Capítulo 2
-Casique? ¿Eres hija del regidor?- Preguntó y bajando la cabeza asentí, mi padre nunca había hablado de mí. "No sabía que tenía una hija, de todos modos, soy Clarke Griffin" Le sonreí, me levanté del suelo y volví a mirar alrededor.
La rubia hizo lo mismo que yo y cuando se dio cuenta de que todos se dirigían a la escotilla de salida, ella también se acercó. Bajé las escaleras para seguir a Clarke y la escuché gritar. -¡No! ¡Detener! ¡El aire puede ser tóxico!- Dijo cerca del guardia.
-Si el aire es toxico moriremos de todos modos.- Dijo el guardia listo para abrir la escotilla. Me acerqué a ellos pasando entre la gente y cuando me detuve una chica me empujó.
-¡Bellamy!- Gritó abrazando al guardia. Y mientras los dos, que parecían no haberse visto en mucho tiempo, muchos dijeron frases como "Es la niña que se encuentra en el piso". y no podría estar más confundido.
-Dios mío, has crecido.- Dijo el guardia que al parecer se llamaba Bellamy. La chica le tocó la chaqueta preguntándole por qué la tenía, probablemente no sabía de su trabajo. -Me lo puse para subir al barco, alguien tendrá que estar pendiente de ti.- Dijo sonriéndole y luego abrazándola.
-¿Dónde está tu pulsera?- le preguntó Clarke pero la chica la atacó diciendo:
-¿Te importa? Hace un año que no veo a mi hermano, ¿eh?- Dijo pero antes de decir algo más alguien gritó.
-¡Nadie tiene un hermano! ¡Ella es Octavia Matínez la niña que encontraron debajo del piso!- Ante esa frase noté la ira en los ojos de la niña. Bellamy la detuvo antes de que pudiera patear a quien dijo eso y le dijo algo al oído.
Al segundo siguiente, abrió la escotilla y Octavia salió de la cápsula, exhaló el aire fresco, levantó los brazos y gritó. -¡Regresamos cabrones!- Ante esa afirmación llenos de felicidad y entusiasmo todos abandonaron la nave espacial.
Me quedé quieto esperando que todos salieran escupiéndome levemente y me quedé a observar la naturaleza. Era exactamente como lo imaginaba, completamente verde y brillante. El aire era tan diferente al que respiraba todos los días en el arca, parecía más fresco o tal vez solo era una impresión. Con las piernas temblorosas bajé del barco y di un pequeño salto para tocar tierra firme, estaba suave y húmedo. Caminé quién sabe hacia dónde mirando alrededor, algunos árboles se habían quemado después del impacto pero mejor para nosotros porque hubiéramos tenido más espacio.
Miré a la tierra, estaba solo, aquí parecía que todos tenían al menos un amigo pero al menos yo era inteligente y me hubiera salido con la mía de todos modos. Algunos ya estaban formando grupos y noté que uno de ellos se acercaba a Clarke Griffin, los dirigía un chico de pelo largo con una rama larga en la mano. Yo también me acerqué a la rubia para escuchar mejor la conversación que estaba a punto de tener lugar. El amigo de Clarke apareció para atacar a un chico con lentes tontos y el chico a cargo del grupo llegó justo a tiempo para defenderlo. -Déjalo en paz, es uno de los nuestros.- Dijo.
-Solo intento averiguar dónde estamos.- Dijo el amigo de Clarke mirándonos a todos.
-Estamos en la tierra, ¿no es suficiente para ti?- le preguntó Bellamy quien estaba al lado de su hermana Octavia.
-¡Mi padre dijo que tenemos que encontrar Mount Weather! Debería ser nuestra prioridad- Dijo e inmediatamente entendió que era el hijo del Canciller Jaha.
-A la mierda tu padre, ¿de verdad crees que puedes gobernar? ¿Tú y tu princesita?- Preguntó Octavia en tono sarcástico quien mantuvo las manos en las caderas mostrando determinación frente al chico y mirando a Clarke cuando pronunció el apodo de "princesa".
- ¿De verdad crees que nos importa quién está a cargo? Tenemos que llegar a Mount Weather no porque el canciller lo diga, sino porque cuanto más avancemos, más hambre tendremos y más difícil será”, comenzó a decir Clarke con firmeza. -¡Hay kilómetros desde aquí hasta Mount Weather y si queremos llegar antes de que oscurezca tenemos que irnos ya!- Dijo tratando de ser lo más convincente posible.
-Tengo una idea mejor, ¿por qué no van ustedes dos? ¡Dejemos la ingrata tarea a los privilegiados!- Dijo Bellamy convenciendo a los presentes en un segundo. Todos estuvieron de acuerdo excepto el hijo del canciller que trató de arreglarlo pero sin éxito, fue atacado por el chico que lideraba el grupo de antes y comenzó una pelea. Por suerte, otro chico se interpuso en el camino.
-Solo tiene una pierna, ¿por qué no te desquitas con alguien como tú?- Preguntó el chico finalizando la pelea.
"Spacewalker, sálvame también ahora" dijo Octavia sonriendo al chico. Spacewalker, o como lo llamaban, le devolvió la sonrisa.
Finalmente hubo un momento de calma en el campo y lo pasé de pie, apoyado en la cápsula, mirando a Clarke buscar una solución. -¡Maria Manuela!- me llamó al verme. -¡Ven conmigo en busca del Monte Weather!- Dijo y me quedé impactado por su pedido.
Lo pensé durante mucho tiempo, pensé más en mi padre, que hubiera querido que hiciera todo lo posible para sobrevivir. -Vale, te acompaño.- le dije en tono firme. No habría cambiado de opinión, también porque era demasiado tarde para hacerlo. Me acerqué a ella para escuchar su plan y ella se acercó a nosotros, los Spacewalkers.
-Yo también agregaré.- Dijo pero el hijo del canciller, que por lo que había escuchado de Clarke se llamaba Wells, no estuvo de acuerdo porque éramos muy pocos así que Spacewalker tomó dos al azar del campo. Uno era el chico de antes con lentes extraños y el otro era un chico asiático. -¡Ya somos cinco!-
-¡Parece una fiesta! ¡Yo también voy!- Dijo Octavia quien acababa de llegar pero fue bloqueada por su hermano.
-Octavia que intentas hacer?- le pregunto y ella con un tono obvio dijo:
-Un paseo.-
Habíamos estado caminando en el bosque por un tiempo, todo fue fantástico, incluso si caminar una distancia tan larga fue difícil para mí. De repente, Octavia se acercó a Clarke y dijo algo en voz baja que pude escuchar. -Él es mío.- Dijo, muy probablemente refiriéndose a Spacewalker.
"No estaba interesada de todos modos", dijo Clarke mirándola. Octavia parecía satisfecha pero segundos después se giró hacia mí.
-También va por ti.- Dijo mirándome fijamente a los ojos. Me encogí de hombros haciéndole saber que no me importaba el chico.
-Ni siquiera sé su nombre.- dije mirándolo, estaba a unos centímetros de nosotros y hablaba en voz baja con el chico de las gafas. -Realmente no conozco a nadie.-
- Por cierto, ¿quién eres? Casi todos nos conocemos aquí.” Preguntó Octavia mientras se acercaba a mí.
-Maria Manuela Casique.- dije sintiéndome un poco avergonzada. Inmediatamente noté como su rostro y el de los demás se tornaron sorprendidos.
-¿Casique tiene una hija?- Preguntó a lo lejos el asiático.
-Al parecer si.- dije mirándolo. -Mi padre nunca habló de mí que yo sepa.- dije algo desilusionado por él.