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Decidí darme una ducha, luego busque ropa no tan formal y un par de tacones, como ya el Sr Ignacio me había dicho de la oportunidad por eso pude prepararme, me aplique un poco de maquillaje y algo de perfume, en eso tocan la puerta.
—Diga.
—Venimos de la fundación.
Veo el reloj y marca las 6:35.
—Salgo en un momento.
—Esta bien, la esperaremos.
Me apresuré a arreglarme y salí, ellos me llevaron en un vehículo bastante elegante.
—¿Asi tratan a todas las visitas en la fundación?
El hombre solo me quedo viendo y no dijo nada.
Tardamos como 20 minutos en llegar y en la entrada estaban dos señoritas esperando
—Buenas noches Sra. Wilson mi nombre es Jacinta y ella es Karina le acompañaremos para que se reúna con nuestro presidente.
—Gracias.
Aquí si que son muy amables, había escuchado que eran dos mujeres las que dirigían la fundación pero me sorprendió cuando dijo el presidente, subimos hasta el último piso y caminamos por un gran pasillo, cuando llegamos a la puerta de la entrada a presidencia ví un cuadro de una mujer.
—Disculpen ¿Quien es ella?
—Ella fue nuestra primera presidenta y co-fundadora— dijo Jacinta
—Pase adelante, la espera el Sr. Santos— indicó Karina.
Yo entro a la oficina y ellas se retiran, estaba una silla volteada.
—Buenas noches, gracias por recibirme.
En eso la silla se gira y no puedo creer lo que estoy viendo es el Sr. Ignacio el que está sentado, me está jugando alguna mala broma.
— ¿Es esto una broma?
—No lo es, toma asiento por favor— fue lo que supo decirme
—No me sentaré, explícame o me voy.
—Yo soy el propietario de Inversiones Santos y sus derivados, hace 10 años inicié este proyecto y nunca pensé llegaría a ser tan grande, hace 9 años perdí a Alessandra ella era la presidenta de la fundación, en un atentado contra mi vida pero ella fue la afectada.
No podía creer lo que estaba escuchando, el me había dicho que su esposa murió de una manera trágica pero nunca dijo como y el porque, decidí tomar asiento.
—Pero si eres el propietario ¿Porque trabajabas de gerente en ese restaurante?
—Ese restaurante es de Isabel, por consiguiente mío y solo era una fachada al año del atentado decidí irme lejos con mi hijo y llegué a Starville, también deje de usar mi primer nombre por eso nadie me conocía.
—Llevabas 8 años ahí, ¿porque volver hoy?
—Problemas con la empresa, de hecho mi llegada para muchos es una sorpresa.
Me estaba costando procesar todo lo que me decía, el es un multimillonario con varias empresas exitosas.
—No se que decirte.
—Antes de venir yo declare el amor que siento por ti, te pedí que habláramos después del viaje pero era para que conocieras mi verdad.
—Yo me enamore del hombre que conocí en Starville pero para mí tu eres un desconocido.
—Te pido que me des una oportunidad, aquí puedes cumplir tu sueño de trabajar con los niños, son 4,000 niños que tenemos, muchos con familia pero otros están solos, no es necesario que estés a cargo puedes ser una voluntaria.
—Ignacio, yo se que me estás ofreciendo el cielo y las estrellas pero entiende, no se quién eres en realidad.
—Hagamos algo, te ofrezco la oportunidad de ser voluntaria sin ningún tipo de compromiso emocional y pasado cierto tiempo tu decides si quedarte o irte.
Al final yo anhelaba conocer la Fundación Santos aunque sabía que no sería como deseaba
—Puedo aceptar eso solo te pido que no estés insistiendo sino yo me voy.
—Está bien.
—Y dónde me quedaría.
—Por eso no te preocupes, te puedo facilitar un apartamento, comida tendrás acceso aquí, te daría acceso a los restaurante de Isabel y también recibirás un apoyo económico según las horas.
—Está bien pero necesito me des 15 días que ya casi finalizó mis estudios.
—Te doy ese tiempo y luego te mando a traer.
—En vehículo por favor no me vuelvo a subir en esa cosa.
—Te diré algo, pueda tener dinero pero evito los lujos y eso no es mi estilo pero el hotel lo necesita porque algunos clientes así lo desean.
— ¿Te llevo al hotel?
—Llévame a cenar.
— ¿Te gustaría conocer el mejor restaurante de la ciudad?
No quería comer en un restaurante de lujo nuevamente, la cuenta fue excesiva y ya entendí porque el del restaurante se puso nervioso cuando escaneo el brazalete de Dylan, es que el apellido debe de estar registrado, además con todo lo que me acaba de decir prefiero ir a un lugar más común
—No, llévame a un lugar que no sea tuyo.
—Está bien
Fuimos a comer en un restaurante sencillo pero agradable, luego pasamos buscando a Dylan por la casa de Isabel, era una casa bastante elegante.
—Buenas noches Isabel— dijo Ignacio
—Buenas noches pasen, Dylan está dormido si gustas lo vas a traer.
—Esta bien, voy.
El sube por unas escaleras.
—Y bien Valentina ¿Que te ha parecido la Fundación?— pregunta ella.
—Me quedé sorprendida realmente por la verdad
—Entonces ¿ya sabes quién es el propietario?.
—Ya me dijo, lo tenía bien oculto.
— ¿Que piensas hacer?.
—Tengo miedo de desconocer a la persona que le confesé mi amor, la vida aquí es muy distinta a Starville, no entiendo porque ocultarse.
—El te irá dando las explicaciones en su momento, solo dale tiempo.
Me estába comenzando a sentir que solo venía a ocupar un espacio vacío y que no sería lo suficiente y si la Fundación era dirigida por Alessandra no quiero ser yo quien llegue a usurpar su lugar.
Baja Manuel con el niño y nos retiramos al hotel, me dijo que solo está noche pasaría conmigo en el hotel y mañana se quedaría en su casa, tenía años de no entrar ahí por lo que requiere una buena limpieza.
Mi cabeza era un remolino intentando procesar tanta información, esa noche me contó como obtuvo su fortuna, me dió risa por qué fue por una rifa dónde solo gasto $100 dólares y ganó $10 billones de dólares, despegarle de un rato cada quien se fue a su dormitorio