Capítulo VI - Punto Cero
Lugar; País de Nanún, Las Montañas Heladas de Nanún.
Hora; 11:14 am.
Momentos antes, del encuentro de Los Torrenders en la casa de Ciro…
El Teniente del COE dando sus últimas escaladas llega hasta arriba en la pista de aterrizaje, y el mini-transportador antigravedad le sigue de cerca, en ascenso vertical.
El piloto sentado en la cabina lleva rato esperando al Teniente, hasta apagó el motor de las hélices desde hace horas. Anda distraído mirando a la nada, en ese momento escucha el sonido del mini-transportador y de objetos metálicos.
—¡Al fin lo encontré! —exclama Hernán, empujando adentro del helicóptero el mini-transportador con piezas del androide encima.
—Está casi completo —comentó el piloto que volteó a mirar.
—Sí, la mayor parte, no encontré una pierna —dijo mientras sube abordo—. Hasta vi cadáveres.
—Esa chica los mató.
—No sé qué habrá pasado, pero regresemos cuanto antes.
—Sí señor, quiero irme de este lugar —dice mientras enciende los motores.
El helicóptero asciende y se desplaza en dirección a País Central, perdiéndose en aquel horizonte del noroeste.
Lugar; País del Zasorial, a las afueras de Soratan.
Hora; 2:39 pm.
Mientras tanto en la casa de Ciro.
La Torrender no tiene interés en la fama de los Taniko, apenas conoce el nombre de Dracír.
—Un gusto —dice Abigaíl—. ¿Por qué te ocultas?
—Me fui de Finare hace casi tres años, buscándolo país por país para encontrar a Dracír —responde.
—¿Y qué pasó? ¿Lo encontraste? —pregunta intrigada.
—No, técnicamente —dijo con voz baja.
—Entonces no está en Zasorial.
—Si está, por eso volví a este lugar aunque haya sido una pista —menciona—. Parece que no quiere ser encontrado por nadie. En una reunión secreta confirmaron mis sospechas.
—Entonces, él quiere estar alejado de todos —se incomoda.
—Me temo que sí, quizás me topé con él y no lo supe —mencionó—. Planeé entrenar para mantener mi energía Torrender oculta, casi ni me siento yo mismo.
—Entiendo… —dice mirando ligeramente al suelo, a la nada—. Tienes razón, tu presencia parece la de un insecto, como un insecto Torrender—. Cerró el ojo un momento enfocando mejor lo que siente.
—No sé si es un insulto o un halago.
—Fue sin querer, jajaja —se ríe de repente.
—Y bien, ¿por qué estás aquí Abigaíl?
—Vine en busca de Dracír —responde—. Necesitamos encontrarlo, urgente.
—Entonces ya lo sabes… —dijo incómodo, recordando la realidad de Finare. “También ella está buscando a Dracír, si lo pienso mejor, creo haber escuchado el nombre de Abigaíl en algún lado”.
—Si… Finare ha… —antes de seguir hablando se pone pálida.
—¿Estás bien Abigaíl? —pregunta preocupado.
La Torrender empezó a percibir algo en el ambiente. "¿No lo puedo identificar? ¿Qué significa? ¿Qué es esto?".
—Me estás preocupando, ¿quieres agua?
De repente el muro del lado de la cocina explota, abriéndose un hoyo, los ladrillos vuelan por los aires esparciéndose el polvo.
—¡¡¡Torrendeeers!!! —grita la voz ronca y gruesa de un Roc Dark.
Abigaíl y Ciro voltean al instante. En aquel hoyo, el polvo se disipa poco a poco mostrando su aspecto físico.
Es un humanoide tipo masculino, más de dos metros de altura, es calvo, la musculatura se marca con rocas, la mayor parte de su dura piel es entre gris oscuro y claro. En el rostro tiene marcas marrones cerca de los ojos y su iris es de un gris brillante.
—¡Tú! Eres un debilucho —afirma el Roc Dark de hombros rojizos señalando a Ciro—. No sentí tu presencia hasta aquí cerca.
—Jeh, ¿eso es un halago? —dice Ciro agitando el brazo derecho rápido hacia arriba, encerrando al Roc Dark en un bloque de agua hasta el cuello.
—¡Aaaarrrrggghhh! —grita el Roc Dark agitando los brazos.
—¡De prisa Abigaíl! No les gusta el agua —aclaró Ciro mientras la sujeta de la mano y sale corriendo hacia la puerta, Abigaíl sale de trance.
Saliendo de la casa Ciro ve la verdadera situación. Más Roc Darks esperan afuera parados.
—¡¡Son más!! —exclama Ciro.
—Hay diez, nos tienen rodeados —dice desconcertada.
—¡¿Cómo sabes eso?! —Se le sube la adrenalina por la cantidad de Roc Darks que escuchó.
—Sentí como llegaban, no sabía que era, son enormes presencias.
Ciro le mira por un momento y se pregunta "¿quién es ella?". Pero luego contempla la situación, una muy desfavorable, la casa rodeada de Roc Darks.
—Buen truco debilucho —dice el Roc Dark que camina desde el interior de la casa.
“Que rápido se dio cuenta”, pensó Ciro.
—Nada más, caminé afuera del bloque de agua —mencionó el Roc Dark, les miró inclinando ligeramente el cuello de lado mientras caminaba, está afuera de la casa.
Abigaíl y Ciro dan unos pasos nerviosos hacia atrás mientras escucharon lo que dijo.
—¿Cómo nos encontraron? —pregunta Ciro.
—No venimos por ti o por la chica de un ojo. Buscamos a Dracír, soy el General Rou y no vine a perder el tiempo —responde—. Llegamos aquí porque percibimos la energía de una Torrender, es decir a ella, luego estabas tú debilucho. Lo diré una vez, ¿A dónde está Draaciirrrr?—. El General Rou con mala cara, de mirada intimidante.
—¿Es verdad que Los Roc Darks pesan doscientos kilos? —pregunta Ciro intentando relajarse, fue lo primero que pensó.
—¡Esas son tus últimas palabras Torrender! —amenaza el General Rou levantando el brazo izquierdo, aprieta el puño.
Ciro con expresión seria da un pisotón, aparece un muro de agua rodeando Abigaíl y a él mismo en un cuadrado perfecto.
—¡¡Ciro!! —grita Abigaíl sujetándolo del brazo derecho; lo lanza rápido hacia arriba del muro de agua, arrojado como un objeto, Ciro es envuelto en Aire ascendiendo aprisa.
En ese instante casi en un parpadeo después, se escucha un fuerte chapoteo sobre el muro. La Torrender observa como el brazo izquierdo del Roc Dark atravesó el muro de agua, donde estuvo Ciro hace un momento.
“¡Estuvo cerca!” Ciro viéndolo desde arriba.
"¡Fue justo lo que percibí!" Abigaíl mirando el brazo izquierdo del Roc Dark.
—¡Te vas conmigo! —exclama Ciro desde arriba. Sin perder otro segundo estiró el brazo derecho, sale de él un brazo de agua sujetando la muñeca izquierda de Abigaíl.
Los dos salen disparados por los aires con el impulso inicial de la Torrender, alcanza casi los siete metros.
—¡Qué ilusos! —exclama el General Rou viendo a esos Torrenders en las alturas.
—Abigaíl sujétame del tobillo —dice Ciro apenas sintiendo el descenso, desapareció la capa envolvente de Aire. Ella estira la mano derecha y lo sujeta.
En ese momento Ciro apunta sus manos inclinadas ligeramente hacia abajo, en dirección opuesta a la casa. Explotando ráfagas de agua en las palmas.
—¡Aaaaaaaaahhhhhhh! —grita Ciro, como si fuera la última cosa que fuera hacer.
Como propulsores de agua se desplazan al bosque desde arriba.
En la altura, Abigaíl ve algo que le llama la atención del bosque; en aquella dirección en los árboles se divide una parte y más al fondo a la izquierda desemboca agua. "¡¡Es un río!!".
—No haré esto por siempre —afirma Ciro, apenas puede hablar por la tensión en su mandíbula y brazos.
—Lo sé —dice Abigaíl pensativa.
—Fue un gusto conocerte, hasta aquí llegaremos.
—¡Ciro! Tú lo puedes encontrar —contesta sintiendo que Los Roc Darks se acercan hacia ellos rápido.
—¿De qué hablas?
—No tenemos tiempo —menciona la Torrender mientras cambia de manos y lo sujeta de los dos tobillos; girando sobre ella misma con el poder del Aire y con ayuda de la propulsión acuática, da una vuelta perfecta arrojándolo en dirección al río.
—¡Abigaaaaaaaiiiiiiiiiiiiiil esperaaaaaaaaaaaa! —grita Ciro sin poder hacer nada, la fuerza de la inercia lo empuja lejos de ella.
—Es lo mejor —dijo Abigaíl sin saber si lo escuchó. Rápidamente, empieza a caer por la fuerza de gravedad llevándose por delante hojas y ramas hasta caer al suelo acostada.
En segundos, Abigaíl es alcanzada por Los Roc Darks.
—Eso fue divertido, como malgastan energía… —comenta el General Rou—. Y te llamas Abigaíl ¿cierto?
La Torrender se levanta y no dice nada, simplemente le mira. "Si voy al lado opuesto del río, le daré más chance a Ciro".
—Tu amigo es escandaloso, sabías —dice el General Rou.
"Los Roc Darks son tal como dijo mi maestro", pensó la Torrender mientras pretende hacer un plan.
—Podemos seguir al debilucho por el sonido del grito, cuando dijo tu nombre —cuenta el General Rou, levantó el brazo derecho señalando a cuatro Roc Darks—. Que tu grupo vaya por él—. Los cuatro se marchan de inmediato, en dirección al río.
"¡Rayos! Espero que Ciro esté cerca del río. No tiene tiempo", se preocupa Abigaíl.
—En cuanto a ti, chica de un ojo —dijo el General Rou mirando a la Torrender.
¡Momentos antes!
Ciro cae al suelo, rodando queda boca abajo se vuelve a levantar al escuchar la corriente.
"¡¿Hay un río cerca?!" Piensa Ciro volteando a la izquierda.
"Esto es lo que pensó Abigaíl". Sale corriendo al río guiándose por el sonido.
"¿Pero quiere que escape?" Ya puede ver el río durante la marcha.
"Pero no la puedo abandonar". Entra al río hondo y angosto, le llega por la cintura.
"Si tan solo la trajera hasta aquí". Mira en dirección hacia arriba.
"Yendo contra corriente podré acercarme". Visualiza un punto cercano de cómo encontrarse con Abigaíl…
En aquel momento donde está la Torrender y los seis Roc Dark entre los árboles.
—¿Quién se ofrece? —pregunta el General Rou mirando a Los Roc Darks.
"Es ahora o nunca", piensa Abigaíl apretando los puños que espera lo peor. Aparece sobre su cuerpo una barrera trasparente y delgada, es una capa envolvente de Aire.
—¡Yo mismo soy! —exclama el Roc Dark Merún.
Sin demora, Merún se mueve como la sombra de lo rápido que va. En dos pasos se acerca lo suficiente a la Torrender lanzándole el puño derecho.
Abigaíl lo esquivó, todo el brazo derecho de Merún le rozó por completo.
"¡Lo sabía!" Pensó la Torrender.
Viene otro golpe, ella se agacha, el izquierdazo le resopla por encima. En ese instante Abigaíl se apoya de manos en el suelo y da una doble patada remolinada de Aire, golpeándolo con todas sus fuerzas.
—¡Aaaahhh! —grita Abigaíl dando el golpe directo al estómago. El Aire se disipa, rebota hacia atrás cayendo de espaldas.
La Torrender sintiendo el peligro da dos giros rápidos en el suelo, se escucha los pisotones esquivando los pies de Merún.
"Lo puedo percibir..." En ese momento arquea sus brazos sobre sus hombros y se empuja hacia arriba, quedando suspendida. "Aunque se mueva como la sombra…". Aprieta los dientes y da otra doble patada remolinada de Aire directo al pecho.
Disipándose el Aire vuelve a rebotar de espaldas. Cae al suelo, rueda atrás y vuelve a ponerse de pie de un salto. "¡Es como si chocará contra un muro!" Se pone en posición de pelea.
—Esto es un chiste —comenta el General Rou viendo el espectáculo, disgustado.
Merún vuelve contra ella y le lanza un combo de golpes. "¡Siento como viene!" La Torrender percibiendo sus extremidades.
Gancho derecho. Ella lo esquiva a la izquierda.
Patada frontal derecha. Brinca.
Codazo derecho. Da una patada a la rodilla recién levantada de Merún, impulsándose a la izquierda.
Patada izquierda. Suspendida en el aire lo golpea en el pecho, quedando atrás.
Puñetazo derecho. Aun en el aire, por el impulso de su capa envolvente va más hacia atrás.
Puñetazo izquierdo. Choca de espaldas contra un árbol, apenas logró esquivar el golpe impulsada hacia su izquierda, cae de lado en el suelo. El puño atraviesa el tronco volando las astillas.
La parte superior del árbol cayéndose a un lado, tapa la visión entre el Roc Dark y la Torrender.
“¡Partió demasiado fácil el árbol!” Impresionada Abigaíl está acostada de lado, mide su fuerza bruta.