Capítulo 5: Trabajo
— No vuelvo a tomar en mi vida, el sábado sentía que la cabeza me iba a estallar y mis hermanos no dejaban de gritar— se comenzó a quejar Tarik cuando Keira le pregunto que como siguió después de que lo dejáramos en su casa.
El viernes por la noche prácticamente Keira y yo no las pasamos cuidando a Tarik porque este comenzó a beber como loco.
— Créeme que no te dejaré beber nunca más, mi vestido quedo arruinado con tu vómito— se quejó la chica.
Me reí al recordar eso, esa noche había sido realmente rara, tuvimos que pedir un taxi porque no encontramos a Damiano por ningún lado y en el taxi Tarik vomito en el vestido de Keira. El taxista nos dijo hasta de que nos íbamos a morir por ensuciarle el auto.
— Lo siento mucho no recuerdo bien lo que hice— dijo este avergonzado.
— Oye por cierto hubo un momento que te perdiste y quien sabe que hiciste— recordé.
Keira iba a decir algo, pero Tarik le hizo señas para que no dijéramos más nada.
— No digan nada de esto a Damiano— susurró este al ver su mejor amigo acercarse.
Saludamos a Damiano y no hablamos mucho porque el profesor de matemáticas llego. Comenzó la clase y traté de prestar atención porque no entendía bien las ecuaciones. Aunque era difícil prestar atención, mire a Blas con curiosidad este se estaba recogiendo el cabello, este tipo siempre se veía malditamente bien... por primera vez podía leer claramente lo que decía su tatuaje en el cuello.
"We are all crazy here" que significa "Todos estamos locos aquí" agradecí mentalmente a mi madre por obligarme a tomar clases de inglés. Me gustaba aprender nuevos idiomas, pero el hecho de que mi madre me mandara hacerlo me quitaba las ganas, en conclusión me gusta contradecir a esa mujer.
Por andar mirando a Blas no me di cuenta de que el profesor estaba repartiendo papeles para que aleatoriamente se nos asignaran un compañero para hacer el trabajo final.
Abrí mi papelito "Damiano Brown" mire con disimulo a Tarik y cuando leí el nombre que tenía su papel se lo quite de inmediato.
— Luego me agradeces— susurre.
Este sonrió al ver el papelito con nombre de Damiano aunque realmente el que estaba feliz era yo.
— Antes de que termine la clase, reúnanse con el compañero que les toco, recuerden que este trabajo vale 50% de la materia — Dijo el profesor.
Al ver que Keira se veía molesta, entendí a que se debía cuando esta se sentó al lado de Tanit, me acerque al puesto del chico de ojos verde y coloque el papel con su nombre encima del libro que este leía.
— Me toco tu nombre, estaba pensando que nos podíamos reunir en mi casa después de que terminara clases— propuse.
Este cerró su libro con fuerza, me sobresalté un poco por el ruido del libro cerrándose y por la mirada que este tenía.
— No— negó este de inmediato.
Me acerqué más a él, no iba a perder esta oportunidad de estar cerca.
— No aceptaré un no como respuesta, te esperaré en la entrada para irnos juntos a mi casa— me fui antes de que pudiera negarse nuevamente.
Por alguna razón las clases pasaron más lento de lo normal, los profesores estaban siendo realmente crueles al dejar tantos trabajos y talleres.
— Este día ha sido horrible, no sé cómo voy a hacer ese trabajo con Tanit sin matarnos y ni hablar de que mi fin de semana quedo arruinado con tanta cosa que hay que hacer— se quejó Keira.
Teníamos que hacer una maqueta, dos exposiciones y dos trabajos finales para la próxima semana. Lo único bueno de no tener la vida social de Keira es que tengo más tiempo para organizarme aunque me tocara cancelar algunas series que planeaba ver.
— Al menos no tienes que cuidar a dos gemelos malvados— dijo Tarik con fastidio.
Él en varias ocasiones había mencionado que sus padres organizaban eventos así que les tocaba cuidar a sus hermanos pequeños que al parecer le hacen la vida imposible.
— Dylan y Derek no son malos, eres exagerado— se burló Damiano.
Tarik rodó los ojos y se acomodó las mangas negras de su buzo, no sé cómo no le daba calor con tanta ropa encima.
— Que contigo sean bueno no significa que no sea malos con los demás— expuso Tarik.
Keira y yo mirábamos con diversión su pelea infantil, estos chicos se verían bien juntos, Damiano iba a decir algo, pero fue interrumpido por la voz del papá de Tarik.
— Hola, chicos— saludo este sin bajarse del auto.
Este estaba sentado en el asiento del copiloto y un hombre de traje negro era el que conducía.
— Hola, Señor Evans— saludo de primero Keira.
A este señor lo había visto cuando llevamos a Tarik el viernes a su casa, este fue muy amable y nos agradeció por cuidar él. Antes de que Tarik se subiera en el auto me miro.
— Si quieres puedes venir con nosotros— me ofreció.
Negué de inmediato, tenía que esperar a Blas para irme con él a mi casa.
—Tranquilo mi madre va a venir por mí, igualmente gracias— mentí.
A los chicos no les agradaba mucho la idea de que yo estuviera cerca de Blas por eso preferiría no decir nada.
— Okay, nos vemos mañana— se despidió el chico antes de subirse en el auto.
Su padre también se despidió amablemente de nosotros.
— Bueno yo también me voy — murmuró Damiano al ver algo en su teléfono.
Keira con disimulo observo el celular de este antes de hablar.
— Yo me voy contigo, llévame al centro comercial necesito comprar ropa para olvidarme un rato de todo lo que tengo que hacer— dijo esta mientras agarraba su brazo.
— Consíguete un chofer yo tengo cosas que hacer— se quejó Damiano antes de guardar su celular.
Luego le preguntaría a Keira si alcanzo a ver qué era lo que hacía este chico en el celular.
— Mira que malo eres conmigo— se hizo la víctima aquella chica de cabello castaño.
Los chicos se despidieron antes de seguir su drama en otro lado. Luego de un par de minutos esperando comencé a pensar que Blas ya se había ido y que seguramente no le había importado lo que le dije, mire a mi alrededor no había mucha gente, me sorprendí al ver que tenía varios mensajes de mi madre de inmediato le respondí diciendo que está bien que me demoraba un poco en llegar.
— Estás aquí— Susurro alguien detrás de mí.
Me voltee y guarde mi celular al ver quien era.
— Obvio, dije que te iba a esperar— le recordé— Hay que caminar hasta la parada de buses— dije.
No pude evitar observarlo por un par de minutos, una chaqueta de cuero negra con una camisa blanca debajo, unos pantalones negros y unos zapatos blancos.
— Solo sígueme— murmuró con fastidio.
Obedecí, caminamos hasta el estacionamiento y él se detuvo en un auto que se notaba que valía más que mi casa y mi propia vida.
— Sube— ordenó.
Este tipo le encanta mandar, este inmediato comenzó a conducir miré con curiosidad el carro que al parecer estaba extremadamente limpio, se mira extremadamente bien manejando si fuera una chica ya estuviera encantada con la sensualidad que él poseía. Con solo mirar las venas de sus manos podía imaginar a las chicas babear por él.
— ¿Tienes novia? — pregunté.