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5. ¿Qué Paso?

Tres días después, junio 24

Como cada día, bajamos al gimnasio del edificio juntos; se nos ha hecho una rutina ejercitar juntos. Según ella, yo soy un gran entrenador personal, pero la verdad de todo es que ella tiene un estado físico increíble. Abro la puerta y le dejo entrar.

—Gracias Fran, siempre tan caballeroso tú.— Dice sonriente —Tú dirás... ¿Qué hacemos hoy? Eso sí, ten piedad hoy es sábado.— Me advierte y no puedo más que reír de sus muecas.

—Lo sé, además tenemos la fiesta de cumpleaños de Pedro, ¿Vienes? ¿No?— Le pregunto mientras preparo las pesas en la prensa piernas.

Ella se acomoda boca abajo en la maquina y engancha sus piernas en el pasante. —Sí, no puedo fallarle a Peter.— Responde mientras comienza a levantar el peso con la parte posterior de sus piernas.

—Se muere si no vas.— Bromeo, pero ella estira un brazo y me da un leve golpe.

—¡Cállate!— Me exige.

Rio ante su reacción y me agacho frente a ella y sujeto sus manos —Sabes que llevo razón. Lleva enamorado de ti desde hace tres años y tú nada de nada... además, ahora que te vea con el trasero así de trabajado se morirá.— Bromeo y me mira de tal manera que ya debería estar muerto aquí mismo.

—¡Que yo hable te tu trasero está bien, lo hace medio planeta después de tus fotos para esa revista... pero, tú no vengas a hablar de mi trasero!— Me grita y luego ambos nos reímos de su comentario.

—Es para que veas lo que se siente.— Le explico. —Ahora ya, es mi turno... has hecho más de quince.— Digo refiriéndome a la sesión y cambiamos puestos.

—¿Cómo es que sabes que Pedro esta enamorado de mi?— Me pregunta con sus brazos en jarra mientras me mira ejercitar.

—Porque no me deja de preguntar por ti cada vez que lo veo. Además, me ha insistido mil veces de que me asegurara que fueras a la fiesta.— Le explico.

—Franchesco, yo no estoy para tener nada con nadie ahora...—

—Yo no te he dicho que tuvieras nada con él.— Aclaro —Quince. Te toca.— Digo y me levanto para volver a cambiar. —Además, Pedro no es tu tipo.— Añado.

—¿Por qué dices que no es mi tipo?— Pregunta mientras se acomoda en la maquina.

—Eres muy divertida para un tío tan aburrido como él.— Respondo muy seguro y ella me mira entrecerrando sus ojos.

—¿Quieres buscarme el tío correcto? Creo que tú sabes mejor que yo lo que es bueno para mi.— Propone.

—¿Es en serio?—

«No puede estar pidiéndome eso...»

—Claro que no Franchesco. Además, ya lo tengo decidido.— Sentencia y no entiendo nada.

—¿De qué hablas?— Pregunto mientras que por última vez cambiamos de lugar.

—De que no me volveré a enamorar por un largo tiempo. Voy a buscarme tipos que estén muy buenos y me divertiré con ellos; eso es lo que hare.— Dice muy segura y no entiendo donde ha quedado la chica buena.

—Vaya... ¿Quién lo diría? ¿Es decir que te follaras a cuanto tío bueno que se te cruce?— Pregunto algo preocupado.

—Algo así.— Responde firme.

—No sé si me agrada mucho la idea...— Le admito y ella me mira como diciéndome "¿Y a mí qué?"

—No te tiene que agradar. No eres mi hermano, ni mi padre, ni mi novio, ni nada de todo eso... solo eres mi amigo.—

—Solo quiero cuidarte Dana.— Le aclaro. —Hay mucho pervertido por ahí suelto y créeme que no querrán simplemente follar contigo.—

—¿Y que querrán?— Me pregunta a modo de reto mientras me levanto de la maquina.

—No me lo quiero ni imaginar...— Me limito a decirle. —Hagamos tres sesiones de con esta y vamos al piso a almorzar. Y por favor, no me cuentes de esos planes a mí.—

No quiero ni imaginármela de una cama a la otra con tipos completamente desconocidos... Esa no es la manera de quitarse el despecho.

[...]

Horas más tarde...

—¡Dana! ¿Puedes darte prisa? Llegamos tarde a la fiesta.— Le pido una vez más.

—¡Ya salgo!— Exclama y me siento nuevamente en el sofá a esperarla.

Una vez más los minutos vuelven a correr rápidamente, hasta que finalmente escucho la puerta de su cuarto abrirse y la veo salir —¡Wow!— Digo sorprendido al verla con ese vestido híper corto color negro que se ajusta a su figura.

—¿Te gusta?— Me pregunta y da una media vuelta para que vea su espalda totalmente descubierta.

—Depende para que.— Me limito a responderle.

—¿Qué quieres decir?— Pregunta acercándose a mí.

—¿Tu plan comienza esta noche?— Pregunto serio mientras me pongo de pie.

—¿Quién sabe? Lo único que sé es que estoy harta de pasarla mal. Quiero demostrarle a ese idiota lo que se ha perdido.— Dice y camina para salir de piso.

Sigo sus pasos rápidamente y cierro la puerta con llave detrás de nosotros —¿De qué hablas?— Pregunto mientras caminamos hacia el elevador.

—Como padrino de despecho, deberías de apoyarme en esto.—

—¿En qué?—

—En mi plan... necesito olvidarlo.— Me explica y la entiendo perfectamente a mi también me cuesta mucho olvidarme de Cintia.

—Vale, te ayudare... y creo que seguiré tus consejos, yo también necesito olvidarme de ella.— Digo más o menos convencido mientras subimos al elevador.

—¡Vamos a liarla esta noche!— Exclama entre risas.

—Si tú lo dices...— Comento y solo puedo reír de su entusiasmo, aunque sigo sin estar muy convencido al respecto...

[…]

El área VIP de la discoteca está abarrotada de gente, tomo a Dana de la mano y caminamos entre el gentío hasta que vemos a Pedro parado enfrente de la barra. —¡Feliz cumpleaños!— Exclamamos los dos y los saludamos.

—¡Gracias!— Dice entusiasmado y toma a Dana de la mano para alejarla un poco y apreciar la vista. —¡Pero mira lo guapa que te ves!— Le dice recorriendo su figura lentamente.

Ella sonríe y mueve su cabello de manera exagerada —Gracias.— Dice y luego se suelta de él.

—¿Qué tomas Dana?— Interrumpo.

«Lo único que me falta es tener que estar aquí de celestino...» —Lo que tú quieras, pero que sea fuerte.— Propone mientras apoyo mis brazos en la barra y ella imita mi posición pegada a mí.

—¿Acaso es un reto?— Pregunto con una media sonrisa.

—¿No me invitan al reto?— Interrumpe Pedro.

Dana lo mira no muy confundida y le da una dudosa sonrisa —Creo que te buscan...— Dice de la nada y mira hacia atrás de Pedro.

Ya me doy cuenta de lo que habla...

—Hola guapo.— Dice una mujer rubia de curvas exageradas y con casi nada de ropa puesta. —Tus amigos me han dicho que es tu cumpleaños...— Le dice de manera sensual y prácticamente se lo lleva a rastras.

«Genial...» Pienso de manera sarcástica.

—¿En que estábamos?— Me pregunta ella entre risas.

—En tu reto...—

—Ya que el cumpleañero la pasara muy bien esta noche... nos toca hacer lo mismo.— Comenta mientras se para de una manera bastante provocativa contra la barra.

—Jordana... no tengo ganas de agarrarme a golpes con nadie esta noche; párate bien.— Le regaño y ella ríe.

—¡Vamos Fran! Pide algo fuerte.— Insiste.

La miro como dándome por vencido y luego llamo al bar tender. —Una botella del vodka más fuerte que tenga, si es polaco mejor.— Le pido y agradezco que en esta discoteca están acostumbrados a recibir gente algo famosa.

—Vale.— Dice y a los pocos minutos regresa con la botella y dos vasos.

Pago la botella y me la llevo conmigo junto con los dos vasos. —Vamos allí.— Le digo a Dana señalando una mesa alta que hay en una esquina.

—Yo sirvo.— Propone y luego de que abro la botella ella sirve los dos primeros vasos. —¡Por los idiotas que nos han hecho daño!— Propone y chocamos los dos vasos para luego ingerir la bebida. —¡Mierda! ¡¿Qué rayos has pedido?! ¡¿Alcohol de farmacia?!— Me grita haciéndome reír como nunca.

—Tú me has dicho que pidiera lo más fuerte; ahora te aguantas.— Bromeo.

—¿Tú también te aguantaras?— Me pregunta y es un claro reto.

—No te dejare sola en esta...— Comento y ambos reímos.

—Creo que esta noche no terminara como esperaba...— Comenta mirando hacia donde están todos bailando con sus respectivas parejas y en el caso de Pedro con la rubia aquella.

—¿Y cómo era que esperabas que terminara?— Pregunto y termino el primer vaso. —¿En la cama con él?— Inquiero mirando a Pedro.

—No lo sé, pero no me voy a deprimir. Vamos a bailar.— Propone y después de terminar el primer vaso de vodka me jala hasta que llegamos a la pista y comenzamos a bailar al ritmo de "Hey Ma" de Pitbull, J Balvin y Camilla Cabello.

"Hey mama, hey mama, hey mama, hey ma'

I need you

Hey mama, hey mama, hey mama, hey ma'

Girl, it's getting hotter

I can't take much more

I need you

Hey mama, hey mama, hey mama, hey ma'

I need you"

Se mueve contra mi e improvisamos movimientos cubanos, cosa que obviamente no se nos da bien, pero no podemos más que reírnos de nosotros mismos y pasarla bien.

—Estamos haciendo el ridículo.— Le digo al oído mientras se mueve de manera provocativa contra mi cuerpo.

—Está permitido.— Dice acotando el titulo de una de las canciones que escuchamos siempre y se da la vuelta para quedar de frente a mí.

Sonriendo ante sus palabras, la tomo por la cintura y nos seguimos moviendo sin importarnos el que dirán. —¡Tengo sed!— Exclama y nos detenemos tan solo un instante para servirnos otro vaso de vodka y beberlo mientras que seguimos bailando al ritmo de la nueva canción que ha puesto el DJ.

—¿Salsa?— Pregunto al escuchar el ritmo de la canción y ambos nos miramos como diciendo "sigamos con el ridículo."

Ya a este punto no sé ni que estamos bailando, solo se que la botella de vodka esta casi vacía y que ella apenas puede mantenerse en pie. Sus tacones ya están al lado de la mesa y yo intento que no se caiga, pero tengo la sensación de que todo me da vueltas. Miro el reloj, pero los números son borrosos...

—Vamos a casa.— Le propongo, pero ella solo quiere seguir bailando.

—¡Un poco más!— Exclama y me atrapa entre sus brazos.

[...]

Un horrendo ruido me hace salir del espacio en negro en donde estaba y al abrir mis ojos me doy cuenta de que estoy en mi cuarto «¿Cómo llegue aquí?» Se me parte la cabeza...Miro a mi alrededor y no puedo creer lo que estoy viendo a mi lado izquierdo de la cama...

Levanto la sabana y simplemente me siento en la cama reprochándome el haber bebido tanto. —¡Dana!— Exclamo y zamarreo su brazo para que abra los ojos.

No puede ser... no... nos pudimos haber enredado…

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