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Capítulo 2

—Sí,claro.—Respondióella.

La miréy fruncíel ceño.Es linda,sí,pero era extraño.Tiene el pelo largo y rubio recogido en una trenza lateral,sus ojos son verdes,sus labios finos y pecas cubren sus mejillas y nariz.Su sonrisa le daba luminosidad.No llevaba maquillaje,lo que me tomópor sorpresa.

Mirésu ropa y vi que llevaba un vestido floreado con un cárdigan blanco y unas bailarinas.Tenía las uñas desportilladas y se podían detectar restos de un color rosado.

Se veía linda e inocente.Odiaba esa mirada en una adulta.Ella debía tener mi edad,tal vez unos años más joven.Sin embargo,se vestía como una adolescente.Tienes que vestirte de acuerdo a tu edad si quieres que te tomen en serio.

—Hola,mi nombre es Daniela Lane.–Se presentóextendiéndome la mano para darle una sorpresa.

—Antonio Fereck.—Le estrechéla mano con confianza.

—Es un placer conocerte Antonio.–dice ella.

—Señor Fereck.—la corrijo.

Su sonrisa desaparece y séque le pareciógrosera mi corrección.Apenas la conocía,¿cómo se atrevía a llamarme por mi nombre de pila?

—Oh,disculpe,mi error,señor Fereck.—Dijo con ironía.

Juro que puso los ojos en blanco.¿Quién se cree que es?

—Sígueme señor Fereck,te guiarépor este lugar.–me dice.

Ella comienza a caminar.Empiezo a preguntarme si trabaja aquí.No lleva uniforme como las otras enfermeras,pero parece conocer este lugar como la palma de su mano.

Me presentóa algunos niños,todos ellos con enfermedades menores.Habían venido solo por lesiones al practicar deportes,reacciones alérgicas o apendicitis.

—El hospital hace todo lo posible para que su tiempo aquísea lo mejor posible.Gracias a tu donación,contamos con un payaso una vez a la semana para que se entretengan.También pudimos comprarles películas y juguetes nuevos a los niños.Eso les encanta.—Me dijo con mucha pasión en su voz.

—¿Trabajas aquí?—pregunto sorprendiéndome.

—No.—Responde ella.

—¿Entonces quéhaces aquí?¿Por quéconoces tan bien este lugar?—pregunto.

—Soy voluntaria aquí.A alguno de nosotros le gusta ayudar.—Dijo de repente y me da la sensación de que intentaba insinuar algo con sus palabras.

—¿Quéintentas decir?—Le preguntéponiendo mi cara intimidante.

—No todo el mundo hace caridad para dar una buena imagen a la prensa,muchacho rico.Algunos de nosotros aprovechamos nuestro tiempo libre para ayudar.—Dijo sin sentirse intimidada en absoluto por mí.

Por primera vez en mucho tiempo me quedésin palabras.Hacía años que nadie me respondía.Decir que estaba furiosa es un gesto de comprensión.

—Disculpe—empiezo pero ella me interrumpe.

—Eres una excusa.—Dijo.—¡Vamos!Muevamos tu rico trasero.—

Me quedécompletamente asombrado con esa chica.¿Quién se cree que es realmente?¿Hablándome así?¿No sabe que ahora soy el dueño de la mayor parte de este hospital?Puedo echarla en cualquier momento.

La seguíhasta otra zona del hospital.Enseguida me encontrécon unos niños sin pelo en la cabeza y el suspiro me rompióel corazón.

—Hola Isabella,¿cómo estás hoy?—Daniela se sentójunto a la niña después de darle un abrazo.

—¡Estoy bien V!¿Y tú?—Preguntócon una gran sonrisa.

Esta chica debe estar por aquí,es muy triste ver a alguien con tantas cosas por vivir así.Nunca hubiera imaginado que esto iba a ser tan difícil.

—Isabella,este es Antonio Fereck.Es el hombre que compróla mitad del hospital.—Daniela le dice.

—Un placer conocerle,señor Fereck.—dice ella con una gran sonrisa.

—Un placer conocerte también Isabella.—digo con una pequeña sonrisa.

—Gracias a tu donación el Doctor Stevens pudo salvar la vida de Tommy.–me sonrió.

Me quedémirando a la niña con asombro.No podía creer que darle ese dinero a este hospital pudiera salvar la vida de alguien.Penséque mi dinero se usaría para comprar nuevos materiales,pero estaba equivocada.

—Entonces no puedo esperar a conocer a Tommy.—Le sonreí.

Salimos de la habitación después de unos minutos más con Isabella.Daniela se detuvo frente a míy me miró.

—Todavía no puedes ver a Tommy.Sobrevivióa la operación,pero estásufriendo.No se lo hemos contado a los niños todavía.—Me dice y yo asiento.

Me siento mal.Debe ser difícil ver morir a un niño,pero debe ser horrible contarle a un niño que un amigo ha muerto,especialmente si compartía la misma enfermedad.Debe asustarlos mucho.

Terminamos todas las habitaciones y a todos los niños.Me sorprendiólo bien que Daniela los conocía a todos.Todos querían que los abrazara y los besara y me preguntépor qué.

—Eso es todo.Sígueme y te daréalgo para el almuerzo.Debes estar hambriento.—Dijo.

—Estábien,realmente.—dije.

—No tiene sentido.El doctor Stevens quería almorzar contigo,pero su operación no ha terminado,asíque supongo que solo quedamos nosotros.—Dijo ella.

Decidíno llevarme mal con ella y la seguíhasta la zona de la tripulación.Me presentóa todas las enfermeras,que me agradecieron el dinero que les había aportado.Las felicitépor el buen trabajo de ser educadas.

—Vamos gran CEO,hoy es el día de la hamburguesa.—Daniela me cuenta.

—¿Tienes algo más sano?Intento no comer comida chatarra.—Digo.

Ella me mira con una expresión que dice"¿hablas en serio?"y yo simplemente asiento.Ella gruñe antes de servirse una hamburguesa del bufé.

—Es sólo una vez.No vas a morir.—Me dice.

Para mi disgusto,pongo mi hamburguesa en mi plato.Ella también pone papas fritas y me pregunta si quiero,a lo que asiento y me las sirve en el plato.Ella toma una lata de Coca—Cola y yo tomo una botella de agua.Para terminar,también toma una botella grande de kétchup del mostrador.

Me guía hasta una de las mesas libres y nos sentamos uno frente al otro.Bebe un sorbo de su Coca—Cola antes de verter ketchup sobre el borde de su plato.Toma una papa frita y la baña en ketchup antes de llevársela a la boca.

No puedo evitar mirarla.Es tan rara y extraña.Juro que nunca he cenado con una chica que coma alimentos con tanta grasa.Siempre se quejan de que esto o aquello las haráganar peso.Pero luego estaba Daniela y no le importó.

—¿Qué?¿Tengo algo en la boca?—pregunta.

Sonrío.Sonrío de verdad.

—Tienes ketchup aquí.—Señalo el costado de mis labios.

—¡Ups!–dice antes de limpiarse la boca con la servilleta.

Era tan linda,pero también tenía boca.Era como dos polos opuestos reunidos en una sola persona.

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