Capítulo 6: La inspiración llega de la mano del amor

Los días se convierten en semanas y las semanas en meses. Estoy viviendo con Robert en la ciudad desde hace varios meses, y nuestro amor y pasión solo se han vuelto más fuertes. He estado luchando con mi escritura desde hace años, pero en la ciudad, he encontrado inspiración en los lugares y personas que he estado descubriendo junto a Robert.

Estoy trabajando en una nueva novela, y cada día me acerco más a su finalización. Esta tarde, mientras trabajo en mi novela en la pequeña mesa de la cocina, Robert llega a casa y se acerca a mí.

"¿Cómo va tu trabajo?" me pregunta mientras me besa en la mejilla.

"Va bien", respondo con una sonrisa en mi rostro. "Creo que he encontrado la inspiración que estaba buscando".

Robert se sienta a mi lado y me observa mientras trabajo. Siento como si pudiera sentir la pasión y la emoción que él puso en mi trabajo.

"Es increíble ver cómo tu amor y pasión se reflejan en tu escritura", me dice mientras me abraza. "Eres una verdadera artista". Sonrío y lo beso en los labios.

Sé que tengo a alguien que me ama y me apoya, alguien que está a mi lado sin importar qué. Esa noche, leo en voz alta lo que he escrito hasta ahora. Robert escucha con atención mientras su corazón se llena de amor y admiración por mí.

"Es hermoso, Iris", me dice cuando termino de leer. "Estoy seguro de que será un gran éxito".

Mientras seguimos hablando, me siento cada vez más atraída por Robert. Mi mirada se posa en sus labios y me acerco lentamente a su rostro, buscando sus labios. Cuando nuestros labios se encuentran, el beso es intenso y apasionado.

Robert se levanta y me toma en brazos, llevándome a la habitación principal. Me siento vulnerable y excitada al mismo tiempo, dejando que Robert me toque y me bese como quiere. Me acaricia con una mano mientras la otra se desliza debajo de mi camisa, tocando mi piel suave y delicada.

Los besos se vuelven más húmedos y profundos, nuestras lenguas explorando cada rincón de la boca del otro.

"Me encanta cuando te pones así de excitada", me dice Robert mientras se desliza hacia abajo, besando mi cuello y mis hombros.

Suspiro y me arqueo contra él, sintiendo su erección contra mi vientre. Quiero sentirlo dentro de mí, quiero que me tome con fuerza y ​​pasión. Robert lo siente y me toma de la mano, llevándome hacia la cama.

Nos desnudamos rápidamente, ansiosos por sentir nuestros cuerpos juntos. Robert me besa en el cuello, en los senos, en el vientre, y finalmente entre mis piernas. Sus dedos me tocan suavemente, haciéndome retorcerme de placer.

"Me encanta cuando te mueves así", dice Robert mientras sigue tocándome. "Eres tan hermosa, Iris".

Gimo y me aferró a él mientras me hace un dedo. Robert se desliza sobre mí, entrando en mi cuerpo lentamente, masajeando mi punto G por completo, los dos dedos adentro ahora simulando su polla.

Sus dedos se mueven juntos en un ritmo perfecto, sintiendo cada cambio de presión y cada cosquilleo. Su dedos dentro de mi coño dicen ven, ven, ven. Su mano derecha por su parte soba toda mi vulva recorriéndola de principio a fin mientras me besa apasionadamente, su lengua encontrando la mía en una danza erótica.

No se por qué Robert siempre reserva su polla para el final, le gusta hacerme rabiar de deseo.

De repente, un sonido agudo y estridente interrumpe nuestro momento de pasión. Robert se detiene y se levanta de la cama, con una mirada preocupada en su rostro.

"¿Qué es eso?" pregunto, sintiendo la urgencia en sus movimientos.

"Es la alarma de incendios", responde él, rápidamente me envuelve en una bata y me guía hacia la puerta. Salimos al pasillo y vemos humo y llamas a lo lejos.

Gritos y sirenas llenan el aire, mientras la gente corre en todas direcciones, tratando de escapar del edificio.

"Robert, tranquilo, debe ser un simulacro, es el sexto en 3 meses"

"Me da que esta vez es real"

Robert me toma de la mano y me lleva por las escaleras de emergencia, saltando varios escalones de dos en dos para llegar al suelo lo más rápido posible. No nos damos cuenta que voy desnuda, solo cubierta por una bata y sobre todo estoy insatisfecha, estaba a punto de correrme en las manos de Robert.

Por fin, llegamos a la calle, donde las llamas brillan en la noche y las sirenas de los bomberos se acercan rápidamente. Nos detenemos a varios metros del edificio en llamas, observando horrorizados mientras el fuego consume todo lo que encuentra a su paso.

Robert me abraza con fuerza, protegiéndome de cualquier peligro mientras los bomberos luchan por controlar el incendio. En un cambio del destino, las llamas disminuyen y los bomberos logran extinguir el fuego. La multitud se dispersa, dejando atrás un montón de paredes ennegrecidas.

No puedo dejar de fijarme en un bombero, parece una escultura labrada por Miguel Ángel, siento un cosquilleo en la tripa al verlo.

Robert me lleva de regreso al apartamento, que ha resultado ser el menos afectado. Nos sentamos en silencio, tratando de procesar todo lo que acaba de suceder.

"¿Estás bien?", pregunta él con su voz suave y preocupada.

"Asustada, pero bien", respondo, sintiéndome agradecida por estar a salvo. Robert me sonríe con ternura, acariciando mi mejilla con su mano.

"No te preocupes, estoy aquí contigo. Siempre estaré aquí para protegerte".

Robert siempre parece tan salido de una telenovela. A veces no sé si esta sobre actuando o es así, pero me gusta, le da un toque de excentricidad a mi vida rutinaria de escritora. Y sobre todo sabe como hacerme llegar al orgasmo.

Me abrazo a él, sintiendo su calor y su amor mientras me relajo y me siento segura en sus brazos. Juntos, enfrentamos cualquier cosa que la vida nos presente, incluso un incendio, pero ahora tengo un secreto, me excitan los bomberos, necesito explorar ese mundo de fuego y calor.