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2/ LA RECPCION

Al día siguiente de la boda, me despertó la luz del sol que entraba por la terraza del dormitorio, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño para asearme, me vesti y baje a la cocina para tomarme un café que era lo único que me podía despejar después de la noche que me dio mi marido.

— buongiorno signora — me dijo la sirvienta

— Buongiorno ¿y el señor? — le pregunté

— Se marchó de viaje con Raffaello y la señorita Adrianna, antes de que amaneciera — me respondió

— ¿Quién es esa señorita y por qué se ha ido con mi marido?

— Adrianna es la secretaria del señor desde hace muchos años — me dijo

— Si y tambien es la que le calentaba la cama al jefe, antes de casarse con usted señora — dijo uno de los sicarios de Giulano que entró en la cocina en ese momento

— ¿Te dijo cuando volvería antes de marcharse? — dije

— Dentro de una semana signora — contestó

Estaba sentada en un sillón de  la terraza de mi dormitorio cuando me di cuenta que había llegado la limusina de Giuliano, entre en el dormitorio y abri la puerta y bajando las escaleras ilusionada esperando encontrarme con mi marido, pero cuando mire en el salón vi a Giuliano de pie, rodeando su cuello los brazos de Adrianna besándole la cara sin darse cuenta de que yo la estaba mirando, entre sin avisar mirándome los dos sorprendidos.

— Estoy cansada, si me necesitas sabes donde encontrarme — le dijo ella

—  Adrianna espera, no te he presentado a mi esposa — contestó él

— La conoci en la boda, encantada chao bambino — dijo ella

— ¿Es tu amante Giuliano? — pregunté

— ¿Estás celosa cariño? — me dijo mientras se acercaba a donde yo estaba

— No, pero no voy a consentirte que me seas infiel — le grite

— Quiero follarte, vamos al dormitorio — me dijo

— ¿Te has cansado de follar con ella? pues buscala y sigue follandotela, — le dije marchándome corriendo del salón

— “””Bianca”” ven aquí ahora mismo, no hagas que vaya yo a buscarte o te arrepentirás  — me grito, pero no le hice caso, subiendo a mi dormitorio

Giuliano abrió la puerta del dormitorio dando un fuerte golpe, se acercó hasta donde yo estaba mirándonos los dos, me cogió del brazo tumbandome en la cama boca arriba, poniéndose encima mía mientras yo le pegaba y le daba patadas.

— Me case contigo para cobrarme la deuda de tu padre, no para darte a ti explicaciones de lo que yo hago, si me quiero acostar con ella lo haré, tú no eres nada para mi, te enteras — me dijo

— A mi no me toques hijo de puta, no te lo consentiré — le grite

— Eres mi esposa, te compre por mucho dinero, abre bien las piernas como la puta que eres,--- me dijo mientras se desabrochaba los pantalones, 

De una embestida se adueño de mi interior mientras yo seguía intentando apartarlo de mi, me rompió la blusa que llevaba dejando mis pechos desnudos, sintiendo como sus dientes se clavaban  en mi carne y succionaba cada uno de mis pezones estirando de ellos sin compasión.

— Te odio — le dije

— No me odiaras tanto cuando tienes muy mojado el coño — me dijo mientras dejaba todo su semen en mi interior, apartándose de mí poco después

Giuliano se fue al cuarto de baño, mientras yo me quedaba rota y destrozada en la cama pensando en  que me case con él para que no matara a mi padre, pero al mismo tiempo me sentía sucia y ultrajada por mi propio marido. Giuliano salió desnudo del cuarto de baño secándose con una toalla el pelo, se acercó a la cama poniendo sus brazos a cada lado de mi cuerpo acercando su cara a la mía

.— Duchate y vístete, te espero en el salón para comer y no quieras saber, si tengo  que subir a por ti — me dijo

— Déjame tranquila, no quiero saber nada de ti — le dije cuando me levanté de la cama, viendo como sonreía.

Entre en el cuarto de baño, me quite la ropa, metiendome en la ducha dejando que el agua templada recorriera mi cuerpo para relajarme, la discusión que tuve con mi marido me puso muy nerviosa y me dejó muy desconcertada, porque no entendía  ¿como una recién casada podía admitir que su reciente  marido tuviera una amante? esa pregunta me la hacía una y otra vez mientras me duchaba. Sequé mi cuerpo en el mismo cuarto de baño, rodee mi cuerpo con la toalla y salí del baño vistiendome en mi dormitorio, bajando después al salón para comer.

— Pensaba que tendría que ir a por ti — me dijo Giuliano

— Como ves, no ha hecho falta que fueras, se venir yo solita — le contesté

— Mañana estamos invitados a una recepción — me dijo

— ¿Quien da la recepción? —- pregunté

—  Un tal Dominique Baratelli, es uno de los mejores traficantes de Italia y quiero asociarme con él, tiene una coca colombiana muy buena y me dará buenos beneficios si consigo que admita la sociedad que le voy a proponer mañana — me dijo

— Yo en eso te puedo ayudar, soy muy buena aconsejando — le dije

— Te meteria en su cama sin dudarlo – me dijo

— Y tú te meterias en su sociedad piensalo querido maridito — respondí

— Tú eres solamente mia ¿me entiendes? y nadie toca lo que es mio — me dijo entredientes

— Yo no digo de meterme en su cama, pero te podría ayudar a conseguir la sociedad que quieres con ese hombre, como ves te has casado con una Ferrero que también entiende de negocios, al menos que estés pensando en que tu amiguita Adrianna te consiga la sociedad usando sus encantos ocultos  — le dije

— No te consiento que la insultes, Adrianna me ha hecho ganar mucho dinero y ademas es mi socia en mis negocios — respondió

— Pues si no te importa, que te acompañe tu amante mañana, yo no estoy disponible — le dije levantándome de la mesa dándole la espalda a Giuliano marchándome al jardín

Entre en mi dormitorio y fui hasta la terraza  ya que hacía una noche maravillosa, me senté en uno de los sillones que habían escuchando como corria en agua de la ducha en el cuarto de baño, Giuliano se estaba duchando, cerré los ojos acomodando mi cabeza en el respaldo del sillón imaginándome, cómo le corría el agua a mi marido por su perfecto y musculoso cuerpo, sus manos paseando por cada centímetro de ese cuerpo que yo deseaba tanto, como el agua corría desde su cabeza hasta sus pies mientras yo le acariciaba y besaba sus deseoso labios, su perfecto torso bajando hasta su virilidad escuchándolo gemir por el placer que yo le estaba dando.

— No me esperes a dormir — me dijo sacándome de mis pensamientos, viendo su desnudez mientras buscaba en el vestidor la ropa que se iba a poner para asistir a la recepción

Giuliano se marchó del dormitorio sin decirme nada, una vez estuvo vestido con un traje azul y una camisa blanca que le resaltaba sus bonitos ojos verdes. Me levanté del sillón, entre en el cuarto de baño, me quite toda la ropa y me duche con agua caliente para relajar mi cuerpo, porque lo que a continuación iba a hacer yo, no sabia si seria bueno, pero nadie me iba a rebajar a nada y menos un marido orgulloso y su amante, Giuliano era mi esposo, era mío y iba a luchar para que al fin me amará al precio que costará, nadie le quitaba a un Ferrero lo que era suyo, estuve pensando de bajo del agua mientras me duchaba.

Termine de ducharme, me enrolle la toalla en mi cuerpo, me dirigí al vestidor, cogi un vestido provocativo, unos zapatos de aguja y un bolso de mano, cuando ya estaba vestida, y arreglada, baje al salón cogi el movil y llame a Tomas, nuestro chofer para que viniera a recogerme en la limusina para presentarme en la recepción como la legítima esposa de Giuliano Capri.

Cuando llegamos a la mansión donde se celebraba la recepción, Thomas abrió la puerta del vehículo ayudándome a bajar, entre en la casa dándome cuenta que la mayoría de los hombres me miraban con lujuria pero fui adentrándome hasta mezclarme con los invitados, un caballero me ofreció una copa de champán y sonriendo se lo agradecí, seguí andando hasta que vi a Giuliano hablando con un hombre muy alto y más o menos de la edad de mi marido, estaba también Adrianna a su lado mientras Giuliano le rodeaba la cintura con su brazo. El hombre que estaba hablando con ellos y yo cruzamos nuestras miradas se separó de Giuliano y su amante y se fue acercando hasta donde yo estaba, mientras mi marido y yo nos miramos viendo su cara de sorpresa.

— Buenas noches soy Dominique Barattelli, no tengo el gusto de conocerla, pero ha iluminado toda la sala con su presencia — me dijo

— Gracias, soy Bianca Capri — contesté

— ¿Es usted la esposa de Giuliano? — me preguntó

— Si y es un placer estar aquí, gracias por invitarnos — le dije

— Bianca cariño, veo que ya has conocido a Dominique — me dijo Giuliano cuando se acercó solo a donde estabamos Dominique y yo

— Giuliano perdoname pero, tienes una mujer preciosa y encantadora, ten cuidado que cualquiera de los que hay aqui les gustaría pasar una noche con esta flor — contestó Dominique

— Creo que no va a poder ser, Bianca es mi esposa y no dejare que nadie se le acerque — contestó mi marido rodeando mi cintura con su brazo

— Cariño ¿podrías traerme una copa? — le pregunté

Cuando Giuliano se fue, cogi del brazo a Dominique, salimos al jardín de la casa sentándonos en uno de los preciosos bancos que allí habían.

— Comprendo que tu marido esté celoso con lo demas hombres, eres preciosa — me dijo

— Peor para él, yo no siento que le pertenezca a nadie, como habrás visto mi marido ha venido con su secretaria, sin embargo yo he venido sola — le dije

— ¿Tú también estás metida en los negocios de Giuliano?, porque si es asi, me gustaria tenerte a mi lado todos los días como parte de la sociedad que vamos a hacer Giuliano y yo — me dijo

— Tu copa mi amor — me dijo mi marido ofreciendola

— Querido amigo, si decido hacer sociedad contigo, quiero que tu esposa sea parte, en los negocios, en los viajes y en los tratos con mis clientes ¿que dices? — preguntó Dominique

— Ya hablamos de que sería Adrianna nuestra relación pública, mi secretaria — contestó Giuliano

— No trabajo con arpías y perdona amigo mio,pero Adrianna parece ser una de ellas,me gusta estudiar a las personas mientras hablo con ellas y Adrianna no me da confianza, piensalo y ahora señora Capri, ¿me haria el honor de bailar conmigo? — me dijo ofreciéndome su brazo

Cogida del brazo de Dominique mire a Giuliano sonriéndole, nos fuimos donde estaba la orquesta tocando. Dominique rodeo mi cuerpo con sus fuertes brazos acercándome a su cuerpo mientras le rodeaba yo su cuello con mis manos.

— Bianca, no te incomoda saber que tu esposo tiene una arpía como amante? — me dijo

— ¿Cómo te has dado cuenta de que son amantes? — pregunté

— Enseguida me di cuenta, cuando me saludaron, como se miraban, el que tu marido la rodeara con su brazo, la atención que le pone, ya te he dicho que soy muy observador — me dijo

— No me molesta, soy una Ferrero y esas pequeñas cosas no tienen importancia — le dije

— Me gustas y mucho, eres una mujer fuerte y inteligente, los dos haremos muchas cosas, confia en mi — dijo

Cuando la canción terminó, nos fuimos hasta donde estaba Giuliano con Adrianna viendo el semblante de ella muy serio.

— Buenas noches Bianca — me dijo ella

— ¿Qué tal estás Adrianna? una bonita fiesta ¿no? — le dije

— Bueno yo me tengo que marchar ya, mañana tengo que madrugar, buenas noches — dijo Adrianna

— ¿Ya se lo has comentado? — le susurre a Giulano

— Nadie se va a interponer en mis negocios con Baratelli — contestó

— Siento dejaros, pero tengo más invitados, – dijo – Bianca un placer — me dijo besando mi mano Dominique

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