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Capítulo 2

El punto de vista de Manuel

Comencé a conducir no hacia mi penthouse sino hacia la casa del lago porque quiero paz al menos por un tiempo...

La casa del lago estaba en la parte media exterior del bosque de Rosch, un bosque hermoso pero peligroso... la casa tenía una sala de estar enorme con una cocina abierta y un dormitorio principal, perfecto para mí, con todas las comodidades en el interior...

Conduje durante una hora y llegué al bosque. Me tomó 15 minutos llegar a mi casa. Después de estacionar mi auto afuera de la casa, entré y fui directamente a mi dormitorio para ducharme... después de la ducha, me preparé algo y fui a servirme un poco de vino cuando escuché una voz cerca de la ventana de la sala de estar.

Salí a revisar y encontré a una persona espeluznante y de aspecto sucio que se deslizaba por las paredes de mi casa como si tratara de esconderse de alguien... Podía ver la cara porque estaba oscureciendo y la persona tenía un aspecto extremadamente sucio con el cabello largo que casi parecía un nido de pájaros...

    - ¿ Quién eres y por qué? - dije con mi voz severa haciendo que ese sucio tipo se estremeciera... inclinó su cabeza frente a mí susurrando algo en voz muy baja y luego escuché una voz sollozante.

No sé por qué pero mi corazón se ablanda al escuchar los sollozos...

   - Oye levántate... dime quién eres, necesitas ayuda..! ? - pregunté con mi voz severa y él se puso de pie...

No, espera un... maldita sea... ¡¡es ella...!!??? Sí, no es un hombre, es una mujer porque su ropa está en su pecho... ugh... ¡¡olvídalo...!!

   - Por favor ayúdenme, ellos... ellos... - estaba hablando y de repente perdió el conocimiento. La sostuve antes de que pudiera tocar el suelo pero algo más golpeó mi nariz y era el olor a pescado podrido que salía de su cuerpo.

De alguna manera la llevé adentro y la acosté sobre la alfombra, rocié agua en su cara y ella abrió los ojos... Juro que nunca había visto unos ojos tan hermosos como los de ella en mi vida.

Ella se sentó y comenzó a mirar a su alrededor...

    - ¿ Dónde estoy? - me preguntó con su dulce voz que parecía algún tipo de música.

¿De qué estoy hablando y pensando estupideces? Contrólate, Manuel , lo regañé y me compuse.

    - Es mi casa... - dije con severidad pero más bien me salió suave, qué me pasa...

De repente su estómago dejó escapar un fuerte gruñido indicando lo hambrienta que estaba.

   - Esa es mi habitación... ve y báñate, puedes usar mi ropa, está en el armario... - dije y ella se fue a mi habitación.

No sé por qué soy tan gentil con ella mientras soy el idiota más grande que uno podría encontrar... ¿es porque nunca había estado tan cerca de una mujer? No, muchas de las zorras se han arrojado sobre mí antes, entonces ¿por qué? ¿Por qué me siento tan atraído por ella? (suspiro...)

Recuerdo su estómago gruñendo así que fui a la cocina y calenté la comida, la serví en dos platos cuando el clic de la puerta al desbloquearse atrajo mi atención...

Me quedé congelada en mi lugar después de ver la vista frontal, mi pequeño miembro palpitaba y me maldije cientos de veces por ser así...

   - Sólo esto me quedaba bien así que...- dijo con su dulce voz.

   - Está... está... ok... ven y come la comida... ¡debes tener hambre...! - De alguna manera me compuse y dije.

Ella pasó junto a mí y se sentó en la silla... el olor a gel de ducha de su cabello rubio castaño, parecía una diosa con mi camisa blanca que le llegaba hasta la mitad de los muslos mostrando sus delgadas piernas lechosas... Debido a la suciedad y el barro, su rostro se veía feo, pero ahora puedo decir que nunca he visto a una chica tan hermosa como ella.

Su nariz recta, sus largas pestañas, sus mejillas rosadas y sus labios rosados con su piel blanca como la leche la hacían parecer absolutamente irreal...

Respiré profundamente y me senté frente a ella y comimos la comida en silencio...

    - ¿ Cómo te llamas y qué haces en este bosque...?!? - pregunté una vez que terminó su comida.

   - Mi nombre... mi nombre... ¿¡cómo es...!? - habló en voz baja y de repente sostuvo su cabeza retorciéndose de dolor.

   - Está bien... no te presiones. - Dije parándome a su lado pero aún así ella intentaba recordar...

   - Ssshhhh... no hagas eso, lo resolveremos poco a poco..!!! dije dándole un abrazo de lado y ella se relajó en mis brazos, tragué saliva y me alejé de ella.

   - Puedes dormir, es bastante tarde... toma la cama, yo dormiré en el sofá. - dije y ella fue a mi cama y se acostó en la cama, el sofá de la sala de estar le permitía ver completamente su figura dormida, así que me levanté y cerré la puerta... ¡uf! Necesito quedarme quieta.

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