Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 4. Demasiado mujer

Por Gonzalo

Sentí un malestar muy profundo.

Vi las lágrimas caer por las mejillas de Eli, la noche que la dejé y como se sentó cuando una contracción se hizo presente, tal vez por el dolor que le estaba causando.

Me di cuenta que aunque evité mirar su panza, la recuerdo perfectamente.

Eli es demasiado mujer para dar en adopción a una criatura, por más sola y desesperada que se encuentre.

Así la dejé yo, sola y desesperada.

Con Mati súper celoso.

Siento que algo está mal en mí.

Luego, miré a Sonia que me hizo un striptease y el malestar comenzó a desvanecerse hasta que recordé uno que Eli me hizo en la habitación de un hotel donde fuimos una vez.

¡Qué cuerpo tiene mi mujer!

Esa calidez para amar, esa pasión con la que se entregaba a mí.

Miro a Sonia, es sexi, si y me calienta como nadie, elegí a la mejor.

En Italia quise ir a la torre de Pisa y tampoco pude convencer a Sonia.

En Roma está el museo de Borghese.

Tampoco lo pude ver.

Ni siquiera quiso pasar por el Vaticano, no es que sea demasiado creyente, pero recuerdo una conversación con Elizabeth, cuando le dije que en el Vaticano íbamos a renovar nuestros votos.

A lo mejor yo no me merecía conocer el Vaticano.

Aunque me hubiera encantado conocer la plaza de San Pedro.

Terminamos de nuevo en una playa nudista en Roma, Capocotta Beach y dos días después en Guvano Beach, es bonita esa playa aunque un poco retirada, es privada.

Contratamos a una chica para hacer un trío con nosotros.

Ya ni tenía ganas de ir a Venecia.

Noto que Sonia es muy vacía, nunca quiso ir a un museo.

Siempre vamos a playas y a paseos nocturnos.

Me di cuenta que la pasaba mejor cuando estábamos con alguien más, con la chica se parecía a Elizabeth.

Debe ser la costumbre de tantos años a su lado.

No es que ya me aburrí de Sonia.

Cuando quise conocer más sobre ella, no me dijo nada en concreto.

Solo tenía terminado el colegio secundario, le pregunté en qué año lo terminó, podría haber sacado la cuenta, pero estábamos conversando y me cambió de tema.

Solo me dijo que había trabajado unas pocas veces de promotora y nada más.

No habla ningún idioma, solo castellano.

Casi finalizando nuestro viaje, paramos dos días en Inglaterra y tampoco pude ir al Museo Británico.

—Es muy aburrido.

Solo eso.

No tiene interés en demasiadas cosas, solo comprarse ropa, ni siquiera una notebook quiso comprarse, solo un celular.

También tiene que ver que soy bastante mayor que Sonia y a lo mejor las chicas de hoy son así.

Recordé el cumpleaños número 25 de Eli, en familia y amigos, con nuestro hijo en su falda.

Siempre tan dulce y luego esa noche nos fuimos a un hotel, se me aceleró la sangre al pensar en mi esposa, tan sensual, tan hermosa, tan sexi…

Cuando veo ante mí a Sonia que me hablaba a los gritos porque no le contesté enseguida.

—Perdón, me distraje.

—Me tenés que prestar atención siempre.

—Sí, mi cielo.

—Te decía que en cuanto te dé el divorcio, nos vamos a casar.

La miré aterrado.

Si eso me lo hubiese dicho el día que dejé a mi esposa, hubiese salido corriendo para el registro civil.

Ya no estaba tan seguro que Sonia fuera la mujer de mi vida.

Y por supuesto, no me gustaría casarme para tener una pareja abierta, intercambiar parejas y meter a un tercero dentro de mi cama matrimonial.

Esto es algo del momento.

Me sobresalté con mi pensamiento.

Algo del momento.

Al menos me sirvió para que me diera cuenta lo sosa que era mi vida con Elizabeth.

Siempre tan perfecta que me aburría.

No es que fuera sumisa, no lo era.

Como yo no quería que ella trabaje me planteo cursar dos materias de abogacía por cuatrimestre.

En su momento le dije que mientras no descuide a Matías y que siempre estuviera dispuesta para mí, yo no tenía problema, le aclaré que no quería ver libros ni apuntes dando vuelta.

No sé por qué fui siempre tan grosero, a lo mejor se lo decía de buena manera, pero siempre quise imponer mi voluntad.

Todo lo contrario de lo que me sucede con Sonia, la dejo hacer, decidir.

Nunca supe si al final cursó derecho, no me digné a preguntarle y eso que estaba seguro que era el amor de mi vida.

Evidentemente no lo era.

Nunca estuve lo suficiente pendiente de ella para que así lo fuera.

En cambio Sonia doblegaba mi voluntad.

Pero ya no estaba tan seguro de querer estar siempre a su lado.

El sexo era maravilloso.

Pienso un momento y no se si me refería a Eli o a Sonia cuando recuerdo que el sexo era maravilloso.

Miro a la bomba que tengo a mi lado y estoy seguro que es con ella con la que la paso mejor, aparte hacemos trios, intercambiamos parejas, creo que lo hicimos porque a ella le gustó otro hombre, eso me molesta un poco, luego recuerdo a la rubia que estuvo en mis brazos las otras noches y se esfuma la molestia.

El recuerdo de esa rubia muta, se transforma en el recuerdo de Elizabeth.

Jamás hubiera permitido que Eli termine en brazos de otro.

Sin embargo me doy cuenta que es joven, que aunque sea madre y divorciada, está sola, yo mismo le pedí el divorcio, puede elegir a otro hombre, puede encontrar a otro querer.

Alguien que desee llegar a casa y tomarla en sus brazos.

Mi corazón se acaba de partir en mil pedazos.

No entiendo nada.

Miro a Sonia, es bella, llamativa, imponente.

Evidentemente no me equivoqué, eso me lo digo una y otra vez.

—Te quedaste callado ¿Qué te pasa?

—Nada cielo, es que el divorcio va a tardar un poco en salir.

—Ah, no, yo me quiero casar enseguida.

—Depende del juez, de las leyes, tiene que firmar Eli.

Al decir que Eli tiene que firmar el divorcio se me quiebra la voz.

—Voy a ir personalmente a decirle que no sea idiota y firme rápido ¿Qué se cree?

Me asusté ante el pensamiento que Sonia se presentara en casa.

Eli tiene paciencia, pero todo tiene un límite.

No puedo permitir que Sonia vaya a casa.

—Linda, de ese tema me voy a ocupar yo.

—Ocupate y rápido ¿Para que te separaste sino?

—Para estar con vos, cumplo todo lo que te digo.

—Eso espero, ya sabés que soy impaciente.

Sin saber por qué, me recorrió un frío por la espina dorsal.

—Es injusto, me pediste que me separe para estar juntos y así lo hice, te prometí un viaje por el mundo y te llevé, yo cumplo lo que digo.

—Perdón bebé, es que me pone mal llegar y seguir viviendo en ese departamento tan pequeño, me gustaría tener una casa para compartir juntos.

—Dame un tiempo, en cuanto pueda, compro una casa.

—Pero es que el departamento es chico y pienso que no estás lo suficientemente cómodo, es por vos….

—Que lindo que pienses en mí, yo mientras esté a tu lado, soy feliz.

Lo dije esperando ver su expresión.

Hizo una mueca que no me gustó.

Por más que me saque el aire y me excite como un condenado, tendría que ser idiota para no darme cuenta de lo interesada que es Sonia.

Con ella todo se arregla con regalos, cenas o salidas.

Como tengo dinero y mucho, eso no me preocupa.

No me gusta que sea interesada, pero es así.

Recuerdo las veces que quería lograr algo o alguna discusión con Eli, la forma de ganar las discusiones eran con besos y caricias y alguna flor.

Creo que si le doy una flor o un ramo de flores a Sonia, me lo tira por la cabeza.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.