Capítulo 5. Monumento a la belleza
Por Benicio
La otra vez cuando nos juntamos con nuestros amigos, en el cumpleaños de Hugo, Omar llegó con su novia, yo la había visto de lejos una vez y me pareció muy bonita, ese día que tuve la oportunidad de conocerla, me di cuenta que me quedé corto con lo de muy bonita, era realmente un monumento a la belleza.
Nunca una chica me había impresionado tanto por su belleza y el estupido de Omar, se la pasó drogándose, no sé que están tomando, que terminan casi excitados, apenas aspiró la primera vez, quería tener relaciones en cualquier lado, delante de todos, no se aguantaba ni el mismo.
Fueron al baño, porque la chica se puso firme que no lo iban a hacer en cualquier lugar.
Desde afuera, en el pasillo, se escuchaban sus gemidos, hasta la voz de esa chica era totalmente excitante.
Nunca me metí con ninguna novia de mis amigos.
Tampoco pensaba hacerlo ahora, pero no pude evitar mirarla y cuanto más la miraba, sentía que el deseo que me producía era difícil de esconder.
En un momento no dominé lo que sentía y me acerqué a ella solo para decirle al oído que era hermosa.
Fue cuando se estaban yendo, ella se apuró porque habían comenzado nuevamente a drogarse.
Son mis amigos y los quiero mucho, pero se están equivocando bastante con drogarse tanto.
Omar estaba un poco tomado, más la droga, no estaba en condiciones de manejar, menos una moto, le pregunté si podía hacerlo y me llamó puritano, no me drogo, pero no soy puritano.
Son dos cosas distintas.
Me molestó que teniendo a esa belleza a su lado, no la cuide, se notaba que era más jovencita que nosotros, la mayoría estábamos entre 24 y 26 años.
Omar era mi amigo pero aparte era mi primo segundo, era hijo de un primo de mi padre.
Mi padre y el padre de Omar eran socios en el bufete de abogados.
Yo me decidí por estudiar para contador, me gustaban más los números y de todos modos, en el bufete también trabajaban dos contadores.
Omar comenzó a estudiar derecho, pero le gustaba demasiado salir, andar por ahí y drogarse, iba por un poco más de la mitad de la carrera, a esta altura se iba a recibir a los 27 o 28 años, si se esforzaba un poco podría terminar en dos años, pero no veía que hiciera ningún esfuerzo.
Yo me había recibido de contador a los 22 años, casi cumpliendo los 23, mi tío siempre me ponía a mí de ejemplo y eso molestaba mucho a mi primo y hasta creaba ciertas asperezas entre nosotros.
Yo le pedí que deje de compararnos, le expliqué que así no iba a lograr que Omar estudie más y que solo hacía que esté enojado conmigo.
Muchas veces hablé con Omar para que deje de drogarse, hasta ahora era algo que hacía muy de vez en cuando, pero cuando estábamos de vacaciones en Punta del Este, y salimos con algunas chicas, me pareció que estaba mal por haber engañado a su novia y en ese momento se drogaba bastante más seguido de lo habitual, le seguía el juego a Hugo y a Liam, Liam es el que más se droga.
Todos los demás son más tranquilos.
A veces se nos unían en los cumpleaños o en las fiestas que solíamos hacer, algunas chicas, dos de las cuales se drogan tanto como Liam.
Jazmín se drogaba y no se que le agarraba, que buscaba tener sexo con cualquiera, aunque en general al primero que buscaba era a Omar.
Yo no me había acostado con Jazmín, me resultaba muy desagradable, no es que fuera fea, pero realmente me caía muy mal.
Omar parecía realmente enamorado de Evelyn, así se llama la chica qué él presenta como su novia.
Comprobé que era más joven que nosotros cuando le pregunté la edad.
Aproveché un acercamiento cuando Omar y los demás se estaban drogando.
A pesar de sus 18 años, es realmente centrada, cuando le hablé con doble sentido, ella me estaba hablando de las carreras a seguir y yo la quise apurar.
Se puso nerviosa.
La estoy incomodando, y creo que se dió cuenta que me está volviendo loco.
Me gusta muchísimo.
Llega Omar y la besa con impunidad.
Evelyn está incómoda, pero terminan yendo al dormitorio de mi primo.
Estoy teniendo el sentimiento que debe tener Omar por mí cuando su padre me pone de ejemplo.
Quería decirle que lo deje, que es un perdedor, que yo la voy a tratar mejor, como a una princesa.
Luego pienso dos segundos y realmente no le puedo decir nada, hace cinco meses que salen, deben estar cómodos y enamorados.
Me molesta pensar eso y no puedo creer que esa chica, tan preciosa, tan delicada, esté al lado de Omar, es un hombre atractivo, lo sé porque siempre que salimos termina con alguna chica bonita en sus brazos, aparte sabe hablar para lograr tener a la mujer que quiere.
Pero Evelyn es mucho más que una chica bonita, es de esas mujeres que te dejan sin aliento, que te atrapan y te retienen para siempre.
Es la mujer que uno sueña tener.
Entiendo que es ajena.
No puedo dejar de pensar en ella desde que la conocí.
Es como una poesía, una rosa sin espinas, no sé como describirla, pero me tiene cautivado.
Omar sigue charlando y riendo con sus amigos.
Ella le preparó una torta y cuando le dije que estaba celoso porque Omar recibía todas sus atenciones, me dijo que era su novio.
A esta altura, ya se debe haber dado cuenta que la miro con un deseo incontenible y nada disimulado.
Cuando terminamos de cantarle el feliz cumpleaños, Evelyn fue la primera en saludarlo.
En un momento se acercó Jazmín y lo saludó besándolo en la boca, Omar le correspondió pero enseguida miró a su novia, pidiéndole perdón y diciéndole que la amaba, lo hizo delante de todos.
Evelyn fue a la cocina y Omar la siguió, discutieron, aunque no muy alto, lo sé yo, porque no dejé de prestarle atención en toda la noche.
Mi primo es un idiota, entre el beso que le devolvió a Jazmín, todo lo que tomó y las veces que aspiró esta noche, estaba perdiendo a la belleza que tenía a su lado.
No sabe distinguir el tipo de mujer que tiene como novia.
Cerca de las cinco de la madrugada y luego de estar un largo rato pendiente de su celular, y bastante alejada de lo que sucedía a su alrededor, Evelyn, agarra su abrigo y su cartera y se dirige a la puerta, sin acercarse a saludar a Omar.
Le digo que si se va, Omar, posiblemente termine en la cama con Jazmín, me dice que es más de lo que puede soportar.
Ya lo había pensado yo.
Me saluda, pero yo no la dejo ir.
No puede irse sola a esa hora.
—Me pido un Uber.
Me dice muy segura.
—No puedo permitir eso, te llevo.
Le tuve que insistir para que al final aceptara.
Mira por última vez a Omar, que estaba abrazando nuevamente a Jazmín, o mejor dicho, se dejaba abrazar, ya a esta altura era lo mismo.
Evelyn casi no podía disimular lo contrariada que estaba.
Llegó el ascensor y dentro de él, la abracé como para darle ánimo.
Me arrepentí al segundo.
Casi no pude dominar lo que ella me provocaba.
Ella se apoyó en mi pecho, me llegaba a la boca, la sentí desprotegida y la quería consolar.
Por suerte eran solo 3 pisos, porque sino hubiese hecho una locura.
Mi auto estaba guardado en el estacionamiento del edificio.
Le abrí la puerta de mi Audi.
Ella apenas miró el auto y subió con timidez.
En el camino, le pregunté en donde trabajaba, quería sacarle un poco de dramatismo a lo que, seguramente, ella estaba sintiendo, pareció animarse, me contó entusiasmada sobre su trabajo y con más entusiasmo aún, sobre el comercio que tenía su madre.
Me alegré que pese a estar recién salida del cascarón, como quien dice, no se dejó llevar por Omar en cuanto al tema drogas.
En veinte minutos llegamos a su casa.
Fue demasiado corto el viaje, yo quería más de ella.
No apagué el motor del auto, afuera hacía frío y adentro estaba calefaccionado.
Le conté que aparte de amigos éramos primos segundos con Omar y que nuestros padres trabajan juntos y nosotros también trabajamos con ellos.
—Me di cuenta que eran cercanos, porque la otra vez fuiste el único que le dijiste que no estaba en condiciones de manejar la moto, aunque él te contestó mal.
—Sí, a veces tengo que hablarle, para que deje de tomar o de drogarse, hoy estaba peor que nunca, no se había drogado así, jamás.
—Realmente yo no puedo manejar ese tema, y no me quiero involucrar más con él.
—¿Lo vas a dejar?
Le pregunté asombrado y esperaba ansioso su respuesta.
—Posiblemente, aunque creo que pese a que me dice a cada rato que me ama, después de esta noche, él se va a quedar con la chica que estuvo a su lado toda la noche.
—No, mañana cuando se despierte se va a querer matar cuando sé dé cuenta que te dejó sola toda la noche para estar con Jazmín y compañía, drogándose.
—No creo que sea así.
—¿Vos lo querés?
No entiendo por qué, pero mi voz casi temblaba.
—Le tengo cierto cariño, es dulce…
—Te merecés otra cosa, a alguien que esté pendiente de vos en todo momento, que te respete, que…
No pude más porque mientras le hablaba, mis ojos se perdieron en su boca, ya estaba imaginando mil cosas.
Me acerqué a ella para rozarla un poco más.
Estaba perdiendo el control.
Mis manos tomaron su cara y le busqué la boca.