación, sabía que su jefe estaba hambriento, eso sin contar que estaba cansado de un viaje de negocio.

Asher ajeno de que Katherine y su esposo estaban viviendo bajo el mismo techo donde vive él, decide salir de su habitación para bajar a cenar. Mientras se acercaba a la mesa ve sentada a una mujer cerca de su silla.

— ¿Katherine, tú aquí? — indagó Asher incrédulo al verla allí. Poco a poco, los integrantes de aquella familia se acercaron a sus respectivos lugares.

— Asher, ¿ya regresaste? ¿Cómo te fue? —Se animó a preguntar curioso Omar, su padre.

— Me fue bien, padre. Los inversores de Londres te invitaron al segundo lanzamiento de un proyecto nuevo. — Asher sacó una invitación del bolsillo de su pantalón para entregársela a su padre.

— Oh, había olvidado este lanzamiento importante — terminó diciendo Omar.

— Andreu, por favor, llévalo a mi habitación y déjalo cerca del ordenador — demandó Omar.

— Asher, ¿acaso no te agrada verme aquí nuevamente? — preguntó Katherine.

— Claro que sí. Sabes que eres como mi hermana. — Asher tomó la mano de Katherine entre las suyas y le dio unas palmaditas suaves.

— Entonces, supongo que te agradará saber que desde hoy en adelante seremos una familia viviendo juntos — las palabras de Crawford no se hicieron esperar. Asher y Samuel entrecruzaron sus miradas, ambos destilaban odio el uno hacia el otro.

— Sí, de hecho lo estoy — respondió secamente — Así nos aseguraremos de que no vuelvas a tus adicciones y pongas atención en tu esposa — Katherine sintió que poco a poco el ambiente se volvía más tenso.

— Eres un... — Samuel apenas comenzó su palabra cuando fue interrumpido por Omar.

— ¡Suficiente! Ambos tendrán que convivir armoniosamente. Recuerden que, les guste o no, viviremos juntos por un tiempo. — Omar señaló un asiento a Samuel para que se sentara, aunque ambos decidieron no seguir hablando. Sus miradas evidenciaban el total desagrado de estar en el mismo lugar el uno con el otro.

Para Asher, tenerlo en la misma casa era más que una oportunidad para descubrir las razones por las que vivían en su hogar. Para Samuel, era como estar en constante prueba. Sabía que Asher Crosetti no perdería la oportunidad de acabar con él hasta verlo separado de Katherine. Aunque su hermana estuviera perdidamente enamorada y obsesionada con él.

En la residencia Crosetti se llevó a cabo la primera cena de muchas que tendrían desde esa noche en adelante. Pero aquella visita no sería lo peor que tendrían que superar. Especialmente para Asher, que no sabía que muy pronto una persona del pasado volvería a su vida.

Aquel pasado volvería a Asher después de tantos años. Cuando estaba a punto de beber el agua de su vaso, una

voz inconfundible evitó que pudiera cenar tranquilamente.

— ¡Padrino, me agrada volver a verte! —Katherine, al igual que Asher, no esperaba esa llegada de una persona a quien no habían visto en mucho, mucho tiempo.

— ¿Ashly... eres tú? Ha pasado tanto tiempo, mi niña —expresó Omar, yendo a abrazar a su sobrina política.

Samuel observaba atentamente a una mujer tan elegante. No sabía que Omar Crosetti tenía otra sobrina, y ella era más hermosa que su propia esposa; todo en ella era indiscutiblemente bello. Los ojos de Samuel cambiaron de color en un instante, evidenciando que el instinto de mujeriego acababa de apoderarse nuevamente de él.

No recordaba haberse acostado con una mujer tan hermosa, aparte de su exesposa; todo en Ashly se asemejaba a Siena. Solo algo las diferenciaba, y era que Siena era más baja y rellena. Así era como Samuel la recordaba.

— Samuel, cariño, sécate los labios... Estás babeando como un niño chiquito — expresó Katherine. Al escuchar las palabras de su prima, Asher no pudo evitar sonreír antes de fulminar con la mirada a Samuel.

— Hola, querida, no has cambiado en absoluto — Ashly tenía la costumbre de decir lo que sentía, aunque a veces lograba lastimar a otros.

— Oh, cariño, tú tampoco has cambiado... Siempre lanzas tu veneno a los demás — Katherine abrazaba a Ashly, pero esta dejó claro que no era bien recibida por ellos.

Al separarse, actuaron como si nada se hubiera dicho; era como una familia que se había añorado desde que Ashly decidió viajar y regresar después de mucho tiempo.

— Asher, siempre atractivo... Te he extrañado mucho, te amo —Asher y Katherine abrieron sus ojos sorprendidos, pues no pensaron que se atrevería a tanto después de haber jugado con el amor que Asher sentía por ella.

— Bueno... Siéntate como en tu casa. Bienvenida después de tantos años —Asher cedió su lugar y se sentó al otro extremo, al lado de su hermana.

— Y tú debes ser Samuel, por fin te conozco. Katherine, tu esposo es apuesto. Veo que tus gustos con los hombres han cambiado mucho —abrazó a Samuel para luego separarse de él. Aquel círculo familiar parecía distinguido pero misterioso, ocultando secretos que para los demás serían imperdonables. Para ellos, solo era un secreto que no debería salir a la luz.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.