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Lisa Miller
Me miro al espejo y veo que la ducha que tomé me quitó parte de la hinchazón de la cara.
No sé por qué estaba en ese estado, y se complicó más cuando ella seguía diciendo esas cosas que me dejaban con dolor de cabeza.
Miro por la ventana y veo su habitación con la luz apagada. Me miro al espejo nuevamente y sonrío levemente cuando la luz de la luna toca mi collar.
Lo toco y veo la pequeña piedra de diamante.
Me acerco a la ventana y me apoyo en ella.
— Te extraño mamá — digo mirando las estrellas.
Siempre hablo con las estrellas porque sé que mamá me está cuidando.
Me despierto escuchando risas y frunciendo el ceño. ¿Con quién está papá?
Miro el despertador y veo que ya son las once y media. Vale, ya hace poco que me despierto.
Pasé casi toda la noche mirando las estrellas.
Me levanto rápidamente y siento un ligero dolor en mis senos.
Voy al baño y me miro en el espejo que mira hacia el lavabo y solo entonces me doy cuenta de que tengo el chupete que me regaló Perséfone.
Pongo los ojos en blanco y me lo quito. Me cepillo los dientes, me ducho y bajo lentamente las escaleras tratando de reconocer la voz de la segunda persona.
— Tío, ¿crees que no soltará esas fichas por nada? — Se escuchó la voz de Issac y arrugué la frente.
¡¿Bajo el resto de los escalones y veo a Issac y Ava?!
— Ah, mira hija, aquí vinieron tus amigas, ya ves — dice mi padre sentándose en el sofá con los otros dos.
— Sí... lo entiendo — digo e Issac se levanta y viene hacia mí.
Me alejo pensando que me va a abrazar, pero simplemente pone su mano en mi hombro.
— Abre una sonrisa ahora, porque tu querido amigo lleva aquí casi media hora esperándote — dice en voz baja y al mismo tiempo sonriendo.
Sonrío y miro a Ava saludando.
— Así que ahora tendré que robarle a su maravillosa hija, señor tío, tío señor — dice Issac y Ava se levanta, asintiendo.
Parece confundido y solo sonríe. Vale, estoy empezando a tener miedo de esa sonrisa.
— Ah está bien, justo iba a salir — dice mi padre tomando un bolso que estaba en el sofá y se acerca y me besa en la frente.
— ¿Pero qué pasa con nuestro trato, la pizza? — Le pregunto con un puchero y él se ríe.
— Lo haremos de noche — dice y se despide de los otros dos y se va.
- ¡Chica! ¡Tu padre es guapo! — exclama Issac y lo miro indignado.
— Sí, y el doble de tu edad — digo, sentándome en el sofá.
- ¡Oye, oye! Si te levantas saldremos los tres — dice Ava y la miro con los ojos entrecerrados.
— ¿Por qué están los dos juntos? Tú mismo dijiste que nunca habías hablado con ella. Le pregunto a Issac quién se estaba poniendo los aretes con la bandera LGBT.
— Oh, lo encontré en la calle — dice, aplicándose brillo de labios.
Miro a Ava que pone los ojos en blanco.
— Venía a ver a Perséfone, porque ayer bebió mucho y Alisson, Thomas y Chloe tuvieron que recogerla en su casa cerca de un lago — dice y me levanto.
- ¡¿Qué?! ¿Ella está bien? — Pregunto preocupada pero luego trato de ocultarlo.
— Sí... debe estar durmiendo ahora mismo — dice y yo suspiro aliviado.
Vale, no sé por qué reaccioné así, no lo sé y ni siquiera quiero saberlo.
— El amor es hermoso — escucho decir a Issac saltando.
— No. No lo es — digo y voy a la cocina a tomar mi analgésico, porque hoy especialmente me desperté con dolor.
Gimo sabiendo que hoy tendré que extraerme leche con una bomba.
¿Perséfone bebió porque peleamos?
Pongo los ojos en blanco ante ese pensamiento, por supuesto que ella ni siquiera debería haber llamado.
- ¡ Lisa ! Mi belleza, vámonos — escucho a Issac llamarme y termino de beber el agua.
Salto del susto cuando oigo gritar a Ava... ¿llamando a Perséfone?
Miro hacia atrás y la veo saludando a Perséfone, que está en la ventana de su habitación, como ese día.
— Lo que lleva no es ropa — dice Issac con una mueca y la miro, lleva un camisón de seda transparente que deja ver sus pechos.
La veo saludar a Ava, aunque tiene los ojos fijos en mí.
Siento que mi respiración se desequilibra sólo con su mirada en mi cuerpo.
— Ten cuidado que no te dé un infarto — me dice Issac al oído y le doy una bofetada.
— No estaba mirando a nadie — digo y él me miró si me preguntaba "¿Crees que soy estúpido?"
— Justo estaba mirando la mariposa que pasaba — digo y Ava se ríe.
— No hables de mariposas alrededor de Perséfone, está muerta de miedo — dice Ava y la miro indignada.
— ¡¿Perséfone le tiene miedo a las mariposas?! — ella asiente y Isaac se ríe.
— Quién lo hubiera pensado... — dice en voz baja y yo lo miro.
- No puede ser. ¿Tú también tienes miedo a las mariposas? — pregunto y él me miró rápidamente negando.
- ¡No! No.
-¿Entonces a qué le tienes miedo? —Pregunta Ava.
— Nada… — dice, arreglándose el cabello y yo lo miro con una ceja levantada.
- ¿Grave?
- No.
- ¡¿Entonces a qué le tienes miedo?!
— Pat… — dice rápidamente.
- ¡¿Qué?! ¿Scooter? — Dice Ava y la miro con el ceño fruncido.
Dioses. ¿Son estos realmente mis amigos?
— No, tengo miedo a los patos — dice y Ava se echa a reír.
— Ya ves, ¿verdad? — Me mira y señala a Ava.
— ¿Y tú de qué tienes miedo, Ava? — pregunta colocando sus manos en sus caderas.
— En realidad... no lo sé — dice.
—Todo el mundo tiene miedo de algo —digo y ella parece pensar en algo.
- ¿Muere? — Me encojo de hombros.
— Es normal, todo el mundo muere algún día — dice Issac.
Estaba ocupada mirándome las uñas. Cuando lo escucho, ambos preguntan al unísono.
— ¿Y tú Lisa ? ¿Tienes miedo de algo? — Exhalo y sacudo la cabeza.
• • •
— ¿Estás seguro de que me trajiste a un parque de diversiones? — Pregunto cuando veo a Issac comiendo un algodón de azúcar en forma de flor.
— Sí, nos vamos a divertir — dice, entregándome un trozo de algodón.
Empezamos a caminar hasta que veo a Ava abrazando rápidamente a Issac.
- ¿Qué? — Dice Issac abrazándola.
— El... payaso — dice señalando a un payaso que estaba haciendo unos globos para los niños.
- ¡Es eso! ¡Tienes miedo de los payasos! — Dice Issac empujándola.
— Está bien... — Me alejo sin que los dos con los que estaba discutiendo se dieran cuenta.
Y lamentablemente termino topándome con alguien.
- ¡Oh, mierda! - Escucho exclamar una voz masculina.
Miro hacia abajo y veo mi camisa cubierta de helado y cuando miro al chico veo que su camisa es igual.
Miro su rostro y veo cabello rojo y ojos verdes.
— Joder… lo siento, tengo que dejar de mirar al suelo mientras camino — digo al ver su mirada sobre mí.
— Sí. Creo que debería hacerlo — dice el chico, luciendo enojado.
Me encojo de hombros y bajo la cabeza.
- ¡Oye, muchacho! ¡Puedes dejar a mi amigo en paz! — Escucho gritos de Issac y cuando miro hacia atrás veo a Ava e Issac viniendo hacia mí.
— ¿Y quién eres tú para decir eso, apenas nos estábamos conociendo, verdad, linda? Dile eso — dice e Issac empieza a reír muy fuerte y termina llamando la atención de algunas personas.
— ¡Querida, a ella le encanta la fruta que te gusta! — dice y el niño lo mira confundido.
— Dios mío, además de incómodo y estúpido. Mira, sal de aquí que ella es del valle — dice y tocando el arete de la bandera LGBT.
Veo que el chico mira a Ava quien casi le gruñe y sale corriendo.
— Está bien, ahora hagamos que Lisa coma algo — dice Ava e Issac asiente.
- ¿Hay? No tengo nada de hambre — le digo y él me mira con los brazos cruzados.
— Está bien, vamos, te llevaré a un lugar que te encantará...