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Capítulo 2

- Valeria Carmen , si no te despiertas de inmediato recurriré a la vieja usanza, ¡balde de agua helada!-

Estos son los momentos en los que lamento amargamente la mañana de hace quince años, en la que me hice amigo de aquella dulce niña de ojos color avellana, que pronto resultó ser un pequeño demonio. Tomo la almohada y la abrazo a mi cabeza.

-¡Vete, Jess, déjame dormir!- mascullo, mi voz ahogada por la gruesa tela. Después de dos largas y estresantes semanas, tuve una noche tranquila. finalmente dormí. Quizás mis oraciones para tener una cara presentable para el baile de graduación hayan sido respondidas.

-Tenemos un día ocupado Valeria , esta noche participaremos en uno de los eventos más importantes de los Tres Estados, ¡tenemos que prepararnos!- gorjea alegremente, apartando la almohada.

-Dijiste bien, esta noche! Es muy temprano- me quejo - tendremos tiempo de sobra esta tarde- señalo exasperada.

Me ignora bellamente y abre las cortinas, dejando entrar la luz. Ya sé que nada ni nadie la convencerá de dejarme dormir.

-Aiden y Matt acompañaron a Mark a buscar ropa adecuada. ¡Nos pondremos guapas todo el día, con tratamientos de todo tipo! Descubrí que Sue es tan apasionada como yo, ¡verás que será divertido!- Está radiante.

Ay que suerte, pienso irónicamente. estoy en el infierno verdad? Me levanto todavía aturdido por el sueño, empujo las piernas hacia adelante como un zombi y me dirijo a la ducha, moviéndome mecánicamente como un autómata. No sé lo que me espera, pero una cosa es segura: no me gustará.

Jess ha estado vigilando mi habitación para evitar que me duerma, y después de un rato Sue también llega, con una gran bandeja de desayuno.

-Mejor coman aquí chicas, en el comedor quizás nos falte algo, mi madre es una sabueso. Le pedí el día libre, le dije que pasaríamos una mañana con las chicas y esta noche la convencí de tomarse la tarde libre- explica satisfecha y cómplice.

Comemos lo que Sue trajo. Son eufóricos, incontenibles. Planean nuestro día palabra por palabra, uno termina las oraciones del otro.

Pero digo, con tantas chicas para hacerse amiga, ¿Jess realmente tenía que encontrar su pareja? Y por parecido me refiero a víctima de la moda y de los tratamientos de belleza más dispares. Parecen gemelos separados al nacer.

Antes de comenzar con las torturas que estoy seguro querrán infligirme, la convenzo de que necesito salir a caminar.

-¡Si no regresas en exactamente una hora, vendré a buscarte!- me amenaza mi amigo.

Pongo los ojos en blanco -Adelante, Valeria , mientras tanto prepararemos las cremas y los tratamientos- Sue sonríe, al menos ella, a diferencia de Jess, es dulce y complaciente...

Decido alejarme lo más posible de la jubilación. Deambulando por las calles, llego nuevamente a la plaza del pueblo y cuando llego a los bancos cerca de la iglesia, veo a Nora sentada en uno de ellos.

- Valeria , ¿qué haces aquí sola?- me pregunta sonriendo.

-Hola Nora, estaba dando un paseo, antes de dejarme torturar por los tratamientos de belleza de Jess y Sue- explico desmoralizada.

Ella se ríe con ganas - eres tan hermosa, no necesitas tratamientos de belleza pero tu amigo parece un tipo muy terco - se ríe, habiéndola enmarcado bien.

Me siento a su lado - oh créeme, no sabes cuánto... ¡si no vuelvo en exactamente una hora, todo el país se pondrá patas arriba! Pero es mi mejor amiga, no podría vivir sin su exuberancia, nos complementamos - una sonrisa espontánea asoma a mis labios, por mis palabras se nota muy bien cuánto amo a Jess y Nora también lo nota.

Sin embargo, lo que he dicho parece entristecerla.

-Lo siento, no quería entristecerte así- Recuerdo que ella también dijo que tenía una mejor amiga, Corinne Calderon. Su desaparición no debe haber sido fácil para ella...

- Ay no niño, lo que lees en mis ojos no es tristeza, es solo melancolía. Sé que Corinne está viva, lo siento, está en alguna parte. Algo grave debió empujarla a marcharse- dice, mirando pensativa la plaza. Ella parece muy segura de sus palabras.

-Pues seguro que es así entonces, en el fondo la conoces bien y creo que cuando hay un lazo fuerte entre dos personas, estés donde estés, siempre sentirás si pasa algo malo...- No digo esto para consolarla, la noche de la muerte de papá recuerdo exactamente el momento en que desperté aterrorizado en medio de la noche. Había sentido que algo terrible había sucedido, que una parte de mí había sido arrancada de mí y estoy seguro de que si algo les pasara a Jess y Aiden, sentiría lo mismo.

Asiente con firmeza -Sabes, a veces me recuerdas a ella. Tú y esa chica, Jess, me recuerdan a nosotros a tu edad. Corinne era extremadamente amable y dulce, podía parecer débil pero por dentro escondía una fuerza y una determinación increíbles. Y cuando ella sonreía no tenías escapatoria, podía obligarte a hacer cualquier cosa con esa sonrisa, así que tan pronto como Christopher la vio se enamoró perdidamente de ella, se sumerge en los recuerdos. Empieza a hablar sin que yo se lo pregunte, como si se recordara a sí misma más que a contarme.

-Se mudó aquí con su familia a los dieciséis años. Entre nosotros fue amor a primera vista, creo que estaba destinada a ser mi mejor amiga. Al principio se mostró reacia a asistir a un Calderon, siendo una familia destacada, ella no aspiraba a nada de eso. Era tan terco que me tomó meses darle una oportunidad. Cuando por fin logré convencerla, solo una noche en su compañía fue suficiente para enamorarse sin reservas- tiene un aire soñador -amores como los de Christopher y Corinne son raros.-

La miro en silencio. La forma en que habla de eso me cautiva. Me hubiera encantado ver todo esto, tal vez se amaban como mis padres...

-Se comprometieron y después de terminar sus estudios se casaron. Querían tener un hijo y Corinne estaba tan feliz que Christopher la trataba como a una princesa. Tuvieron una vida perfecta. A menudo iba a verla, verla tan radiante me calentaba el corazón. Luego ese terrible accidente...- se estremece.

-¿Te refieres a la muerte del señor Calderon?- Pregunto embelesado con la historia pero trato de no mostrar excesiva curiosidad, no quiero hacerla sospechar, ya es una fortuna que espontáneamente me digas estas cosas; Me había decidido a preguntarle por Corinne tarde o temprano.

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