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Capítulo 5

Manuel

Después de cenar con la familia de Liam ambos subimos a su habitación.

- Tu hermana no me coqueteó esta noche - le digo riendo.

Lily, la hermana de Liam, tiene años y ha estado enamorada de mí desde hace tanto tiempo.

Es adorable pero realmente demasiado pequeño.

- Creo que ya lo superó, al parecer tiene novio. - Liam levanta la nariz, es muy protector con su hermana.

- ¿ Un novio? ¿Ya lo conociste? -

- Sólo sé que se llama Luke pero sin apellido es difícil encontrarlo en las redes sociales - resopla.

- Hablando de las redes sociales - añade - he notado que Fabiana no está en ninguna parte, ni siquiera en Instagram. -

Probablemente espera que sepa por qué, pero no sabía nada hasta hace un segundo.

Entonces dejo escapar lo primero que me viene a la mente : a ella no le gustan. -

- Qué raro, ahora todo el mundo los usa, incluso aquellos que dicen odiarlos... pero ¿quiénes somos nosotros para juzgar? - Saca un cigarrillo del paquete que hay sobre el escritorio y lo enciende.

- Si no quieres dejar de fumar al menos abre las ventanas. Aquí apesta. - Lo haré por él.

- Ok mamá – se ríe mientras yo pongo los ojos en blanco.

- Oye pero ¿funcionaron las flores? -

Así es, las flores fueron idea suya. Obviamente se suponía que eran rosas pero la tienda se quedó sin ellas así que opté por un ramo de margaritas de varios colores. Hasta hoy sólo había comprado flores para dos personas: mi madre y Camila. A mi madre le encantan los lirios mientras que Camila prefiere las rosas blancas. No sabía qué flores le gustaban a Fabiana, así que le compré las que más me gustaban.

- No lo sé pero definitivamente no empeoraron las cosas. -

- ¿ Entonces volvéis a estar juntos? -

- Sí - le contesto - y mañana vendrá con nosotros a la playa junto con sus amigas. -

- ¿ Ellos son bonitos? -

- Ellos están juntos. -

Él resopla de nuevo y se deja caer en su cama. - Seguiré siendo la única soltera del grupo, ya me veo cuidando a tus hijos mientras tú sales a disfrutar de un rato a solas con tus compañeros. Me espera un futuro apasionante. -

- Qué dramático estás esta noche. -

- ¡ Ay dios mío! - exclama haciéndome saltar - Te acabo de imaginar con una niña en brazos. Tenía tus ojos, cabello castaño y rasgos de Fabiana... era tan bonita. -

- Deja de fantasear, nunca sucederá. -

- Pero era tan hermosa - dice, suavizando la voz como si realmente estuviera hablando con una niña pequeña.

- Intenta imaginarlo también. -

No sé por qué lo escucho, solo sé que en cierto momento aparece en mi mente la imagen de una niña de grandes ojos verdes y el rostro de Fabiana en miniatura. Debo admitir que Liam no está del todo equivocado, sería hermosa.

¿Pero qué estoy haciendo?

- Está bien, nada de niños al menos durante los próximos años – le digo mientras intento sacar esa imagen de mi mente.

Se pone de lado para apagar el cigarrillo en el cenicero y luego se sienta en la cama con una expresión seria en el rostro, señal de que debería estar preocupada.

- Ahora los he probado todos. ¿Cuándo me dirás la verdad Hol? -

Trago, - ¿ de qué estás hablando? -

- Sobre ti y Fabiana, entiendo que no están juntas. Te conozco desde que todavía tenías todos tus dientes de leche y sé cuando mientes. Sabía que la historia de las citas era mentira, pero tengo que admitir que cuando apareciste con Fabiana estuve a punto de cambiar de opinión, pero no pasó mucho tiempo para que volviera a cambiar de opinión. -

No sé qué decir.

No esperaba que nadie se diera cuenta tan pronto pero es cierto que Liam me conoce mejor que nadie en el grupo.

En este punto todo lo que tengo que hacer es decirle la verdad, desde mi enamoramiento por Camila hasta los acontecimientos de hace unas horas.

- Joder Hol, qué desastre - me dice antes de suspirar ruidosamente.

- Es sólo por un mes, luego cada uno seguirá su camino sin importar mi situación con Cami. -

- ¿ De verdad crees que es así de simple? ¿Y si ella se enamorara de ti? Supongo que no lo habías pensado. -

No.

- ¿ Y después de este mes todos deberíamos fingir que ella nunca existió? Después de haber pasado un mes con nosotros se encontrará sola. Apuesto a que ni siquiera pensaste en esto. -

No.

- Pero bueno, ella también podría conocer a alguien más estas semanas y luego fingir que nunca exististe, o tal vez ya conoció a alguien, tal vez al chico que estaba con ella en la playa. -

- A ella no le gusta - me apresuro a responder.

- En un mes podría cambiar de opinión. -

No sé por qué, pero imaginarla en brazos de ese globo inflado me pone nervioso.

- No volveré sobre mis pasos Liam, lo hecho está y si pasa una de estas cosas me ocuparé de ello. -

- Vale, pero entonces no digas que no te lo avisé. -

- No sucederá - le digo esperando tener razón.

- ¿ Quieres quedarte aquí esta noche? - cambia de tema luego de unos segundos de silencio.

- No, mi madre conoció a un hombre hace unos días y hoy volvieron a salir juntos, quiero estar en casa cuando ella regrese para asegurarme de que se encuentra bien. -

- ¿ Hannah está saliendo con alguien? -

- Un empresario de Chicago, todavía no sé mucho de él excepto que está divorciado, tiene años, tiene un hijo llamado James - miro la hora en mi teléfono - si me muevo podría pillarlo llevándola a su casa. . -

- Hágamelo saber. -

———————————

Llevo minutos esperando en el coche a que mi madre volviera. Me detuve en el mismo lugar que la última vez pero hoy no esperaré a que se vaya.

Unos minutos más tarde veo un coche que se detiene frente al mío. Me bajo un segundo antes que mi madre, fingiendo que acabo de regresar y que la conozco por casualidad.

- Hola – saludo al hombre que está dentro del auto.

- Este es mi hijo Manuel - le explica inmediatamente mi madre.

Él me sonríe y me devuelve el saludo antes de salir del auto.

Tiene aproximadamente mi misma altura que yo, tiene el pelo negro, probablemente teñido, y una barba bien cuidada. Los ojos son oscuros pero la poca luz que proporciona la farola no me permite ver la sombra exacta.

- Tu madre me ha hablado mucho de ti estos días, tenía muchas ganas de conocerte. -

Sin embargo, no lo sabrías por tu cara.

- ¿ Qué tal si cenamos juntos mañana por la noche? Supongo que quieres saber más sobre mí. -

Perceptivo.

- Claro - respondo antes de girarme hacia mi madre - ¿entramos? -

Ella asiente y luego James la saluda con un beso en la mejilla. No sé por qué, pero verlo tan cerca de mi madre me hace estremecer.

En cuanto se va por fin podemos subir y una vez dentro de casa mi madre me pregunta cómo me pareció.

- Aún no lo sé, veremos cómo va mañana por la tarde. -

- Te preocupas demasiado Hol. -

- Sólo estoy preocupada - la corrijo - ¿cuál es tu apellido? -

- Davis - responde y tomo nota mental de buscarlo en internet.

- ¿ Cómo estuvo la cena en casa de Liam? -

- Bueno, el cocinero preparó comida italiana. -

Sí, porque la madre de Liam ni siquiera podía distinguir una sartén de una olla. Liam, por otro lado, es un cocinero loco pero nunca cocina cuando sus padres están allí. Dicen que es una pérdida de tiempo, ¿por qué debería hacerlo si pueden pagarle a alguien para que lo haga?

- Mañana por la mañana iré a la playa, si quieres cuando regrese puedo ir de compras. -

Ella niega con la cabeza - no falta nada y mañana por la tarde James nos invitará a cenar - bosteza - Me voy a dormir, estoy agotada. Buenas noches Hol. -

- Buenas noches mamá. -

Ahora que se ha ido, levanto mi teléfono y busco en Google "James David Chicago". Inmediatamente aparecen una serie de artículos sobre sus inversiones, las casas que posee y luego, en la tercera página, me llama la atención un artículo.

"James Davis: hijo involucrado en accidente automovilístico con su novia".

Abro la noticia y empiezo a leer el artículo. No hay más nombres que el suyo, sólo la descripción del accidente. La niña, que no llevaba puesto el cinturón de seguridad, fue trasladada al hospital en un estado más grave que el del hijo de James.

"Aún se desconoce la dinámica del accidente".

Y el artículo termina así.

Elimino la búsqueda anterior y escribo: "Incidente de Chicago James Davis".

Otros artículos parecen todos muy vagos pero nada sobre lo que pasó después.

¿Sobrevivió la niña?

Sigo buscando pero ya nadie ha hablado de ello.

Extraño.

Quizás mañana pueda saber más.

Miro la hora, es casi la una y ya me muero de sueño. Voy al baño a lavarme los dientes y recuerdo el pedido de la amiga de Fabiana.

Me río para mis adentros mientras me quito la camisa y abro la cámara de mi teléfono. Tomo una foto de mis abdominales a partir del reflejo en el espejo y se la envío a Fabiana con un simple "buenas noches".

Me quedo dormido imaginando la cara que pondrá al ver la foto y de repente me encuentro sonriendo.

Fabiana

Ya han pasado minutos desde que comencé a buscar un disfraz para hoy.

Ally y Megan han estado listas por algún tiempo y me ven desenvolver un disfraz tras otro mientras estoy sentada en mi cama.

Todo es culpa de la foto de Manuel.

Desde que vi la foto que me envió he estado pensando en sus malditos abdominales y ahora llego terriblemente tarde.

- Ponte esto. -

Me vuelvo hacia la pila de bikinis desechados de los que Ally sacó un traje de baño rojo.

- No puedo - respondo, volviendo a buscar en el cajón debajo del armario.

- No poder es diferente a no querer, ¿sabes? -

Interrumpo mi búsqueda nuevamente para mirarlo. Todavía tiene el bikini en la mano y recuerdo el día que lo compré.

Acababa de llegar a Miami y Sam me había llevado al centro comercial. Lo había visto en un maniquí en el escaparate y era maravilloso. Cuando Sam notó cómo lo miraba, me convenció de entrar y probarlo. Cuando me lo puse sin embargo vi que me dejaba todo el vientre al descubierto y por ende la cicatriz. Estaba a punto de devolverlo pero Sam me lo compró de todos modos.

- Un día querrás ponértelo, puedo sentirlo - me dijo.

Ese día, sin embargo, no es hoy.

- Sabes que no quiero que la gente vea la cicatriz. Me harían preguntas que no quiero responder. -

Dicho esto, vuelvo a buscar el disfraz y elijo un enterizo azul. Llevo un par de shorts, sandalias y estoy lista también.

————————

Manuel tenía razón, hoy hace mucho calor.

Llegamos a la playa después de caminar unos minutos bajo el sol y además llegamos temprano ya que todavía no había nadie.

- Me muero de calor - suspira Ally - así deben sentirse los carámbanos cuando se dejan al sol. -

Megan sonríe y yo haría lo mismo si no me sintiera culpable. En última instancia, es culpa mía si no aceptamos el movimiento de Manuel.

Si tan solo la idea de subirme a un auto con alguien no me aterrorizara...

- Pero también leí en alguna parte que sudar es bueno para ti - añade Ally después de haber adivinado la dirección de mis pensamientos, - ahora saltemos al agua o cuando tenga unos abdominales divinos apestaremos como los calcetines de un jugador de fútbol. -

Esta vez yo también me eché a reír antes de que Ally nos obligue a sumergirnos con ella.

Después de unos minutos veo a tres chicos bajando a la playa y estoy seguro de que son ellos.

- Salgamos, creo que ya llegaron. -

Las primeras voces que escucho son las de Thomas y Tara discutiendo cuál es el mejor lugar para colocar el paraguas.

Luego veo a Liam pero no hay señales de Manuel.

- Oye... - Los saludo en cuanto estoy lo suficientemente cerca.

- Estás aquí - responde Liam - Le dije a ese idiota. -

Coge el teléfono y llama a alguien mientras intento averiguar qué está pasando.

- Manuel se quedó arriba esperándote - explica Tara - Liam le dijo que te vio en el agua pero que no confiaba en su vista. -

- Y quién puede culparlo, el año pasado Liam estaba convencido de haber visto a Scarlett Johansson en una fiesta de nuestros amigos de la universidad - añade Thomas riendo.

- En mi defensa, yo estaba borracho esa noche y tú... - Liam señala a Thomas - estabas en la misma situación que yo. -

- Al menos no estaba alucinando. -

- Me gustas - dice Ally a mi lado y aprovecho para presentarles a ella y a Megan a los chicos.

- Tú también me gustas - agrega Liam después pero no escucho la respuesta de Ally porque estoy distraído por Manuel.

Viene hacia mí con la camisa ya desabrochada y, hasta ahora, no creía que fuera posible sentir ciertas cosas con solo ver caminar a una persona.

- Me hiciste preocupar - comienza, pasándose una mano por el pelo.

- He intentado llamarte diez veces desde que me fui y al no verte aquí pensé que algo había pasado. -

- Lo siento, olvidé volver a encender el timbre esta mañana y luego hacía demasiado calor así que nos metimos al agua... -

- No te disculpes, pero la próxima vez envíame un mensaje, ¿vale? -

- Bueno. -

- ¡ Nosotros también estamos aquí! - Ambos nos volvemos hacia Camila y su novio. Como la última vez, abraza a todos en la sala excepto a mí, Ally y Megan.

- ¿ Y estan? -

- Allison y su novia Megan son amigas de Fabiana - responde Manuel.

- No sabía que tenías amigos aquí, ¿no llegaste hace unas semanas? -

- Sí, son de Chicago pero están aquí de vacaciones - respondo.

- Lindo, soy Camila y este es mi novio Adam. -

Sonríe, quizás un poco demasiado.

- Lindo... - Ally se burla de ella mientras Megan suspira, - No me refiero a él obviamente, sino al hecho de que tienes novio. -

Por la cara de Camila deduzco que no le agrada para nada Ally.

- Oh Fabiana... - se vuelve hacia mí - Perdón por lo de la otra noche, olvidé escribirte. -

- Puede pasar, no te preocupes. -

Aunque no lo parezca en absoluto.

Me sonríe rápidamente antes de volverse hacia Adam, que la está esperando con protector solar en la mano.

- ¿ Te pusiste la crema? -

Doy un salto cuando escucho la voz de Manuel tan cerca de mi oído.

- Lo puse en casa - respondo, girándome hacia él.

- Pero ya te bañaste, probablemente tengas que volver a ponértelo. -

- Probablemente si... -

- Y probablemente necesites una mano. -

Mientras dice estas palabras, sin embargo, no me mira. Sigo su mirada y descubro que está mirando a Adam frotar protector solar en los hombros de Camila.

¿Me lo pidió simplemente porque ellos también lo están haciendo?

Probablemente si.

- Eso creo, ven. -

Llegamos frente a mi bolso y tomo mi crema. Después de ponérmelo en piernas y brazos se lo paso a Manuel.

Mientras mueve mi cabello hacia un lado para no ensuciarlo, sus dedos tocan mi cuello y esto es suficiente para enviar escalofríos de placer por todo mi cuerpo.

- ¿ Viste la foto que te envié? - me pide un segundo antes de comenzar a mover sus manos sobre mi espalda.

La sensación de sus manos sobre mi piel y la sonrisa que imagino que tiene en su rostro ahora mismo me hace sentir cosas que no debería sentir.

Al menos no con él...

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