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Capitulo 1 - Mascarada (I)

Kai Metzler.

Mascaras

Es todo cuanto observo a mi alrededor, hombres y mujeres ataviados con elegantes trajes de gala, unos más elegantes que otros, vestidos sexys que dejan a la vista mucha más piel de la que deberían mostrar y sus rostros enmascarados que ocultan la identidad de los presentes, que tanto nos preocupamos por esconder, la música de fondo sugestiva, envuelve mis sentidos obligándome a que caiga en la tentación, al placentero pecado que se exhibe alrededor y me invita con sutileza.

Una mujer con una hermosa y ornamentada mascara plateada pasa junto a mí, un par de ojos verdes me observan con picardía mientras su mano se desliza sobre mis hombros, recorriendo toda la anchura de los mismos con sus largos y delicados dedos, sonríe ampliamente al terminar el recorrido por ellos y continúa su andar, no sin antes dejarme un guiño, una clara invitación a que le intereso, mis ojos se desvían a su espalda donde un amplio y largo escote deja mucho a la imaginación.

Sonrió, sintiéndome como un pez dentro del agua, me giro para ir a la barra, una vez barro el resto del salón principal que se encuentra a reventar, esta noche hay muchos invitados, al posar los ojos en la barra mi mejor amigo espera junto a su cita de turno. Ambos lucen como personajes de un cuento, mi colega elegantemente vestido con una máscara que cubre la mitad de su rostro, es negra y blanca con detalles en plata, la rubia que lo acompaña esta noche, lleva un hermoso y sexy vestido de seda color verde que deja al descubierto parte de su abdomen y la curva de sus prominentes pechos, a diferencia de mi mejor amigo, la rubia lleva una máscara plateada con detalles en negro, muy similar a la que el usa por ser su invitada.

– una gran noche ¿no te parece? – comenta mirando a su alrededor, mientras la rubia deja besos en la comisura de sus labios con sensualidad.

– Totalmente – digo haciéndole señas al barman que se acerca a mi e inclina su cabeza como un saludo – un whiskey doble por favor – me giro para contemplar a la hermosa mujer que lo acompaña hoy y perderme en el tono canela de su espalda expuesta – lindo vestido – le aseguro paseando mi mirada por su cuerpo.

Ambos ríen pero es ella quien responde coqueta

– gracias, linda mascara – responde divertida, guiñándome uno de sus preciosos ojos mieles.

Muy pocos somos los que nos conocemos aquí dentro, las máscaras son precisamente para mantener el anonimato de los invitados y los clientes que frecuentamos este local, mi socio y mejor amigo ha llegado junto a mí y su acompañante por lo que ha sido fácil reunirnos, a veces nos toma un poco encontrarnos en medio de tantas personas usando mascaras.

Aunque todos sabemos que al salir por esas puertas es muy posible que incluso reconozcamos a algún familiar entre los asistentes. Esta noche es especial, es noche de luna por lo que hoy podíamos traer a un invitado extra, razón por la cual mi mejor amigo esta con esta hermosa mujer y por lo cual el local está a reventar. Un par de veces al mes, se hacen eventos especiales donde puedes invitar a alguien, siempre y cuando seas miembro y cuentes con el suficiente dinero como para pagarte una buena posición dentro de los juegos.

Muchos toman todo esto a la ligera, muchos han sido víctima de escándalos por hacer cosas realmente estúpidas en locales como este, yo por el contrario prefiero mantener estas prácticas en secreto, soy muy discreto y prefiero lugares así de exclusivos donde solo personas con muchísimo dinero o influencias podrían entrar. Soy un tipo demasiado influyente e importante como para que se sepa algo como esto, sería un gran escándalo que el magnate más importante en el área de la tecnología tenga practicas inadecuadas, aunque estas son inadecuadas para personas cortas de mentes y cerradas.

Si algo como esto llegara a saberse mi posición se vería seriamente afectada, mi empresa, mi prestigio y todo un mundo de la tecnología podría derrumbarse si se llega a saberse este perfecto secreto, muy bien guardado.

Me giro para contemplar una vez más la sala y ver las hermosas mujeres que se pasean entre la multitud, sus vestidos exhiben sus atributos, resaltando los aspectos más llamativos de sus anatomías, en una esquina semi oscura dos hermosas, sexys y voluptuosas mujeres con muy poca ropa sobre su cuerpos, están entrelazadas en un apasionado beso que me hace sonreír, aún es temprano por lo que lo realmente estupenda de este lugar apenas está por comenzar.

– Daré una vuelta, nos vemos al rato en el reservado – le comento a mi colega, que simplemente asiente mientras besa el cuello de su acompañante, demasiado ocupado como para si quiera mirarme.

Mientras me adentro más y más en el interior del recinto el ambiente cargado y semi oscuro activa mis sentidos y mis deseos dormidos, varias manos rosan mi cuerpo, toqueteando mi espalda, mi pecho o mi abdomen, es una caricia suave, sugestiva, a veces son mujeres otras pocas alguno que otro hombre, aquí está permitido todo, al momento que entras aceptas la condición de que cualquiera se acerque a ti, sin importar su sexo, ya que aquí puedes hacer tus deseos más oscuros realidad.

Pero cada quien pone sus límites, no me molesta que me toquen, me tiene sin cuidado, de todas formas en el salón principal solo está permitido tocar el torso de las personas, giro en el pasillo de la derecha, después de dejar tras de mi un montón de personas interactuando en mitad del salón principal, donde básicamente puedes pillar a alguien que te guste y acercarte a él o ella, cruzo una cortina de terciopelo rojo que cuelga del techo cerrando parcialmente la entrada de uno de los pasillos que conduce a otra estancia.

Mi reflejo en las paredes a mi alrededor acompaña mi andar tranquilo, los espejos de las paredes, le dan un toque ligeramente siniestro a estos pasillos, ya que están vagamente iluminados por una luz color violeta, observo mi reflejo detallando mi aspecto, me hace sonreír, me gusta mucho la máscara que llevo puesta hoy, es un diseño muy sencillo, solo deja que se vean mis ojos, el resto de mi cara está completamente oculta debajo de una máscara totalmente lisa y de color dorada, asemeja mucho a las máscaras que utilizan en el teatro.

Debajo de esta mi sonrisa se ensancha porque ha sido una gran idea venir con el rostro completamente cubierto, es primera vez que uso una de estas, no son tan comunes y me da un aire muchísimo más misterioso de lo que suelen darle a las personas las máscaras convencionales.

La mayoría prefiere estar parcialmente cubierto, suelen ser mascaras tipo antifaces ya que si deseas besar a alguien no tendrías ningún impedimento, pero con una máscara que te cubre el rostro completamente tendría que retirarla y eso dificulta las cosas al momento de llegar a quedar con alguien, pero para noches como esta, me funciona bastante bien, solo he venido con un propósito relajarme y olvidar el largo día que he tenido en la oficina y el que me espera el día de mañana.

Una vez llego al final del pasillo cruzo a mano izquierda y me recibe otro ambiente, uno en el que debo acostumbrar a mis ojos a la poca iluminación, el aroma a sexo es perceptible desde que pones los pies en el, además de los gemidos que en esta área siempre están presentes, solo que aquí suelen variar la decoración y el ambiente hoy luce una interesante, al estilo romano, sonrió porque honestamente es muy excitante.

La estancia está llena de mesas con algunos bocadillos, una mesa al final de la misma tiene todo el contenido que tendría una mesa en una gran celebración romana, a su alrededor algunas personas se pasean comiendo una que otra cosa o simplemente disfrutando de la insinuante decoración y las mujeres vestidas para la ocasión.

Sobre otra mesa a mi izquierda una mujer de piel canela llama mi atención, lleva solo una tela que apenas tapa sus pechos y su intimidad, tiene un cuerpo realmente hermoso y voluptuoso, tiene un elaborado peinado que recoge su cabello castaño en un moño, despejando por completo su rostro, que está también cubierto por una máscara, el resto de su cuerpo está cubierto de distintos tipos de postres, desde tartaletas de fresa hasta cupcakes decorados elegantemente, me acerco y curioseo un poco, solo matar las ansias de devorar su cuerpo, no soy de comer muchos dulces, pero el tono de su piel me ha llamado.

Después de deleitarme y saciar mi curiosidad con sus curvas dirijo mi atención hacia la esquina opuesta donde una mujer ataviada con los clásicos ropajes de la antigua roma, sostiene una cadena en una de sus manos, el otro extremo está atada al cuello de un hombre que anda a cuatro patas y tiene una máscara de un cerdo, sonrió levemente con ese grotesco fetiche, pues cada quien tiene sus gustos y sus costumbres.

Los míos en particular son más refinados, mas íntimos y especiales, aunque seguramente para el resto del mundo estoy seguro que pensarían lo mismo que pienso del sujeto con cabeza de cerdo, continuo paseando por la sala, buscando alguna cosa que pille mi interés hasta que me topo con una mujer que se deja caer de unas telas que penden del techo, obligando a detenerme frente a ella, su cuerpo pende contorsionado justo frente a mí, se impulsa hacia mi cuerpo y desliza el suyo contra el mío, acariciándolo, rosando con extrema sensualidad.

Es una mujer hermosa, puede verse sobre todo el montón de maquillaje que lleva en el rostro, rio suavemente porque no hay nada más sexy que una mujer sencilla y natural. La sexy gimnasta recorre mis brazos con sus manos y acerca su rostro al mío dejando un beso sobre los labios de mi mascara y vuelve a trepar hacia arriba con gran agilidad. Sus caricias aunque muy sugerentes no han servido de mucho, me giro para continuar el recorrido, solo paseo por el área, no hay mucho que hacer aquí, al menos no por ahora.

Hasta que mis ojos se posan sobre una mujer de piel morena, con caderas prominentes, enormes pechos descubiertos por completo y una cintura estrecha, en su cuello un collar de cuero me deja saber su condición de esclava, mi sonrisa se ensancha debajo de la máscara, quizás encontré lo que buscaba, camino hacia ella sin apartar los ojos de su estupendo y exótico cuerpo, el color de su piel en serio es increíble, la rodeo estudiando su silueta, ella desvía sus ojos y mira al suelo, como toda buena sumisa, al colocarme frente a ella, su cabello rizado esta alborotado alrededor de su rostro, le cae hasta las hombros decorando su lindo rostro y haciéndola aún más exótica, sus labios son carnosos y gruesos, sus nariz es fina y sus ojos son grandes y de un negro tan oscuro como la noche.

Roso mis dedos sobre su piel para confirmar si es tan suave como se ve y al tacto es aún mejor de lo que imagine, me acerco a ella e inhalo su perfume, huele a coco, a selva a placeres salvajes que solo alguien con sus características físicas puede evocar, sin poder evitarlo sonrió, a su lado otra mujer con muy poca ropa mira al frente, de pie, firme como si se tratara de alguna especie de militar, esperando para hacer algún negocio.

– ¿Cuánto por ella? – pregunto, acercándome a la mujer que resulta ser igual de hermosa que la morena, ella me estudia de pies a cabeza y vuelve a mirar al frente.

– ¿Cuánto estas dispuesto a invertir? – su voz seductora me hace reír suavemente y observo una vez más a la morena.

Ser quien soy me hace muy bueno en esto de negociar, además tengo buen ojo para las cosas de calidad y que me traerán el suficiente placer, dinero o éxito, dependiendo de lo que busque en el momento y justo ahora estoy bastante necesitado de placer y estoy muy segura que esta hermosa chica cumplirá con todas y cada una de mis expectativas.

– tres mil – la mujer se gira para verme sorprendida por la suma tan elevada que dejo salir sin pensarlo mucho, sus labios dibujan una enorme sonrisa y asiente volviendo a fijar su mirada al frente

– haces una apuesta elevada

– Creo que lo vale – respondo con suficiencia observando ala morena, que en ningún momento ha hecho contacto visual o ha abierto su boca para decir algo – se diferenciar cuando algo o alguien es de calidad – la mujer sonríe aún más y repite el gesto de asentir

– ¿disfrutaras de ella aquí? – pregunta mirándome esta vez seria, niego con la cabeza y señaló el final de la estancia donde unas rejas dividen el ambiente, su sonrisa se ensancha y observa a la morena – oh Atalaya le encanta jugar duro – asegura acercándose a ella, dejando una sonora y fuerte palmada en una de sus nalgas desnudas, sonrió al ver la expresión de placer en ambos rostros, en definitiva esta noche promete.

La mujer encargada del negocio quita la cadena del cuello de la more y se aparta un poco de su cuerpo coloca una de sus manos en su espalda baja y le da un ligero empujón en mi dirección, la chica camina hacia mí con sus ojos mirando siempre hacia el suelo

– saluda a tu nuevo amo – le ordena con severidad y obedientemente la chica se inclina ligeramente, extiende sus manos y sostiene una de las mías, la acaricia con cuidado y luego las lleva a sus carnosos y gruesos labios.

– Úseme bien mí señor – murmura pegada a mi piel y un escalofrió de pura excitación recorre mi columna, cuando escucho su tono de voz ronco, seductor, tentando mi necesidad.

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