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Capítulo 2

- ve a su último guardaespaldas, lamentablemente está en coma, era muy bueno en su trabajo pero... Había creado un vínculo demasiado confidencial con ella... ¡Espero que seas más profesional!- Asiento seriamente - si,

somos unos

pros de dios- dice mi amigo antes de pedir toda la carne a la brasa con guarniciones mixtas

- ¡Entonces para mí también te contratan inmediatamente! ¡Tus referencias hablan por ti! Te llamo ¿vale?- me pregunta cortésmente

- claro- le digo tratando de mantener la calma

- ¿hay algo que quieras saber? ¿Alguna pregunta?- me pregunta después de tomar un sorbo de vino

- Solo quiero saber por qué esta atención hacia su hija y no hacia ella-

-¡muchos están enojados conmigo, y tratan de pegarme a través de ella!-

- Lo entiendo perfectamente. No te preocupes mucho- le digo mientras nos traen el almuerzo

Suena el celular y se pone el altavoz, y una voz femenina se expande en la habitación

-Papá!! ¡¡Thiago ha despertado!!-

-vale cariño, si, escucha te mando a alguien, tu nuevo…- no termina la frase que la línea se va

-perdón era mi hija, al parecer su ex guardaespaldas si se está recuperando del coma, pero no te preocupes, el trabajo es tuyo, tiene que descansar al menos un año, si quieres te lo muestro, tengo una foto... ¿Lo conoces? !- nos pregunta mostrándonos la foto de este Thiago

Miro atentamente la foto para entender qué pudo haber encontrado en este hombre y le devuelvo el teléfono a su dueño.

- Puedo ir a buscarlo. Es importante que nos conozcamos enseguida-

Manuel me mira asombrado pero no dice nada

-¡claro! ¡Está en este hospital!- me dice con calma-

Yo diría señores, los dejo terminar su almuerzo mientras yo me pongo a trabajar. No te preocupes, sé cómo doblegar a la gente si no hace lo que quiero- le digo con dureza mientras me levanto

-¡Leandro!- me llama mi amigo afuera del club

-¡No te veo lúcido! ¡¿Qué pasa?!- me pregunta serio

- pero nada tranquilo amigo! ¡Iré a verte a la agencia!- le digo dejándolo sin palabras y corro hacia el auto para llegar a la clínica donde está atendiendo al querido Thiago.

Estoy clavando mis dedos en el volante porque estoy seguro de que no le agradará tener otro guardaespaldas.

¿Y si pasa algo con ese Thiago que no sé?

No es que me interese, pero está claro.

llego y veo por detras a una chica morena que esta resoplando al telefono y debo decir que no esta mal y cuando entiendo que es la senorita Maria Antonela todavia lo esta.. que buen dato!

cuanto nos vamos a divertir

María Antonella

Desconecto mi celular y me giro hacia Thiago quien me sonríe débilmente, verlo hacerlo bien no tiene precio para mí.

-¡Me encontraron otro perro guardián!- le digo mientras me siento y tomo su mano suavemente

- pero nadie será tan guapo y bueno como yo- me guiña un ojo lo mejor que puede, me río

y lo beso en la mejilla

-absolutamente guapo nórdico mi!, bromas aparte de todos modos, estuve tan mal por lo que te pasó, ¡lo siento mucho Thiago!- -

en realidad no es tu culpa- dice ella con aprensión

- ¿Oh, no? Recibiste una bala para protegerme así como...- no puedo terminar la oración se me hace un nudo en la garganta

- entiendo bebé no te preocupes.. de todos modos los chicos me dijeron que uno de la fiesta no pagué alguna deuda con gente no recomendada y al ver que te protegíamos reaccionaron-

-Entiendo, perdón es mi padre llamándome... Uf!!!.. vuelvo descansado mañana!-

lo saludo y salgo del hospital, mi padre dice que me sermonea y resoplo y luego me doy la vuelta y veo a un hombre salir de una camioneta negra y venir hacia mí.

Me quedo inmóvil, no puedo mover un solo músculo de mi cuerpo, es hermoso, hermoso, Thiago también lo es pero tiene un encanto casi animal.

Es alto y musculoso, su cabello llega hasta los hombros y es castaño claro, su rostro es perfecto y sus profundos ojos castaños oscuros me hechizan, ¿quién es él?

Pero siento algo extraño, como una sensación de peligro, como si fuera un animal salvaje y peligroso.

Señorita Evans, soy Leander, su nuevo guardaespaldas. Verás que conmigo realmente te sentirás cómoda y segura- dice mientras me abre la puerta

-¡hola! ¿A qué te refieres con Really Safe? - le pregunto cruzando mis brazos sobre mi pecho, que tipo tan arrogante

- bueno como el chocolate Raffaello no sabía hacer su trabajo - dice enojado

- y si lo llamo así porque uno en el trabajo no tiene que seducir al cliente porque si haces eso es como un chocolate que uno lleva al otro y quién sabe con cuantos hizo esto- me río en su cara - bueno ¡Os aseguro que es un excelente guardián

del

cuerpo! Me defendió y salió perdiendo, así que que sea la última vez que hable de él para que quede claro! ¡Ni siquiera lo conoce!- le digo irritada, pero ¿cómo se atreve-

piensa en subir y colaborar o alguien más, pobre víctima, debe ser asesinado por tu mano?- dice con dureza

-no debería haber dicho eso... yo...-

le doy la espalda y camino mientras las lágrimas corren por mi rostro, mi padre lleva años acusándome de la muerte de mi madre, luego del coma de Thiago, ahora nos lo perdimos solo este insensible que juzga a las personas sin siquiera conocerlas, pero que se joda

Me siento agarrado del brazo y termino con la espalda contra la pared y por un momento jadeo de miedo

- Juré protegerte y lo haré con mi vida. Ven conmigo y déjame hacer mi trabajo. Intuí que tu padre no quiere que alguien te proteja sino que te impida ser tú mismo. Vamos- extiende su mano y yo la miro fijamente y no sé por primera vez qué hacer, si seguir mis instintos y sensaciones o si salir corriendo.

¿Por qué mi vida es así?

-¡OK! ¡Así es, ella solo está haciendo su trabajo!- No le doy la mano pero me acerco a su auto y me siento. Ella se une a mí y después de colocar correctamente el espejo frontal

y mirarme por última vez, salimos del estacionamiento de la clínica. para volver a mi casa

no digo nada, ni siquiera lo miro, aunque muchas veces siento su mirada sobre mí y me parece que me arde la piel

-¿quieres preguntarme algo? - le pregunto directamente mirándolo a los ojos

- Ya tendré tiempo de hacerte todas las preguntas no te preocupes. Y hablemos contigo. No soy tan viejo-

-¡vale! Aún así, ¿sabes que no necesitamos hablar? ¡Solo tienes que protegerme, no tenemos que ser amigos!- le digo mirando de nuevo el camino frente a mí

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